Publicado por Miguel Jara el 2 de septiembre de 2011
El estadounidense Thomas Steitz ha asegurado hace unos días que “muchas de las grandes farmacéuticas cerraron sus investigaciones sobre antibióticos porque estos curan a la gente“. Steitz es premio Nobel de Química 2009 y dichas declaraciones las ha realizado en Madrid pero no ha sido motivo de noticia para la mayor parte de medios de comunicación españoles, su publicación ha sido más bien escasa.
“No quieren que la gente se cure. Prefieren centrar el negocio en medicamentos que sea necesario tomar durante “toda la vida”, dijo Steitz.
Investigador del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad estadounidense de Yale, Steitz averiguó el funcionamiento que debería seguir un nuevo antibiótico para combatir cepas resistentes a la tuberculosis que surgen sobre todo en el sur de África. El científico comentó en una rueda de prensa que el desarrollo de este medicamento precisa una gran inversión económica y la colaboración de una farmacéutica para avanzar en la investigación:
“Nos resulta muy difícil encontrar una farmacéutica que quiera trabajar con nosotros, porque para estas empresas vender antibióticos en paises como Sudáfrica no genera apenas dinero y prefieren invertir en medicamentos para toda la vida”, continuó.
No es la primera vez que un Premio Nobel hace declaraciones semejantes. En La Contra de La Vanguardia hace tiempo entrevistaron a Richard J. Roberts, Premio Nobel de Medicina de 2009. El titular era concreto: “El fármaco que cura del todo no es rentable“. Les reproduzco unas líneas:
“La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.- Explíquese.- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…- Como cualquier otra industria.- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.- Pero si son rentables, investigarán mejor.- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.- Por ejemplo…- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…- ¿Y por qué dejan de investigar?- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.- Es una grave acusación.- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.- Hay dividendos que matan.- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.- ¿Un ejemplo de esos abusos?- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas”.
Desde luego se necesitan administraciones públicas que inviertan más en ciencia. De la buena, de la que tiene como objetivo a las personas. Los científicos han de ser más críticos con que en torno a un 80% de la investigación, al menos en nuestro país, esté en manos privadas. Así lo argumenta también Mariano Barbacid, como les comenté antes de las vacaciones cuando tuve la oportunidad de asistir a una cena en la que él era el protagonista. La investigación científica básica ha de ser pública en su mayor parte y la comercialización de sus resultados, por haber sido sufragada esa investigación con fondos públicos, ha de estar en manos de empresas o bien públicas o al menos cuyo control lo lleven organismos de la Administración específicamente preparados para ello y cuya gestión sea fiscalizada por la ciudadanía de manera democrática. Pero esto a lo mejor sólo son palabras pues como explica Roberts:
“En nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.- De todo habrá.- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo-dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…”.
Entrevista al periodista de investigación, Miguel Jara (especializado en temas médicos), en la que nos habla del comportamiento criminal y mafioso de las multinacionales farmacéuticas, para quienes los beneficios económicos están por encima de la salud humana. Actualmente existen muchos fármacos peligrosos para la salud en las farmacias, medicamentos que no han sido retirados aún, debido a la presión ejercida por las compañías farmacéuticas sobre los gobernantes.
Las prácticas mafiosas de las multinacionales farmacéuticas.
(Extracto del artículo "Mafias farmacéuticas" de Ignacio Ramonet. Fuente: Rebelion.org) Muy pocos medios de comunicación lo han comentado. La opinión pública no ha sido alertada. Y sin embargo, las preocupantes conclusiones del Informe final, publicado por la Comisión Europea el pasado 8 de julio, sobre los abusos en materia de competencia en el sector farmacéutico merecen ser conocidas por los ciudadanos y ampliamente difundidas.
¿Qué dice ese informe? En síntesis: que, en el comercio de los medicamentos, la competencia no está funcionando, y que los grandes grupos farmacéuticos recurren a toda suerte de juegos sucios para impedir la llegada al mercado de medicinas más eficaces y sobre todo para descalificar los medicamentos genéricos mucho más baratos. Consecuencia: el retraso del acceso del consumidor a los genéricos se traduce en importantes pérdidas financieras no sólo para los propios pacientes sino para la Seguridad Social a cargo del Estado (o sea de los contribuyentes). Esto, además, ofrece argumentos a los defensores de la privatización de los Sistemas Públicos de Salud, acusados de ser fosos de déficits en el presupuesto de los Estados.
¿Qué dice ese informe? En síntesis: que, en el comercio de los medicamentos, la competencia no está funcionando, y que los grandes grupos farmacéuticos recurren a toda suerte de juegos sucios para impedir la llegada al mercado de medicinas más eficaces y sobre todo para descalificar los medicamentos genéricos mucho más baratos. Consecuencia: el retraso del acceso del consumidor a los genéricos se traduce en importantes pérdidas financieras no sólo para los propios pacientes sino para la Seguridad Social a cargo del Estado (o sea de los contribuyentes). Esto, además, ofrece argumentos a los defensores de la privatización de los Sistemas Públicos de Salud, acusados de ser fosos de déficits en el presupuesto de los Estados.
El mercado mundial de los medicamentos representa unos 700.000 millones de euros; y una docena de empresas gigantes, entre ellas las llamadas " Big Pharma " -Bayer, GlaxoSmithKline (GSK), Merck, Novartis, Pfizer, Roche, Sanofi-Aventis-, controlan la mitad de ese mercado. Sus beneficios son superiores a los obtenidos por los poderosos grupos del complejo militar-industrial. Por cada euro invertido en la fabricación de un medicamento de marca, los monopolios ganan mil en el mercado. Y tres de esas firmas, GSK, Novartis y Sanofi, se disponen a ganar miles de millones de euros más en los próximos meses gracias a las ventas masivas de la vacuna contra el virus A(H1N1) de la nueva gripe.
Esas gigantescas masas de dinero otorgan a las " Big Pharma " una potencia financiera absolutamente colosal. Que usan en particular para arruinar, mediante múltiples juicios millonarios ante los tribunales, a los modestos fabricantes de genéricos. Sus innumerables lobbies hostigan también permanentemente a la Oficina Europea de Patentes (OEP), cuya sede se halla en Múnich, para retrasar la concesión de autorizaciones de entrada en el mercado a los genéricos. Asimismo lanzan campañas engañosas sobre estos fármacos bioequivalentes y asustan a los pacientes. El resultado es que, según el reciente Informe publicado por la Comisión Europea, los ciudadanos han tenido que esperar, por término medio, siete meses más de lo normal para acceder a los genéricos, lo cual se ha traducido en los últimos cinco años en un sobregasto innecesario de cerca de 3.000 millones de euros para los consumidores y en un 20% de aumento para los Sistemas Públicos de Salud.
La ofensiva de los monopolios farmacéutico-industriales no tiene fronteras. También estarían implicados en el reciente golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en Honduras, país que importa todas sus medicinas, producidas fundamentalmente por las " Big Pharma ". Desde que Honduras ingresó en el ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de América), en agosto de 2008, Manuel Zelaya negociaba un acuerdo comercial con La Habana para importar genéricos cubanos, con el propósito de reducir los gastos de funcionamiento de los hospitales públicos hondureños. Además, en la Cumbre del 24 de junio pasado, los Presidentes del ALBA se comprometieron a "revisar la doctrina sobre la propiedad industrial", o sea, la intangibilidad de las patentes en materia de medicamentos. Estos dos proyectos, que amenazaban directamente sus intereses, impulsaron a los grupos farmacéuticos transnacionales a apoyar con fuerza el movimiento golpista que derrocaría a Zelaya el 28 de junio último.
...Es una batalla crucial. Y sería dramático que las mafias farmacéuticas la ganasen. Porque redoblarían entonces los esfuerzos para atacar, en Europa y en el resto del mundo, el despliegue de los medicamentos genéricos y la esperanza de unos sistemas de salud menos costosos y más solidarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario