Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 16 de abril de 2016

El destino de los Imperios o una explicación del ocaso de Occidente

"Interior del coliseo, Roma", 1832. Oleo sobre lienzo, Thomas cole.
"Hasta las estadísticas más simples demuestran la rotación constante de una nación tras otra a intervalos regulares"
John Bagot Glubb
Sir John Glubb fue un autor y profesor británico condecorado por su servicio en los Royal Engineers en la Primera Guerra Mundial, fue comandante de la Legión Árabe Jordana desde 1939 hasta 1956. Brillante erudito, profundizó en sus conocimientos de la historia clásica y árabe con sus contactos con el mundo académico local durante su estancia en Jordania. Su famoso y sucinto ensayo, The Fate of Empires and the Search for Survival (1978), analiza el ciclo vital de los imperios desde sus orígenes hasta su eventual caída. En su día, provocó cierto revuelo por el parecido en la trayectoria de EEUU, hoy las similitudes son incluso más.

Glubb observa un patrón inquietante que emerge cuando se trata de la durabilidad de los imperios humanos: Desde el Imperio Asirio (859-612 aC), el Imperio Árabe (634-880 dC), al Imperio Británico (1700 - 1950), cada uno parecía perdurar aproximadamente 10 generaciones, o alrededor de 250 años. Glubb postula que cada imperio pasa por seis fases predecibles:
  1. Ascenso/conquista
  2. Comercio
  3. Abundancia
  4. Intelectualidad
  5. Decadencia
  6. Caída
Este patrón de ascenso y caída es independiente del sistema de gobierno (despotismo, monarquía, república, democracia) y las cualidades peculiares de la raza que engendró el imperio (Áfricana, Asiática Oriental, Europea, Asiática Central). Este patrón no se ve afectado por las tecnologías de la época (la rueda, montar a caballo, navegación, la pólvora, la electricidad, etc.) y, aunque el patrón del ascenso de las grandes naciones parece ser uniforme, el patrón de las caídas es diverso, lo que significa que mientras que todos los imperios nacen y se desarrollan más o menos de la misma manera, su forma de morir varía en gran medida.

Glubb observa que todos los imperios a través de la historia pasan por las mismas etapas, que duran aproximadamente el mismo tiempo: diez generaciones; más o menos unos 250 años. Esta duración parece estar motivada por el comportamiento humano, sorprendentemente uniforme entre culturas y, también sorprendentemente, independientemente de las tecnologías disponibles en la época (de transporte, comunicaciones y bélica). La seis etapas del ciclo vital de los imperios a veces se solapan momentáneamente.



Fase 1: Ascenso/conquista

En la primera fase del gran imperio, las naciones pequeñas, aunque vistas como insignificantes por sus vecinos, arrancan a dominar grandes extensiones de territorio. Esta explosión inicial se caracteriza por exhibiciones extraordinarias de energía y coraje, sus gentes, acostumbrados a las dificultades, son pobres, duros, emprendedores y, sobre todo, agresivos, y poco les disuade en su deseo de gobernar. Las gentes de los imperios decadentes o Estados de menor importancia que subyugan, son acomodadas y ricas, pero están trabados en su actitud tímida y defensiva. Esto le da la ventaja a la nación emergente, cuyos miembros pueden ser audaces y agresivos en su actitud; tienen poco que perder salvo sus vidas. Pero no es sólo una ventaja militar la que esta nación emergente, esta nación conquistadora disfruta; sino que, porque tienen hambre, porque no están obligados por una tradición establecida, sino por un enfoque intenso hacia su objetivo, la nación ascendente exhibe un gran dinamismo en todo el espectro de las actividades humanas: la ciencia, la tecnología, su gobierno, su cultura. Nada engendra más éxito que el éxito mismo, y la confianza auto-alimentada de la nación emergente, les lleva a creer que tienen el propósito de dominar y gobernar para siempre, tal vez incluso elegidos por su dios (o dioses), para dominar sobre los hombres.

Es interesante notar que es aquí, en el principio, donde se siembran las semillas de la destrucción imperial, ya que cada país, a raíz de su ascenso, atribuye su buena fortuna a su superioridad hereditaria y natural. Habiéndose convertido en dominante, esta nación se ve como naturalmente mejor que los pueblos que conquistan. Sin embargo, es esta arrogancia la que se convierte en el catalizador de la propia destrucción de la sociedad. La cultura no se protege a sí misma contra la diversidad que vendrá, y que arruinará la población que construyó la nación.

Fase II: Expansión comercial

Los comerciantes y el conjunto de las personas se benefician de la paz, la seguridad y la racionalización de los procesos burocráticos que un gran imperio asegura . La transición de la ascensión / conquista al comercio, se caracteriza por un cambio en las actitudes, en la que el estatus por la gloria militar y el honor, da paso a un énfasis en el aumento de la fortuna. Sin embargo, como el recuerdo de dónde vienen aún está fresco, la gente y la cultura es todavía fuerte.
La primera mitad de la "Edad del Comercio" es particularmente espléndida ... virtudes como la valentía, el patriotismo y la devoción al deber están todavía en boga. Los niños deben ... ser viriles, [y] las escuelas de niños son intencionalmente exigentes.
La era del comercio también se caracteriza por la exploración de nuevas formas de riqueza, y la obtención de la riqueza es el catalizador para la transición a la "Edad de la abundancia".

Fase III: Luxos

La abundancia de riqueza y comodidad comienzan a dañar las cualidades que hicieron exitosa a la nación. Por ejemplo, la búsqueda del éxito individual reemplaza la del honor y la aventura como los objetivos de los mejores y los más brillantes de entre los jóvenes. Poco a poco, esta persecución del oro, desplaza la persecución del deber. Por otra parte, la educación sufre un cambio similar en sus prioridades; así, las instituciones educativas se centran en la producción, no de patriotas valientes, sino en acuñar a los que gobernarán hacia los altos salarios. Esta fase representa el apogeo de una sociedad, es todo cuesta abajo desde aquí, ya que las personas se tornan más individualistas "... del espíritu de servicio al egoísmo", y la nación en su conjunto, cambia de la agresividad ofensiva, a actitudes defensivas, interesados no en la adquisición de más riqueza, sino en asegurar lo que se tiene.

Este cambio en las actitudes nacionales hacia un mayor pesimismo y pragmatismo durante esta fase se refleja en la postura de la política exterior de la nación: 
... habiendo un mayor abastecimiento de dinero que de coraje, se emplean, en lugar de armas, subsidios para comprar a los enemigos.
Varias argucias psicológicas se utilizan para intentar considerar este cambio como noble, en vez de cobarde:
La disposición militar ... es denunciada como primitiva e inmoral. Los pueblos civilizados son demasiado orgullosos para luchar. La conquista ... se considera algo inmoral. Los imperios son malos. "No es que tengamos miedo de pelear", suelen decir, "sino que debemos considerarlo inmoral ". Las naciones que se proclaman poco dispuestas a luchar, están expuestas a ser conquistadas por pueblos en la etapa del militarismo
Además, durante esta fase, la prosperidad y la riqueza también traen una afluencia de extranjeros a los centros urbanos del imperio. Los romanos nativos se quejaron de la multiplicidad de gentes del Oriente Medio y norteaafricanos en Roma, al igual que los habitantes de Bagdad, a su vez sufrieron una enorme afluencia de persas, turcos, árabes, armenios, egipcios, africanos, y griegos. Hoy en día, Londres es conocida en algunos círculos como "Londonistán", New York hace mucho tiempo dejó de ser habitada principalmente por anglos, y el propio Washington DC cuenta con una amplia población internacional (solo hay que llamar a un taxi en esa zona para convencerse de ello). El resultado de esta migración es que la población que creó el imperio, es relegada a las zonas de influencia, las fronteras y las zonas rurales, mientras que los extranjeros llegan a dominar las ciudades y, finalmente, la política de todo el reino. Así vemos que en realidad, en verdad, no hay nada nuevo bajo el sol, ya que esta "diversidad" se repite una y otra vez en la historia, y la solidaridad y el compañerismo que surgen con la homogeneidad étnica y cultural (las cualidades que construyeron el imperio en el primer lugar) primera se erosionan, y luego desaparecen por completo.

Esta diversa masa políglota está poblada por inmigrantes, que a menudo no se logran asimilar plenamente, lo que lleva a problemas de lealtad intragrupo / extragrupo, y a una falta de disposición general a sacrificarse por el país anfitrión, cuando la ola de prosperidad da paso a tiempos de recesión. Grubb señala:
Cuando se establece el declive, es extraordinario cómo la memoria de guerras antiguas, quizá de siglos antes, revive de repente, y los movimientos locales o provinciales parecen exigir la secesión o la independencia
Esta falta de coherencia cultural se combina con el mencionado cambio en los valores de la lucha por la racionalización, y, finalmente, un sentimiento de superioridad moral, que sienta las bases para las luchas internas que son características de la etapa siguiente, la "Edad del intelecto".

Fase IV: Intelectualismo. El principio del fin

El pueblo, carente ya de mentalidad marcial y con vidas no visitadas con frecuencia por las privaciones, se vuelven indiferentes a la adquisición de riqueza y bienestar, viéndose a sí mismos como intelectuales. Este período se caracteriza por la proliferación de instituciones de enseñanza y una rápida expansión de la base de los conocimientos. El Intelectualismo lleva a la discusión, el debate y al argumento, y así, la cultura pierde su homogeneidad. Las divisiones políticas internas entre ideologías se osifican y se vuelven insalvables. Con muchos capitanes que compiten por el control del timón, la nave del Estado comienza a ir a la deriva:
Así los asuntos públicos van derivando de mal a peor, en medio de una cacofonía incesante de argumentos ... en medio de una babel de chácharas, el barco se desplaza hacia a las rocas. Las diferencias internas no se reconcilian ... las rivalidades internas se agudizan, y la nación se vuelve más débil.
Es importante señalar aquí que el Imperio sigue siendo fuerte en este momento y está situado en una especie de edad de oro. Pero el brillo exterior oscurece una pudrición interior, ya que el Imperio sangra desde dentro. En esencia, el Imperio está viviendo en tiempo prestado, ya no produciendo, conquistando, ampliándose; en su lugar, se alimenta de la grasa almacenada en su propia grandeza pasada. Viéndose aún a sí mismos excepcionales, la nación se relaja y disfruta de los frutos de su trabajo, esta voluptuosidad latente resulta en más y más tiempo dedicado al ocio.

Por otra parte, un Imperio, en esta etapa, aunque no amplía ya su territorio, todavía gusta verse más inteligente que sus vecinos y sigue patrocinando la expansión cultural de su Imperio. Pero el motivo de esta expansión no es es militar (lo cual sería malvado), sino que es para el bienestar de los demás, lo que se considera "bueno", y, así "justificado", el imperio continúa ampliando su influencia. Este cambio en la motivación es clave ... cuando la cabeza (la razón) llega a dominar al corazón (la pasión), el gran imperio quiere "ayudar" a los menos "afortunados" a compartir su prosperidad. Glubb, sin embargo, tiene una mala opinión de este cambio:
Tal vez el subproducto más peligroso de la Edad del intelecto es el crecimiento inconsciente de la idea de que el cerebro humano puede resolver todos los problemas del mundo
Esta idea lleva al Imperio a sobre-extenderse a sí mismo, ya que literalmente no hay límite a los problemas por resolver en un esfuerzo por mejorar el bienestar de los extranjeros. Así, agotado, el descuidado, oxidado andamiaje socio-cultural y económico que soporta el edificio del Estado comienza a descomponerse. El centro, el núcleo, no se sostiene.

Fase V: Decadencia

La decadencia es una enfermedad moral y espiritual, no física, resultado de un período demasiado largo de riqueza y poder. Los ciudadanos de una nación así ya no hacen un esfuerzo para salvarse a sí mismos, porque no están convencidos de que nada en la vida merezca la pena salvarse.

Un imperio en decadencia está marcada por varias características. 
  • La primera entre ellas es un fuerte sentimiento predominante (y autocumplido) de pesimismo entre la gente, con frecuencia acompañado de frivolidad, donde las personas cambian las esperanza y la orientación hacia el futuro, por un enfoque en el presente ... una actitud de tipo "vamos a comer beber y ser felices, porque mañana estaremos muertos". Carpe diem. Grubb también hace notar que los héroes de un imperio cambian en las civilizaciones en declive, en consonancia con este enfoque hacia la frivolidad ... el actor, el cantante, y el atleta (todos ellos relacionados con el entretenimiento) reemplazan al general, estadista o genio literario, como modelos a seguir para los jóvenes.
  • Otra característica del declive que se observa, es la degeneración y una laxitud generalizada de la disciplina durante estas épocas. Un materialismo creciente, la retirada de la moralidad, el advenimiento del feminismo, y la aparición e influencia de las mujeres en la vida pública son todas características de una civilización en decadencia. La indiferencia hacia la religión aparece también entre la cultura y, como Glubb atribuye a la religión (expansivamente definida, incluyendo la fe del propio Imperio en un destino especial para sí mismo) la fuerza motivadora del deseo de expandirse, conquistar, subyugar o extinguir, así el espíritu de servicio, la heroica abnegación por la causa, también desaparece.
  • Una tercera característica es una cuyas bases se sentaron en la Edad del Intelectualismo ... la Edad de la Decadencia se asocia con la filantropía, la generosidad y la compasión por otras razas y naciones. La cultura asume una actitud condescendiente de "nobleza obliga" hacia los menos afortunados, la idea de que siempre serán ricos empuja al Estado imperial a gastar pródigamente, y a conferir privilegios, derechos y beneficios a todos los recién llegados. Los derechos de ciudadanía, una vez signo de estatus, un bien preciado, se degradadan, ya que el Estado los otorga con largueza... en algunos casos, los vende para obtener ingresos... de nuevo para conferir los beneficios y la prosperidad a todos. La asistencia estatal a los pobres es igualmente generosa. Al menos hasta que se derrumba la economía.
¿Cuáles son las causas de la decadencia? Glubb enumera estas cuatro:
  1. Un período demasiado largo de riqueza y poder.
  2. El egoísmo.
  3. El amor desenfrenado al dinero.
  4. La pérdida de un sentido del deber.
Glubb no discute la Fase VI, el fin o la caída de los imperios, porque tales finales varían ampliamente y su estudio no arroja ningún patrón regular que merezca discusión.

Tras la publicación del ensayo (1978), muchos argumentaron que los EEUU seguían un patrón diferente y que escaparían a este proceso. Su respuesta fue:
Los Estados Unidos surgieron súbitamente como una nueva nación, y su período de ascenso fue empleado como pioneros en la conquista de un vasto continente, en lugar de un antiguo imperio. Sin embargo, la historia de la vida posterior de los Estados Unidos ha seguido la tónica habitual ... los períodos de los pioneros, del comercio, de la abundancia, de la intelectualidad y de la decadencia.
Glubb falleció en 1986, y, en el apogeo de EEUU como potencia en la decadencia de la URSS y sobre todo tras la caída de ésta, con el estatus de potencia unipolar mundial, casi nadie dio importancia a sus escritos.

Recientemente, se le ha re-descubierto en el mundo anglosajón, por la precisión con la que encaja su descripción de la decadencia de los Imperios, con el discurrir de la historia americana, especialmente los últimos 50 años. Si nos atenemos al ciclo vital observado por Glubb para otros Imperios, el estadounidense habría de caer alrededor de 2025. Desde luego, varias de las fases ocurridas en otros procesos de declive de una potencia en la historia, así lo parecen sugerir.

John Bagot Glubb - Wikipedia, the free encyclopedia

Article Review: The Fate of Empires - The Spearhead

http://people.uncw.edu/kozloffm/glubb.pdf

Su necrológica en El País (murió en 1986).

Ha muerto el militar inglés 'Glubb Pacha', ex jefe de la Legión Árabe en Jordania | Edición impresa | EL PAÍS

lunes, 11 de abril de 2016

ESTRATEGIA DE LA ONU Y LA UNIÓN EUROPEA CONTRA LA FAMILIA

Portaluz ha puesto a disposición de los hispanoparlantes una entrevista a la influyente socióloga alemana, escritora, conferencista y conversa al catolicismo Gabriele Kuby, que revela el rostro oculto de líderes políticos, feministas radicales que desde gobiernos, la ONU y otros organismos promueven la atea ideología de género. Pero advierte: «aún no estamos derrotados».

(Benjamin J. Vail CWR/Portaluz) Portaluz tuvo el privilegio de publicar a comienzos de este año una entrevista a esta influyente intelectual. Ahora gracias al periodista Benjamín Vail (ofs) accedemos a un nuevo diálogo -difundido en inglés por CWR- que ocurrió durante la visita de Gabriele Kuby a la República Checa. Apoyándose en el nuevo libro de Kuby (ya traducido a varios idiomas) «La Revolución Sexual Global: La destrucción de la libertad en nombre de la libertad», Benjamín se adentra en pedirle que devele las intenciones finales de quienes buscan globalizar la ideología de género…

Para poner al día a nuestros lectores, ¿Podría por favor resumir la tesis principal de su nuevo libro?

Después de mi conversión a la fe católica, dada mi experiencia en el estudio de la sociología y el interés por los acontecimientos políticos y sociales, comencé a darme cuenta que la sexualidad es el tema de nuestro tiempo. Vivimos en una época en que las normas sexuales -como nunca antes en la historia de la humanidad- están siendo transformadas poniéndolas completamente de revés.

Ninguna sociedad había hecho esto. Ninguna sociedad había dicho alguna vez: «Vive tu impulso sexual como quieras». Pero nuestra sociedad lo hace. Creo que este enfoque de la sexualidad es un ataque medular contra la dignidad del ser humano y la sociedad en su conjunto, ya que si una sociedad abandona su moralidad en general -especialmente en el área de la sexualidad-, cae en la anarquía, en el caos y esto puede dar lugar a un nuevo régimen totalitario liderado por el Estado.

Un tema principal en su libro es la «transversalidad de género» (mainstreaming de género) ¿Puede usted educar a nuestros lectores sobre este concepto y explicar por qué lo califica de dañino?

«Gender» era un término gramatical usado para diferenciar el género, antes de que fuera utilizado en la agenda política. Las feministas radicales descubrieron esta palabra y la usaron para crear una nueva ideología. Me maravilla la estratégica visión de futuro… saber que usted necesita un término para promover una nueva idea, y este término que eligieron es: «género». Género ahora significa que hay un «sexo social», que puede diferir del sexo biológico. Por supuesto existen diferencias culturales e históricas en las formas en que pueden vivirse la masculinidad y feminidad.

Pero la teoría feminista refiere que el sexo es una construcción social que puede ser diferente del sexo biológico y que de hecho, no tiene por qué ser idéntica al sexo biológico. Sucede que si renunciamos a nuestra identidad como hombre o mujer, y decimos que no hay tal identidad, entonces, como consecuencia, todo el orden sexual se derrumba y cualquiera puede tener sexo con cualquiera. Porque este movimiento no reclama sólo que se respete un planteamiento teórico, sino una práctica: No hay dos sexos, o dos géneros -dicen-, sino muchos géneros… hombres y mujeres heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, transgénero, intersexuales y personas queer («queer» es un término que usan para cualquier tipo de desviación sexual de la heterosexualidad).

La teoría de género dice en definitiva que nuestra orientación sexual es el principal criterio para nuestra identidad. Y el valor principal por el cual se promueve esa teoría, es la libertad. Nuestra sociedad hiper-individualizada reivindica que somos libres para elegir nuestro sexo, ser hombre o mujer, pues esta sería nuestra libertad para elegir la orientación sexual que deseemos. La teoría de género nos dice que la sociedad no sólo debe tolerar, sino aceptar positivamente cualquier tipo de orientación sexual.

Pero, en realidad, la heterosexualidad es la condición natural de la existencia humana, y más del 97 por ciento de la población de esta tierra es heterosexual y tiene un rechazo instintivo a la homosexualidad. Por ello las personas que impulsan la agenda de género en todo el mundo, buscan por supuesto empezar con los niños muy pequeños y enseñarles que cualquier tipo de orientación sexual es igualmente válida.

Todo el asunto está «vendido», por así decirlo, como siempre, en un discurso que habla de más derechos para las mujeres. Si la gente no ha oído nada al respecto, piensan que incorporar la perspectiva de género se trata de más derechos para las mujeres. Pero si los hombres y las mujeres ya no son vistos como diferentes, entonces ¿cuál es el punto de lucha por los derechos de las mujeres? Es una contradicción interna.

Después de 150 años de feminismo -que fue un movimiento social importante y necesario porque las mujeres no tenían los mismos derechos- el movimiento se ha radicalizado y hoy en la sociedad occidental estamos en una lucha de poder de las mujeres sobre los hombres. Los hombres son discriminados y son los hombres quienes están siendo desfavorecidos. Por ejemplo, en el sistema educativo alemán, las mujeres y las niñas son las ganadoras, mientras que los niños cada vez son más desestimados.

Las mujeres son privilegiadas en la adquisición de trabajo por cuotas y las mujeres son privilegiadas en pleitos de divorcio. Detrás de todo esto está la queja constante por parte de las organizaciones feministas diciendo que los hombres son básicamente los violadores agresivos y las mujeres son las víctimas.

La promoción de su libro la lleva a muchos países a cuyos idiomas ha sido traducido, siendo así testigo de diferentes culturas en Europa. ¿Notas alguna diferencia entre la situación de género en Europa Occidental y los países post-comunistas?

Definitivamente hay una diferencia. Los países de Europa del Este estaban, por así decirlo, protegidos de la revolución cultural de 1968 en Occidente, por el totalitarismo comunista. Ellos practicaban el aborto a una escala enorme y todavía lo hacen, pero no tenían la revolución sexual. No había un ataque directo a la familia a través de la revolución sexual y el feminismo radical. El comunismo fue un ataque a la familia, pero no tan profundo como el que hoy plantea la revolución sexual promovida por el concepto «mainstreaming de género» que ya hemos analizado.

Cuando el Muro de Berlín cayó en 1989 todos teníamos esa esperanza de la libertad… que entraríamos en una era más allá de la ideología. Pero mientras nos deleitamos con esa esperanza, fuerzas poderosas preparaban el siguiente paso: la revolución sexual global. No me preguntes quienes son estas fuerzas, pero veo que esta revolución está desarrollándose a escala mundial, con una clara intención de destruir la base social, la familia. La destrucción de la familia desarraiga a cada ser humano. Nos convertimos en seres humanos atomizados que se pueden manipular para hacer cualquier cosa.

Un nuevo totalitarismo se está desarrollando oculto bajo el manto de la libertad. Pero ahora los países del Este de Europa se están dando cuenta de esta tendencia y mi libro parece estar ayudando a la gente a despertar. La destrucción no ha llegado tan lejos aquí y la gente está motivada para resistirlo. Mi gran esperanza es que estos países del Este de Europa se convertirán en un bastión de la resistencia en la Unión Europea. Hay señales de que esto ocurra.

¿Es cierto que al menos en algunas partes de la Europa de hoy, un hombre puede ir a su oficina de gobierno local para redefinir su género y salir con una nueva tarjeta de identidad que indica que es una mujer?

En Alemania la Izquierda y los Verdes están trabajando para ello. Ellos sugieren que en su pasaporte no debería haber ninguna indicación sobre si se es hombre o mujer. Están luchando por esto. Si ya tenemos un estado alemán donde esto está sucediendo, no sé. Se están moviendo en esa dirección, sin duda. En mi país hubo una iniciativa legislativa en el Parlamento para retirar la categoría de sexo de la tarjeta de identidad.

¿Qué significaría para la sociedad? ¿Cuáles serían las consecuencias?

La idea que defienden detrás de estas iniciativas es que se trata de una expresión máxima de la «libertad» el poder «elegir» si soy un hombre o una mujer. ¡Pero esto es una locura! La verdad es que esta confusión hace que una persona enferme. Si alguien no se identifica con su sexo como un hombre o una mujer -una situación así se llama transexualidad- y esto es reconocido oficialmente como un desorden psicológico. Desde un punto de vista criminológico, si se puede cambiar entre ser hombre y mujer, será muy difícil identificar a las personas.

La idea de cambiar nuestro sexo altera la noción de lo que significa ser humano. Es la rebelión más profunda contra las condiciones de nuestra existencia humana que se pueda imaginar. Hace que la gente enferme, sin raíces, sin saber quiénes son. Estamos perdiendo nuestras raíces en la fe, la nación, la familia; y ahora incluso la propia identidad como hombre o mujer es atacada para crear una nueva visión de la humanidad. ¿Qué hará esto en nosotros? Toda una masa de consumidores sexualizados que se pueden manipular para hacer cualquier cosa. Al mismo tiempo, la división entre ricos y pobres es cada vez mayor a nivel mundial, por lo que tienes una concentración de la riqueza y el poder en una minoría y masas de personas que no tienen raíces. Eso es a lo que la agenda de integración de la perspectiva de género está aparentemente apuntando.

¿Así que hay una élite y esta confusión de género es una de las herramientas que utilizan para manipular a las masas?

Sólo observo lo que puedo ver: una estrategia en las Naciones Unidas, en la Unión Europea y los gobiernos de izquierda para promulgar una política de la desregulación de las normas sexuales, destruyendo así la base de la familia.

Si usted va más allá y se pregunta: «¿Quiénes son las personas que quieren esto? ¿Quién se beneficia de esto exactamente?» Entonces llegará por supuesto a considerar las llamadas teorías de la conspiración. En realidad no entro en analizar eso porque no nos ayuda a hacer lo que podemos en el lugar donde estamos. Pero si puedo identificar, digamos, los cientos de familias que controlan la riqueza de este planeta y ¿a quiénes apoyan? No puedo hacer nada en contra de los Rockefeller y Bill Gates y George Soros y Warren Buffet. Sabemos que están financiando la agenda LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual) y la industria del aborto, pero no tenemos ninguna influencia sobre ese nivel.

Pero aún no estamos derrotados. ¿Qué pueden ellos hacer si surge una rebelión en contra de su agenda, si los padres dicen: «No queremos esta sexualización de nuestros hijos en la escuela»? En Francia, los padres han ido a la huelga y no envían a sus hijos a la escuela una vez al mes, ya que no quieren la educación de género. ¿Qué pueden hacer las élites ante esta reacción?

Hay muchas iniciativas y muchas personas despiertan, muchos y muy buenos cristianos que tienen una percepción de los signos de los tiempos. Ellos escuchan el sonido de la campana y trabajan contra el «mainstreaming de género». Hay resistencia ahora creciente en muchos países. Así que, yo trabajo para eso.

¿Cuál es su objetivo? ¿Qué es lo que quiere lograr, y cuál es su motivación?

Personalmente la motivación más profunda en mi vida es la verdad. Esto alimentó mi búsqueda durante mucho tiempo y finalmente me llevó a la fe católica en una etapa tardía de mi vida. Tuve una fuerte experiencia de Dios en 1973. Luego hubo más de 20 años de búsqueda en el esoterismo, la psicología y mucho más. Todo esto llevó a una crisis de mi vida en la que mi matrimonio se rompió. Cuando estaba sola con mis tres hijos adolescentes un vecino vino a mi puerta y dijo: «¡Orad!» Lo hice y de repente estaba claro que iba a entrar en la Iglesia Católica aunque a la vez fue un tiempo en que me planteé muchas razones para rechazar a la Iglesia Católica.

Hoy tuve una reunión con el obispo de Brno y me dijo que puede usar mi material. Es una alegría para mí. Porque mi intención no era, «¿Cómo puedo escribir algo que sea útil para los obispos?» Sólo tengo que decir la verdad y aquí algo está pasando con esto. Tuve la maravillosa oportunidad de visitar al Papa emérito Benedicto y me dijo que la re-educación sexual no sólo está lavando el cerebro, también es «el lavado de alma». Si los niños están sexualizados destruyen su sentido de la vergüenza, su relación con sus padres, su relación en general a la autoridad y destruyen su relación con Dios. Nos dicen que la «transversalidad de género» (mainstreaming de género) se trata de «tolerancia», pero en realidad es acerca de cambiarnos como seres humanos.

Las fuerzas que usted describe, por ejemplo, el sistema de educación y también la cultura del consumo y de la política, son muy poderosas y quiero preguntarle cuál es su sentido del futuro. ¿Es usted optimista o pesimista sobre la lucha contra estas fuerzas? ¿Cuál cree usted que es la dirección actual?

Yo no soy ni optimista ni pesimista. Espero ser realista. Quiero ver la realidad tal como es. Puedo ver que las fuerzas son muy poderosas, el dinero y el poder están en el otro lado y tienen victorias cada día que me asombran. Por otro lado, hay resistencia que se acumula en muchos países. En Croacia hubo un referéndum para definir el matrimonio en la constitución como entre un hombre y una mujer. Esto se logró en contra de la influencia de los medios de comunicación y el gobierno socialista. En Hungría hay una constitución cristiana y el gobierno de Viktor Orbán acaba de ser reelegido con una mayoría de dos tercios. Dondequiera que ocurre esta resistencia, la Unión Europea amenaza: «¡Vamos a utilizar nuestro poder para ir en contra de esto! ¡No es democrático y va en contra de nuestros valores!» Sus valores son «matrimonio igualitario» y educación sexual para los niños «sin tabúes».

Recientemente en París y en Francia un gran movimiento ha surgido, llamado «Manif pou tous». El año pasado, más de un millón de personas -entre ellos 20.000 alcaldes- estaban en las calles protestando contra el «matrimonio homosexual». La ley que legaliza el «matrimonio» homosexual se va imponiendo, pero mucha gente ha despertado y no parece que el gobierno del presidente François Hollande esté muy estable.

En Alemania la resistencia está creciendo. Actualmente hay un movimiento en contra de la llamada Bildungsplan -plan de educación- en el estado de Baden-Württemberg, donde recientemente un gobierno Verde Rojo llegó al poder. Este plan dice que lo LGBTTIQ (lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, intersexual, queer) debe estar incorporado en los programas de educación en las escuelas para los niños de todas las edades y en todas las materias. ¡Es demencial!

Bajo ese plan, todo el sistema educativo se permea por la agenda sexual. Pero un maestro (que también es un padre) dijo: «Ok, vamos a empezar una petición en contra de esto.» ¡Una persona! Y 200.000 personas se inscribieron, lo cual fue una gran sorpresa para todo el mundo. Los que promueven la «transversalidad de género» (mainstreaming de género) se alteraron.»¡Esto va en contra de la democracia!», dijeron. Pero una petición es un instrumento perfectamente democrático. Ahora tenemos manifestaciones en Stuttgart y más organizaciones están participando, así que ya veremos a dónde va esto.

También hay resistencia en la Unión Europea. Al principio todos estos temas de «transversalidad de género» (mainstreaming de género) fueron promulgados por la Unión Europea con facilidad, sin resistencia alguna. Pero ahora tenemos resistencia.

El movimiento «One of Us» es una iniciativa de este tipo. Es increíblemente exitosa… 1,8 millones de personas en Europa se inscribieron, aunque sólo 1 millón era necesario, indicando que no quieren que se utilice el dinero de la Unión Europea para la destrucción de la vida, ya sea por la investigación con células madre embrionarias o aborto. La audiencia tuvo lugar el 10 de abril de 2014 y ahora la Comisión tiene que responder a eso.

Otro ejemplo es el reciente rechazo del Informe Estrela. El miembro socialista del Parlamento Europeo, Edite Estrela había propuesto una resolución al Parlamento Europeo que exigía la educación sexual «sin tabúes» y la eliminación de la libertad de conciencia para el personal médico, por lo que debían estar dispuestos a participar en la provisión de abortos. Esta agenda fue rechazada por sólo siete votos. Muchas personas se movilizaron por esa pelea y se nota que la agenda de integración de la perspectiva de género está tambaleante.

El debate público sobre la integración de la perspectiva de género se enmarca en términos de derechos humanos, la libertad, la tolerancia y la discriminación. Una etiqueta común utilizada contra personas como usted, en los medios y por los activistas, es «homófobo» o «fundamentalista». ¿Cómo pueden los católicos evitar ser etiquetados como fanáticos u homófobos?

Recibimos todo tipo de etiquetas. Somos llamados «homófobos» e incluso «transfobos». Lo peor en Alemania es ser calificado del «ala derecha» porque quedas completamente expulsado de la discusión. Este es el estigma número uno en Alemania.

Por el contrario, todo se te permite si eres de «izquierda». Yo pegunto a las personas ¿Por qué «izquierda» es bueno? No es tan fácil de explicar, porque la verdad es que cientos de millones de personas han muerto bajo la ideología de izquierda y su terror. ¿Por qué estas víctimas no cuentan? ¿Por qué que si usted es de «izquierda» estás bien considerado en lo público, pero si tiene el más mínimo toque de «derecha» es expulsado?

El término «homofobia» es interesante. Fue creado por un psicoanalista norteamericano llamado Weinberg en la década de 1970. La teoría de Weinberg es que cualquiera que está en contra de la homosexualidad rechaza sus propias inclinaciones homosexuales inherentes, y esta es la razón de su homofobia. Es un término para afirmar que cualquiera que se oponga a la homosexualidad tiene un miedo neurótico. ¡Así que nosotros somos quienes necesitamos un psiquiatra! Las cosas son al revés. El libro de Isaías dice: «¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad». Vivimos en una época en que esto está sucediendo.

No podemos protegernos de estas acusaciones. Creo que hay sólo una manera de tratar con esto: vivir de acuerdo con la propia conciencia. Como cristiana yo no odio. Si un homosexual estuviere sentado aquí a mi lado, me gustaría hablar con él, de la misma manera que yo hablo contigo. Pero yo no estaría tranquila sin expresar lo que pienso. Yo diría: «Usted puede optar por vivir ese estilo de vida, pero no voy a llamar a la relación que tiene con un hombre, matrimonio. Yo me opondría si comienza a adoptar niños, ya que cada niño tiene derecho a un padre y a su madre».

Jesús dice, sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Tenemos que ser sabios y entrenarnos en pedir orientación a través del Espíritu Santo. ¿Es el momento de hablar o un tiempo para el silencio? Cada uno de nosotros tenemos que hacer esto de acuerdo con nuestra posición en la vida.

Parece que hoy estamos viviendo en una época de grandes cambios y la fe es esencial. Tenemos que luchar por lo que es correcto.

Eso es, exactamente eso. Incluso si no tenemos éxito, debemos utilizar nuestra vida para luchar por la causa justa. Como cristianos, nuestra esperanza básica no puede ser destruida y esta es nuestra esperanza: Jesucristo. Creemos que Él volverá y mientras estemos verdaderamente cimentados en esa esperanza tendremos nuestras raíces en la verdad y en la eternidad, no seremos barridos. Podemos morir, sí, pero sabemos que la victoria final es nuestra. Y a partir de esa esperanza tenemos que trabajar.

Podemos crecer en una relación viva con Jesucristo. Tal fe será la embarcación para llevarnos a través de este tiempo y nos dará la energía para trabajar, para aceptar los sacrificios, sean los que sean. Jesús no nos da ilusiones al respecto. Sólo podemos rezar para que por la gracia de Dios seamos lo suficientemente fuertes.