Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

miércoles, 16 de enero de 2008

El supuesto anticomunismo de los neocones

Por Max Shpak, Original Dissent.

Los Neoconservadores y sus defensores tienen la creencia pública de que los neocons eran antiguos izquierdistas que vieron la luz y rechazaron la ideología liberal o Marxista como cuestión de convicción y principios. Desafortunadamente, esta linea oficial no es cierta, sin duda refleja los esfuerzos neocon para ocultar el hecho que su transformación no fue sincera. Para entender la agenda real que condujo y continúa conduciendo buena parte del neoconservatismo, se necesita mirar los orígenes del movimiento y los antecedentes culturales de quienes lo lideran.
Es un hecho probado que muchas de las primeras lumbreras del neoconservatismo (el más famoso Irving Kristol en los años 1940, un ejemplo famoso más reciente David Horowitz) procedían del Marxismo, y que el neoconservatismo (como el propio Marxismo) comenzó siendo y continúa siendo en buena parte un fenómeno del intelectualismo Judío. En la primera parte del siglo XX, el Marxismo atraía a de forma desproporcionada a Judíos por obvias razones. Hay una serie de razones psicológicas complejas y sociales para esta atracción, todas las cuales derivan en buena parte del hecho que el internacionalismo Marxista es una ideología que por su propia naturaleza encuentra discípulos entre la inteligencia urbana sin raíces y anti-religiosa.

Más importante para los propósitos de este análisis, sin embargo, son las razones prácticas para la simpatía Judía por el Bolchevismo. Judíos europeos y americanos tenían un enraizado odio por los regímenes tradicionales y las religiones del continente europeo, particularmente de la Rusia Zarista y de varias naciones del Este de Europa, debido a las persecuciones (reales e imaginadas) y los "pogroms" que se produjeron en esas naciones. Así, cuando los Bolcheviques derrocaron al Zar, destruyerpnm a la odiada Iglesia Ortodoxa, dejaron sin poder al campesinado religioso, y reemplazaron la tradicional autoridad rusa con un amplio Comisariado Judío, la Judería mundial (incluyendo a supuestos "capitalistas" como los Schiffs y los Rothschilds) abrazó la Revolución y la ideología Marxista.

Rusia se convirtió en una colonia Judía en la que el "anti-Semitismo" era un crimen castigado con la muerte y la cultura nativa gentil fue erradicada (gracias a un liderazgo compuesto principalmente por Judíos tales como Trotsky, Zinoviev, Kamenev, y Severdlov, mantenida unida por el filosemita Lenin), los Judíos de todo el mundo pusieron sus esperanzas en la posibilidad de revoluciones similares en otros lugares. Ciertamente, sus compañeros de armas estaban efectuando cambios similares en Hungría (Kuhn), Austria (Adler) y Alemania (Eisner).
El ascenso del Fascismo y el Nazismo solo sirvió para polarizar aún más el apoyo Judío al Comunismo internacional.

Esto cambiaría como resultado de dos desarrollos: un cambio en el carácter del Comunismo Soviético por un lado y la fundación del estado de Israel por el otro. Las purgas de Stalin de muchos de sus antiguos colegas Bolcheviques (incluyendo Trotsky, asesinado en el exilio), su pacto en 1939 con Hitler, y rumores de prejuicios anti-Judíos por el propio Stalin, todo ello frenó los apoyos potenciales. Cuando Hitler invadió la Unión Soviética, quedó claro que las masas rusas no lucharían por el Bolchevismo, una ideología que les trajo tanta miseria, sino más bien por la sangre y la tierra rusa. Desde entonces, el liderazgo soviético tuvo que cortejar a los elmentos nacionalistas rusos que los primeros Bolcheviques habían tratado de erradicar. Esto condujo a una creciente tolerancia hacia la Iglesia Ortodoxa Rusa y una presencia decreciente Judía en el Politburó soviético y en el KGB. Así, la URSS estaba "traicionando" aquello que la hacía atractiva a muchos Judíos.

Quizás un factor aún más significativo en los orígenes del neoconservadurismo fue la emergencia de un estado israelí independiente. Mientras que muchos Judíos Marxistas ansiosamente apoyaban el estado Sionista, la izquierda más consistente intelectualmente se opuso al Sionismo sobre la base de que todos los nacionalismos, incluído el Judío, son enemigos de la revolución proletaria global. Así, los izquierdistas Judíos que una vez abogaron por el internacionalismo para las naciones gentiles se vieron forzados a afrontar las implicaciones de esta ideología para sus propios sentimientos nacionalistas. Así, necesitaban una ideología que les permitiera oponerse al nacionalismo de los gentiles y al mismo tiempo apoyar a Israel, y encontraron esa visión global con el neoconservadurismo.

Al mismo tiempo, aunque la Unión Soviética inicialmente cortejó a Israel durante las guerras de independencia de 1948, quedó claro al gobierno israelí que en un mundo polarizado entre los EEUU y la URSS el primero sería más rico y fácil de sacarle el dinero. Para los años 1950 y las guerras del canal de Suez, a pesar de lealtades residuales Judías al Comunismo, las líneas de batalla ya se trazaron, con Israel en el campo occidental y las naciones árabes forzadas a realizar alianzas de conveniencia con la URSS.

Para muchos Judíos de izquierda América podría servir como un sistema de apoyo vital para Israel y un bastión contra el resurgente "anti-Semitismo" de Rusia. Se puede observar un fenómeno idéntico hoy en día, muchos Judíos liberales demócratas se unen a los republicanos porque estos últimos apoyan a Israel con más fuerza y siguen una línea más dura con las naciones árabes.Todo su nuevo "patriotismo" y "Americanismo" es un fraude diseñado para enmascarar el hecho que la cuestión para los neocones siempre fue y siempre será "¿es bueno eso para los Judíos?"

La agenda neocon Cold puede observarse en muchos frentes. Por ejemplo en relación a Rusia al final de la guerra fría. Mientras que los paleoconservativos como Pat Buchanan han apoyado una normalización de relaciones con Rusia, los neocones continúaron luchando la guerra fría, apoyaron entusiastamente a los separatistas chechenos como "luchadores por la libertad" y abogaron por la expansión de la NATO. Las razones para estas diferencias son obvias: El enemigo de la vieja derecha era la ideología comunista, mientras que para los neocons Judíos abrigan un odio por el nacionalismo ruso. Así la Rusia post-comunista es aún una amenaza para los neocones, particularmente con el resurgente "ultra-nacionalismo" y "anti-Semitismo" ruso, mientras que sin poder comunista todo eso es de poca importancia para la vieja derecha.

La la vieja derecha apoyó a los disidentes cristianos como Solzhenitsyn, pero para los neocones solo eran legítimos disidentes los Sionistas como Natan Sharansky, así como los únicos refugiados apoyados por los neocons eran Judíos (incluyendo a los mafiosos). Solzhenitsyn representa al nacionalismo ruso y a la Iglesia Ortodoxa que hicieron a tantos predecosores de los neoeones abrazar el Bolchevismo, así Solzhenitsyn y la situación apremiante de los disidentes cristianos fueron relegados a la oscuridad en las publicaciones neocon, mientras que los ruidosos Sionistas en la URSS eran recibidos como héroes.

En este sentido los neocons son los verdaderos herederos de Leon Trotsky, que condenó a Stalin y sus seguidores no tanto por su brutalidad (como comandante del Ejército Rojo y supervisor de la CHEKA terrorista de Lenin, Trotsky no era ajeno a la brutalidad y el sadismo) sino por su "anti-semitismo" y traición de la Revolución. La principal crítica de Trotsky al Stalinismo parecía más ser que Stalin conducía a Rusia en la dirección nacionalista más que trabajar hacia el establecimiento de una vanguardia internacional proletaria. El hecho que los ancestros intelectuales del neoconservadurismo no tuvieran ninguna mala palabra sobre el Bolchevismo mientras los objetivos Leninistas-Trotskystas se cumplían sugiere que no era tanto una reconsideración ideológica como un interés tribal lo que motivó a estos conversos neocones.

Como su movimiento desde la izquierda a la pseudo-derecha fue insincera, debe de suponerse que se pueden encontrar los instintos izquierdistas en varios asuntos que defienden los neocones y que se mantienen fieles a su herencia Trotskista. La vieja derecha se oponía al Marxismo no solo por razones económicas, sino por su materialismo, ateísmo y porque rechazaba el nacionalismo y el patriotismo en el nombre de la revolución global. Sin embargo la mayoría de los neocones venían de una cultura que eran tan materialista y cosmopolita como la de los primeros líderes Bolcheviques, así pues es poco probable que discutieran estos aspectos de la doctrina comunista. El hecho de que el neoconservadurismo es una ideología materialista en su naturaleza y enfocada en el internacionalismo (cuando habla de "democracia global" y "mercados globales") hacen evidentes los apuntalamientos fundamentales de la izquierda Marxista entre los escritos de Commentary and The Weekly Standard. Sus pretensiones "conservadoras" parecen limitarse al hecho que se oponen al "socialismo" (de la variedad nacionalista) en el nombre del "capitalismo" (de la variedad internacionalista).

Entendiendo la verdadera naturaleza de los neocones ilimina la esencia de la lucha entre la derecha y la izquierda. Nunca fue una lucha entre "capitalismo" y "socialismo" como la propaganda neocón o comunista nos quiere hacer creer. Más bien, siempre fue un conflicto entre el espiritualismo y el materialismo, entre el nacionalismo y el globalismo, entre la tradición y la subversión, entre los defensores de la civilización occidental y sus enemigos. Muchos "capitalistas" entendieron que los medios económicos no son significantes, solo lo es el fin deseado. Jacob Schiff lo entendió cuando financió a los Bolcheviques, así como Rupert Murdoch, Ted Turner, Marc Rich, Boris Berezovsky, y George Soros entienden que su forma de "capitalismo" es plenamente compatible con la esencia de la Izquierda, y que pueden encontrar amigos y alíados entre los neocons.