Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

jueves, 9 de febrero de 2017

El gran lavado de cerebro


El gran lavado de cerebro

Por Robert Eastern – Al considerar el concepto de “lavado de cerebro” la mayoría de la gente todavía piensa en términos de los métodos utilizados por las sociedades comunistas totalitarias del siglo pasado. Uno de los mejores ejemplos de estos métodos fue la prisión de Piteşti en Rumania, que buscaba reeducar (o asesinar) a los anteriormente miembros de la Legión de San Miguel Arcángel (Guardia de Hierro) junto con creyentes religiosos de todo tipo, incluyendo judíos. El régimen era brutal en extremo y confió en la utilización de los reclusos para que se torturaran los unos a los otros. Pero sólo tuvo un éxito parcial; muchos presos que sobrevivieron salieron con exactamente las mismas creencias con las que habían entrado. Esto se debía a que las sociedades totalitarias comunistas eran demasiado crudas en su comprensión de los métodos para crear el «hombre unidimensional» que tanto deseaban; simplemente no se puede ‘golpear a la gente para que piense de la manera en que tú lo haces’. Los seres humanos son por naturaleza sospechosos y si usted le dice a la gente que crea en algo, al menos algunos de ellos se olerán algo raro.

Entonces, ¿cómo es que hemos llegado a una sociedad en Occidente (y cada vez más en todo el mundo), donde todos (aparte de las masas lumpen y de algunos grupos aislados “regresivos”), tienen prácticamente los mismos “valores”, suscriben la misma visión del mundo y late al mismo ritmo de tambor? – “¡Ah, pero …!”, le oigo decir, “nuestra edad es la edad de la diversidad, de hecho hay múltiples visiones del mundo que se expresan todo el tiempo en nuestra sociedad!”. En respuesta, yo diría que esas diferencias son sólo superficiales y que la mayoría de la gente en general, y el 100% de la gente en la academia y en los medios de comunicación se adscriben a los llamados “valores” del secularismo liberal moderno.

Estos “valores” absolutamente incuestionables se expresan en cosas tales como: la elevación de los llamados “derechos humanos” a un sucedáneo de religión, la obsesión por la “libertad” sexual, la demonización de los pueblos tradicionales y sus costumbres y, más tópicamente, la demonización de Rusia y de Donald Trump.

Es casi imposible discutir con esas pobres almas que son víctimas de la más insidiosa forma de lavado de cerebro, porque ni siquiera aceptarán que lo que dan por sentado es una visión del mundo (y una muy inestable). Ellos creen que es simplemente “neutral” de la misma manera que la BBC cree irrisoriamente serlo. He escrito antes que ‘el pez no sabe lo que es el agua’ y ésta sigue siendo la mejor descripción de los resultados del lavado cerebral actual. La mejor manera de explicar al pez que la materia en la que está nadando se llama agua y que hay otro mundo que no consiste en agua es (temporalmente) sacarlo del agua en la que vive y respira. Pero con una cura de este tipo se corre el riesgo de matar a los peces por conmoción cuando se dan cuenta de que existe otro mundo más allá del suyo. Pero no es simplemente que sus opiniones o “valores” nunca sean cuestionados por los medios de comunicación y el mundo que los rodea, creo que también es justo decir que la gran mayoría de esas personas se caracteriza por una vertiginosa ignorancia de la historia del mundo y de la cultura.

Voy a ilustrar a modo de ejemplo. ¿Cómo se discute con alguien sobre la situación en Oriente Medio, y particularmente en Siria, cuando todas sus opiniones sobre el asunto han sido recibidas de una y sólo una fuente (los medios occidentales)? Tales personas rara vez saben mucho sobre la historia del período otomano tardío o del vacío de poder creado por el colapso de la Unión Soviética. Trágicamente, tales imbéciles fueron enviados desde Occidente para atormentar la región, como lo ilustra la legendaria historia del general estadounidense que, al encontrarse con un cristiano iraquí, preguntó con asombro: -“¿Cuándo se convirtió su familia?” – “¡Oh!, hace aproximadamente 2000 años”, fue la respuesta. Es mucho más fácil lavar el cerebro a personas que no tienen conexión con ninguna cultura y ningún conocimiento de la historia. Para cualquier persona que realmente conoce la historia y los hechos, la representación de la confusión en Oriente Medio y particularmente en Siria por parte de los medios occidentales aparece como el cuento de hadas más increíble.

En una iglesia siria me encontré recientemente con gente que estaba completamente desconcertada por la cobertura de la BBC de este conflicto. A sus ojos, Putin debería recibir un Premio Nobel de la Paz y quizás debería ser elevado al equivalente de los “Justos entre las Naciones”, por detener el genocidio de los cristianos en ese país por parte de los milicianos auspiciados por Occidente. Pero ni siquiera puedes empezar a contar esto a una víctima del lavado de cerebro porque ellos “saben” que Putin persigue a los homosexuales y ha invadido un país llamado Ucrania.

Así que la mejor manera de lavar el cerebro es crear una sociedad entera donde sólo se permita una visión del mundo y sólo un sistema de “valores” domine en todas partes, pero (y esto es crucial) debe hacerse sin fuerza. De hecho, debe hacerse con la máxima “dulzura” o “matándote bondadosamente” por medio del nuevo-habla eufemístico, y toda contradicción debe ser castigada como “discurso del odio”.

Los resultados de todo esto son muy tristes y muy malos, no solo porque la cosmovisión descrita sea en el mejor de los casos un montón de tonterías, sino porque también está matando la historia y la cultura. En las facultades de historia los estudiantes a menudo leen más libros sobre la llamada “teoría” de lo que hacen que sobre la historia real. Junto a esto está la tendencia a escribir historia con el tácito pero omnipresente marco moral del secularismo liberal acechando en cada frase. Esto ha llevado a lo que yo llamo la “infantilización de la historia”, donde toda la historia pre-moderna consiste en la historia de las “voces previamente excluidas” o de las “personas marginadas”, y toda la historia moderna (incluso la historia napoleónica) trata sobre lo malo que era Hitler” y la necesidad de “no repetir nunca el fascismo“ (es decir, ninguna otra cosa que no sea el secularismo liberal moderno). En la literatura los resultados han sido aún más devastadores e incluso diría que es muy improbable y probablemente imposible que vuelva a surgir un verdadero gran escritor.

En lugar de un Mishima tenemos a Murakami, y en lugar de un T.S. Eliot tenemos a Seamus Heaney. Huelga decir que un genio como Louis-Ferdinand Céline o como Dostoievsky nunca podría salir de nuestra actual cultura unidimensional (y ciertamente si lo hiciera, sería inmediatamente puesto en la picota por el odio o simplemente ignorado). Pero también es verdad, y aunque los liberales se sientan agraviados por ello, que ni siquiera los grandes escritores más izquierdistas (aunque hay que tener cuidado aquí) del siglo pasado como Rilke, Broch, Musil y Thomas Bernhard, podrían nunca aparecer hoy de la cultura diluida en la que vivimos. Esto se debe a que el “embrutecimiento” va de la mano del evangelismo “inclusivo” de la élite liberal. En nuestros igualitarios días, donde todo el mundo es un artista y todo el mundo es un escritor, en realidad no hay artistas ni escritores. El problema es que, aunque el dogma omnipresente de los liberales pretende ser un “sistema de valores”, en realidad es un sistema vaciado de toda creencia, o incluso de la noción de creencia. T.S. Eliot lo reconoció fácilmente en su controvertido ensayo “fascista”, After Strange Gods, cuando escribiendo sobre la blasfemia, concluyó; “Repito que no estoy defendiendo la blasfemia; estoy reprochando un mundo en el que la blasfemia es imposible”.





Fuente.
Fuente: Katehon.

domingo, 5 de febrero de 2017

Las élites occidentales y el Islam

Una de las características de la modernidad es el FALSO DEBATE y la CONFUSIÓN. Lo que se traslada a la opinión pública (mejor dicho, lo que se construye como tal) es un falsa dicotomía entre dos posturas enfrentadas, con las que ocultar lo esencial de la cuestión a tratar. Además, sumado a esto (y formando parte del engaño) en todos los debates se mezclan los intereses del pueblo llano (o mejor dicho, los que deberían ser sus intereses) con los de las élites que los dominan y someten.

Pues bien, hecha esta salvedad, lo que está claro es que el ISLAM (tanto el “moderado” o “asimilado”, como el “radical” en segunda instancia), es de mucho interés para las élites occidentales, concretamente europeas, y lo es por la sencilla razón de que es un sistema de dominación que se muestra firme y vigoroso a lo largo de los siglos, a diferencia del sistema de dominación occidental, que da síntomas claros de agotamiento.

Hasta ahora los poderes fácticos en occidente han optado por degradar-someter al pueblo llano por medio del hedonismo-consumismo y han apretado tanto en esa dirección que las sociedades europeas ya no son viables económicamente, la gente ya no es funcional ni siquiera para producir-consumir, a diferencia de lo que ocurre con las potencias emergentes o emergidas. Además, han impulsado la división-enfrentamiento (feminismo, homosexualismo, inmigracionsmo, antirracismo, etc.) y esto va creando al caldo de cultivo necesarario para la siguiente etapa.

Europa es un geriátrico, Europa está endeudada y Europa no tiene fuentes de energía, ¿quién tiene esos tres recursos (demografía, dinero y petróleo)? casualmente el ISLAM. La otra opción geográfica (geopolítica) es Rusia, pero ésta es un rival imperialista de primer orden, y EEUU nunca ha permitido ni permitirá una alianza entre aquélla y Europa, ya que supondría el fin de EEUU como primera potencia mundial. El papel de China está por ver, pero algo tenemos seguro: también quiere ser la primera potencia mundial (con Rusia como aliada) y las élites de Occidente tratan de evitarlo.

La opción ISLAM no sólo es ahora la mejor opción para las élites europeas, también lo ha sido en otras épocas; los nazis y otros poderes europeos ya coquetearon con él y, finalmente, después de la segunda guerra mundial los vencedores usaron al Islam como arma contra el comunismo. Otra colaboración importante fue cuando el imperio visigodo ibérico estaba en decadencia, con enfrentamientos internos y con sublevaciones por doquier en todo su territorio; en esa situación una de las facciones enfrentadas invitó a los musulmanes a entrar, esa fue la famosa y sangrienta invasión musulmana que duró tantos siglos. Y esa invitación tuvo lugar porque las élites visigodas vieron en ella la única opción de mantener su status.

Ahora estamos en un momento histórico en el que las élites de Occidente vuelven a necesitar al Islam. Una pregunta que surge es, ¿por qué entonces los atentados terroristas islámicos en Europa?, ¿no son acaso contraproducentes a la hora de introducir, poco a poco, el Islam? Si nos quedamos en los titulares, en lo superficial, en lo mediático y en lo frívolo, la respuesta es sí, pero si analizamos lo que está sucediendo en realidad, dejando a un lado prejuicios, ideologías y dogmatismos, lo que vemos es que, so pretexto de luchar contra el Islam radical, lo que se hace es proteger al Islam moderado-integrado, favoreciendo así su expansión. ¿Cómo y cuándo lo hacen? Vemos claramente como a cada atentado terrorista islámico se suceden reacciones de la ultraderecha y, contra ésta, reacciones de las izquierdas y el progresismo; y como síntesis de todo ello los gobiernos promulgan medidas que “satisfacen” a los dos bandos (falsos bandos creados para consumo de masas); ¿y cuales son esas medidas?

1- Aumentan los recursos contra el terrorismo.
2- Aumentan las medidas de integración y protección de los inmigrantes pacíficos y moderados. No en vano nos repiten constatemente que los más perjudicados del avance del ISIS son los millones de musulmanes que huyen de aquellas tierras y que llegan a Europa con el atributo de REFUGIADO (status superior al del inmigrante por razones económicas). En cambio, apenas llegan a Europa algunos de los cientos de miles de cristianos sirios que, en buena lógica deberían ser (y son) los más perseguidos por el ISIS y los primeros en querer llegar a Europa, siendo como son, por razones obvias, mucho más asimilables que los musulmanes.

¿Por qué los estados europeos permiten y/o impulsan todo esto? ¿Por qué no favorecen la integración a secas del Islam moderado sin necesidad del Islam radical, es decir, sin necesidad de terrorismo? pues por razones obvias: los pueblos europeos no lo aceptarían. En cambio, presentando al MAL ABSOLUTO antes nuestras narices (como es el ISIS ahora, y antes el nazismo, o el comunismo...), todo lo demás nos parece aceptable, cuando no fantástico, incluido el Islam “moderado”... e incluida nuestra propia degradación, ya que ante tanto “terror externo” nuestra degradación (inmensa realmente) parece poca cosa.

Es el método más antiguo de dominación: infundir MIEDO a lo externo mediante la creación a tal efecto de un monstruo; al mismo tiempo que se promueve la arrogancia y el engreimiento como miedo a lo interno, esto es, miedo a descubrir y aceptar nuestra propia degradación; conclusión (síntesis): el problema es el monstruo y no yo (no nosotros).

Obviamente todo esto es muy resumido, y se puede matizar mucho más pero, en esencia, ese es el momento histórico en el que nos encontramos: antes de que las minorías poder-habientes atisben una mínima posibilidad de que la gigantesca degradación occidental (a la que ellas han llevado a sus pueblos) sea revertida por los propios pueblos europeos (previa toma de conciencia) será "corregida" por un nuevo sistema de dominación (con el islam como herramienta), no sin que corra, por supuesto, bastante sangre en el ínterin. Y esto no significa que el "bien" gane al "mal" (ni viceversa), sino que el MAL se actualiza a las nuevas condiciones.

En nuestras manos está evitar pasar de la más absoluta degradación en un sentido (hedonismo, epicureísmo y pusilanimidad hasta el infinito), a la más absoluta degradación en el sentido contrario. Para ello lo primero es tomar conciencia de lo que somos, o en lo que nos hemos convertido, poco más que piltrafas; y una vez asumida nuestra condición actual, debemos tomar las riendas de nuestro destino, sacar fuerza de donde no la hay, llenarnos de razones, y todo ello junto a nuestros iguales; por tanto, hay que prescindir de las castas de expertos que dirigen nuestras vidas, y que conforman los ESTADOS y el GRAN CAPITAL; pero éstos sólo podrán ser despojados de su poder y sus poltronas cuando tengamos un proyecto y una estrategia, porque la violencia a secas lo único que construiría (en el mejor de los casos, es decir, en caso de "victoria") una sociedad revanchista que en nada mejoraría cualitativamente la anterior. Un ejemplo de ello lo tenemos en Espartaco; él era ciudadano tracio libre y cuando fue hecho prisionero lo alistaron en las legiones romanas; se escapó y, una vez capturado de nuevo, fue convertido en esclavo gladiador. Cuando se volvió a escapar reunió a un ejército de 50.000 esclavos, con la particularidad de que el 99% de ellos eran esclavos de nacimiento (por tanto, no conocían la libertad, y mucho menos la responsabilidad y esfuerzo sin fin que ésta conlleva)... Después de que los esclavos aprovecharan las primeras victorias ante las legiones romanas, para destruir, matar y violar sin miramientos a soldados y civiles, Espartaco se dio cuenta de que no iban a construir una sociedad mejor y que, además, por ello mismo, la victoria era imposible, dado que no había un componente moral superior en su ejército comparado con la tiranía de Roma.

Lo dicho, el Islam no está aquí por casualidad, y tampoco sólo por el mérito de las élites islámicas, sino porque lo necesitan las élites locales y por nuestra absoluta degradación: la absoluta degradación del pueblo llano; un pueblo llano que está tanto o más degenerado que las élites del poder de las que emana tal degradación.

Durante los 16 siglos posteriores las élites de poder han ido tomando nota de sus errores, de tal forma que ahora SÍ tienen preparado el nuevo sistema de dominación que sustituirá al disfuncional y envejecido sistema de dominación occidental. En nuestras manos está impedírselo; es nuestra decisión seguir siendo, como hasta ahora, OBJETOS de la historia, o bien optar por ser SUJETOS activos de la misma.


Fuente.