viernes, 11 de marzo de 2011

Las mentiras del 11 M

Luis del Pino (Madrid, 1962) es ingeniero de telecomunicaciones y colaborador de la Cadena Cope, Libertad Digital, El Mundo y CityFM. Interviene habitualmente como contertulio en los programas radiofónicos «La mañana», de Federico Jiménez Losantos, y «La linterna» de César Vidal, y ha publicado artículos de análisis e investigación sobre el 11-M en los distintos medios en los que colabora y en la revista Época. Es autor de diversos libros sobre tecnología informática y ha traducido numerosas obras de electrónica, informática y comunicaciones. «Los enigmas del 11-M», basado en la serie homónima de Libertad Digital, representó su primera incursión en el campo de los libros de investigación. En este segundo tomo, «Las mentiras del 11-M», recoge las principales conclusiones de los casi tres años de indagaciones y análisis acerca de la masacre de Madrid.

LAS MENTIRAS DEL 11-M

192 falsedades sobre la mayor masacre terrorista que ha sufrido España

LAS MENTIRAS DE LOS TRENES

Durante dos años y medio, nos hicieron mirar para otro lado. En lugar de mirar hacia los trenes, nos hicieron fijar nuestra atención en una furgoneta de Alcalá. En lugar de hablar de los análisis del explosivo de los trenes, nos hablaron del explosivo encontrado en una comisaría de Puente de Vallecas.

En lugar de decirnos qué iniciadores se pudieron reconstruir a partir de las muestras recogidas en los trenes, nos presentaron un teléfono móvil hallado en Vallecas y nos hicieron mantener la mirada fija en él mientras nos conducían hasta un locutorio de Lavapiés.

Como en los trucos de magia, en los que el prestidigitador atrae nuestra atención con la mano derecha mientras con la izquierda prepara el mazo de cartas, también el 11-M nos sometieron a un ejercicio de ilusionismo.

Todo lo que se hizo, desde un principio, no estaba destinado a otra cosa que a apartar nuestra vista, y la del juez, de aquellos trenes reventados donde 192 personas fueron asesinadas. Había que presentar a la opinión pública una realidad virtual y hacer que mantuviera su vista fija en ella. Había que hacerla mirar hacia otro lado.



SE HAN OCULTADO LOS INFORMES DE ANÁLISIS DE LOS FOCOS DE EXPLOSIÓN

El día 11 de marzo, estallaron diez bombas en cuatro trenes de la línea Guadalajara-Atocha, repletos de público a esa hora. Esas diez bombas causaron la muerte a 192 personas y heridas a más de mil setecientas.
Además de esas diez bombas que estallaron, los Tedax hicieron detonar otras dos bombas de manera controlada en las propias estaciones.

Cuando estalla una bomba, la Policía recoge muestras en los focos de explosión para analizarlas y así determinar el tipo de explosivo utilizado.

Existen algunos explosivos que no dejan ningún resto, o muy pocos, pero la mayoría de los explosivos sí que dejan restos casi siempre. Por ejemplo, la Goma-2 ECO o el Titadyne (que son dos marcas comerciales de dinamita) sí que dejan restos. A lo largo de los últimos años, ETA ha puesto centenares de bombas, y sólo en un puñado de ocasiones no se encontraron los restos suficientes como para poder identificar el explosivo empleado.

El 11-M, la Policía recogió restos en los focos de explosión, como hace siempre. Y esos restos se hicieron analizar, como es la costumbre. Sin embargo, dos años y medio después de la masacre, seguimos sin saber qué fue lo que estalló en los trenes, porque a la opinión pública y al juez se le han ocultado cuidadosamente los resultados de los análisis realizados a esos restos.

Al juez había que haberle enviado un informe donde se indicaran los componentes químicos detectados en cada foco de explosión.

Conociendo los componentes químicos concretos, es posible determinar el tipo de explosivo, o al menos descartar algunos explosivos determinados.

Sin embargo, lo único que se le envió al juez (mes y medio después de los atentados) fue un resumen donde se decía que se habían encontrado «componentes genéricos» de dinamita en ocho de los diez focos de explosión, sin especificar cuáles eran esos componentes.

A pesar de que lo han pedido las acusaciones particulares que representan a las víctimas, a pesar de las denuncias efectuadas desde la prensa independiente y a pesar de que el partido de la oposición ha exigido que se entreguen esos informes, siguen sin hacerse públicos los análisis detallados de los explosivos empleados en los trenes.

Durante dos años y medio, nos han estado diciendo que las bombas de los trenes utilizaban Goma-2 ECO. El único argumento que dan para decirnos que los terroristas usaron Goma-2 ECO es que en la mochila de Vallecas (que apareció muchas horas después del atentado en una comisaría) se encontró ese explosivo. Sin embargo, se niegan a publicar los análisis de los focos de explosión de los trenes. Como veremos a continuación, existen graves sospechas de que la razón por la que se ocultan esos análisis es porque, en realidad, en los trenes no se usó Goma-2 ECO. Y el problema es que, si no se hubiera usado Goma-2, toda la versión oficial se derrumba.

NO SE ENVIARON LAS MUESTRAS A LA POLICÍA CIENTÍFICA

Son muchas las irregularidades que condujeron a que sigamos sin saber qué explotó en los trenes.

Para empezar, las muestras recogidas en los focos de explosión de los trenes hubieran debido enviarse a la Policía Científica, que es quien se encarga de realizar todos los análisis en las investigaciones.

En lugar de eso, las muestras recogidas en los trenes se enviaron a la Unidad Central de Desactivación de Explosivos (los Tedax), que no dispone de laboratorios tan sofisticados.

A la Policía Científica sólo se le permitió analizar los explosivos encontrados fuera de los trenes (por ejemplo, el explosivo encontrado en la furgoneta de Alcalá o el de la mochila de Vallecas). Pero las muestras encontradas en los trenes, que eran las verdaderamente importantes, se guardaron cuidadosamente en poder de los Tedax.

Ni siquiera se cumplieron los protocolos en lo que a los Tedax se refiere. Porque el protocolo marca que, si esas muestras se envían a los Tedax, deben enviarse a la sede del grupo de Tedax provincial, no a la Unidad Central. Así se recoge en la declaración del jefe provincial de los Tedax ante el juez Del Olmo.

Nadie ha querido explicar todavía por qué se quiso mantener al margen a la Policía Científica. Más adelante veremos que no es este el único caso, dentro de las investigaciones del 11-M, en que se actuó así.

SI HABÍA NITROGLICERINA, ENTONCES NO ERA GOMA-2 ECO

Así pues, no se enviaron las muestras a la Policía Científica, sino que las analizaron los Tedax. Y en lugar de dar los análisis completos, lo único que se le ha dicho al juez es que aparecieron «componentes genéricos de dinamita», sin indicar cuáles.

Pero entonces, si se niegan a entregar los informes de análisis de los explosivos, ¿cómo podemos saber qué explosivo se utilizó en los trenes?

Existe un dato que nos puede ayudar. En su declaración ante la Comisión 11-M, el jefe de los Tedax, Sánchez-Manzano declaró que en los focos de los trenes se había detectado nitroglicerina, que es uno de los componentes de algunas dinamitas.

Las marcas comerciales de dinamitas se fabrican utilizando componentes diferentes, pero todas ellas tienen algo en común y es que todas se fabrican empleando uno o más de los siguientes tres componentes fundamentales: nitroglicerina, nitroglicol y nitrato amónico. Por ejemplo, la dinamita Titadyne tiene estos tres componentes fundamentales, además de algunos otros componentes complementarios. La dinamita Goma-2 ECO, por su parte, sólo tiene dos de esos tres componentes fundamentales: nitroglicol y nitrato amónico (no contiene nitroglicerina).

¿Se da cuenta del problema que plantean las declaraciones del jefe de los Tedax, Sánchez-Manzano, ante la Comisión 11-M? La Goma-2 ECO es, precisamente, uno de los tipos de dinamita que no contiene nitroglicerina.

Por tanto, si Sánchez-Manzano dijo la verdad, significaría que si no nos enseñan los análisis de los focos de explosión es porque en ellos aparece nitroglicerina, lo que implicaría que no se utilizó Goma-2 ECO en las bombas de los trenes.

TRATAN DE EXPLICARLO DICIENDO QUE SÁNCHEZ MANZANO SE EQUIVOCO

Los medios de comunicación denunciaron públicamente que esas declaraciones de Sánchez-Manzano ante la Comisión 11-M contradecían la versión oficial, porque implicaban que no se había usado Goma-2 ECO en los trenes. Entonces, el Gobierno trató de salir al paso diciendo que Sánchez-Manzano no es un experto en explosivos y que se había equivocado.

Es verdad que Sánchez-Manzano no es un experto en explosivos. Pero es el jefe de los Tedax y se supone que tiene a su cargo a personas que sí son expertas. Y, en cualquier caso, tiene a su cargo a las personas que realizaron los análisis de los restos encontrados en los focos de explosión de los trenes. Y si dijo que en los focos de explosión apareció nitroglicerina, será porque así le conste en algún sitio. ¿O es que se inventó el dato? Porque lo cierto es que, en la Comisión 11-M, Sánchez-Manzano dio el dato de la nitroglicerina no una, sino dos veces.

Hubiera sido muy sencillo despejar todas las dudas exhibiendo los informes de análisis de los focos de explosión, porque así podríamos haber verificado si apareció nitroglicerina o no. Pero el Gobierno prefirió seguir ocultando esos análisis, no sólo a la opinión pública, sino también al juez, a quien se le dijo también que las palabras de Sánchez-Manzano habían sido una equivocación.

FALSEDADES SOBRE LA CROMATOGRAFÍA

A raíz del escándalo suscitado por esas declaraciones, el juez Del Olmo llamó al jefe de los Tedax y a su jefa de laboratorio para aclarar si había nitroglicerina en los restos de los trenes.

La explicación que le dieron al juez es que la mención a la nitroglicerina se trataba de un error y que, en realidad, no se había podido detectar qué componentes había en los focos de explosión de los trenes. Lo único que había podido determinarse es que eran «componentes genéricos» de dinamita. Esas explicaciones resultan inaceptables.

En primer lugar, si no se pudieron determinar los componentes individuales, ¿cómo saben que eran componentes de dinamita?

En segundo lugar, entre los centenares de atentados de ETA sólo ha habido un puñado de veces donde no se han podido precisar los explosivos utilizados. ¿Acaso dicen que, teniendo diez explosiones en los trenes (más otras dos controladas), en ninguna de ellas pudo determinarse ningún componente individual del explosivo? Eso es mucho más improbable que el que te toque el premio gordo de la lotería dos veces seguidas.

En tercer lugar, la técnica que utilizaron los Tedax permite determinar perfectamente los componentes de los restos de explosivos. Es una técnica que se denomina cromatografía de capa fina, que resulta muy sencilla de explicar. Cuando introducimos el extremo de un terrón de azúcar en el café, el líquido va ascendiendo, ¿verdad? Pues en la cromatografía de capa fina se hace lo mismo: se disuelven los restos de explosivo en un líquido especial y se hace que ese líquido vaya ascendiendo por una especie de papel absorbente especial. Los distintos componentes del explosivo tienen distinto peso (unos son más pesados y otros más ligeros), así que unos componentes ascienden más que otros por el papel. De esa forma, resulta fácil separar unos componentes de otros. Por tanto, los Tedax hubieran podido perfectamente determinar los componentes del explosivo.

En cuarto lugar, aunque fuera cierto que esa técnica no permite detectar los componentes, ¿por qué no utilizaron entonces otra técnica? Si ellos no disponían en su laboratorio de otros equipos, ¿por qué no enviaron las muestras a la Policía Científica, que dispone de medios ultrasofisticados no sólo para determinar los componentes de los restos de explosivos, sino incluso para calcular el porcentaje de cada uno de ellos?

En quinto lugar, la técnica empleada por los Tedax (la cromatografía de capa fina) es una técnica no destructiva. Eso quiere decir que, una vez terminada la separación de componentes, estos quedan depositados en el papel absorbente y pueden volver a ser analizados con otras técnicas más precisas.

Entonces, si dicen que no pueden determinar los componentes con esa técnica que emplearon, ¿por qué no repiten el análisis utilizando una técnica distinta? ¿O es que han destruido las muestras después de analizarlas?

HAY TESTIMONIOS QUE APUNTAN A LA UTILIZACIÓN DE UN EXPLOSIVO MILITAR

Dado que se niegan a enseñar los informes de análisis de los focos de explosión, y teniendo en cuenta las absurdas explicaciones que nos han dado en torno al tema de la nitroglicerina, tendremos que asumir (a falta de más datos) que Sánchez-Manzano no se equivocó: en algunos de los focos de explosión se halló nitroglicerina.

¿Qué significa eso? A falta de conocer otros componentes que aparecieran, la verdad es que sólo podemos deducir una cosa: que en los trenes estalló un explosivo que contenía nitroglicerina. En concreto, como la Goma-2 ECO no contiene nitroglicerina, podemos deducir que en los trenes no se utilizó Goma-2 ECO.

Eso echa por tierra toda la investigación oficial de los atentados, porque partía de la premisa de que se utilizó Goma-2 ECO como la encontrada en la mochila de Vallecas. Pero la verdad es que seguimos sin saber qué explosivo se utilizó en los trenes.

¿Qué explosivos incluyen nitroglicerina entre sus componentes? La dinamita Titadyne, por ejemplo, sí la incluye, pero hay muchos otros tipos de dinamita que tienen nitroglicerina. E incluso algunos explosivos que no son dinamitas tienen nitroglicerina también. Por ejemplo, los terroristas chechenos han utilizado en ocasiones una mezcla formada por RDX (un explosivo militar) y nitroglicerina.

¿Tenemos algún dato más que podamos utilizar para afinar nuestras suposiciones? Sí que lo tenemos: tenemos la declaración ante el juez del jefe provincial de los Tedax, uno de los subordinados de Sánchez-Manzano.

Ese tedax declaró que, al llegar a Atocha en la mañana del 11-M y analizar los destrozos provocados en los trenes, su impresión fue que no se había utilizado dinamita, sino explosivo militar. Declaró que había llegado a esa conclusión porque las dinamitas cortan el metal de forma menos limpia que los explosivos militares, que son más potentes.

En concreto, el jefe provincial de los Tedax declaró que en los trenes podría haberse utilizado C3 o C4, que son dos tipos de explosivo militar.

¿Sería posible que en los trenes se hubiera utilizado una mezcla, por ejemplo, de RDX (u otro explosivo militar) y nitroglicerina? Sería una posibilidad. Eso cuadraría tanto con las declaraciones de Sánchez-Manzano ante la Comisión 11-M como con las declaraciones del jefe provincial de los Tedax ante el juez. Pero claro, con lo que no cuadra es con la mochila de Vallecas en la que se ha basado toda la versión oficial, porque en la mochila de Vallecas lo que había era Goma-2 ECO.


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