Comienza un nuevo y siniestro período de la historia económica
En tanto que economista jefe yo estaba al frente de un departamento de MAIN y era el responsable de los estudios que se realizaban en todos los lugares del mundo. Pero también se esperaba de mí que estuviese al corriente de las nuevas tendencias y teorías de la ciencia económica. El comienzo de la década de 1970 fue una época de grandes cambios en la economía internacional.
Durante la década de 1960, varios países se unieron para formar la OPEP, organización de países productores de petróleo, que fue en gran medida una reacción contra el poder de las grandes refinerías. También Irán fue un factor en eso. El sha debía su trono y tal vez su vida a la intervención clandestina de Estados Unidos que acabó con Mosaddeq. Sin embargo, o quizá debido precisamente a ello, el sha tenía aguda conciencia de que podían volverse las tornas contra él, otra vez y en cualquier momento. Los dirigentes de otros países ricos en petróleo compartían esa convicción y la paranoia consiguiente. También sabían que las principales compañías petroleras internacionales, conocidas como «las Siete Hermanas», colaboraban para mantener bajos los niveles de precios del crudo y, por tanto, lo que ellas pagaban a los países productores, para cosechar así beneficios extraordinarios. La OPEP se organizó con el fin de dar la réplica.Todos estos factores confluyeron a comienzos de la década de 1970, cuando la OPEP humilló a los gigantes industriales. Mediante una serie de acciones concertadas, simbolizadas por el embargo de 1973, cuyo emblema más visible fueron las largas colas de coches ante las gasolineras estadounidenses, amenazaron con una catástrofe económica peor que la Gran Depresión. El golpe apuntaba directamente al sistema económico del mundo desarrollado y era de una magnitud que pocas personas empezaban a comprender por aquel entonces.