Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 3 de enero de 2015

La geoingeniería es mucho más que la “conspiración de los chemtrails”

Por Miguel Jara

Me ha sorprendido (quizá no tanto) un post de El Confidencial sobre la geoingeniería como negándola y ridiculizando a quienes trabajan ese asunto. La geoingeniería es una “nueva”ciencia que estudia la manera de modificar el clima por medios técnicos. No por poco conocida deja de ser cierto que existe.

Además, el artículo me parece mal intencionado pues pese a que la principal fuente de información del mismo, la asociación Guardacielos, dice que prefiere hablar de geoingeniería mejor que del concepto “popularizado” de la misma, “chemtrails”, el autor de la información se empeña en titular con esta última palabra, que tiene un sentido peyorativo por las muchas cosas raras que se han escrito en su nombre.

Nos cuenta ese diario:
"El pasado sábado 20 de diciembre, a petición de Izquierda Unida, Partido Popular y PSOE se sumaron a una iniciativa en el municipio de Castronuño, Valladolid, para expresar su rechazo a los chemtrails o, lo que es lo mismo, las estelas de vapor de agua que dejan los aviones a su paso”.
Pero en el documento de las mociones municipales la palabra “chemtrails” no aparece por ninguna parte, se trata siempre de geoingeniería, el nombre correcto del fenómeno. La explicación de lo que son los denominados chemtrails es errónea a consciencia pues ese concepto surge tras la fusión de dos palabras anglosajonas como chemical y trails es una que significa algo así como trazos químicos, por las líneas que trazan en el cielo a base de nubes determinados aviones no se sabe bien con qué intención.

Si lo que pretendía el reportero era desinformar desde luego que entre profanos en la materia lo ha conseguido.

Observo también que de manera reiterada y desde el mismo titular se asocia la geoingeniería con una supuesta conspiración, término que ha degenerado para asociarse con todo lo que se desconoce o suena raro o puede poner en jaque a ciertos poderes. Todo lo que no nos guste podemos intentar descalificarlo etiquetándolo de “conspiración”.

La Universidad de Oxford ha creado una librería digital relacionada con este tema. Está en inglés y contiene mucha información reciente, desde artículos de prensa hasta estudios científicos. En esa página se explica qué es la geoingeniería. Éste es un concepto mucho más amplio que los conocidos como chemtrails, esto serían una parte, la nueva ingeniería sería el todo.

Para entender a qué me refiero es imprescindible que veáis el estudio científico que recoge con más detalles proyectos con la apariencia de lo que vemos en el cielo y otros muchos que tienen la intención de combatir el cambio climático con tecnologías de lo más “curiosas”. Es un trabajo de 944 páginas realizado por un extenso panel de científicos e investigadores denominado Policy Implications of Greenhouse Warming: Mitigation, Adaptation, and the Science Base (Implicaciones de la política del calentamiento por efecto invernadero, mitigación, adaptación y base científica).

Ante los informes que muestran el creciente caos climático, los promotores de la geoingeniería –entendida como manipulación intencional del clima a escala planetaria– han logrado incluso entrar en ámbitos globales de referencia, como el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).

Intentan además revertir la moratoria contra la geoingeniería que existe en Naciones Unidas en el Convenio de Diversidad Biológica y legitimar técnicas de geoingeniería en las negociaciones de cambio climático. Es por tanto la geoingeniería uno de los temas científicos más candentes y polémicos (y menos transparentes para lo que hay en juego). De conspiración no tiene nada.

Hay un documental muy serio sobre a lo que nos exponemos con la geoingeniería que se titula What in the World Are They Spraying?, que puede traducirse como ¿Con qué están rociando el mundo? Este trabajo trata de documentar hasta dónde es posible que en la actualidad se estén creando nubes artificiales de compuestos químicos y metálicos que tendrían como objeto reflejar parte de los rayos del sol que llegan a la Tierra para reducir en algún grado la temperatura.



En los últimos años se han utilizado estas técnicas, aunque no son muy conocidas por la ciudadanía. Por ejemplo la compañía Planktos basa su negocio en verter toneladas de nanopartículas de hierro en los mares alegando que así puede capturarse el carbono emitido a la atmósfera. Y personajes como Bill Gates (presidente de Microsoft) financian proyectos para combatir el cambio climático por medios tecnológicos.

No sé con qué criterios periodísticos se escriben cosas como las que me han traído a escribir sobre este asunto pero yo si observara que tras un fenómeno sólo hubiera una panda de chalados NO le prestaría atención. Creo que lo sensato es investigar el asunto, tomar muestras de las tierras que la citada asociación dice que están contaminadas, ver si es cierto, buscar relaciones, comprobar los hechos, vaya. Y preocuparnos por la geoingeniería, ser escépticos con la misma pues la mejor manera de combatir el cambio climático es cambiar el actual modelo económico por uno ecológico.

¿Recordáis aquello de que cuando el filósofo señala a la luna el estúpido se queda mirando el dedo? Pues en este tema es claro que hay gente que cuando le señalas la geoingeniería se queda con la “conspiración de los chemtrails”.

martes, 30 de diciembre de 2014

Transgénicos, monstruos de laboratorio

El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos para la salud humana”.

Los transgénicos también son, además de muchas otras cosas, un atentado contra la fertilidad humana. Los expertos son muy claros y contundentes al respecto. Mientras, los políticos, a sueldo de las grandes empresas, como Monsanto o Cargill, miran hacia otro lado… y abren el bolsillo. Las puertas giratorias permiten todo tipo de corruptelas.

Por si fuera poco, los etiquetajes son opacos, las legislaciones ni se cumplen ni se hacen cumplir y la aldea global permite que estemos consumiendo maíz esterilizante sin que nadie haga nada al respecto. 

El Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos, en una entrevista concedida a Ima Sanchís, La Contra de La Vanguardia, señala que los alimentos modificados genéticamente “son tóxicos para la salud humana”. 

Y NO LO DICE UN RADICAL 

El doctor confiesa que no es un radical de los alimentos naturales: 
“En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los ingerimos. Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen estos productos modificados genéticamente”. 
El doctor Gilles-Eric Séralini, que es una institución en su sector, hace hincapié en que las patologías que son consecuencia de la exposición a modificación genética incluyen las enfermedades reproductivas. ¿Por qué? El mismo doctor contesta: 
“Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de maíz y soja contienen Round-Up, el mayor herbicida del mundo. Sí, muchos productos alimentarios contienen estos OMG’s, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas, bombones, caramelos, chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…). No sabemos en qué medida son peligrosos, no lo sabemos aún, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien”. 
También las células, y quizás, especialmente, las células del aparato reproductor femenino y masculino. Se sabe que estos venenos que contienen estas plantas transgénicas causan múltiples disfunciones hormonales/endocrinas. Entre ellas, y con mayor fuerza, en el aparato reproductor. Los estudios independientes son lapidarios en este sentido. 

ESTUDIOS CONTUNDENTES 

Según ha publicado Greenpeace y muchos otros medios y webs de ONG’s, 
“un estudio hecho público por el gobierno de Austria identifica graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional”. 
Los resultados del análisis certificaron que: 
“El estudio, patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado en un seminario científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, profesor de Medicina Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio, resumió los hallazgos: ‘Los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la alimentación’”. 
Los más curioso de todo, y preocupante, es que este maíz transgénico se cultivó en España, principalmente en poblaciones de la comunidad autónoma de Catalunya. El estado español, y más concretamente Catalunya, es el principal productor de maíz transgénico de la UE. Mientras otros países han mostrado evidentes reticencias y prohibiciones, los diferentes ejecutivos nacionales, sean estatales o autonómicos, no ponen ningún impedimento a los cultivos modificados genéticamente. Es curioso comprobar cómo gobernantes que son tan nacionalistas, españoles o catalanes, no les causa ni la menor preocupación el hecho de que nuestro territorio esté siendo colonizado por agentes modificados genéticamente peligrosos cuyos beneficios van a parar a otras partes del planeta y a paraísos fiscales. Las oligarquías locales, está claro, salen muy beneficiadas. Mientras la gente está despistada con lo de las banderas de un color u otro, el territorio está siendo colonizado por agentes foráneos que son el verdadero peligro para unos y otros… 

DON HUBER

En estudios y artículos publicados en diferentes medios, el Dr. Don Huber también habla de los efectos de los cultivos modificados genéticamente. Sobre todo, en lo que al uso del pesticida glifosato (Round-Up) respecta. El doctor ha dicho que: 
“Los científicos han descubierto recientemente un patógeno (Mycotoxic) que está en los cultivos transgénicos como el maíz, la soja y el trigo, que causa la infertilidad y aborto involuntario en animales y las personas. Está afectando al ganado. Algunos ganaderos ya han observado que, debido a los piensos con OMG’s, la infertilidad ya llega al 50%. A escala global, lo mismo se puede atribuir a la caída mundial en la fertilidad humana”. 
Este nuevo agente patógeno está siendo estudiado por científicos de todo el mundo. Las grandes transnacionales del agro se empeñan en desacreditar los estudios y las afirmaciones de Don Huber con todo tipo de argucias. El Dr. Huber, un hombre con 40 años de experiencia en medicina, ha mostrado sus conclusiones a diferentes autoridades de la UE para que se pongan todos los medios al alcance y se dejen de llevar a cabo cultivos que ponen en peligro la fertilidad de la población, además de muchos otros problemas de salud no menos graves. 

DEMASIADAS EVIDENCIAS

Sólo por Internet se pueden recoger cientos de evidencias científicas y entrevistas con expertos que ponen en entredicho la presunta inocuidad de los alimentos modificados genéticamente y que muestran, entre otras cosas, cómo estos productos causan infertilidad en humanos y en animales, además de otros muchos problemas serios de salud, principalmente relacionados con el sistema hormonal/endocrino. Si son tantas las evidencias. ¿cómo es que nadie hace nada para evitar estos problemas? ¿Por qué, por otro lado, se sigue permitiendo que los etiquetajes sean tan opacos e ilegibles? Habida cuenta de cómo está todo este asunto, tenemos que señalar que la mejor manera de mostrar nuestra condena a todo esto es: por un lado, el consumo de alimentos ecológicos, especialmente en lo que atañe a las especies citadas; soja, maíz… Y, por otro lado, llevar a cabo todo tipo de campañas ciudadanas de boicot a las empresas que producen/comercializan productos OMG’s… Sin olvidar que buena parte de nuestra lucha tiene que ir destinada a que los etiquetajes de los productos convencionales sean claros: si contienen OMG’s tienen que mostrarlo claramente. 

Los nuevos nazismos se hacen patente de forma cada vez más subliminal. Nuestro deber es estar informados para hacer frente a esta manipulación genética y mental con la que la aldea global pretender esterilizarnos. 

Pablo Bolaño 

Dr. Gilles-Eric Séralini Palabras muy serias 
“En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en Catalunya), es la puerta de entrada de los OMG’s a Europa. He efectuado estudios cuyos resultados son elocuentes. Sí, sobre los efectos del Round-Up (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los transgénicos) en células humanas: directamente las mata. Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los medicamentos; pero entonces los OMG’s no son rentables. Hay un gran combate político y económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las grandes compañías. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido, combatir el poder de estas empresas. Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de estos alimentos gracias a los OMG’s. Quien tenga las patentes y cobre royalties cada vez que alguien las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas farmacéuticas han empezado a hacer OMG’s. Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los gobiernos saben que hay problemas con los OMG’s, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis… resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias”. 
Fuente original: http://vidasana.org/

Fuente.