Los tres tipos humanos según Strauss
«Los sabios son los amantes de la dura verdad desnuda y sin alteraciones. Son capaces de mirar al abismo sin temor y sin temblar. No reconocen ni Dios ni imperativos morales. Son devotos, por sobre todas las cosas, de la búsqueda por sí mismos de los «altos» placeres, que procura; simplemente el asociarse con sus jóvenes iniciados. El segundo grupo, los gentiles, son amantes del honor y la gloria. Son los más cumplidores de las convenciones de su sociedad –es decir, las ilusiones de la cueva. Son verdaderos creyentes en Dios, en el honor y en los imperativos morales. Están listos y deseosos de acometer actos de gran heroísmo y autosacrificio sin previo aviso. Los del tercer tipo, la mayoría del vulgo, son amantes de la riqueza y el placer. Son egoístas, holgazanes e indolentes. Pueden inspirarse para elevarse por encima de su embrutecida existencia sólo por el temor a la muerte inminente o a la catástrofe».Strauss, siguiendo a Platón, creía que el ideal político supremo es el gobierno de los sabios, pero tal gobierno es imposible porque en las democracias formales es el «vulgo» y quien decide y la ley del número le otorga siempre la ventaja. Así pues será necesario recurrir a la mentira y a la simulación para controlar y manipular al vulgo.
Utilizando una cita ilocalizable de Jenofonte, alude a que
«el gobierno encubierto de los sabios», es facilitado por «la abrumadora estupidez» de los gentiles, los cuales «mientras más crédulos, simples y poco perceptivos sean, más fácil será para los sabios controlarlos y manipularlos».