La Independiente Digital
(De aquí.)Una verdadera revolución tiene que crear una sociedad con libertad de conciencia Félix Rodrigo Mora, autor de "La Democracia y el triunfo del Estado"–cuya tercera edición está recién estrenada– y "Seis estudios" entre varios otros títulos, acaba de lanzar su último libro "El Giro Estatolátrico". Félix es uno de esos autores que pasan de cuclillas, de boca en boca –su naturalidad y afabilidad son una bocanada de aire fresco– sin embargo el contraste con su obra no podía ser mayor, si “En una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario”, aquí tenemos a un coloso de la revolución, contundente, veraz, valiente, trabajador incansable, conferenciante compulsivo, igual habla rodeado de personas de todas las edades y estratos sociales en medio de la calle en una aldea, que en el centro neurálgico de su antítesis, la Universidad.
Escucharle no deja indiferente a nadie. No es común hoy en día en este país encontrar a alguien que hable claro de la historia del sistema Estatal en España, de las tergiversaciones, las motivaciones. Su cosmovisión del sistema es, en estos tiempos turbios que vivimos, indispensable.
Aprovechando que está en Barcelona quedamos con él una tarde soleada en la plaza de la Catedral y nos vamos a pasar la tarde a una cafetería para charlar sobre la amistad, las revoluciones, la Edad Media, cinturones de castidad y la vida como esfuerzo y servicio desinteresado.
Democracia etimológicamente significa “Gobierno del pueblo”, demos es pueblo y cracia Gobierno, por tanto, aplicada la palabra en el sentido exacto, vemos que eso hoy no sucede, es obvio, no hace falta ni siquiera mucho argumento para entender que hoy la sociedad está regida por unas élites hiper-poderosas que lo controlan todo; élites políticas, mediáticas, económicas, empresariales, educativas, militares, judiciales, que son ocho o diez, o quizá doce élites, bastante reducidas numéricamente, que controlan todo, ellas toman todas las decisiones (éstas élites), por tanto el Gobierno actual no es un Gobierno del pueblo, sino es el Gobierno de unas élites. Luego hacen una parodia de participación, que es lo que ellos llaman el Gobierno representativo o Democracia representativa, pero que se reduce a la elección de unos supuestos cargos gobernantes que en realidad no gobiernan, porque aunque los partidos políticos y los políticos profesionales son una gente repelente y odiosa, en realidad ellos son sólo una máscara, quien toma las decisiones y tiene el poder, pues, son la gente que opera en la empresa, la banca, el ejército y los políticos son sólo la máscara, o quizá una cortina, que se cubre como en estas habitaciones antiguas para que no se vieran los trastos, se ponía una cortinita que lo hiciera bonito. La palabra democracia sólo seria auténtica si se buscara una fórmula por la cual la toma de las decisiones la hiciera el conjunto de la población adulta, hombres y mujeres, ya sé que eso es muy difícil, pero las cosas valiosas son muy difíciles, nunca son fáciles.