Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Los orígenes falsificados del Cristianismo

A menudo se ha dicho que el Cristianismo a diferencia de otras religiones se basa en ciertos sucesos que supuestamente ocurrieron hace 20 siglos. Estos relatos se presentan en el Nuevo Testamento pero no representan realidades históricas. La Iglesia en cierto modo lo reconoce cuando dice: "Nuestras fuentes de conocimiento sobre los orígenes del Cristianismo y su desarrollo inicial son principalmente las Escrituras del Nuevo Testamento, la autenticidad de las cuales debemos dar por supuesta en gran medida."(Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. iii, p. 712)

La Iglesia reconoce por ejemplo: "la opinión académica más distinguida" (Catholic Encyclopedias, Prefacio) admite que los Evangelios "no son del primer siglo de la era cristiana" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. vi, p. 137, pp. 655-6). La Iglesia admite que "los primeros manuscritos existentes [del Nuevo Testamento], no van más allá de la mitad del cuarto siglo" (Catholic Encyclopedia, op. cit., pp. 656-7).

Fue Flavius Constantinus (Constantino, originalmente Custennyn o Custennin) (272-337) quien autorizó la compilación de los escritos llamados el Nuevo Testamento. En los tiempos de Constantino los presbíteroa creían en numerosos dioses. La mayoría de los escritores cristianos actuales suprimen la verdad del desarrollo de su religión y ocultan los esfuerzos de Constantino para frenar la mala reputación de los presbíteros que ahora se llaman "Padres de la Iglesia" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. xiv, pp. 370-1). En realidad eran: "...los tipos más rústicos, que enseñaban extrañas paradojas. Abiertamente declaraban que solo los ignorantes estaban preparados para escuchar sus discursos ... nunca aparecían en los círculos de los más sabios, sino que siempre tomaron cuidado de ir con los ignorantes e incultos ... y aún menos entienden ..."(Contra Celsum ["Against Celsus"], Origen of Alexandria, c. 251, Bk I, p. lxvii, Bk III, p. xliv, passim)

Grupos de presbíteros han desarrollado "muchos dioses y muchos señores" (1 Cor. 8:5) y existían numerosas sectas religiosas, cada una con diferentes doctrinas (Gal. 1:6). Grupos de presbíteros se enfrentaban sobre atributos de sus diversos dioses y "un altar se oponía a otro altar" compitiendo por una audiencia (Optatus de Milevis, 1:15, 19, a principios del cuarto siglo).

No es verdad que Constantino "abrazara la religión Cristiana" y otorgara "tolerancia oficial", eso es "contrario al hecho histórico" y debería de eliminarse para siempre de nuestra literatura (Catholic Encyclopedia, Pecci ed., vol. iii, p. 299, passim). No existía una religión cristiana en el tiempo de Constantino, y la Iglesia reconoce que el relato de su "conversion" y "bautismo" son "una leyenda" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. xiv, pp. 370-1).

Según Eusebeius (260-339), Constantino vió que entre las facciones de presbíteros "las peleas eran tan serias que se precisaba una acción vigorosa para establecer un estado más religioso", pero no podía traer un acuerdo entre facciones con dioses rivales (Life of Constantine, op. cit., pp. 26-8). Constantino vió en este sistema confuso de dogmas fragmentados la oportunidad de crear una nueva religión estatal protegida por ley. Cuando conquistó el Este en el 324 envió a su consejero religioso español, Osius de Córdoba, a Alexandria con cartas a varios obispos exhortándoles a hacer las paces entre ellos. La misión fracasó y Constantino emitió un decreto ordenando a todos los presbíteros y sus subordinados "que montaran en burros, mulas y caballos, y viajaran a la ciudad de Nicaea" en la provincia Romana de Bithynia en Asia Menor. Fueron instruidos para que trajeran con ellos los testimonios que predicaban a la multitud "atados en piel" para su protección durante el largo viaje, y que se los entregaran a Constantino a su llegada a Nicaea (The Catholic Dictionary, Addis and Arnold, 1917, entrada "Council of Nicaea"). Sus escritos totalizaban "2.231 manuscritos y relatos legendarios de dioses y salvadores, junto con un registro de las doctrinas que predicaban" (Life of Constantine, op. cit., vol. ii, p. 73; N&PNF, op. cit., vol. i, p. 518).

El Cristianismo nació en el Concilio de Nicaea. Alrededor de 4 años antes de presidir el Concilio, Constantino fue iniciado en la orden religiosa del Sol Invictus, uno de los dos cultos dominantes que consideraban al Sol como el único Dios Supremo (el otro culto era el Mitraísmo).
En un relato de las deliberaciones del cónclave de presbíteros reunidos en Nicaea, Sabinius, Obispo de Hereclea, que estuvo ahí, dijo, "Exceptúando a Constantine y a Eusebius Pamphilius, eran un grupo de iletrados, criaturas simples que no entendían nada" (Secrets of the Christian Fathers, Bishop J. W. Sergerus, 1685, 1897 reprint).

La Iglesia admite que elementos vitales de las deliberaciones de Nicaea "están extrañamente ausentes de los cánones" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. iii, p. 160).
"Extraños textos" (Catholic Encyclopedia, New Edition, "Gospel and Gospels") circulaban entre los presbíteros que apoyaban una gran variedad de dioses y diosas orientales y occidentales: Jove, Jupiter, Salenus, Baal, Thor, Gade, Apollo, Juno, Aries, Taurus, Minerva, Rhets, Mithra, Theo, Fragapatti, Atys, Durga, Indra, Neptune, Vulcan, Kriste, Agni, Croesus, Pelides, Huit, Hermes, Thulis, Thammus, Eguptus, Iao, Aph, Saturn, Gitchens, Minos, Maximo, Hecla y Phernes (God's Book of Eskra, anon., ch. xlviii, paragraph 36).

La intención de Constantino en Nicaea fue la de crear un nuevo dios para su imperio que unificara a todas las facciones religiosas. Se pidió a los presbíteros que debatieran y decidieran cuál debía ser el nuevo dios. Los debates fueron agitados y se propusieron 53 dioses. "Sin embargo, el Consejo no había seleccionado a ningún dios y entonces votaron para decidirlo... Las votaciones duraron 1 año y 5 meses..." (God's Book of Eskra, Prof. S. L. MacGuire's translation, Salisbury, 1922, chapter xlviii, paragraphs 36, 41). Constantino regresó a la reunión y se encontró que no había acuerdo entre los presbíteros, habiendo en ese momento cinco propuestas: Caesar, Krishna, Mithra, Horus and Zeus (Historia Ecclesiastica, Eusebius, c. 325). Constantino era quien gobernaba en Nicaea y finalmente les propuso un nuevo dios.
Para implicar a las facciones británicas estableció que el dios druida, Hesus, se uniera con el dios oriental Krishna, y así Hesus Krishna sería el nombre oficial del nuevo dios Romano. Se votó la propuesta de Constantino a mano alzada, que ganó por 161 votos a favor y 157 en contra.

Se proclamó por tanto oficialmente un nuevo dios y Constantino lo ratificó (Acta Concilii Nicaeni, 1618). Esto fue un acto político y legalmente se situó a Hesus y a Krishna entre los dioses Romanos como un compuesto individual. Hasta el siglo IX no apareció la letra "J" en los alfabetos, el nombre del nuevo dios evolucionó con el tiempo hasta convertirse en "Jesucristo".

Constantino entonces instruyó a Eusebius para compilar una colección uniforme de escritos a partir de los textos presentados en el Concilio. "Busca en estos libros, y lo que sea bueno lo retienes, lo que sea malo descártalo. Une lo bueno de cada libro, y al resultado se le llmará El Libro de los Libros. Y será la doctrina de mi pueblo, y la recomendaré a todas las naciones, para que no haya más guerras a causa de la religión."(God's Book of Eskra, op. cit., chapter xlviii, paragraph 31)

Este es el origen histórico del Nuevo Testamento. Constantino ordenó que se destruyeran los manuscritos que trajeron los presbíteros al Concilio y que "cualquiera a quien se le encontraran manuscritos ocultos debería de ser decapitado". No todo fue destruído, pero sí una buena parte.

El Segundo Concilio de Nicaea en los años 786-87 denunció al Primer Concilio de Nicaea como "un sínodo de tontos y locos" y quiso anular "las decisiones aprobadas por hombres con mentes con problemas" (History of the Christian Church, H. H. Milman, DD, 1871).
En los siguientes siglos, los Nuevos Testimonios de Constantino se expandieron, se añadieron "interpolaciones" y otros escritos (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. vi, pp. 135-137; también, Pecci ed., vol. ii, pp. 121-122).
Por ejmplo, en el año 397 Juan "boca-dorada" Chrysostom reestructuró los escritos de Apollonius de Tyana, un sabio errante del primer siglo, y lo hizo parte de los Nuevos Testimonios (Secrets of the Christian Fathers, op. cit.). El nombre latino de Apollonius es Paulus (A Latin-English Dictionary, J. T. White and J. E. Riddle, Ginn & Heath, Boston, 1880), y la Iglesia llama hoy en día a esos escritos las Epístolas de Pablo. El asistente personal de Apollonius, Damis, un escriba Asirio, es Demis ien el Nuevo Testamento (2 Tim. 4:10).

La Iglesia admite que las Epístolas de Pablo están falseadas, "Incluso las Epístolas genuinas fueron muy interpoladas para darle peso a las opiniones personales de sus autores" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. vii, p. 645). Asimismo, San Jerónimo (d. 420) declaró que los Hechos de los Apóstoles estaba "escrito falsamente" ("The Letters of Jerome", Library of the Fathers, Oxford Movement, 1833-45, vol. v, p. 445).

Adoptando los decretos del Concilio de Trento (1545-63), la Iglesia extendió el proceso de eliminación y ordenó la preparación de una lista especial de información específica que debía ser eliminada de los primeros escritos cristianos (Delineation of Roman Catholicism, Rev. Charles Elliott, DD, G. Lane & P. P. Sandford, New York, 1842, p. 89; también, The Vatican Censors, Professor Peter Elmsley, Oxford, p. 327, pub. date n/a). En 1562, el Vaticano estableció una oficina de censura especial llamada Index Expurgatorius. Su propósito fue prohíbir la publicación de "pasajes erróneos de los primeros Padres de la Iglesia" que contradijeran a la doctrina moderna. Cuando los archivistas vaticanos se encontraron con "copias genuinas de los Padres, las corrigieron de acuerdo al Expurgatory Index" (Index Expurgatorius Vaticanus, R. Gibbings, ed., Dublin, 1837; The Literary Policy of the Church of Rome, Joseph Mendham, J. Duncan, London, 1830, 2nd ed., 1840; The Vatican Censors, op. cit., p. 328). Este

En 1198 el Papa Inocencio III (1198-1216) suprimió todos los registros históricos de la Iglesia primitiva creando los Archivos Secretos (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. xv, p. 287). Alrededor de 7 siglos y medio después, y tras pasar algunos años en esos Archivos, el profesor Edmond S. Bordeaux escribió How The Great Pan Died. En un capítulo titulado "Toda la Historia de la Iglesia no es más que una fabricación retroactiva", dijo:"La Iglesia dió a todos sus escritos últimos una fecha anterior, algunos hechos de nuevo, algunos revisados y algunos falsificados, que contenían la expresión final de su historia ... así, escritos de la Iglesia muy posteriores se hacían pasar como si hubieran sido escritos mucho tiempo antes."(How The Great Pan Died, op. cit., p. 46)

"Así parece que los actuales títulos de los Evangelios no pueden conectarse con los evangelistas ..." (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. vi, pp. 655-6)
La Iglesia sostiene que "los títulos de los Evangelios no pretendían indicar autoría", añadiendo que "las cabeceras ... fueron adheridas a ellos" (Catholic Encyclopedia, Farley ed., vol. i, p. 117, vol. vi, pp. 655, 656). Por tanto no fueron escritos por Mateo, Marcos, Lucas o Juan.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Francesco Cossiga: CIA y Mossad terroristas del 11/9

Interesantes declaraciones del antiguo Presidente de Italia Francesco Cossiga al Corriere della Sera. Cossiga ha declarado que los ataques terroristas del 9-11 fueron dirigidos por la CIA y el Mossad.

Todos los servicios de inteligencia de América y Europa saben bien que el desastroso ataque ha sido planeado y realizado desde el Mossad, con la ayuda del mundo Sionista para arrojar la culpa sobre los países árabes e inducir a las potencias occidentales a tomar parte en las invasiones de Irak y Afganistán.


Cossiga fue obligado a dimitir hace ya años después de revelar la existencia de la Operación Gladio, en la que los servicios secretos organizaron ataques terroristas con el fin de crear el estado de opinión necesario para imponer un estado totalitario.
La operación Gladio fue dirigida por los servicios de inteligencia bajo los auspicios de la OTAN. Dicha operación criminal puso bombas en Europa en los años 60, 70 y 80.

La especialidad de Gladio fue la de efectuar ataques terroristas conocidos como "false flag”, en las que se acusaba falsamente a aquellos que se quería destruir o bien conseguir modificar el estado de opinión en la sociedad para justificar medidas contrarias a la libertad y la democracia.

En marzo del 2001, el agente de Gladio Vincenzo Vinciguerra declaró bajo juramento,

“Teníamos que atacar a los civiles, a la gente, mujeres, niños, gente inocente, gente desconocida sin ninguna participación en el juego político. La razón era bastante simple: forzar al público a pedir al estado mayor seguridad.”


Cossiga por primera vez expresó sus dudas sobre el 11/9 en el año 2001, cuando declaró:
“La mente que ha ideado el ataque es muy sofisticada, con muchos medios no solo para reclutar fanáticos kamikazes, sino también personal altamente especializado. Añado algo: no podría haberse realizado sin infiltraciones entre los controladores aéreos y el personal de seguridad de los vuelos.”


¿Será eso así? No se sabe aún, lo que estoy convencido es de que el WTC 7 fue derribado a propósito. Hay demasiadas evidencias que lo confirman.