PRESIÓN DESDE ARRIBA Y PRESIÓN DESDE ABAJO
Los paisajistas oficiales del Establishment han hecho una maravillosa labor pintando a Richard Nixon como un conservador. Desgraciadamente, este cuadro está pasado de moda en veinte años.
El muy liberal senador Hugh Scott, de Pennsylvania, se vanaglorió ante un reportero un día:
"Los Liberales toman la acción y los Conservadores la retórica".
Richard Nixon tal vez no habría sido elegido si se hubiera presentado como un Liberal tipo Rockefeller, pero puede llevar a cabo su Administración como un liberal, puesto que los paisajistas han fallado en fijar la atención del público en ese hecho.
No obstante, el columnista Stewart Alsop retrata al verdadero Nixon cuando escribe a una sofisticada comisión de reconocidos Liberales. Alsop sostiene que si Nixon fuese juzgado por sus actos en lugar de su antigua imagen, la actitud de los Liberales hacia él sería diferente. Si sólo la respuesta Pavloviana de los Liberales al nombre de Nixon pudiera ser eliminada, dice Alsop, ellos se darían cuenta de la extremada posición de izquierda en que se encuentra.
Por lo tanto, Alsop sustituye al hipotético “Presidente Liberal” por el Presidente Nixon:
“... Sí el Presidente Liberal realmente estuviera en la Casa Blanca, no es difícil imaginarse la reacción a su programa. La derecha estaría atacando al Presidente Liberal por salir de Vietnam, socavar las defensas americanas, la irresponsabilidad fiscal, el socialismo galopante. Las cuatro posiciones políticas básicas de la Presidencia, enumeradas arriba, serían celebradas con hosannas por los liberales...”
“En cambio, los liberales han apabullado al Presidente reiteradamente, mientras la mayoría de los conservadores ha mantenido un displicente silencio, y a la Administración le ha sido "poco reconocido" haber realizado "verdaderos logros". Pero hay razones muy especiales, emitidas por Pat Moynihan, que explican la causa de esto.”
Más adelante, Alsop anota que la circunstancia de ser los demócratas liberales enemigos acérrimos de Nixon, ayuda a éste en sus objetivos de llevar a la práctica su Programa:
“Existe una especie de confabulación inconsciente entre el Presidente y sus amigos naturales -los demócratas liberales-para ocultar hasta qué punto su programa básico, dejando los arrequives y retórica a un lado, es realmente el programa democrático liberal. Richard Nixon es el primer político profesional y 'republicano verdadero' que ha sido elegido Presidente en 40 años, y no es el ánimo de los liberales reconocer al Presidente iniciativas liberales. De igual modo no está en el ánimo del Presidente arriesgar su distrito electoral conservador, alentando la idea de que él no es un 'republicano verdadero', después de todo, sino un demócrata liberal a tope...”
“Hay cuantiosos ejemplos de esta ofuscación mutua resultante de este mutuo interés. El retiro de medio millón de hombres de Vietnam es, obviamente, la retirada más grande en la historia americana. Pero el Presidente habla como si se tratara de un glorioso avance, seguro de garantizar una 'justa y duradera paz'. Cuando el Presidente —como cualquier comandante de una retirada— recurre a corrompidas acciones para proteger su disminuida retaguardia, los liberales aúllan diciendo que está 'persiguiendo el fuego fatuo de la victoria militar'.”
“ ...Cuando el Presidente disminuye verdaderamente la fuerza militar más agudamente que lo realizado en un cuarto de siglo, los liberales lo atacan de fallar en 'reordenar las prioridades'. El Presidente, con su retórica de la 'defensa fuerte', está en el mismo juego. El resultado es, como John Kenneth Galbraith hizo notar muy precisamente que la 'mayoría de la gente, y quizás la mayoría de los congresistas, piensa que la Administración está dando más rienda suelta al Pentágono que los mismos Demócratas', lo cual es exactamente lo opuesto de la verdad...”
Alsop continuó, en la que es probablemente la más detestable columna jamás escrita sobre Richard Nixon, haciendo notar el rol que habían desempeñado los medios de comunicación en mostrar al público una imagen que es el reverso de la verdad:
“ ...También hay un elemento humano en este ejercicio de ofuscación mutua. Para los liberales, especialmente para los comentaristas liberales que dominan el medio, Richard Nixon es el Dr. Fell ('la razón por la que no puedo decir, pero lo sé y lo sé muy bien, es que no me gusta Ud., Dr. Fell'). Y no es para sorprenderse. No hace muchos años, Richard M. Nixon era uno de los más efectivos —y menos querido— de los conservadores de la era de McCarthy”.
El columnista, personalmente miembro de la organización socialista "Americanos para la Acción Democrática" (AAD), especuló sobre lo que el "antiguo Nixon" tendría que decir sobre el "nuevo Nixon":
“... en su historia pasada, no es difícil imaginarse a R. M. Nixon dirigiendo el asalto al Presidente por su 'retirada', 'irresponsabilidad fiscal', 'socialismo galopante', y todo el resto. ¿Cómo se puede pretender, entonces, que el Sr. Nixon defienda el programa del Presidente Liberal con la apasionada convicción que un Presidente como Robert Kennedy, por ejemplo, lo hubiera hecho?”
Alsop ha revelado al verdadero Nixon, y es obvio que está muy satisfecho de haberlo hecho.
Aquellos que votaron por Nixon no deberían estar tan contentos. Si a usted le gustaba el Richard Nixon que se presentó en la candidatura a la Presidencia, a usted entonces no le puede gustar, si es consecuente, el Richard Nixon Presidente. Nixon y sus camaradas "moderados" han transformado al elefante republicano en un burro con ropa de paquidermo.
El 19 de junio de 1959, el Vicepresidente Nixon se deleitó diciendo:
"En resumidas cuentas, la administración republicana realizó las cosas que los demócratas habían prometido".
¡Y parece que estuviera sucediendo una vez más!
Un año y medio antes, Nixon había murmurado en otro tono:
"Si no tenemos nada que ofrecer fuera de una débil copia carbón del Nuevo Pacto, si nuestro único propósito es ganar y retener el Poder, quiere decir que el Partido Republicano ya no tiene razón de existir y debe salirse del negocio."
El "Plan de Juego" de Nixon, como alegremente lo destaca el Profesor de Harvard John Kenneth Galbraith, es el SOCIALISMO. El "Plan de Juego" de Nixon es infinitamente más hábil y peligroso que el de aquellos de sus predecesores, porque se enmascara aparentando ser lo opuesto de lo que es en la realidad.
El Sr. Nixon sabe que la mayoría de los americanos teme un "gran gobierno".
En agosto de 1969, Gallup Poll demostró que el 46 por ciento del público americano creía que el "gran gobierno" era "la más grande amenaza para el país". Gallup comentó:
"Aunque el gran gobierno ha sido el blanco favorito de los republicanos por muchos años, demócratas de prestigio y de base son tan críticos del creciente poder Federal como lo son los republicanos".
Reconociendo esta actitud, el Sr. Nixon dedicó mucha de su retórica en la campaña a atacar al Gran Papi gubernamental.
Sin embargo, la Administración Nixon ha dado pasos agigantados para lograr una mayor concentración de la autoridad en el "pináculo del poder" federal (Ver Cuadro 3, p. 49).
Centralizando el poder a un ritmo que hubiera hecho sonrojar a Hubert Humphrey, el Sr. Nixon ha continuado dándole importancia, de los dientes para afuera, a la descentralización. Durante el primer año de su Administración, el Sr. Nixon anunció su "Nuevo Federalismo" (nombre obtenido del título de un libro de Nelson Rockefeller).
La primera parte del "Nuevo Federalismo" es el Programa de Asistencia Familiar (PAF) que, contrariamente a sus promesas de campaña, daría un Ingreso Anual Garantizado. Basado en sugerencias de John Gardner, del C.R.E., y de Daniel Moynihan, un miembro del Comité de Directores del AAD socialista, el PAF podría doblar su número en bienestar y aumentar tremendamente el poder de la rama ejecutiva del gobierno federal. El semanario del ala izquierda, News Republic, aplaudió la proposición como "socialismo rastrero".
El segundo segmento de importancia del "Nuevo Federalismo" del Presidente es la repartición de los bienes fiscales entre los Estados, solicitada como un paso en la descentralización del poder existente en el gobierno federal. En la realidad, el programa hace justo lo contrario.
El dinero debe ir, primero, desde los Estados a Washington antes de ser repartido.
Como el columnista James J. Kilpatrick advirtió:
“... es seguro que el poder para controlar sigue al dólar Federal, como el famoso corderito del cuento acompañó a la pequeña Mary".
Tan pronto como los gobiernos estatales y locales sean cogidos por los fondos federales, los controles serán puestos en igual forma como lo fueron en educación y agricultura. Todo campo que el gobierno intenta controlar, es previamente subvencionado. Usted no puede descentralizar el gobierno, centralizando la recaudación de impuestos.
El slogan del Sr. Níxon, "poder para el pueblo", realmente significa "poder para al Presidente".
El Presidente de House Ways and Means, Wilbur Mills, ha llamado al plan de reparto de bienes fiscales una "trampa" que,
"podría convertirse en un arma masiva contra la independencia del gobierno local y estatal".
"El plan —dijo Mills— va en dirección del gobierno centralizado".
Pero el Sr. Nixon es muy listo.
En su Mensaje del Estado de la Unión de 1971, discurso en el cual usó el slogan comunista "Poder para el Pueblo", el Presidente dijo:
"Al fin seremos capaces, en Washington, de proporcionar un gobierno que es verdaderamente para el pueblo. Soy consciente que no sólo le pido un cambio a la rama Ejecutiva en Washington, sino incluso a este Congreso, para que se desprendan de algo de su poder."
Suena razonable, ¿no?
La rama Ejecutiva desistirá de parte de su poder y el Congreso desistirá de parte del suyo y el pueblo ganará al devolvérsele estos poderes. ¿Correcto? ¡Incorrecto!
Esto no es más que un juego de palabras. Fíjese en la precisión de lenguaje del Sr. Nixon. El habla de la "rama Ejecutiva en Washington" desprendiéndose de parte de su poder.
Tres días más tarde se hizo evidente la razón por la cual el Sr. Nixon agregó el aparentemente redundante "en Washington", cuando fue anunciado que el país sería dividido en diez distritos federales. Estos distritos federales pronto serían usados para administrar los controles de precios y salarios, que casi centralizan en el gobierno federal el poder total sobre la economía.
Para muchos observadores políticos, el evento más asombroso del año pasado fue la admisión que el Presidente Richard Nixon hizo al periodista Howard K. Smith, diciendo que él es "un Keynesiano en economía, ahora".
El impresionado Smith comentó más tarde:
"Es un poco como escuchar a alguien de las Cruzadas Cristianas decir: Considerando todas las cosas, creo que Mahoma estaba en lo cierto".
Howard K. Smith sabía muy bien que tal declaración del Sr. Nixon era equivalente a haber dicho:
"Ahora soy socialista".
John Maynard Keynes, el Socialista Fabiano y economista inglés, fanfarroneó diciendo que estaba promoviendo la "eutanasia del capitalismo".
Generalmente se cree, entre los estudiantes de esta conspiración en Inglaterra, que John Maynard Keynes produjo su General Theory of Money and Credit por mandato de ciertos Privilegiados de las finanzas internacionales, que lo contrataron para confeccionar una justificación pseudocientífica del déficit de gasto gubernamental —tan misterioso como la Liga de los Justos, que contrató a Karl Marx para escribir el Manifiesto Comunista.
Mientras más endeudado está un país, más interés se paga a los poderosos Privilegiados, que "crean" dinero para comprar bonos de gobierno con simples apuntes contables. De otro modo, usted podría apostar su último centavo a que los Privilegiados de la banca internacional se opondrían violentamente a los déficit inflacionarios.
En su columna sindicada internacionalmente, del 3 de febrero de 1971, James Reston (C.R.E.) exclamó:
"El presupuesto de Nixon es tan complejo, tan diferente al Nixon del pasado, tan no-republicano, que desafía todo análisis racional... El presupuesto Nixon tiene más planificación, tiene más bienestar en él, y tiene un déficit más pronosticado que cualquier otro presupuesto de este siglo."
Durante 1967, en las primarias, Richard Nixon hizo su tema Número Dos de la campaña, el exorbitante gasto demócrata, inmediatamente después del fracaso de los demócratas por triunfar en Vietnam.
El Presupuesto de 1967, del Sr. Johnson, era de US$ 158,6 billones, que en ese momento parecía una cifra astronómica. El Sr. Nixon reclamó que si ese monto no era reducido en US$ 10 billones, el país se vería frente al desastre financiero. En el momento en que Vietnam era un drenaje financiero mucho mayor que ahora, Richard Nixon argumentó que nuestro gasto debía estar alrededor de los US$ 150 billones.
Ahora el Presidente Nixon gasta US$ 230 billones y los proyectos de ley llevados al Congreso y que probablemente serán aprobados podrían empujar el Presupuesto Fiscal (1º. de julio de 1971 al 1.9 de julio de 1972) a US$ 250 billones.
El hecho es que el hombre que se presentó como Sr. Frugal en la campaña de 1968, está, en su tercer año de presidencia, gastando entre US$ 80 y US$ 100 billones más de lo que él determinó que su predecesor debía gastar. Y algunos expertos pronostican que el Sr. Nixon puede llegar a gastar US$ 275 billones el próximo año.
Este es el mismo Nixon que el 11 de octubre de 1968 declaró en Dallas que,
"América no puede darse el lujo de cuatro años de Hubert Humphrey en la Casa Blanca", porque éste había abogado por un programa que habría causado "una juerga que conduciría a la nación a la bancarrota".
El Candidato Nixon desolló la Administración Johnson por fracasar en "parar el déficit de gasto, que es la causa de nuestra actual inflación".
Los déficit de presupuesto, dijo él, "yacen en el corazón de nuestras preocupaciones".
Por su parte, renunció a tomar cualquier tipo de “aumento masivo” en el gasto federal.
"Esta es una disposición que lleva a una promoción de la inflación", dijo Nixon. "También creo que es una disposición para el desastre económico".
Mientras a Lyndon B. Johnson le tomó cinco años para sumar un déficit de US$ 55 billones, el senador Harry Byrd hace notar que el déficit acumulado en los tres primeros años de Nixon llegará por lo menos a los US$ 88 billones.
Expertos del Congreso opinan que Richard Nixon podría llegar a un total de US$ 124 billones de déficit durante su cargo.
Para detener la inflación, el Sr. Nixon ha instituido controles de precios y salarios. La mayor parte de los americanos, aburridos de ver sus remuneraciones disminuir en su poder adquisitivo cada mes, lo han aplaudido abrumadoramente.
Pero esto se debe a que la mayoría de la gente no conoce las verdaderas causas de la inflación. Y uno puede estar seguro que los pintores de paisajes del Establishment no les explicarán la verdad. Lo cierto es que hay una diferencia entre la inflación y la espiral precio-salario.
Cuando el gobierno tiene un déficit, hace frente a éste poniendo en circulación dinero nuevo en cantidad equivalente a dicho déficit. A medida que el nuevo dinero se filtra a través de la economía, ésta ofrece mayores precios y salarios.
Esto es fácil de comprender si uno piensa que nuestra economía es una subasta gigantesca. Como en cualquier otra subasta, si los postores son súbitamente abastecidos de más dinero, usarán ese dinero para elevar los precios, ofrecerán más. La inflación es en realidad un aumento en la oferta de dinero. Esta produce la espiral precio-salario, generalmente mal rotulada con el nombre de inflación.
No se puede tener una espiral de precio-salario si no hubo anteriormente un aumento en la oferta de dinero con qué pagarla. Esto no es sólo economía, es física. No se puede llenar una botella de un cuarto con medio galán de leche. Decir que la espiral precio-salario causa la inflación es como decir que las calles mojadas producen la lluvia.
El Sr. Nixon, al contrario de la mayoría del público americano, conoce las verdaderas causas de la "inflación".
El lo explicó claramente el 27 de enero de 1970:
"La inflación que tenemos al empezar los años setenta fue causada por el pesado déficit de gasto de los años sesenta. En la década pasada, el Gobierno Federal gastó más que lo que tuvo de entrada —US$ 57 billones más. Estos déficit hicieron subir los precios en un 25 por ciento en una década."
El comercio culpa a los gremios por la "inflación", y los gremios culpan al comercio por la "inflación", pero sólo el gobierno puede causar dicha “inflación”.
El Sr. Nixon impuso duros controles en la economía, supuestamente para resolver el problema que él mismo y Lyndon B. Johnson crearon al acarrear enormes déficits. Si él, sinceramente, hubiera querido detener la "inflación", habría establecido controles de precios y salarios en el propio Gobierno y no en el resto de la nación, medida que efectivamente habría reducido el gasto público y, por ende, el déficit.
La gente aplaude a Nixón porque "hizo algo". Esto es similar a aplaudir a un motorista que le dispara a un peatón después de haberlo atropellado.
Los controles de salarios y precios están en el mismo corazón del socialismo. No se puede tener un gobierno totalitario sin controles de precios y salarios, y no se puede tener un país libre con ellos. ¿Por qué? No se puede imponer la esclavitud a la gente que tiene una libertad económica. Mientras la gente tenga libertad económica, serán libres.
Los controles de precios y salarios son controles de gente. En la Fase II de su discurso, el Sr. Nixon dejó bien en claro que los controles de precios y salarios, por un plazo de 90 días, estarán con nosotros, de ahora en adelante, presentes bajo un disfraz u otro. Ellos son pasos mayores que se dirigen al establecimiento de una rama Ejecutiva todopoderosa en el gobierno federal.
Después que los Privilegiados ya han establecido los Estados Unidos Socialistas de América (en el hecho, si no en el nombre), el próximo paso es la Gran Combinación de todas las naciones del mundo en un gobierno dictatorial mundial. Esta era la razón principal detrás del empeño para traer a China Roja a las Naciones Unidas.
Si se quiere controlar los recursos naturales, el transporte, comercio y la banca de todo el mundo, se tiene que poner a todos bajo el mismo techo.
La palabra clave de los Privilegiados, para referirse al superestado mundial, es el "nuevo orden mundial", una frase comúnmente usada por Richard Nixon.
El Consejo de Relaciones Exteriores manifiesta lo siguiente, en su Estudio N.97:
"Los Estados Unidos deben aspirar: A CONSTRUIR UN NUEVO ORDEN INTERNACIONAL. (Mayúsculas en el original.)
El portavoz James Reston (C.R.E.), del Establishment, declaró en su columna sindicada para el New York Times, del 21 de mayo de 1971:
"Obviamente que a Nixon le gustaría presidir la creación del nuevo orden mundial, y cree tener la oportunidad de hacerlo en los últimos 20 meses de su primer período"
Un gobierno mundial siempre ha sido objetivo de los comunistas.
En 1915, en el NY 40 del órgano ruso El Socialismo Demócrata, Lenin propuso los "Estados Unidos del Mundo".
El programa de la Internacional Comunista de 1936 dice que la dictadura mundial,
"puede ser establecida sólo con la victoria del socialismo en diferentes países o grupos de países, después de lo cual las Repúblicas Proletarias se unirían en líneas federales con aquellas ya en existencia, y este sistema se expandiría... llegando a formar eventualmente la Unión Mundial de las Repúblicas Socialistas Soviéticas".
"Por cierto Stanley, ¿puedes prestarme cinco hasta que cobre?"
Uno de los grupos más importantes que promueven la "unión mundial" es el "Federalistas del Mundo Unido", cuyos miembros están fuertemente entrelazados con los del Consejo de Relaciones Exteriores.
El FMI aboga por convertir a las Naciones Unidas en un gobierno mundial lleno de atribuciones, el cual incluiría a las naciones comunistas.
Richard Nixon es, por supuesto, demasiado inteligente como para unirse formalmente al FMI, pero ha apoyado su programa legislativo desde sus primeros días en el Congreso.
En el número de octubre de 1948, de la publicación FMI, World Government News, aparece el siguiente anuncio en la página 14:
"Richard Nixon: Presentó resolución sobre gobierno mundial (HCR 68) 1947 y resolución ABC 1948 (Gobierno Mundial)".
El gobierno mundial tiene un fuerte atractivo emocional para los americanos, basado en su universal deseo de paz mundial.
Los Privilegiados tienen a los comunistas sacudiendo sus sables en una mano y columpiando la rama de olivo en la otra. Naturalmente que todos tienden a la rama de olivo, sin darse cuenta que la rama de olivo está controlada por otro brazo, independiente del ser que está sacudiendo los sables.
En septiembre de 1968, candidatos al servicio público recibieron una carta de los Federalistas del Mundo Unido que establecía:
"Nuestra organización ha sido apoyada y patrocinada por todos los Presidentes de los Estados Unidos en los últimos 20 años, y por los actuales nominados para la presidencia.
Como ejemplo, citamos:
Richard Nixon: 'Su organización puede realizar un importante servicio si continúa enfatizando que la paz mundial sólo puede llegar a través de la ley mundial. Nuestra meta es la paz mundial. Nuestro instrumento para lograr la paz será la ley y la justicia. Concentraremos nuestras energías hacia estos fines; estoy esperanzado en que un progreso real pueda conseguirse'
Hubert Humphrey: 'Todos nosotros estamos trabajando por la hermandad entre las naciones, pero nadie busca estas metas con más dignidad y dedicación que los Federalistas del Mundo Unido'."
Realmente, no había un céntimo de diferencia. A los electores se les daba a elegir entre el gobierno mundial del C.R.E. partidario de Nixon y el gobierno mundial del C.R.E. partidario de Humphrey. Sólo la retórica fue cambiada para engañar al público.
Un gobierno mundial requiere una Corte Suprema Mundial, y se sabe que el Sr. Nixon está a favor de esa Corte. Y su gobierno mundial debe tener una fuerza policial mundial, para hacer cumplir las leyes del Superestado Mundial y cuidar que los esclavos no se rebelen.
El Los Angeles Examiner, del 28 de octubre de 1950, informó que el Congresista Richard Nixon había presentado una,
"resolución llamando al establecimiento de una fuerza policial de las Naciones Unidas... "
No es de sorprenderse, entonces, que los Privilegiados tengan a sus planificadores preparándose para administrar su dictadura mundial. Bajo la inmensa cúpula geodésica de la Universidad del Sur de Illinois, hay un mapa del mundo completamente detallado, que ocupa el espacio de tres canchas de fútbol.
Operando bajo la subvención de las fundaciones Ford, Carnegie y Rockefeller (todas ellas extensivamente entrelazadas con el C.R.E.), una pléyade de científicos, incluyendo desde geógrafos, científicos psicólogos y conductuales, hasta científicos naturalistas, biólogos, bioquímicos y agrónomos, están haciendo planes para el control humano.
Estos planificadores de la élite teorizan sobre ejercicios que ellos llaman "el juego mundial".
Por ejemplo: Hay mucha gente en el país A y no la suficiente en el país B. ¿Cómo se mueve a la gente del país A al país B? Necesitamos tantos hombres, tantas mujeres, tantos de esta ocupación y tantos de aquélla, tantos de esta edad y tantos de esa otra edad. ¿Cómo se saca a esta gente del país A y se les establece en el país B, en el período de tiempo más corto posible?
Otro ejemplo: Tenemos un levantamiento en el país C (o, como se llamaría ahora, Distrito C). ¿Cuánto demora el envío de fuerzas de "paz" para parar la insurrección?
La gente del Juego Mundial hace ejercicios de control global. Si usted quiere manejar el mundo. no puede hacerlo al azar.
Esa es la causa por que los Privilegiados de las fundaciones Ford, Carnegie y Rockefeller están haciendo estos planes. El verdadero nombre del juego es 1984. Tendremos una reducción de población sistematizada, esterilización forzada o cualquier otro método que los planificadores juzguen necesario para establecer un control absoluto sobre su utopía humanitaria.
Pero, para hacer cumplir estos planes se debe tener un gobierno mundial todopoderoso.
No se puede hacer esto si las naciones individuales tienen soberanía. Antes que se llegue a la Gran Combinación, primero se debe centralizar el control dentro de cada nación, destruir la policía local y sacar las armas de manos de la ciudadanía. Se debe reemplazar la libre República Constitucional de otro tiempo por un gobierno central todopoderoso.
Y eso es exactamente lo que está sucediendo hoy día con la Administración Nixon. Si se examina la acción actual del Gobierno de Estados Unidos, a pesar de todos los eufemismos de que se la rodea, se podrá apreciar que ella tiende a centralizar cada vez más poder en lo que, rápidamente, se está convirtiendo en un gobierno central todopoderoso.
Estamos siendo testigos de la táctica comunista de presión desde arriba y presión desde abajo, descrita por el historiador comunista Jan Kozak como un recurso usado por los rojos para apoderarse del control en Checoslovaquia. La presión desde arriba proviene de camaradas secretos, ostensiblemente respetables en el gobierno, y del Establishment, que forman con las radicalizadas chusmas de las calles, desde abajo. una gigantesca tenaza que envuelve a la sociedad de la clase medía.
Estos alborotadores son indecisos, títeres e incautos que trabajan para una oligarquía de conspiradores de la élite que intentan, desde arriba, transformar el limitado gobierno de América en un gobierno no limitado, con un control total sobre nuestras vidas y pertenencias.
La clase media americana está siendo apretada a muerte como por un tornillo (Ver Cuadro 9 abajo). En las calles tenemos grupos revolucionarios reconocidos, como los Estudiantes por una Sociedad Democrática (que fue iniciado por la Liga para la Democracia Industrial, un grupo de fuertes lazos C.R.E.), los Black Panthers, los Yippies, la Joven Alianza Socialista.
Estos grupos cantan que si no "cambiamos" a América, la perderemos. "Cambio" es la palabra que escuchamos una y otra vez. Por "cambio", estos grupos quieren decir socialismo. Virtualmente todos los miembros de estos grupos creen, con sinceridad, que ellos luchan contra el Establishment. En realidad, ellos son un aliado indispensable del Establishment para atar el socialismo alrededor de todos nosotros. Los radicales ingenuos creen que bajo el socialismo la "gente" manejará todo.
En la realidad, será un grupo pequeño de Privilegiados en el control total, consolidando y controlando toda la riqueza. Esa es la razón por la que se permite a estos Lenin colegiales y Trotskis adolescentes que vaguen libremente y nunca son arrestados ni procesados. Están protegidos.
Si el Establishment quisiera parar a estos revolucionarios, ¿por cuánto tiempo cree usted que serían tolerados?
En cambio, vemos que gran parte de estos radicales son receptores de dádivas de la mayoría de las fundaciones, o reciben dinero del gobierno a través del programa "Guerra contra la Pobreza".
Los Privilegiados Rothschild-Rockefeller-C.R.E. de la cima, se "rinden ante las demandas" del socialismo de las chusmas de abajo. Los radicales están haciendo el trabajo de aquellos a quienes ellos más odian.
Recuerden el cargo que les hizo Bakunin a los seguidores de Marx, que tenían un pie en el Banco y el otro en el movimiento socialista.
Más indicaciones sobre el financiamiento del Establishment al E. S. D. Comunista están contenidas en The Strawberry Statement: Notes of A College Revolutionary, de Jarnes Kunen.
Describiendo hechos en la Convención Nacional del E.S.D., en 1968, Kunen dice:
"También en la Convención, hombres de la Mesa Redonda del Comercio Internacional —las reuniones patrocinadas para sus grupos de clientes y jefes de gobierno— trataron de comprarse unos pocos radicales. Estos hombres son los principales industriales del mundo y ellos se reúnen para decidir cómo seguirán nuestras vidas. Estos son los jóvenes que escribieron la Alianza para el Progreso. Ellos pertenecen al ala izquierda de la clase gobernante."
"Ellos estuvieron de acuerdo con nosotros en el control de los negros y el control estudiantil..."
"Ellos quieren a McCarthy adentro. Ven el fascismo como una amenaza, lo ven venir desde Wallace. La única forma en que McCarthy pueda ganar, es si los locos y los radicales jóvenes enloquecen y hacen que Gene se vea más razonable. Ellos ofrecieron financiar nuestras manifestaciones en Chicago."
"También nos ofreció dinero la Esso (Rockefeller). Quieren que provoquemos muchos disturbios para que ellos puedan parecer ser de centro, a medida que se mueven hacia la izquierda."
ESA ES LA ESTRATEGIA. LOS PINTORES DE PAISAJES CONCENTRAN SU ATENCIÓN EN LOS CHIQUILLOS DE LA CALLE, MIENTRAS QUE EL VERDADERO PELIGRO ES EL DE ARRIBA.
Como Frank Capell recientemente observó en The Review of the News:
"Por supuesto, sabemos que estos estudiantes radicales no se apoderarán del gobierno. Lo que harán es dar motivos para que el gobierno se apodere de la gente, a través de la aprobación de más y más leyes represivas para 'mantener las cosas bajo control'."
Los radicales provocan desórdenes en las calles, mientras que los Liberales Limousine de la cima están en Nueva York y Washington socializándonos.
VAMOS A TENER UNA DICTADURA DE LA ELITE, DISFRAZADA COMO UNA DICTADURA DEL PROLETARIADO.
Ahora, los Privilegiados del Establishment están entrando en un método más sofisticado para aplicar presión desde abajo. John Garciner, un "Republicano" y miembro del C.R.E., ha establecido una organización proletaria de origen popular, llamada "Causa Común". Esta puede llegar a ser la organización más grande e importante en la historia americana.
El propósito de "Causa Común" es organizar recipientes de bienestar sobre todos aquellos que no han votado todavía, para que realicen manifestaciones por el socialismo. Esas manifestaciones y actos públicos no sólo se concretarán en presiones al Congreso para que apruebe una legislación socialista, sino que también se traducirán en un factor de poder en las elecciones.
"Causa Común" es, supuestamente, el epítome del anti-Establishment, pero ¿quién está pagando las cuentas?: los Privilegiados radicales de la élite desde arriba.
El financista número uno de este grupo que pretende derrotar a los super-ricos y redistribuir su riqueza entre los pobres, es John D. Rockefeller III.
Otros financistas claves son:
Andrew Heiskell (C.R.E.)
Presidente del Consejo de Time Inc.
Thomas Watson (C.R.E.)
Presidente del Consejo de la IBM
John Whitney (C.R.E.), de la fortuna Standard Oil
Sol Linowitz (C.R.E.), Presidente del Consejo de Xerox
Gardner Cowles (C.R.E.), de las Publicaciones Cowles
En cualquiera organización, el hombre que paga las cuentas es el jefe. Los otros son sus empleados.
¿Qué mejor prueba podríamos tener que el socialismo no es un movimiento de las masas oprimidas, sino un movimiento de poder de los hambrientos de la élite?
Los pobres son meros peones en el juego.
Es innecesario decir que los pintores de paisajes ocultan a los ángeles financieros de "Causa Común", de modo que sólo aquellos que entienden que el plan del juego del Establishment es el SOCIALISMO entienden lo que está pasando ante sus propios ojos.
Continua aquí.
1 comentario:
Un apunte, en EEUU llaman liberales a los del Partido Demócrata, pero no son liberales en el sentido que se le da en español, más bien el sentido es el de "progre".
A lo que en español llaman liberalismo es a lo que en el mundo anglosajón llaman libertarianism.
Esto da lugar a muchas confusiones, puesto que dependiendo de si estamos en el mundo anglosajón o en el español (o incluso en el europeo) las palabras liberal y libertario significan completamente lo contrario.
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