La civilización, como la conocemos, es en gran parte la creación de psicópatas. Todas las civilizaciones, incluida la nuestra, han estado basadas en esclavitud y guerras. La receta prevaleciente para civilización es simple:
-Usar mentiras y lavado de cerebro para crear un ejército de asesinos de masas controlados.
-Usar ese ejército para esclavizar grandes números de personas (por ejemplo tomar control de su trabajo y sus frutos).
-Usar ese poder, fruto de la labor de esclavos para mejorar el proceso de lavado de cerebro (por medio del uso de las ganancias económicas para emplear escribas, sacerdotes y hombres PR).
-Luego, regresar al paso uno y repetir el proceso.
Los psicópatas han jugado un papel desproporcionado en el desarrollo de la civilización, porque están programados para mentir, matar, herir y generalmente infligir gran sufrimiento a otros humanos sin ningún sentimiento de arrepentimiento.
En On Killing, el Teniente Coronel Dave Grossman ha reescrito la historia militar, para resaltar lo que esconden otras historias: el hecho de que la ciencia militar trata menos la estrategia y la tecnología, que la superación de la repugnancia y el instinto humano a matar a miembros de nuestra propia especie. La verdadera “Revolución en Asuntos Militares” no fue la promovida por Donald Rumsfeld en alta-tecnología en el 2001, sino el descubrimiento en los años 40 del Brigadier General S.L.A. Marshall, de que solo alrededor del 15-20% de los soldados de la II Guerra Mundial a lo largo de la línea de fuego usaron sus armas:
“Ese 80-85% que no dispararon, no corrieron ni se escondieron (en muchos casos ellos voluntariamente se arriesgarían a grandes peligros para rescatar camaradas, conseguir municiones o pasar mensajes), pero éstos simplemente no dispararían sus armas al enemigo, incluso si se enfrentaban con repetidas oleadas de ataques banzai". (Grossman, p. 4).El descubrimiento de Marshall y la subsecuente investigación, probaron que en todas las guerras previas, una pequeña minoría de soldados – el 5%, son psicópatas naturales, por nacimiento, y quizás unos pocos temporalmente maníacos – llevaron a cabo toda la matanza.
En Ponerología Política (Political Ponerology), Andrzej Lobaczewski explica que los psicópatas clínicos disfrutan las ventajas, incluso en competencias no-violentas, de subir los rangos de las jerarquías sociales. Porque pueden mentir sin ningún remordimiento (y sin estrés fisiológico que es medido por las pruebas de detectores de mentiras), los psicópatas siempre pueden decir lo que sea necesario para conseguir lo que quieren. En la corte, por ejemplo, los psicópatas pueden decir extremas mentiras de manera creíble, mientras que sus oponentes sanos están en desventaja por predisposición emocional, a permanecer dentro de la verdad. Demasiado a menudo, el juez o jurado se imagina que la verdad debe estar en alguna parte a la mitad, y luego emiten decisiones que benefician al psicópata.
El resultado es que todas las jerarquías inevitablemente se vuelven cargadas de psicópatas. Los supuestos teóricos de conspiraciones, algunos de los cuales merecen la connotación peyorativa del término demasiado abusado, a menudo se imaginan que las Sociedades Secretas de judíos, Jesuitas, banqueros, comunistas, Bilderbergers, Musulmanes extremistas, papistas, etc., están secretamente:
-controlando la historia,
-realizando crímenes viles,
-y/o amenazando con tomar el control del mundo…
Como “teórico líder de la conspiración ” según Wikipedia, me siento eminentemente calificado para ofrecer una teoría alternativa de conspiración, la cual, así como la teoría alternativa de conspiración del 9/11, es simple y más exacta que el conocimiento que prevalece:
La única conspiración que importa es la conspiración de los psicópatas contra el resto de nosotros.
Detrás de la aparente locura de la historia contemporánea, está la locura real de los psicópatas luchando por preservar su desproporcionado poder. Y al crecer más ese poder cada vez más amenazante, los psicópatas se vuelven cada vez más desesperados. Estamos siendo testigos de la apoteosis del sobremundo – el sindicato criminal que está al acecho sobre la sociedad ordinaria y la ley, justo como lo hace el bajo mundo por debajo. En el 9/11 y en las guerras del 9/11, estamos viendo:
-el desesperado agarre del poder de brutales, astutas pandillas de traficantes de droga y asesinos de presidentes.
-el lavado de dinero de banqueros internacionales.
-militares contratistas corruptos y generales matones.
-depredadores corporativos y sus alíados políticos.
-lava-cerebros, eufemísticamente conocidos como expertos en operaciones psíquicas.
En resumen, el equipo conjunto de psicópatas certificados dirigiendo nuestra supuesta civilización. Y están corriendo asustados. Su terror era perder el control de lo que han proyectado sobre el resto de nosotros, haciendo saltar las Torres Gemelas e incitando una rabia de terror sicopática temporal entre el público estadounidense.
¿Porqué teme la “patocracia” perder el control? Porque es amenazada por la diseminación del conocimiento. El mayor temor de cualquier psicópata es ser descubierto. Como George H. W. Bush le dijo a la periodista Sarah McClendon en diciembre de 1992,
“Si la gente supiera lo que hemos hecho, ellos nos perseguirían por las calles y nos lincharían.”
Considere cómo las pandillas y las sociedades secretas (disfrazadas de ligas o sociedades) reclutan nuevos miembros. Algunas pandillas criminales y pactos satánicos demandan que los candidatos para admisión cometan un asesinato para “ganarse sus méritos.” Calaveras y Huesos (Skull and Bones), la sociedad secreta de Yale que proporciona a la CIA traficantes de drogas, violadores de mentes, abusadores de niños y asesinos profesionales, requiere a los neófitos acostarse desnudos en un sarcófago y que se masturben enfrente de miembros más viejos, mientras recitan toda la historia sexual del candidato. Forzar al neófito a involucrarse en esa conducta ritualizada sería horriblemente vergonzoso en una sociedad normal, la asociación psicópata destruye la personalidad normal del candidato, asumiendo que tuviera una, en primer lugar, y convierten al escogido en una versión corrompida, y sombra degradada de su antiguo yo – un psicópata fabricado o aprendiz de psicópata. Esta manipulación de la vergüenza ha agregado beneficios para hacer organizaciones psicopáticas, efectivamente invisibles para la sociedad normal. A pesar de los informes disponibles en los medios de comunicación, los votantes estadounidenses, en el año 2004 simplemente se negaron a ver que los dos principales candidatos presidenciales habían yacido desnudos en un sarcófago, masturbándose enfrente de hombres mayores, para ganar la admisión a la Hermandad de las Calaveras y Huesos, y así, volverse miembros del mundo criminal superior.
1 comentario:
Enhorabuena y gracias por el blog
Desde hoy lector asiduo
Un saludo
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