Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

viernes, 22 de agosto de 2014

Revolución total, ¿Podemos o no podemos?

Los dos grandes problemas de la sociedad humana contemporánea son el capitalismo —tanto financiero como productivo— y el estado. Ambos son gigantescos acumuladores de poder al control de cuyos mandos un líder adquiere la capacidad de alterar la forma del pensamiento, el modo de vida y hasta de muerte de los individuos, convirtiéndolos en consumidores y esclavos. El siglo XXI arrancó con un enfrentamiento entre ambos acumuladores de poder propiciado por el fenómeno de la globalización.

Globalizar es eludir a los estados y sus normas en la explotación de los individuos mediante las libres transferencias de capital. Por eso, el discurso cotidiano es que los estados, vencidos, en decadencia, se han puesto ahora al servicio del capital. La realidad es que el capital hace siglos que prospera en el negocio de erosionar a los estados, enfrentándolos a muerte unos con otros, para lo cual debe anotarse que financia y encumbra a los líderes más beligerantes y tiránicos. Tras el arrasamiento de Irak o Libia, y su entrega a la sinrazón de sendos estados islámicos, ni una brizna de hierba se mueve en el mundo sin financiación del capital. Pues si alguna osara hacerlo, sería arrasada de inmediato.

El capitalismo es consciente del peligro que las masas radicalizadas representan para sus intereses. Su experiencia le indica que cuando las masas enfurecidas son utilizadas contra el exceso de poder acumulado por el estado, sobreviene el caos y la barbarie. Ello es la consecuencia inevitable del continuado esfuerzo común del capitalismo y del estatalismo para embrutecer y materializar a los pueblos a base de venderles el bienestar económico como la única fuente de felicidad. Sin ética, el pueblo debe ser controlado férreamente, opinan los que explotan. Para ello, el capital ha desarrollado diversas formas de estado a su conveniencia, utilizando para ello herramientas de control social basadas en la mediática.

La democracia, entendida como representación del pueblo a través de profesionales de la política, es una de esas herramientas. Las ovejas eligen a sus pastores y se dejan trasquilar ordenadamente por los dueños del rebaño. Para que los pueblos acepten las democracias burguesas deben primero ser lobotomizados hasta arrancarles del cerebro todo rastro de ética que esté ligado a la inteligencia. Se admite, eso sí, la ética no inteligente, la religión; lo mismo que se admite la inteligencia amoral, el materialismo. Pero se persigue toda forma inteligente de reorganización ética basada en principios meta-revolucionarios.

Los pueblos del mundo han comprendido, a estas alturas, la falacia de la democracia occidental burguesa. Como consecuencia, los moralistas han reinstaurado estados fundamentalistas religiosos para los descerebrados, tanto en oriente como en occidente. y los materialistas han reactivado los fascismos, como sucede en EEUU o Ucrania; y los sistemas de explotación estatal de los pueblos, como pasa en China. Ambas tendencias van en la misma dirección, que es la permanencia y preeminencia del sistema de acumulación de poder del capitalismo financiero multinacional en progresivo detrimento del poder del funcionariado estatal, mera correa de transmisión de riqueza de las bases populares a las élites.

En este continuo estado de degradación de la situación mundial, España es seguramente el país occidental que sufre la más grave crisis económica y de peores consecuencias sociales, equiparable solamente a la de Grecia. En España, la problemática descrita más arriba se exhibe en toda su desnudez. El enfrentamiento entre globalistas y estatalistas se ha resuelto con la rendición de los segundos y su sometimiento a los primeros. Es un efecto antiguo que se ha ido acelerando desde la llegada del PSOE al poder, allá por 1982, hasta la crispación social actual regida por la estancia mayoritaria de la derecha liberal católica en parlamentos y gobiernos. El PPSOE, como se le nombra coloquialmente, y su sistema de satélites y bisagras partitocráticos autonómicos, se ha entregado al capitalismo financiero y se afana en el expolio de los pueblos de España para engordar a las castas privilegiadas a cambio de comisiones, que pone luego a buen recaudo en cuentas privadas de paraísos fiscales.

Ante el colapso de la fe popular en la democracia y en el estado, los poderes fácticos españoles están procediendo con todo descaro a su recauchutado y lavado de cara. Así deben entenderse medidas como la abdicación del corruptísimo Juan Carlos en su hijo Felipe VI "El Preparao" y la creación de nuevas formas de acumulación de la energía política del pueblo indignado.

Para evitar una revolución sangrienta se ha encumbrado al cénit de la popularidad la plataforma politico-ciudadana Podemos, cuyas raíces se anclan en el 15M y en el asamblearismo comunal. Buen fondo, por lo tanto, en principio. Un fondo que obliga a plantearse el estudio crítico de la plataforma con el fin de impedir que se transforme en otra forma de prolongación del régimen de partidos que tan bien le ha venido al capitalismo financiero. Un régimen que está ya agotado, exhalando sus últimos estertores.

Aclararé que acratas.net apoya y apoyará siempre las legítimas aspiraciones del pueblo a ampliar sus libertades, pero jamás amparará ninguna manipulación de esas aspiraciones, tendente a abortar el espíritu revolucionario de los posibles futuros votantes de Podemos. Los líderes de Podemos —el gran líder rodeado de una docena de apóstoles— se muestran manifiestamente ambiguos en ciertos asuntos que son clave para nosotros. Se dice que se trata de una ambigüedad calculada, para no asustar a las viejas, pero las viejas ya están asustadas: el apoyo explícito de Iglesias al chavismo no tiene precisamente un efecto relajante para su tensión arterial.

Así que la transparencia es crucial para que no se produzca una nueva estafa al pueblo. La primera cuestión es ser claros con el abrumador apoyo que los medios de prensa y televisión han prestado a la plataforma, mucho más allá de lo esperable, teniendo en cuenta que se trata de un grupo que está supuestamente dispuesto a perpetrar una revolución en España, y que esos medios dependen directamente del capitalismo financiero español e internacional. Dicho de otro modo, de haber sido Podemos ninguneado en la televisión, nadie habría sabido quiénes eran, ni los habría distinguido de otros partidos y coaliciones que se presentaron a las elecciones europeas sin ningún éxito.

Opino que Pablo Iglesias es, después de ver varias entrevistas concedidas por él a los medios, un mediocre incapaz de otra cosa que de repetir memes populares elaborados y edulcorados para su fácil digestión. Que sea un mediocre no sólo no nos importa, sino que nos parece que es bueno. No es conveniente que exista un Mesías salvador, sino que aparezcan miles de líderes en asambleas locales capaces de discursos mucho más radicales y elaborados, férreamente respaldados por sus asamblearios tras una votación democrática. Arguye Iglesias que los políticos existentes no nos representan, pero no aporta otra solución que cambiar de representantes, sin señalar que es el mecanismo representativo el que fracasa; habla de la crisis en que están inmersos los españoles, pero no señala que son Europa y la pertenencia a la moneda única los causantes, ni preconiza la salida inmediata de la zona Euro; lamenta la pérdida de derechos sociales de los españoles, pero no explica que China es el enemigo a batir por los empresarios, y que sin eliminar la explotación como sistema de competencia no hay derechos de ninguna clase, ni laborales, ni sociales, ni políticos ni personales. Podemos me recuerda al PSOE de 1980, con la UCD y el restofranquismo fachista en el poder aún. Y sus ambiguas promesas. Como aquella tan falaz del "OTAN, de entrada no".

Bien, no quiero seguir la crítica a Podemos sin antes aclarar que lo que trato es de, tras señalarlos, ponerle remedio a sus defectos y marcar el camino para convertir la plataforma en una alternativa revolucionaria viable. Para eso, la primera labor es hacer ver a sus votantes que todo movimiento que surge espontáneamente de las bases populares es acrático por naturaleza.

En efecto, mientras que el conformismo es monocorde, el descontento es variopinto. Los votantes de Podemos piensan de manera diversa, tienen problemas distintos, niveles educativos diferentes. Unos vienen de votar a la izquierda radical. Otros, a Izquierda Unida. Muchísimos, al PSOE. Algunos, a la derecha. Bastantes, llegan de la abstención. No se puede hacer un potaje ideológico con semejantes ingredientes. De ahí la ambigüedad y la dialéctica de los eslóganes que caracteriza a Podemos. Buena prueba de ello es que, cuando hablas con cualquiera de sus simpatizantes, y le señalas alguna idea que te parece imprescindible, te responde siempre:

—"Eso ya lo dice Pablo Iglesias".

—"Sin embargo —le contestas—, he leído el programa de Podemos y allí no está".

—"Bueno, eso es para no asustar a los conservadores".

Lo mismo que se decía en los primeros 80 del PSOE. Esperemos que no con la misma decepción que sintieron los que, al ganar el felipismo las elecciones en el 82, decían:

—"Se acabó el pagar el alquiler".

Así que la solución para acratas.net está clara. Acudir a las asambleas de Podemos y transformarlas en un nido revolucionario donde las cosas se digan y se pongan por escrito. Y luego se hagan circular horizontalmente. Y si Iglesias quiere, que las lea. Y si no, que le den por culo.

Se trata de exponer a las asambleas el concepto de "revolución total o integral" y dejar por escrito nuestras propuestas.

Y la primera cosa que debe quedar escrita en esas asambleas es que la política debe ser una actividad transitoria, amateur y únicamente remunerada por cada asamblea, cuando ello sea preciso, y que el fundamento territorial de la democracia asamblearia es el municipio. Y al que no le guste eso, que se dedique a otra cosa.

Y la segunda cosa que debe quedar escrita es que el trabajo asalariado debe desaparecer, siendo sustituido progresivamente por el cooperativo. Que la explotación es la fuente de toda indignidad y debe ser erradicada voluntariamente.

Y la tercera, que la emisión de dinero no puede ser un negocio privado, por lo que la banca debe ser un servicio público, cooperativo y local.

Y la cuarta, que toda injerencia de los estados extranjeros en España debe desaparecer. Que no puede haber bases militares de los USA/OTAN aquí, porque son un peligro para nuestra libertad, además de convertirnos en cómplices de genocidio. Y que, para ello, el pueblo debe tener inmediato acceso a las armas suficientes para defenderse y defender a sus familias.

Y la quinta, que la educación y la cultura son la base de toda ética. Que un pueblo inculto es un pueblo manipulable y degradable hasta el vómito.

Y la sexta, que la Ley debe ser poca y comprensible para todos, del más listo al más tonto. Quizás no algo tan breve como los diez mandamientos, pero tampoco mucho más largo que el Código de Hammurabi.

Y la séptima, que la propiedad privada se reduce al uso de las tierras por parte de quien las trabaja y de su familia, naturalmente heredable, pero no omnímodo, pues los seres humanos, cuando morimos, no nos llevamos nuestras propiedades a la tumba como los faraones, sino que somos enterrados en la tierra, que nos recicla. Es la tierra la que acaba por poseernos a nosotros, y no al revés.

Y la octava, que la vida no es consumo, sino la busca de la felicidad. Que la economía debe encogerse hasta llegar a la dimensión del hombre, y no al contrario.

Y la novena, que el estado no es nada más que una situación transitoria, cooperativa entre los pueblos para impedir que otros estados lleguen y nos esclavicen. Que el funcionario carece de sentido cuando no existe el monstruo que todo lo devora.

Y la décima que el hombre debe ser libre de pensamiento, palabra y acción, sin otro límite que la conculcación de las libertades ajenas, pues la permanente búsqueda de la libertad es lo que lo distingue del animal y le da arrestos para desuncirse de cualquier yugo.

Estas y mil ideas más deben machacarse una y otra vez en esas asambleas. Se acabaron los cheques en blanco para que otros nos saquen las castañas del fuego. Hay que participar y hacerlo todo por nosotros mismos. Y jamás dejarse reducir por el posibilismo, por el consenso, por el acuerdo con el enemigo. Hay que hablar alto y claro a los demás hasta que nos entiendan. Si les gusta, bien. Y si nos les gusta, que nos echen. Esta es una guerra total, y no se tomarán prisioneros. Así que muy pronto vamos a ver si Podemos o si no podemos.

ÁCRATAS

martes, 19 de agosto de 2014

El inicio del cambio de rumbo mundial

La agresión de los anglosajones contra Rusia está asumiendo la forma de una guerra financiera y económica. Pero Moscú se prepara para las hostilidades armadas desarrollando su autonomía en el sector agrícola y multiplicando sus alianzas internacionales. Thierry Meyssan opina que, después de la creación del califato en el Levante, Washington planea utilizar otra carta en septiembre –en San Petersburgo. La capacidad de Rusia para mantener su estabilidad interna determinará entonces los próximos acontecimientos.




A partir de su probable ampliación en septiembre de 2014, la Organización de Cooperación Shanghai representará un 40% de la población mundial.

La ofensiva de los anglosajones (Estados Unidos, Reino Unido e Israel) por el control del mundo se mantiene simultáneamente en dos direcciones: la creación del «Medio Oriente Ampliado» (Greater Middle East) –con los ataques simultáneos contra Irak, Siria, Líbano y Palestina– y el proceso destinado a separar a Rusia de la Unión Europea mediante la crisis organizada por Washington en Ucrania.

En esta carrera contra el tiempo parece que Washington quisiera imponer el dólar como única moneda en el mercado del gas, la fuente de energía del siglo XXI, como ya lo había hecho anteriormente en el mercado del petróleo [1].

Los medios de prensa occidentales casi no hablan de la guerra del Donbass y la población de sus países nada sabe sobre la envergadura de los combates, la presencia de militares estadounidenses en Ucrania, la cantidad de víctimas civiles ni la ola de refugiados. Los medios de la prensa occidental sí mencionan, aunque con retraso, los acontecimientos del Magreb y el Levante, pero los presentan como el resultado de una supuesta «primavera árabe» (o sea, en la práctica, de una toma del poder por parte de la Hermandad Musulmana) o como el efecto destructivo de una civilización naturalmente violenta. Y nos dicen que es más necesario que nunca acudir en ayuda de los árabes, incapaces de vivir en paz sin los colonos occidentales.

Rusia es hoy la principal potencia capaz de encabezar la Resistencia frente al imperialismo anglosajón. Para ello dispone de 3 herramientas: los BRICS, una alianza de rivales económicos que saben que sólo pueden crecer si se ayudan entre sí; la Organización de Cooperación de Shanghai, una alianza estratégica con China para estabilizar el Asia Central; y, finalmente, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar de Estados ex soviéticos.
Los dirigentes de los BRICS: Dilma Rousseff (Brasil), Vladimir Putin (Rusia), Narendra Modi (India), Xi Jinping (China) y Jacob Zuma (Sudáfrica).

En la cumbre de Fortaleza (Brasil), realizada del 14 al 16 de julio de 2014, los BRICS dieron el paso necesario, anunciando la creación de un Fondo de Reserva Monetaria –principalmente chino– y de un Banco BRICS como alternativas al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, o sea como alternativa al sistema-dólar [2].

Incluso antes del anuncio, los anglosajones ya habían preparado su respuesta: la transformación de la red terrorista al-Qaeda en un califato con el fin de orquestar problemas e incidentes entre todas las poblaciones musulmanas de Rusia y China [3]. Prosiguieron su ofensiva en Siria y la extendieron además a Irak y el Líbano. Pero fracasaron en su intento de expulsar a los palestinos de Gaza hacia Egipto y acentuar la desestabilización de la región. Y, como punto final, siguen sin meterse con Irán para dar al presidente Hassan Rohani la posibilidad de debilitar la corriente antiimperialista de los khomeinistas.

Dos días después del anuncio de los BRICS, Estados Unidos acusó a Rusia de haber destruido el vuelo MH17 de la Malaysia Airlines sobre la región de Donbass, matando así 298 personas. Partiendo de esa suposición, completamente arbitraria, Estados Unidos impuso a los europeos el inicio de una guerra económica contra Rusia. Actuando a la manera de un tribunal, el Consejo de la Unión Europea juzgó y condenó a Rusia, sin la menor prueba y sin darle la posibilidad de defenderse. Y promulgó «sanciones» contra su sistema financiero.

Consciente de que los dirigentes europeos no están trabajando a favor de los intereses de sus propios pueblos sino en función de los intereses de los anglosajones, Rusia prefirió contenerse y se abstuvo –hasta ahora– de entrar en guerra en Ucrania. Apoya a los rebeldes con armas e información de inteligencia, acoge en su propio territorio a más de 500 000 refugiados, pero se abstiene de enviar tropas y de seguir el juego de la guerra. Y es probable que no intervenga antes de que la gran mayoría de los ucranianos se subleve contra el presidente Petro Porochenko, aunque eso implique no entrar en el país hasta después de la caída de la República Popular de Donetsk.

Ante la guerra económica, Moscú ha optado por responder con medidas similares pero no en el sector de financiero sino en el de la agricultura. Dos consideraciones le llevaron a preferir esa opción: En primer lugar, a corto plazo, los demás países BRICS pueden aliviar las consecuencias de las llamadas «sanciones» mientras que, por otro lado y a largo plazo, Rusia se prepara para la guerra y tiene intenciones de reconstituir completamente su agricultura para vivir en situación de autosuficiencia.

Los anglosajones también han previsto paralizar Rusia desde adentro. Primeramente, mediante la activación, a través del Emirato Islámico (ex EIIL), de grupos terroristas en el seno de su población musulmana y también organizando una oposición mediática en ocasión de las elecciones municipales del 14 de septiembre. Importantes sumas de dinero han llegado a todos los candidatos de la oposición en la treintena de grandes ciudades rusas implicadas en esas elecciones mientras que al menos 50 000 agitadores ucranianos, infiltrados entre los refugiados, están reagrupándose en San Petersburgo. La mayoría de esos individuos tienen la doble nacionalidad ruso-ucraniana. El objetivo es, evidentemente, reproducir en el interior del país las manifestaciones orquestadas en Moscú después de las elecciones de diciembre de 2011 –agregándoles la violencia como nuevo ingrediente– e imponer al país un proceso de «revolución de color», al que una parte de los funcionarios y de la clase dirigente sería favorable.

Para lograrlo Washington ha nombrado un nuevo embajador en Rusia, John Tefft, el mismo que preparó la «revolución de las rosas» en Georgia y el golpe de Estado en Ucrania.

Narendra Modi, nuevo primer ministro de la India.
Para el presidente Vladimir Putin será muy importante poder confiar en su primer ministro, Dimitri Medvedev, a quien Washington esperaba reclutar para derrocarlo.

Teniendo en cuenta lo inminente del peligro, Moscú parece haber logrado convencer a Pekín de aceptar la incorporación de la India, a cambio de la de Irán –pero también las de Pakistán y Mongolia–, a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Esa decisión debería hacerse pública durante la cumbre programada en Dusambé, capital de Tayikistán, para los días 12 y 13 de septiembre. Eso debería poner fin al conflicto de siglos entre la India y China e implicarlas en una cooperación militar. Ese drástico cambio de la situación, si se confirma, también pondría fin a la luna de miel entre Nueva Delhi y Washington, cuando este último esperaba distanciar a la India de Rusia ofreciéndole acceso a diversas tecnologías nucleares. La incorporación de Nueva Delhi a la OCS constituye también una apuesta por la sinceridad de su nuevo primer ministro, Narendra Modi, sobre quien pesan sospechas de haber estimulado actos de violencia antimusulmana, en 2002, en Gujarat, cuando dirigía ese Estado de la India.

El ayatola Ali Khamenei
Por otro lado, la incorporación de Irán, que constituye una provocación para Washington, aportaría a la OCS un conocimiento preciso sobre los movimientos yihadistas y los medios de contrarrestarlos. También en este caso, si se confirma debe reducir la voluntad iraní de negociar una pausa con el «Gran Satán», intención que motivó la elección del jeque Hassan Rohani a la presidencia de la República Islámica. En este caso, la apuesta sería por la autoridad del Guía Supremo de la Revolución Islámica, el ayatola Ali Khamenei.

La entrada de esos países a la OCS marcaría de hecho el inicio de un cambio de rumbo del mundo, que después de estar orientado hacia Occidente se orientaría hacia el Oriente [4]. Pero esa evolución tendría que contar con protección en el plano militar. Ese es el papel de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), conformada alrededor de Rusia pero que no incluye a China. A diferencia de la OTAN, la OTSC es una alianza clásica, compatible con la Carta de las Naciones Unidas, ya que cada uno de sus miembros conserva la posibilidad de separarse de la OTSC si así lo desea. Y es basándose en esa libertad de los miembros de la OTSC que Washington ha tratado durante los últimos meses de comprar a varios de ellos, como Armenia. Pero la caótica situación que prevalece en Ucrania parece haber enfriado a los que podían soñar con una «protección» estadounidense.

Así que hay que prever un aumento de la tensión durante las próximas semanas.


Thierry Meyssan



NOTAS

[1] «¿Qué tienen en común las guerras de Ucrania, Gaza, Irak, Siria y Libia?», por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada (México),Red Voltaire, 8 de agosto de 2014.

[2] «Las semillas de una nueva arquitectura financiera», por Ariel Noyola Rodríguez, Red Voltaire, 1º de julio de 2014. “Sixth BRICS Summit: Fortaleza Declaration and Action Plan”, Voltaire Network, 16 de julio de 2014.

[3] «¿Yihad mundial contra los BRICS?», por Alfredo Jalife-Rahme,La Jornada (México), Red Voltaire, 18 de julio de 2014.

[4] “Russia and China in the Balance of the Middle East: Syria and other countries”, por Imad Fawzi Shueibi, Voltaire Network, 27 de enero de 2012.