Por Alfonso Piscitelli – La medida más eficaz para prevenir estos pequeños golpes de Estado alimentados por los “especuladores filántropos” es el que ha introducido Putin en Rusia: controlar de manera cautelosa las cuentas corrientes de las llamadas ONGs. Abra la cartera del militante por los “derechos civiles” e invariablemente encontrará el dólar…
Técnica del Golpe de Estado en el siglo XXI. Se les paga a las ONGs, que comienzan a protestar por los “derechos civiles” de alguna minoría. Se pone en circulación el tam tam de los bloggers. En este punto se organizan manifestaciones y se espera cualquier golpe de fusil de las autoridades para poder gritar acerca de la represión por parte del gobierno.
En Kiev se hizo así. Y también se descubrió que los francotiradores que disparaban contra los manifestantes desde los tejados eran también parte del proyecto. Proyecto de “sociedad abierta” como aquellos financiados por el especulador multimillonario Soros. El mismo arquitecto del colapso de la lira al final del siglo pasado.
Las revoluciones de colores: naranja, rosa, blanco, verde, son así. Bastante repetitivas en todas las latitudes. Inevitable que en algún momento el formato comenzara a perder audiencia.
Al principio ocurría que las revoluciones de color fomentadas por Occidente y los famosos especuladores “filántropos” dejaban detrás de sí una larga estela de caos, devastación y empobrecimiento de la sociedad. Últimamente sucede que estas revoluciones ni siquiera alcanzan sus objetivos.Técnica del Golpe de Estado en el siglo XXI. Se les paga a las ONGs, que comienzan a protestar por los “derechos civiles” de alguna minoría. Se pone en circulación el tam tam de los bloggers. En este punto se organizan manifestaciones y se espera cualquier golpe de fusil de las autoridades para poder gritar acerca de la represión por parte del gobierno.
En Kiev se hizo así. Y también se descubrió que los francotiradores que disparaban contra los manifestantes desde los tejados eran también parte del proyecto. Proyecto de “sociedad abierta” como aquellos financiados por el especulador multimillonario Soros. El mismo arquitecto del colapso de la lira al final del siglo pasado.
Las revoluciones de colores: naranja, rosa, blanco, verde, son así. Bastante repetitivas en todas las latitudes. Inevitable que en algún momento el formato comenzara a perder audiencia.
Las últimas revoluciones en Armenia y Macedonia se han descolorido fácilmente. El golpe de Estado se pospone por la lluvia, podríamos decir recordando un lema que se aplicó en Italia en los tiempos de la farsa del golpe Borghese (reinando Nixon y Kissinger en Occidente).
Así, ha ocurrido últimamente que el intento en Armenia ha fracasado. Desenganchar a Armenia de la Unión Euroasiática y de los estrechos vínculos con Rusia era el objetivo. Pero las plazas se han evacuado rápidamente cuando se han entendido la trama, la dirección y los figurantes.
Unos meses antes, en Macedonia la multitud salió a las calles. ¿Contra el gobierno? No, contra los golpistas coloreados.
Porque, seamos sinceros, toda la dinámica de estas revoluciones de color es profundamente antidemocrática. Mientras que la gente común trabaja y piensa en sacar adelante a la familia, estos profesionales de las revoluciones súper pagados se mueven como tarantolati* para hacer pasar un mensaje a través de la imagen de Instagram de una plaza llena, tratando de volcar gobiernos que son el resultado de elecciones libres.
Afortunadamente, el espejo para alondras de la multitud en la plaza que protestaba por los derechos civiles (= para que el país pase a la esfera de influencia occidental), está roto a estas alturas.
La medida más eficaz para prevenir estos pequeños golpes de Estado alimentados por los “especuladores filántropos” es el que ha introducido Putin en Rusia: controlar de manera cautelosa las cuentas corrientes de las llamadas ONGs. Abra la cartera del militante por los “derechos civiles” e invariablemente encontrará el dólar…
12/08/2015
(Traducción Página Transversal)
Fuente: Russia.it
* El que ejecuta la tarantela, baile popular italiano.
Fuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario