Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

miércoles, 2 de enero de 2013

Occidente fomenta un falso Islam a través del salafismo

Por F. William Engdahl
El asesinato del líder religioso sufí más respetado de Daguestán, en el volátil Cáucaso de Rusia, llega cuando yihadistas salafistas en Libia asesinan a un embajador estadounidense que fue realmente un jugador clave en el desalojo de Gaddafi y en la llegada de la salafista Hermandad Musulmana y de los yihadistas al poder. A través de todo el mundo islámico hoy, una ola de odio está siendo desencadenada en nombre del fundamentalismo islámico que podría ocasionar una nueva guerra mundial. Esta es la consecuencia del Proyecto para un Gran Oriente Medio echado a andar en 2.010 y aún antes por círculos en Washington, Londres y Tel-Aviv. La manipulación del fervor religioso es un cóctel explosivo como F. William Engdahl lo muestra aquí.

PRIMERA PARTE: La Situación de Siria Llega al Cáucaso Ruso

El 28 de Agosto el jeque Said Afandi al-Chirkawi, reconocido líder espiritual de la República Rusa Autónoma de Daguestán, fue asesinado. Una suicida mujer-bomba yihadista logró entrar en su casa y hacer detonar un dispositivo explosivo.

El objetivo del asesinato había sido cuidadosamente seleccionado. El jeque Afandi, un líder musulmán sufí de setenta y cinco años, había desempeñado el papel crítico en el intento de lograr la reconciliación en Daguestán entre los musulmanes yihadistas salafistas suníes y otras facciones, muchas de las cuales en Daguestán se ven como seguidores sufíes. Sin un reemplazante de su estatura moral y visible respeto, las autoridades temen un posible brote de la guerra religiosa en la pequeña república autónoma rusa [1].

La policía reportó que el asesino era una mujer rusa étnica que se había convertido al Islam y que estaba vinculada a una insurrección fundamentalista islámica o salafista contra Rusia y los gobiernos regionales leales a Moscú en las república autónomas y a través de la volátil región del Cáucaso del Norte poblada por musulmanes.

Las poblaciones musulmanas étnicas en esta región de Rusia y de la ex-Unión Soviética, incluyendo Uzbekistán, Kirguistán y la provincia china de Shin-yiang, han sido el objetivo de varias operaciones de inteligencia estadounidenses y de la OTAN desde que la época de la Guerra Fría terminó en 1990. Washington ve la manipulación de grupos musulmanes como el vehículo para llevar el caos incontrolable a Rusia y a Asia Central. Esto está siendo llevado a cabo por algunas de las mismas organizaciones involucradas en la creación de caos y destrucción dentro de Siria contra el gobierno de Bashar al-Assad. En un verdadero sentido, como los servicios de seguridad rusos claramente lo entienden, si ellos no tienen éxito en detener la insurrección yihadista en Siria, ésta les llegará a su casa por la vía del Cáucaso.

Los últimos asesinatos por parte de salafistas de sufíes y otros líderes musulmanes moderados en el Cáucaso son aparentemente parte de lo que está llegando a ser cada vez más claro como quizá la operación estadounidense de inteligencia más peligrosa alguna vez jugada globalmente con el fundamentalismo musulmán.

Previamente EE.UU. y los servicios de inteligencia aliados habían jugado rápida e inarticuladamente con organizaciones religiosas o creencias en uno u otro país. Lo que hace a la situación actual particularmente peligrosa —especialmente desde la decisión de Washington de desencadenar las insurrecciones mal llamadas Primavera Árabe, que comenzaron en Túnez a fines de 2010, extendiéndose como un incendio de pastizales a través de todo el mundo islámico desde Afganistán a través de Asia Central hasta Marruecos— son las incalculables ola tras ola de asesinatos, odios y destrucción de culturas enteras a las que Washington ha dado rienda suelta en nombre de aquel huidizo sueño llamado "democracia". Ellos hacen esto utilizando a supuestos grupos de Al-Qaeda, salafistas o wahabitas sauditas, o utilizando a discípulos del movimiento del imán Fetulá Gülen de Turquía para encender los fuegos del odio religioso dentro del Islam y contra otros credos que podría tomar décadas extinguir. Esto podría desbordarse fácilmente en una nueva guerra mundial.

El Fundamentalismo Llega al Cáucaso
Después de la disolución de la URSS, muyahidines radicales afganos, islamistas de Arabia Saudí, de Turquía, Paquistán y de otros países islámicos, se desbordaron por las regiones musulmanas de la antigua URSS. Uno de los mejor organizados de éstos era el Movimiento Gülen, de Fetulá Gülen, el líder de una red global de escuelas islámicas y reportado como la principal influencia política del partido AKP del Primer Ministro Erdogan de Turquía.

Gülen fue rápido para establecer el International College Daguestaní-Turco en Daguestán. Durante los caóticos días después del colapso soviético, el Ministerio de Justicia de la Federación Rusa oficialmente registró y permitió la actividad sin restricciones a una variedad de fundaciones y organizaciones islámicas. Éstas incluían la Liga del Mundo Islámico, la Asamblea Juvenil Musulmana Mundial, y la fundación saudita supuestamente amistosa con Al-Qaeda "Ibrahim ben Abd al-Aziz al-Ibrahim". La lista negra también incluía a Al-Haramein, una fundación saudita vinculada a Al-Qaeda, y a la IHH [2], una organización turca prohibida en Alemania, que supuestamente recolectó fondos para combatientes yihadistas en Bosnia, Chechenia y Afganistán, y que fue acusada por la inteligencia francesa de tener lazos con Al-Qaeda[3]. Muchas de estas instituciones benéficas eran tapaderas para los fundamentalistas salafistas con su especial agenda propia.

Como muchos de los islamistas extranjeros en Chechenia y Daguestán fueron encontrados implicados en la instigación de disturbios regionales y guerras civiles, las autoridades rusas retiraron el permiso a la mayoría de éstos para dirigir escuelas e instituciones. A través de todo el Cáucaso del Norte en el momento de la guerra en Chechenia a finales de los años '90, había más de dos docenas de institutos islámicos, aproximadamente doscientas madrasas y numerosas maktabas (escuelas coránicas de estudio) presentes en casi todas las mezquitas.

El International College Daguestaní-Turco fue uno de los que fueron obligados a cerrar sus puertas en Daguestán. El College estaba dirigido por la organización Fetulá Gülen [4].

Cuando Rusia reprimió enérgicamente la expansión de la enseñanza salafista dentro de su territorio a finales de los años '90, hubo un éxodo de cientos de jóvenes daguestaníes y estudiantes musulmanes chechenos a Turquía, Arabia Saudí, Paquistán y otros lugares en el Oriente Medio, supuestamente para recibir formación en el movimiento Gülen y en varias organizaciones financiadas por los sauditas, incluyendo a los salafistas [5]. Se cree en Rusia que los estudiantes entrenados por los partidarios de Gülen o por centros fundamentalistas salafistas sauditas y otros, luego fueron enviados de vuelta a Daguestán y al Cáucaso del Norte para propagar su carácter radical del Islam.

Hacia 2005 la situación en el Cáucaso estaba tan influída por esta intervención salafista que el salafista checheno Doku Umarov, mencionado por el Consejo de Seguridad de la ONU por sus vínculos con Al-Qaeda [6], unilateralmente declaró la creación de lo que él llamó el Emirato del Cáucaso, anunciando que estaba planeando establecer un Estado islámico conforme a la ley de la sharia que se extendería por toda la región del Cáucaso del Norte incluyendo a Daguestán. Él modestamente se proclamó a sí mismo como el Emir del Emirato del Cáucaso [7].

SEGUNDA PARTE: El Salafismo en Guerra con la Tradición Sufí.