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Alguien que trabajaba para el FBI ha hecho una serie de afirmaciones extraordinarias sobre unos oficiales gubernamentales corruptos que permitieron que Pakistan y otros estados robaran secretos sobre armas nucleares.
Sibel Edmonds, de 37 años, antigua traductora del FBI, escuchó centenares de conversaciones interceptadas mientras trabajaba para el FBI.
Edmonds, habla Turco y Farsi, fue contratada por el FBI tras los ataques del 9/11.
Edmond trabajó solo seis meses en el FBI. En marzo del 2002 fue despedida tras acusar a un colega de encubrir actividades ilícitas de nacionales turcos.
El Fiscal General de los EEUU le ha impedido que revele los métodos del FBI y sus actuales investigaciones.
Ella ha dado pruebas en sesiones cerradas del Congreso y el la comisión del 9/11, pero muchos de sus puntos clave han permanecido secretos. Ahora ha decido divulgar alguna de esa información tras desilusionarse con las autoridades de los EEUU por su negativa a actuar.
Uno de los trabajos principales de Edmonds en el FBI era el de traducir miles de horas de conversaciones de diplomáticos turcos y objetivos políticos que habían sido grabadas en secreto por la agencia.
Había acumulación de cintas que databan de 1997, que se usaban en el FBI para una investigación sobre las relaciones entre estadounidenses, turcos, paquistaníes e israelíes. Antes de abandonar el FBI en 2002 ella oyó grabaciones que trataban sobre lavado de dinero, importaciones de drogas e intentos de adquirir tecnología sobre armas convencionales y nucleares.
Sibel dice: “mientras el FBI investigaba, varias agencias del gobierno ocultaban lo que sucedía.”
Los turcos y los israelíes tenían espías en las instituciones militares y académicas que trataban con tecnología nuclear. Edmonds dice que había varias transacciones de material nuclear cada mes, siendo los pakistaníes los compradores finales. “La red parecía estar obteniendo información de cada agencia nuclear de los EEUU”, dice Sibel.
La red era apoyada por algos funcionarios del Departamento de Estado que proveían los enlaces – principalmente estudiantes de doctorado – con autorización para trabajar en instalaciones nucleares. Estas incluían el laboratorio nuclear de Los Alamos en New Mexico.
Los turcos. dice Sibel, a menudo eran el conducto del Inter-Services Intelligence (ISI), la agencia de espionaje de Pakistan. La operación paquistaní era dirigida por el General Mahmoud Ahmad, entonces el jefe de ISI.
Analistas de Inteligencia dicen que miembros del ISI estan cerca de Al-Qaeda antes y después del 9/11. Ahmad fue acusado de pagar $100,000 a Mohammed Atta, uno de los secuestradores del 9/11, inmediatamente antes de los ataques.
Sibel contactó el mes pasado con el The Sunday Times después de leer acerca de un terrorista de Al-Qaeda que había revelado su papel en el entrenamiento de algunos de los secrecuestradores del 9/11 mientras estaba en Turquía. Esto es una referencia a esta historia del 2 de Noviembre en el Times, que detalla la carrera de un alto cerebro de Al-Qaeda, Louai al-Sakka, que dice haber entrenado a varios secuestradores del 9/11 en un campo situado fuera de Estambul en las montañas de Yalova.
Edmonds describió como agentes de inteligencia extranjeros habían conseguido el apoyo de funcionarios de los EEUU para crear una red de espías en instituciones nucleares y militares sensitivas.
Entre las horas de grabaciones encubiertas, ella dice que escuchó como un alto funcionario muy conocido en el Departamento de Estado estaba siendo pagado por agentes turcos en Washington y que revendían la información en el mercado negro, incluyendo Pakistan.
El nombre del funcionario – que ha ocupado varios puestos gubernamentales importantes – lo conoce The Sunday Times. Él niega vehemente los cargos.
Sin embargo, Edmonds dijo: “Él estaba ayudando a operativos extranjeros en contra de los intereses de los EEUU pasándoles información clasificada, no solo del Departamento de Estado sino también del Pentágono, a cambio de dinero, posición y objetivos políticos.”
Edmonds dice que el FBI estaba también reuniendo evidencia contra altos funcionarios del Pentágono – incluyendo civiles – que estaban ayudando a agentes extranjeros.
Su relato muestra cuán infiltrado está Occidente por estados extranjeros que buscan secretos nucleares. Muestra cómo los funcionarios gubernamentales de Occidente no quisieron ver o incluso ayudaron a países como Pakistan a adquirir la tecnología de la bomba.
La red nuclear ha sido investigada durante muchos años conjuntamente por la inteligencia Anglo-Americana. Pero más que destruirla, se han abortado las investigaciones de cuerpos como el FBI y el Britain’s Revenue & Customs para preservar las relaciones diplomáticas.
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Edmonds ha revelado al menos a uno de esos funcionarios corruptos: Marc Grossman, antiguo embajador de EEUU en Turquía, asistente del secretario de estado para asuntos europeos en la administración de Clinton y subsecretario de estado para asuntos políticos del 2001-2005. Grossman es ahora vicepresidente de The Cohen Group, una firma de consultoría fundada por el secretario de defensa de Bill Clinton, William S. Cohen.
Los secretos más oscuros del 9/11 están enterrados. Como Luke Ryland, dice:
"El artículo de The Times dice algo que yo ya dije dije hace 18 meses. Inmediatamente después del 9/11, el FBI arrestó a una serie de personas sospechosas de estar involucradas en el ataque – incluyendo a cuatro asociados de objetivos clave de una investigación de contrainteligencia del FBI. Sibel escuchó decir a los objetivos a Marc Grossman: 'Necesitamos sacarlos de los EEUU porque no podemos permitirnos que nos delaten.' Grossman facilitó su liberación de la cárcel y los sospechosos inmediatamente abandonaron el país sin ser investigados más.
"Déjenme repetirlo de nuevo: El número 3 del Departamento de Estado facilitó la inmediata liberación de los sospechosos del 9/11 tras pedírselo objetivos investigados por el FBI."