Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 8 de octubre de 2016

Israel: no conviene aniquilar el Estado Islámico

Por Adrián Mac Liman

Hay destacamentos del Estado Islámico presentes en el valle del Yarmuk, a pocos kilómetros de los Altos del Golán. La noticia, difundida hace apenas unos días por la segunda cadena de televisión israelí, hizo saltar las alarmas. ¿El Estado Islámico? ¿Iba a convertirse la hidra que se había adueñado de la mitad del suelo sirio y del norte de Irak en un peligro real para el Estado judío? Aparentemente, disponen de carros de combate, artillería pesada y… ¡armas químicas!, advierte la inteligencia militar hebrea, que vigila desde hace meses a los simpatizantes sirios del Estado Islámico. Todo parece presagiar un ataque relámpago contra Israel.

La amenaza no llegó a materializarse, pero la alerta subsiste, tornándose en una auténtica pesadilla para los pobladores de los asentamientos judíos de los Altos del Golán. Detalle interesante: hasta los primeros días de septiembre, a la población israelí no le inquietaba sobremanera la presencia del Estado Islámico en la región. Es cierto: las sanguinarias huestes de esta organización se hallaban en el país vecino. Los asesinatos y la destrucción en nombre del Profeta formaban parte del menú televisivo de los habitantes de Tel Aviv, Haifa o Jerusalén. Pero Siria quedaba lejos, al menos, mentalmente. Lo que sucede más allá de los confines de Israel nada tiene que ver con la seguridad armada que ampara a los más de 6 millones de judíos que viven en Tierra Santa. En ese contexto, surgió la interrogante: ¿acabar con el Estado Islámico? ¿Para qué?

Fue ésta una de las preguntas que se plantearon recientemente los politólogos y los estrategas de Tel Aviv, más preocupados por la amenaza iraní o el peligro que supone la presencia de Hezbollah en la frontera con el Líbano. De ahí el extraño mensaje lanzado hace menos de un mes por el afamado estratega Efraim Imbar, director del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat (Besa), entidad que realiza trabajos de consultoría tanto para el gobierno israelí como para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). No hay que acabar con el Estado Islámico; la agrupación podría convertirse en un arma eficaz en la lucha contra Irán, Hezbollah, Siria y Rusia, señala el minucioso informe elaborado por Imbar.

Como siempre, la percepción israelí dista del paradigma estadounidense. Para el gobierno de Tel Aviv, el principal adversario sigue siendo el Irán de los ayatolás, país que ha inscrito en sus programas de gobierno la destrucción total de la entidad sionista. Fue ésta una de las prioridades absolutas de la revolución jomeynista, uno de los mantras de los sucesores del ayatolá. Ello explica la reticencia de Israel ante el levantamiento de las sanciones económicas y tecnológicas impuestas al régimen de Teherán, su obsesión por llevar a cabo un ataque relámpago contra las instalaciones nucleares iraníes.

Hezbollah, el brazo armado de Teherán en el Líbano, es otro contrincante que debería desaparecer. En 2006, el ejército israelí perdió la guerra contra el movimiento chiíta, armado y adiestrado por militares de élite persas. De ahí la necesidad de encargar esta tarea a… terceros. Y, ¿quién sino los wahabitas del Estado Islámico?

El indiscutible poderío del ejército sirio fue, durante décadas, la mayor preocupación del Estado Mayor de Tel Aviv. Los dos ejércitos jamás chocaron; ambas partes temían las repercusiones de un posible enfrentamiento armado. En este caso concreto, los estrategas hebreos preferirían recurrir, una vez más, a un combate entre musulmanes.

¿Y Rusia? Obviamente, para los estrategas israelíes conviene mantener a los rusos alejados de la región. Su influencia podría contrariar los proyectos hebreos en la zona. Pero si los rusos tienen que afrontar el peligro islámico en casa, es decir, en el vasto territorio asiático, su margen de maniobra en la región sería más limitado. De ahí el deseo de contar con los supervivientes del estado Islámico. De hecho, la estrategia de enfrentar a los enemigos entre sí surtió efecto durante el conflicto de Afganistán. ¿Acaso Estados Unidos no firmó la partida de nacimiento de Al Qaeda? De la misma manera, Israel patrocinó, hace 2 décadas, la creación de Hamas, agrupación religiosa conservadora que debía neutralizar a la laica Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Pero en este caso, el error de cálculo tuvo consecuencias desastrosas.

Por muy disparatada que pueda parecer, la propuesta de Efraim Imbar no es nada novedosa. En 1957, el Presidente Eisenhower recomendó a la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) la creación en Oriente Medio de movimientos religiosos defensores de la guerra santa llamados a combatir a las incipientes corrientes izquierdistas. En resumidas cuentas, lo que se pretende es convertir al Estado Islámico en el… tonto útil de Occidente.

Fuente.

miércoles, 5 de octubre de 2016

¿QUÉ HAY REALMENTE DETRÁS DE LA TEORÍA DE "GÉNERO"?


Razones para resistir al ataque totalitario desencadenado por las élites globales contra la institución familiar.
Es entre 2013 y 2014 cuando se empieza a hablar en Italia con cierta insistencia del "desguace" de la familia. En una Europa en la que pronunciar el nombre de Cristo y actuar en la estela trazada por Él se puso cada vez más peligroso, hizo falta concentrar la ofensiva contra el último bastión en defensa del ser humano, representado precisamente por la familia.
E Italia estaba muy por detrás de la mayoría de los países europeos "avanzados" en este terreno. Fue necesario cerrar la brecha. El asalto comenzó en muchos frentes, no solamente sobre el legislativo.
Y en efecto, de la manipulación sistemática y sistémica llegó la estocada más fuerte al concepto de la familia considerada "natural", es decir, cuando se intenta sutilmente hacer pasar la historia falsa de que la familia natural fue una construcción social inventada por los católicos. Lo cual no es cierto, si usted piensa que la familia naturalmente entendida ya estaba antes de Cristo.
La acción de la casi totalidad de los medios de comunicación al servicio del poder, a continuación, hizo el resto.
Justo en 2014, de hecho, el Papa Francisco intervino ante el Parlamento Europeo y los líderes europeos, casi todos partidarios de la ideología de género y el archipiélago LGBT, reiterando su "pesar" por la "prevalencia de los problemas técnicos y económicos en el centro del debate político, en detrimento de una auténtica orientación antropológica".
"El ser humano - dijo Francisco – amenaza con ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como una bien de consumo por utilizar. Por lo tanto, cuando la vida no es funcional a este mecanismo, se descarta sin mucha vacilación, como en el caso de los enfermos, los enfermos terminales, los ancianos abandonados y sin cuidado, o los niños asesinados antes de nacer". Y concluyó, entre los aplausos de la mayoría parlamentaria de la Cámara: "Afirmar la dignidad de la persona es reconocer lo precioso de la vida humana, que se nos da de forma gratuita y no puede por lo tanto ser objeto de cambio o de comercio. Vosotros, en vuestra vocación de parlamentarios, también estáis llamados a una gran misión, aunque pueda parecer innecesaria: cuidar la fragilidad, la fragilidad de los pueblos y de las personas. Cuidar de la fragilidad dice fuerza y ternura, dice lucha y fertilidad en medio de un modelo funcionalista y privatista que conduce inexorablemente a la cultura del descarte".
Las palabras del Pontífice fueron sintetizadas trivialmente en casi todos los medios de comunicación y los pasajes más significativos del discurso de Francisco censurados sin vacilación.
Y, sin embargo, a través de la introducción de la teoría de género se ha materializado el fondo para modificar la sociedad desde sus raíces y hacerla así "fluida", manipulable, que pueda ser objeto de la voluntad del mercado.
Pero, ¿qué es en realidad la teoría de género?
De acuerdo con los líderes de la comunidad LGBT, la "ideología de género no existe", es "una invención". Según Francisco, sin embargo, es "un error de la mente humana".
Los "estudios de género" comenzaron en los años 70 para afirmar aquellas teorías que, a partir de la emancipación de las mujeres, sostuvieron el indeferentismo sexual entre hombres y mujeres. A partir de aquí, en el 80, la definición de los géneros "lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer e intersexual" (LGBTQI), con el objetivo de liberar al ser humano de categorías entendidas como "jaulas de la mente" necesitadas por una sociedad sexista y dominada por los hombres. Por el contrario, se ha arraigado en la opinión pública el concepto de igualdad absoluta entre hombres y mujeres. Basta ya con la distinción entre oficios típicamente masculinos y oficios más específicamente femeninos, y sobre todo alto al concepto anticuado de "mamá", un papel que, sin embargo, también puede ser cubierto por el hombre. El objetivo es claro: romper la columna vertebral de la línea familiar, precisamente por la mujer, demoliendo definitivamente el dintel que sostiene la unión afectiva de las personas entendida como un constructo sexista y masculino, que es precisamente la familia natural como se entiende tradicionalmente.
La ideología de género considera por lo tanto el sexo biológico como un dato originario modificable, "fluido", "líquido". El individuo debe ser capaz de elegir en cuál "género" identificarse, debe ser capaz de "auto-determinarse" adecuándose, también burocráticamente, a las infinitas modalidades de expresión de la propia sexualidad, cuya catalogación resultaría hoy en día muy difícil.
Si la familia se desmorona porque es considerada perteneciente a un modelo cultural y social rancio, viejo, superada entonces, ya no existe más la familia, pero existen las "familias". Para la teoría de género, por lo tanto, cada agregado social fundado sobre un genérico "amor", es familia.
Si todo es familia, entonces, ocurre una "des-sexualización" de la paternidad: para tener un hijo ya no se necesita la unión sexual entre un hombre y una mujer. Y ni siquiera se necesita una familia: cualquiera, en combinación o no con otra persona del sexo opuesto o del mismo, puede tener un proyecto de paternidad. La suposición de la que se parte es "siempre y cuando haya amor".
Aquí la des-sexualización pasa por la imposición con fuerza de métodos alternativos de reproducción, tales como la inseminación homóloga y sobre todo heteróloga, modalidad privada de vínculos en las relaciones, y por esto ejemplo de una liberalización del hombre de los viejos patrones del pasado. La madre de alquiler, que encarna la forma más alta, se convierte en la nueva frontera de un negocio disfrazado como un "acto de amor" hacia los demás. Todo esto, por supuesto, pasa por una idealización de la homosexualidad propuesta como modelo de liberación de las condiciones sociales opresivas.
La "colonización ideológica" denunciada por Francisco se completa luego con el control de la educación y la comunicación: formar las mentes de los niños, forjar las nuevas generaciones inculcándoles la idea de que la familia natural sólo es un estereotipo, penetra en la escuela pública a través de la intención compartida de luchar contra la "discriminación de género" y el "bullying homo-transfóbico", gobernando al mismo tiempo los centros nerviosos de la comunicación para filtrar el mensaje del pensamiento único dominante.
Por último, pintar a los opositores como retrógrados peligrosos limitadores de las libertades de los demás, impulsados únicamente por el odio generado por el miedo a lo diferente.
¿La consecuencia? Leyes punitivas, detenciones de opositores y objetores de conciencia, linchamiento mediático de los que no se adaptan al nuevo dictado ideológico.
Pero ¿cuál es el verdadero propósito de esta mutación genética de la sociedad contemporánea en el nombre de un supuesto progreso aclamado y auspiciado por todo el "mundo libre", que se incorpora en este anhelo de libertad al anuncio pro LGBT de Obama "Love is love"?
Es fácil de decir. Y la presencia de algunas de las mayores corporaciones multinacionales - Apple, Coca-Cola, Nike, el holding de George Soros, las fundaciones MacArthur, Ford, Goldman y Rockefeller - detrás del "clan LGBT" lo testimonia plenamente: desintegrar los "cuerpos intermedios", tales como la familia, y dejar de esta manera al ser humano siempre más solo, listo para convertirse en un consumidor y un ciudadano capaz de obedecer a la naturaleza cambiante de los mercados y de los sistemas políticos a través del consumo compulsivo, que es la única posible respuesta a la vacuidad de la propia existencia, carente de puntos cardinales históricos representados por valores y estilos de vida transmitidos de padres a hijos. Sin una "comunidad", sin embargo, el individuo también pierde su capacidad de organizar la disidencia. El hombre, por lo tanto, se hace prácticamente inocuo.
Ante este escenario catastrófico, ¿qué puede hacer la humanidad?
Resistir. Este es el único imperativo. El hombre debe resistir. Y esperar condiciones mejores, para que se vislumbre la alternativa a este "mundo post género" habitado por "cyborg, sin historia, sin raíces y sin identidad". La respuesta puede y debe ser una sola: la recuperación de una acción política independiente que sepa poner en el centro de su actuar la posición intransigente, decididamente contraria al buenismo del “politically correct", que pretenda el reposicionamiento de la sociedad sobre sus modelos culturales tradicionales, que sepa poner en el centro a la familia, la defensa de la vida desde la concepción, la condena de la cultura de la muerte como una opción de libertad primaria entendida como derecho de la persona y, por último, la recuperación de la identidad de la persona como sujeto y no como objeto. Como persona, exactamente, no como una cosa.