Viene de aquí.
AL SERVICIO DE LO SECRETO
Lo más asombroso, por paradójico, es la ausencia de tenebrosidad en semejante actividad, libre de todo aspecto de conspiración. Para estas familias las cosas son así y siempre lo han sido, con la misma normalidad con que toman el té de la tarde. Se deben a su propia dinámica interna, a la raíz medular de su existencia. Su religión no es el Anglicanismo cristiano que profesan públicamente, sino una mezcla de paganismo que incluye cultos satánicos como la Teosofía y el Rosacrucismo.
La ideología central, sincrética, del culto a la vida propia de la oligarquía es la resurrección del culto egipcio de la droga, el mito de Isis y Osiris, el mismo culto anticristiano que desarrolló a través del Imperio Romano. Y como las antiguas dinastías egipcias entregadas al culto de Isis, las redes de la familia inglesa dirigente han mantenido el poder durante siglos guardando los secretos de sus intrigas «dentro de la familia».
El culto de Isis formó el núcleo del rito escocés de la Masonería, de Lord Palmerston. Como Primer Ministro durante las dos primeras Guerras del Opio, Palmerston empleó variantes de esta ideología para tejer una red de conexiones que van desde la Orden de Sión, en Rumanía, al Ku Klux Klan en los Estados Unidos. El culto de Isis, en versión moderna, fue la ideología oficial de los dirigentes británicos políticos y financieros y de los personajes literarios durante el siglo pasado. Su gran exponente público fue el secretario de Colonias durante la Segunda Guerra del Opio, Edward Bulwer Lytton, autor de Los últimos días de Pompeya, primer popularizador del culto de Isis y mentor de toda la generación de imperialistas británicos de Cecil Rhodes.
El Royal Institute of International Affairs fue la «sociedad secreta» llamada a realizar el testamento de Rhodes y es el cuerpo del que se nutre el estado mayor para la estructura del tráfico de droga. Pero el Royal Institute mismo fue fundado por un grupo todavía más secreto: el «Círculo de Iniciados entregado a la extensión del Imperio Británico», según palabras de uno de sus historiadores. El «Círculo de Iniciados» incluía a Lord Milner, a Cecil Rhodes (fundador del imperio minero británico en África, al después ministro Arthur Balfour, a Albert Grey y a Lord Rothschild. Todos ellos celebraban formas de culto a Isis.