La implantación de dispositivos de control biométrico en seres humanos está avanzando de forma sutil y continua desde hace años.
Lo que hace un tiempo era considerada una idea propia de “locos conspiranoicos”, poco a poco se está materializando a nivel social, a través de iniciativas comerciales y particulares que parecen inocentes e inocuas.
Con ello, el concepto de llevar implantado un dispositivo en el cuerpo, va camino de ser aceptado como una nueva normalidad dentro de la sociedad, como lo es ahora tener un teléfono móvil o verse obligado a llevar encima un carnet de identidad.
Estamos ante una estrategia perfectamente diseñada, cuyo objetivo final es, sin duda, que todos los ciudadanos acaben llevando incorporado un chip o dispositivo similar, bien sea por obligación, como lo es tener un carnet de identidad, o bien sea por necesidades de encaje en el entorno social, como lo es disponer de dinero, tener un móvil o tener carnet de identidad.
ELEMENTOS DE BIOMETRÍA QUE YA ESTÁN SIENDO UTILIZADOS
La tecnología de identificación biométrica y las formas de pago electrónico llevan utilizándose desde hace tiempo, pero se han expandido en los últimos diez años y han intensificado su presencia en los últimos cinco, especialmente.
Por ejemplo, en junio de 2012 se anunció que los investigadores del Laboratorio de Tecnologías biométricas de la Universidad de Calgary habían mejorado las tecnologías de identificación biométrica disponibles en el mercado hasta tal punto, que podían crear una forma de inteligencia artificial capaz de tomar decisiones con respecto a la información biométrica recibida desde una variedad de diferentes fuentes.
Ese programa de seguridad biométrica funciona mediante la simulación de los “patrones de aprendizaje y procesos cognitivos del cerebro”.
Por otro lado, en un artículo publicado en el Sunday Telegraph, el 4 de diciembre de 2011, Rosie Squires describía otro esquema biométrico utilizado en Australia por parte de diferentes empresas, basado en programas de identificación de huellas digitales con el fin de vigilar a los empleados y “ahorrar costes.”
La nueva tecnología, llamada PeopleKey, se utiliza no sólo para controlar la hora de entrada y de salida de los empleados, sino también para supervisar sus progresos a lo largo de la jornada de trabajo, vigilando que no se dediquen a “holgazanear”, a usar el baño durante demasiado tiempo o a perder el rato conversando con compañeros de trabajo.
Un sutil paso hacia la esclavitud laboral
Los escáneres de venas son otra tecnología de control biométrico que ya ha sido introducido en el mercado. En algunas grandes empresas ya existe un sistema que permite a una persona deslizar la palma de su mano frente a un dispositivo de reconocimiento digital para tener acceso a edificios o estancias.
Por ejemplo, el centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York ya ha implementado los escáneres de venas en algunos de sus servicios médicos. Fabricado por Fujitsu, los escáneres están siendo colocados en el hospital con el pretexto de una mayor comodidad y para obtener un acceso más rápido a los registros médicos.
Varias escuelas también han comenzado a utilizar los sistemas de identificación de Fujitsu. Por ejemplo, el Distrito Escolar del Condado de Pinellas en Florida anunció recientemente que estaba introduciendo el sistema con el fin de “identificar a los estudiantes y con ello reducir los residuos y la amenaza de suplantación de identidad” en el comedor del centro.
Son solo algunos ejemplos de entre muchos, de como, poco a poco, la población está siendo acostumbrada a ser controlada y monitoreada por sistemas de identificación biométrica.
CONTROL DEL ADN Y EL PROGRAMA MASONIC CHIP
El control y el análisis del ADN son otros de los campos en los que más se está avanzando.
Y uno de los grupos más inquietantes que se han embarcado en la misión de adquirir y almacenar muestras de ADN de la población, es la Gran Logia de la Masonería de EEUU.
Conocido como MasoniChip, el programa es administrado abiertamente por la Gran Logia y se realiza con el apoyo de los gobiernos, tanto de Estados Unidos como de Canadá.
Lo más sorprendente de este programa, sin embargo, es su nombre.
En realidad, el programa no consiste en la implantación de ningún chip a los ciudadanos. Es un programa que consiste en la recogida de información biométrica de los niños, con el fin de poderla utilizar en caso de secuestro o desaparición.
El programa se llama “Masonic Child Identification Programs” (programas masónicos de identificación de niños)y de ahí su nombre MasoniChip o directamente CHIP (Child Identification Program).
Podrían haberlo llamado de muchas formas, pero han decidido llamarlo así y eso no puede ser casualidad.
Y es que el nombre de este inocente y caritativo programa de identificación de niños, relaciona sutilmente la identificación biométrica completa de un niño con la palabra “chip”, obligándonos a relacionar ambos conceptos en nuestra mente, a través de algo tan tierno e inocente como son los niños y su seguridad.
Parece una maniobra de programación mental a través del lenguaje, destinada a que las próximas generaciones acepten la implantación de un chip de identificación desde la más tierna infancia como la cosa más natural, pues el propio nombre del dispositivo, “chip” y el propio nombre del programa de identificación, CHIP (Child Identification Program, o Programa de Identificación de Niños), serán identificados inconscientemente como lo mismo.
De hecho, uno de los objetivos de este programa, es educar a los niños para que ofrezcan sus datos biométricos voluntariamente a un extraño por su propia seguridad, como podemos ver en el siguiente video, condicionándolos a relacionar directamente ambos conceptos (chip e identificación biométrica), desde bien pequeños…
Los promotores de MasoniChip montan ferias promocionales, anuncian el programa en los distritos escolares y forman alianzas con las policías locales.
Incluso los medios de comunicación promueven el programa.
Para aquellos que no hayan oído hablar de lo que es el MasoniChip o programa CHIP, Amy MacPherson del Huffington Post describe el programa de esta manera:
Empieza como un proyecto de identificación de los niños, cuya función es ser de utilidad en caso de que los pequeños puedan ser secuestrados o desaparezcan.
A los padres se les familiariza con el uso de kits caseros para registrar información vital de sus hijos. Normalmente se registra la altura, el peso, el color del cabello y de los ojos, junto con un conjunto de huellas digitales y una fotografía reciente, que se almacenan en un soporte digital, tipo DVD, que suministra el propio programa masónico.
“Ayudando a mantener a las familias seguras”
Adicionalmente, las Logias Masónicas de cada localidad, ofrecen amablemente sus servicios para registrar aún más información de los pequeños.
Gracias a los avances tecnológicos, empezaron ofreciéndose a registrar huellas digitales, imágenes digitales, vídeo digital, impresiones dentales y registro de ADN, que amablemente graban en un DVD o CD para que los padres lo guarden en su casa y acudan con él a las autoridades en caso de desaparición del niño.
Este procesamiento de datos es manejado por su software propietario, que está diseñado para ser compatible con el de la policía local y nacional.
Equipo informático portatil usado en las ferias durante el programa CHIP |
Sin embargo, a pesar de que se trata de una colaboración entre la Logia Masónica y el gobierno, lo cierto es se trata de un programa totalmente privado, lo que significa que pertenece exclusivamente a la Gran Logia.
De hecho, la propia web de la Logia establece claramente que esto es así por escrito…
Nosotros, los masones, somos el único “patrocinador” de las iniciativas de identificación de seguridad masónica desarrolladas en nuestras diferentes Jurisdicciones de la Gran Logia Masónica.
Como tal programamos los eventos y coordinamos los equipos, materiales y voluntarios necesarios para llevar a cabo dichos eventos.
Todos los grupos y los individuos son bienvenidos para colaborar, pero no se les conocerá como patrocinadores, sino que serán llamados “simpatizantes”, “socios de apoyo”, “socios corporativos”, “en colaboración con”, o “en cooperación con”.
El programa MasoniChip establece que, además de registrar los datos de los niños, ofrecerá sus propios “profesionales de la salud” para recoger las muestras de ADN en cualquier evento organizado en el que se haya programado dicha recolección de muestras de ADN.
Como MacPherson escribe…
No hay manera de garantizar qué van a hacer con toda esa información recogida.
Aunque afirman que borran toda información sensible (el sitio web canadiense afirma que “no se almacena ningún tipo de información durante el programa MasoniChIP”), cualquier persona con mínimos conocimientos informáticos, sabe que la información no se borra de forma permanente si no se formatea por completo todo el sistema.
Los padres deben confiar ciegamente en la honradez de una fraternidad privada intrigante que les asegura que los estándares de calidad se cumplen y que la privacidad de la familia se respeta legalmente…y todo ello sin ningún tipo de supervisión.
Debido a que los Masones financian al 100% la iniciativa, no hay oportunidad de discutir temas relacionados con la propiedad de los datos.
Lo más significativo, sin embargo, es que si la tragedia golpeara a una familia y por ejemplo, un niño desapareciera o fuera hallado muerto, las autoridades deberían tomar muestras de ADN de los padres para realizar la confirmación definitiva de la identidad de un cuerpo.
Y ello se debe a que en la base de datos de ADN nacional de EEUU, no se admiten muestras de ADN tomadas a cargo de voluntarios privados en eventos realizados en ferias o escuelas, sino que solo los laboratorios acreditados pueden realizar dicho proceso.
El FBI cita continuamente la Ley de Identificación de ADN de 1994 a la hora de establecer los requisitos necesarios para incluir las muestras de ADN en el CODIS.Sin embargo, parece que este hecho importa realmente poco.
Por lo tanto, el proyecto masón no está soportado por las bases de datos de ADN del gobierno y eso significa que el programa MasoniChip, que supuestamente ha sido creado para identificar a los niños en caso de desaparición o secuestro, es completamente inútil y representa, de hecho, un engaño a las familias.
Lo realmente importante, independientemente de las razones expuestas para adquirir las muestras de ADN, es que se está creando una base de datos masiva de ADN en EEUU.
El programa MasoniChip ya había registrado a más de 1,5 millones de niños de EEUU antes de finales de 2012 y al parecer se va a extender a las personas mayores y a los discapacitados en un futuro próximo.
Como vemos, hay múltiples iniciativas que van en la misma dirección: el control exhaustivo de la población a través de sus datos biométricos y su posible culminación final, en forma de implantación de un chip o artefacto de identificación y seguimiento que permita, no solo identificar a los ciudadanos, sino acabar con el dinero en efectivo, convirtiéndolos así en esclavos dependientes de dichos dispositivos controlados remotamente.
Si no hacemos nada por detenerlo, este es el infierno de control absoluto que nos espera en el futuro…
Fuentes: