En este blog, y en muchos otros, se han publicado muchas entradas sobre drogas y terrorismo y su relación con la élite y parte de los estados, especialmente a través de sus servicios secretos. Si alguien necesita todavía más pruebas que lea el siguiente artículo de un medio oficial, que aunque no destapa toda la corrupción al menos sirve como muestra de la implicación del sistema financiero en el lavado del dinero generado por el narcotráfico.
Lavado de dinero de droga y terrorismo ensombrece al mayor banco del Reino Unido
Mientras el segundo mayor banco del Reino Unido se encuentra acosado por la investigación de la Tasa Libor, el primer banco de ese país se encuentra asediado por un escándalo criminal que involucra el lavado de dinero de organizaciones vinculadas a las drogas y el terrorismo. La investigación realizada en Estados Unidos durante un año y encabezada por el senador Carl Levin, constata que durante ocho años se blanquearon más de 15 mil millones de dólares de dineros procedentes de Rusia, Irán, Arabia Saudita o los cárteles mexicanos de la droga.
Para Carl Levin, las pruebas contra HSBC merecen una multa mínima de mil millones de dólares, por la forma en que dio acceso al sistema financiero de Estados Unidos a organizaciones criminales de alto riesgo y peligrosidad.
El senador Levin encabezó las investigaciones contra Goldman Sachs y es uno de los pocos que ha acusado de incompetencia a las agencias de calificación en su nula anticipación de la crisis. Levin se ha especializado desde el 2008 en desentrañar los fraudes y las estafas de la banca, que hasta esa época eran perfectamente permitidas como demuestra este nuevo escándalo de HSBC (también está involucrado en la manipulación de la tasa Libor).
Según el Senador Carl Levin, presidente del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de Estados Unidos: “fue la penetrante cultura contaminada de HSBC durante años, la que llevó a revelar que entre los años 2006 y 2009 las operaciones de reconocidos carteles mexicanos y rusos de alto riesgo movilizaron más de 15.000 millones de dólares”. (Puede revisar el informe de 340 páginas en el sitio web de Carl Levin).
Este informe constata que los ejecutivos de HSBC en México no hicieron ninguna investigación para descubrir el origen de ese dinero, pese a que tanto las autoridades mexicanas como estadounidenses advirtieron que esa cantidad de dinero sólo podría estar vinculada a operaciones ilícitas. Así lo hicieron ver entre 2007 y 2008 los reguladores mexicanos como indica esta información de Reuters, pero el banco no se dio por aludido y prosiguió en su imprudente y laxo comportamiento.
Este nuevo escándalo de un banco británico plantea un gran problema para el Gobierno de David Cameron, dado que el hombre que estuvo a la cabeza de HSBC en todo ese período fue Stephen Green, quien ahora es ministro de la Coalición para la Inversión y el Comercio del gobierno inglés. Green fue nombrado ejecutivo jefe de HSBC el año 2003 y se convirtió en presidente ejecutivo del grupo tres años más tarde. Como hemos visto en otros lugares, Greene dejó su cargo en el banco el año 2010 para unirse a la coalición del gobierno de Cameron como ministro en la Cámara de los Lores. Su sucesor en HSBC, Stuart Gulliver, respondió a las acusaciones del Senado de Estados Unidos señalando que entre 2004 y 2010 los controles del banco contra el lavado de dinero “deberían haber sido más duros y eficaces y que la conducta laxa que existió en ese período es inaceptable”. Estas palabras han dejado en muy mal pie a su antecesor.
La investigación del Senador Carl Levin ha acusado valientemente a HSBC de“abrir las puertas del sistema financiero a terroristas, narcotraficantes y operaciones de lavado de dinero”, dado que organizaciones criminales de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Bangladesh movieron miles de millones de dólares de dinero sospechoso en Estados Unidos sin los controles adecuados. Se trata de un escándalo que demuestra un nivel de corrupción e insanía diferente al de Barclays o los otros que manipularon la tasa Libor, pero que da cuenta clara de la corrupción generalizada que impera en el sistema financiero.
En un momento en que el sector financiero se encuentra en la mira por la manipulación de las tasas de interés y las operaciones de alto riesgo que llevaron a la crisis que estalló el año 2008, este nuevo escándalo viene a demostrar la laxitud y falta de control que impera en el sistema financiero y la debilidad de sus mecanismos de regulación que, ni siquiera cuando mínimamente existen, son objeto de consideración por los altos cargos. Como señalan los reguladores de México y Estados Unidos, HSBC incumplió los procedimientos y ayer el banco se apresuró a pedir disculpas y asegurar que “mejorará sus procedimientos de control en el futuro”. ¿Podremos creerle…?
Este nuevo escándalo de un banco británico plantea un gran problema para el Gobierno de David Cameron, dado que el hombre que estuvo a la cabeza de HSBC en todo ese período fue Stephen Green, quien ahora es ministro de la Coalición para la Inversión y el Comercio del gobierno inglés. Green fue nombrado ejecutivo jefe de HSBC el año 2003 y se convirtió en presidente ejecutivo del grupo tres años más tarde. Como hemos visto en otros lugares, Greene dejó su cargo en el banco el año 2010 para unirse a la coalición del gobierno de Cameron como ministro en la Cámara de los Lores. Su sucesor en HSBC, Stuart Gulliver, respondió a las acusaciones del Senado de Estados Unidos señalando que entre 2004 y 2010 los controles del banco contra el lavado de dinero “deberían haber sido más duros y eficaces y que la conducta laxa que existió en ese período es inaceptable”. Estas palabras han dejado en muy mal pie a su antecesor.
La investigación del Senador Carl Levin ha acusado valientemente a HSBC de“abrir las puertas del sistema financiero a terroristas, narcotraficantes y operaciones de lavado de dinero”, dado que organizaciones criminales de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Bangladesh movieron miles de millones de dólares de dinero sospechoso en Estados Unidos sin los controles adecuados. Se trata de un escándalo que demuestra un nivel de corrupción e insanía diferente al de Barclays o los otros que manipularon la tasa Libor, pero que da cuenta clara de la corrupción generalizada que impera en el sistema financiero.
En un momento en que el sector financiero se encuentra en la mira por la manipulación de las tasas de interés y las operaciones de alto riesgo que llevaron a la crisis que estalló el año 2008, este nuevo escándalo viene a demostrar la laxitud y falta de control que impera en el sistema financiero y la debilidad de sus mecanismos de regulación que, ni siquiera cuando mínimamente existen, son objeto de consideración por los altos cargos. Como señalan los reguladores de México y Estados Unidos, HSBC incumplió los procedimientos y ayer el banco se apresuró a pedir disculpas y asegurar que “mejorará sus procedimientos de control en el futuro”. ¿Podremos creerle…?