Kevin MacDonald
Esta es la versión española de una entrevista publicada en la edición de Noviembre de ZUERST!, una revista alemana.
1. Profesor MacDonald, el Consejo Central de Judíos en Alemania (ZdJ) es tal vez uno de los lobbies más influyentes de Alemania – es una filial del Congreso Mundial Judío (WJC). La crítica dice que la influencia del ZdJ es desproporcionadamente grande en comparación con el número de judíos que viven en Alemania. ¿Es esto correcto?
Yo no estoy familiarizado con la situación en Alemania en lo que respecta al poder del lobby sionista. Pero yo sé que en los países con los que estoy familiarizado, concretamente en los Estados Unidos, los sionistas están muy bien organizados y son muy efectivos a la hora de lograr sus intereses. Ellos se han infiltrado perfectamente en las élites de los medios de comunicación, de la política, de los negocios y del mundo académico, y han desarrollado grupos de presión muy bien financiados, en particular la Liga Antidifamación (ADL). Por eso no me sorprendería descubrir que existiera una situación similar en Alemania.
2. La ZdJ – al igual que el WJC – juega un papel complejo en Alemania – y en Occidente en general. Por una parte, la organización pide representar a las comunidades judías en Alemania y Europa Occidental, mientras que por otra parte ellos actúan en nombre de Israel y hacen campaña a favor de la política israelí. ¿Cómo puede ser compatible esto?
Ocurre algo parecido en los Estados Unidos, donde la Liga Antidifamación ha sido un poderoso seguidor de los gobiernos ultraderechistas y racialistas de Israel, mientras que a la vez ha perseguido un amplio rango de intereses políticos sionistas en los Estados Unidos vinculados a la izquierda política. Lo más importante es que los grupos sionistas han estado al frente de la campaña política en lo que respecta al multiculturalismo y al desplazamiento de la población por inmigrantes que llevará a que los americanos blancos seamos una minoría dentro de 20 o 30 años.
Con anterioridad a la fundación del Estado de Israel, una amplia sección de la comunidad judía de América se opuso al sionismo porque estaban preocupados de que apoyar a un gobierno extranjero les hubiera llevado a ser vistos como desleales, algo que ha sido una acusación constante por parte de los antisemitas a lo largo de los siglos. Sin embargo, estas preocupaciones desaparecieron en 1948, y las décadas subsiguientes muestran un gran incremento en el poder del lobby sionista y un apoyo público no disimulado por parte de los judíos americanos hacia Israel. Para estar seguros, los judíos americanos que apoyan a Israel afirman de manera cuidadosa que los intereses de Israel y los intereses de América coinciden. Y en ocasiones, esto puede dar lugar a afirmaciones cómicas, como las recientes peticiones hechas por parte de judíos americanos neoconservadores para que América bombardease Siria con el propósito de prevenir que Siria atacase América con armas químicas. O que Irán estuviera a punto de poder destruir los Estados Unidos o, incluso, invadirlos.
El lobby israelí defiende las acciones militares contra Siria porque esto prolongaría mínimamente una guerra que Assad está ganando, consiguiendo debilitar Siria y Hezbollah en el futuro. Y tal vez esto pudiese llevar a la caída de Assad y a un gobierno Sunni que fuese duro con Irán. Irán y sus aliados son vistos como un enemigo mucho más peligroso para Israel que las naciones árabes y los rebeldes Sunnis que se oponen al gobierno de Assad, sin importar su fanatismo religioso musulmán, su odio a Israel y su posible alianza con al Qaeda.
Las buenas noticias son que hay señales de que los americanos se están dando cuenta de la situación. La administración Obama ha resistido las peticiones de guerra más extremas por parte del lobby sionista (como por ejemplo atacar Irán), y la opinión pública fue decididamente contraria a bombardear Siria, a pesar de los deseos de la administración Obama, a pesar del apoyo de los medios de comunicación y a pesar del fuerte apoyo del lobby israelí. Al final, la opinión pública impidió el ataque sobre Siria, y esto es una muy buena señal para el futuro. Los ciudadanos americanos están cansados de ver los informes de miles de americanos que han muerto o han sido gravemente heridos en las guerras de Irak y Afganistán – guerras que fueron fuertemente apoyadas y, en el caso de Irak, incluso conducidas por el lobby israelí. Estas guerras no han desarrollado los intereses de los Estados Unidos, y cuando las tropas americanas han abandonado esas áreas, ellos vuelven a las sociedades tribales no democráticas que siempre han sido. Ahora mismo, Irak es un hervidero debido a la violencia sectaria desatada que dejó la invasión americana. Estas guerras verdaderamente costosas no han tenido un beneficio tangible, pero si un enorme coste para América y sus aliados, así como para la gente de estas regiones.
3. En Berlín, al igual que en Washington, existen otros muchos grupos de presión activos: el lobby armenio, el lobby ucraniano, el lobby turco, el lobby árabe y otros muchos. ¿Por qué parece que el lobby israelí es el más exitoso de todos ellos?
El lobby israelí tiene éxito debido a ciertas características de su pueblo, como expliqué en mi artículo “Comprendiendo la influencia Judía: Características históricas del activismo sionista”. Los sionistas americanos son el grupo identificable más rico de América, representando menos del 3% de la población pero más del 35% de los multimillonarios. En gran medida, debido a su control de los medios de comunicación, el lobby tiene fuerte influencia en las corrientes de pensamiento y de opinión. Los periódicos americanos, la televisión y la radio, de forma sistemática propagan el punto de vista de las figuras principales del gobierno israelí y la defensa más extrema del expansionismo de Israel, el desalojo de los palestinos y la segregación racial. Por ejemplo, la Radio Pública Nacional (National Public Radio), una emisora de radio que funciona con fondos públicos, a menudo entrevista a prominentes miembros del Instituto Washington para la política de Oriente Medio (WINEP), un centro de estudios proisraelí que apoya la extrema derecha en Israel y la intervención militar americana en Oriente Medio.
WINEP es un buen ejemplo de cómo función el lobby sionista. Fue creado para dar la impresión de ser un centro de pensamiento separado del Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), el principal grupo de presión que actúa en nombre de Israel, con el objetivo de parecer imparcial y objetivo en lo que respecta a Israel, y es considerado por los medios de comunicación de masas como imparcial y objetivo. Pero WINEP fue creado exclusivamente por AIPAC. Fue fundado por los propios contribuyentes de AIPAC, sus miembros son empleados de AIPAC y durante años su sede estuvo establecida al lado de las oficinas centrales de AIPAC. Es cierto que WINEP también contrata otras personas que nada tienen que ver con Israel y les anima a escribir lo que ellos deseen desde su propio punto de vista personal en cuestiones que no están relacionadas con Israel. Pero respecto a Israel, los escritores tienen que seguir la línea de AIPAC.
Como resultado de la riqueza de los sionistas y su compromiso étnico, el lobby sionista está muy bien financiado, por lo que los candidatos políticos que no den su apoyo al lobby verán cómo sus oponentes reciben un gran apoyo financiero. Los políticos, por tanto, frecuentemente apoyan al lobby, incluso aunque no tengan especial interés en Israel, dado que mostrar apoyo es algo realmente beneficioso y no implica exponerse a ningún tipo de presión negativa. En otras palabras, las fuerzas que critican a Israel son débiles, están pobremente financiadas y no son efectivas.
Además, la infraestructura étnica judía proporciona numerosas oportunidades para desarrollar una beneficiosa carrera profesional tanto a judíos como a no judíos. Un ejemplo notable de esto es la política exterior oficial de los neoconservadores, que está estrechamente relacionada con el lobby sionista. Como señaló Scott McConnel, “podemos encontrar docenas de neoconservadores veinteañeros, treintañeros, y de más de cuarenta años a lo largo de Washington que trabajan en centros de estudios, en editoriales, en el gobierno, en cualquier parte. En cambio, puedo contar con los dedos de las manos el número total de jóvenes que conozco en Washington y que trabajan para la seguridad nacional, a los que se puede llamar realistas".
La conclusión es que oponerse al lobby sionista y a otros intereses sionistas es muy costoso, pero ir al lado del lobby de los intereses sionistas puede ser muy beneficioso. Las personas, sean sionistas o no, entienden que desarrollar una buena carrera implica estar de acuerdo con las actitudes y los intereses sionistas, ya sea en lo relativo a Israel o en cuestiones relacionadas con la inmigración y el multiculturalismo.
Sin embargo, existen algunas señales para un optimismo moderado. El grupo de presión Calle J es menos extremo que AIPAC, el cual ha dominado durante mucho tiempo la política exterior norteamericana en Oriente Medio. Por ejemplo, ellos están abiertos al dialogo con Irán en lo relativo a armas nucleares, son fuertes defensores de la paz con los palestinos y critican duramente el expansionismo israelí. Ellos parece que están ganando influencia en la escena política americana, aunque todavía están muy lejos de ser tan poderosos como AIPAC.
4. La crítica hacia la política de Israel es denunciada como antisemitismo por el lobby israelí. ¿Por qué esta estrategia todavía sigue funcionando?
La acusación de antisemitismo es la acusación más mortífera que uno puede imaginar en el mundo actual y es realmente cierto que los defensores de Israel a menudo hacen esta acusación contra los críticos de Israel sin importar si esa acusación está bien fundada y si se basa en evidencias. Esto sigue siendo una táctica efectiva porque se alimenta del ambiente de corrección política donde cualquier crítica hacia las minorías no blancas es considerada un “ataque racista”. Durante décadas y particularmente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, las organizaciones sionistas y los activistas judíos del mundo académico han promovido la idea de que cualquier critica a los judíos es algo irracional que se debe a un desorden psíquico y a la falta de inteligencia. Como resultado de la influencia sionista en las altas esferas de los medios de comunicación y del mundo académico, los americanos han internalizado esta mentalidad, por lo que es frecuente que aquellos que critican a los sionistas inmediatamente se retracten de sus comentarios y se disculpen por lo que han hecho. Aunque la libertad de expresión todavía sigue viva y funciona en América, existen numerosas sanciones informales contra la crítica hacia los sionistas u otras minorías. Los que critican a los sionistas han perdido sus trabajos debido a la presión sionista, por lo que la acusación de antisemitismo es una acusación realmente grave, visto lo visto.
5. En los países occidentales el lobby sionista pretende de manera más o menos exitosa intervenir en las cuestiones internas. Ellos hacen campaña por la abolición de partidos derechistas y a favor de leyes contra el antisemitismo. ¿Por qué ellos no encuentran apenas resistencia ante esta intromisión?
Las organizaciones sionistas han estado, de hecho, a la cabeza de la defensa de inmigración no blanca, a favor del multiculturalismo en los países occidentales y trabajando contra los partidos políticos “derechistas” que defienden el tradicionalismo y la cultura occidental. Desde el comienzo del Siglo XIX los sionistas han apoyado, generalmente, a la izquierda. Existen una serie de razones para ello, pero la principal razón es la hostilidad de los sionistas hacia las instituciones tradicionales occidentales, como la cristiandad, porque las ven como instrumentos para la opresión y la persecución de los judíos. La base psicológica de esto está clara: los miembros de grupos excluyentes con marcada identidad generalmente tienen una visión negativa sobre los grupos no excluyentes, especialmente cuando estos grupos no excluyentes son vistos como enemigos históricos. Y para numerosos activistas sionistas – los mismos que han acabado teniendo una fuerte influencia en la cultura – la historia de Occidente comienza con la destrucción del Templo de Jerusalén por los romanos, avanza rápidamente hacia los saqueos de los Cruzados y las expulsiones de Europa Occidental durante la Edad Media, pasa por el Tribunal de la Santa Inquisición de España a principios de la Edad Moderna y culmina con las persecuciones zaristas, Henry Ford, Hitler y el Holocausto.
Los judíos de la diáspora en Occidente reaccionan principalmente como un grupo de refugiados, lo que quiere decir que se identifican con el multiculturalismo, con la inmigración, y con la izquierda antiblanca de América y de otras regiones. Que los sionistas se identifiquen con la izquierda es una estrategia diseñada para incrementar el poder sionista como una élite opuesta a los intereses de la mayoría americana, la cual es blanca y de origen europeo. De hecho, la comunidad sionista organizada ha sido no solamente la fuerza más importante para acabar con la tendencia europea de las leyes de inmigración americanas, sino que también ha llevado a cabo con frecuencia alianzas con grupos étnicos no blancos, incluidos negros, latinos y asiáticos; estos grupos están verdaderamente alineados con el Partido Demócrata, llevando a la progresiva racialización de la política americana, donde los blancos se unen en el Partido Republicano y el 80% de los no blancos (y los judíos) votan a los demócratas. Como muestra el caso Geert Wilders, la comunidad sionista organizada y los neoconservadores (quienes generalmente están a favor de los republicanos) no apoyarán a ningún candidato político que se oponga a la inmigración masiva no blanca, sin importar lo fervientemente que apoye a Israel.
Por supuesto, no debe sorprendernos que un grupo que se considera a sí mismo perseguido desarrolle actitudes hostiles hacia la cultura que le rodea. Históricamente, otros grupos perseguidos también han sido hostiles hacia las sociedades, viéndolas como el sujeto que les oprimía. Por ejemplo, no hay duda de que los afroamericanos tienen un legítimo resentimiento histórico contra el pasado americano. Sin embargo, no hay duda de que por ellos mismos, los negros no hubieran sido capaces de crear una cultura de hostilidad hacia la mayoría blanca. La creación de dicha cultura tuvo éxito porque tuvo su origen en las élites universitarias, en la industria de Hollywood, en bufetes de abogados bien posicionados y en los más importantes medios de comunicación de masas, como el New York Times – las instituciones académicas, políticas y de información de América.
La diferencia entre los negros y los judíos es que los judíos han sido mucho mejor en este juego que cualquier otro grupo – mucho mejor a la hora de convertirse en miembros de una élite influyente y de una cultura popular. En la actualidad, los blancos americanos sienten miedo de sentirse y de identificarse como miembros de la raza blanca que tienen interés en defender su mayoría demográfica y su cultura tradicional. Yo estoy seguro de que este es el caso de Alemania.
De hecho, el caso de Alemania debe de ser peor debido al sentimiento de culpa sobre el Holocausto que es continuamente expuesto en los medios de comunicación y en el sistema educativo. Esta mentalidad se ha desbordado a América, donde los que se oponen a la inmigración y al multiculturalismo son generalmente etiquetados como “Nazis” por la prensa y por figuras políticas. A lo largo de Occidente, cualquiera que crea que los blancos tienen razones legítimas para querer mantener sus culturas y control político son condenados al ostracismo por los políticamente correctos.
6. A la hora de llevar a cabo planes de guerra (por ejemplo contra Siria, aunque también contra Libia o Irak), el lobby sionista hace campaña a favor de la guerra. ¿Dónde están las protestas de los grupos pacifistas contra estas campañas?
Como he mencionado anteriormente, la opinión pública americana estaba firmemente en contra de la guerra contra Siria. Las guerras en Irak y en Afganistán fueron tan duras que apagaron el apetito de más guerras que no responden realmente a intereses americanos. Estas actitudes no se reflejaron en protestas masivas, pero fueron sentidas por los políticos, hasta el punto de que la propuesta de Obama para bombardear Siria no fue bien recibida por el Congreso. Esa fue la mayor derrota del lobby israelí, pero no hay duda de que ellos continuaran con la presión sobre el gobierno de los Estados Unidos para ir a la guerra contra Irán.
7. Algunos analistas dicen que la existencia de Israel se debe solamente al gran trabajo que realiza el lobby sionista en Occidente. ¿Es esto cierto?
Israel es un país muy bien armado y por supuesto que no corre ningún peligro por parte de sus vecinos. Israel es, de lejos, el país militarmente más poderoso de la región, con armas nucleares, misiles de largo alcance, submarinos nucleares (procedentes de Alemania), sistemas de defensa antimisiles, etc. Incluso sin la ayuda de Occidente, Israel podría mantener su potencial militar en el futuro. Sin embargo, es incuestionable que la relación de Israel con los Estados Unidos y con otros países occidentales es vital para su éxito a largo plazo. Israel sigue siendo un país pequeño que ha dependido de la tecnología americana, tanto en lo que se refiere a la transferencia de armamento y ayuda (la cual actualmente supera los 3.000 millones de dólares al año), como en lo que se refiere a espionaje industrial. Esto es por lo que los activistas sionistas consideran que es verdaderamente crítico disponer de poder sionista en América y a lo largo de todo el occidente. Y América en particular, porque su poder militar y económico es el foco principal de los esfuerzos sionistas. A pesar de las señales de cambio mencionadas anteriormente, el poder del lobby sionista en América no va a disminuir seriamente en el corto plazo.
Entrevista traducida por Dani Hombrados
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