Por ejemplo en la franja de Gaza. Casi todos sabemos que en junio del 2007 Hamas tomó el control de la franja de Gaza. Lo que muchos no saben es que Hamas es una filial de la rama egipcia de los Hermanos Musulmanes (El Ahl).
En el año 2005, la Hermandad consiguió significantes logros políticos en Egipto, incrementando el número de sus parlamentarios de 15 a 88. En Jordania, la rama política de la Hermandad, conocida como el Frente de Acción Islámica, es parte del establishment político, y tiene 17 de los 110 parlamentarios. Sin duda, la influencia de la Hermandad se empieza a notar.
Sin embargo, sin la ayuda de algunas fuerzas muy poderosas, la Hermandad nunca hubiera sido otra cosa que un grupo marginal de fanáticos religiosos. las manos ocultas de estas fuerzas poderosas se pueden ver en acción antes de la II Guerra Mundial con la escritora británica de viajes Freya Stark. Stark no era solo una escritora. Ella era también una agente de inteligencia británica. Stark fue utilizada por la inteligencia británica para fomentar una alianza con la Hermandad Musulmana (Dorril 622).
La colaboración de la Hermandad con los servicios de inteligencia occidentales continuó con una alíanza entre la Hermandad y la CIA que empezó alrededor de 1955. Según el ex-agente de la CIA, Miles Copeland, fue alrededor de esa época que América empezó a buscar al equivalente musulmán de Billy Graham, esperando utilizar a semejante individuo para influir en el mundo árabe. Cuando esto fracasó, la Agencia empezó a forjar lazos con la Hermandad (Aburish 60-61).
¿Cuál fue el motivo para este matrimonio entre la inteligencia occidental y la Hermandad Musulmana? Esta alianza ayudaría a las élites occidentales a neutralizar el desafío que suponía a su hegemonía el movimiento secular árabe nacionalista. Said Aburish escribe:
En los años 1950 y siguientes, Occidente se opuso al movimiento nacionalista árabe por dos razones: desafíaba su hegemonía regional y amenazaba la supervivencia de los líderes de sus países clientes. En particular, nada podía evitar que el movimiento secular cooperara con la URSS; de hecho, la mayoría de movimientos eran socialistas. Además, la mayoría de los movimientos seculares abogaban por varios esquemas de unidad árabe, una unión o una política unificada, que amenazaba y socavaba a los régimenes pro-occidentales de Arabia Saudí, Jordania y otros estados clientes. Occidente vió en esto un desafío que había que afrontar. (60)¿Era la alíanza entre la CIA y la Hermandad meramente una continuación de la alíanza entre la inteligencia británica y la Hermandad? Según los autores de Dope, Inc., el OSS (Office of Strategic Services), el embrión de la CIA, fue meramente una subsidiaria de la inteligencia británica (540).
Cuando la OSS estaba siendo organizada, William Stephenson, representante en los EEUU de la sección de operaciones especiales británicas (Special Operations Executive [SOE]), fue introducido para "asistencia técnica" (418). El trabajo de Stephenson conduciría a la creación de "una quinta columna británica del SOE, infiltrada profundamente en la comunidad de inteligencia americana" (454). Cuando se promovió el fanatismo religioso dentro del mundo árabe, puede que las élites británicas pasaran el testigo a las élites norteamericanas.
Las élites del poder apoyaron oficialmente a los Hermanos Musulmanes en mayo de 1979 en la reunión de los Bilderberg celebrada en Austria (Engdahl 171). En este encuentro, el experto británico en asuntos islámicos, Dr. Bernard Lewis, sugirió que apoyando a los Hermanos Musulmanes permitiría a las élites occidentales "promover la balcanización de todo el Oriente Medio musulmán, dividiéndolo según líneas tribales y religiosas" (171).
Este proceso de balcanización resultaría en el auge de varios grupos autónomos y la extensión del caos en Oriente Medio (171). Lewis lo llamó un "Arco de crisis," el caos finalmente se extendería a las regiones musulmanas de la Unión Soviética (171). Esto permitiría a las élites occidentales contrarrestar los movimientos soviéticos, y convertirse así, en el único poder hegemónico, preservando así la Guerra Fría, que era tan provechosa para los oligarcas occidentales.
El apoyo de la élite occidental a los Hermanos Musulmanes había empezado un año antes, cuando Carter nombró a un Bilderberg, George Ball, para encabezar una delegación de la Casa Blanca para Irán, bajo la autoridad del consejero de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski (171).
Ball recomendó retirar el apoyo al líder iraní de entonces, el Shah de Irán (171). También sugirió apoyar a la oposición al Shah, el infame Ayatollah Khomeini (171).
Los Hermanos Musulmanes estaban detrás de Khomeini (171). De nuevo, los grupos de inteligencia occidentales ayudaron a la Hermandad. El agente de la CIA Robert Bowie condujo operaciones encubiertas contra el Shah que permitieron que el golpe de estado tuviera éxito (171).
El golpe dirigido por la CIA utilizó la presión económica de Londres sobre Irán, para crear el pretexto para el descontento religioso contra el Shah (172).
Londres rechazó parte de la producción de petróleo iraní, "aceptando solo 3 millones de barriles por día, cuando el acuerdo era de un mínimo de 5 millones" (172). Esta acción presionó económicamente a Irán, y los agitadores, entrenados por los servicios de inteligencia de los EEUU, culparon al régimen del Shah (172).
Según William Engdahl, la desestabilización del régimen del Shah fue también ayudada por americanos infiltrados en los servicios de seguridad iraníes. A medida que las dificultades económicas crecían, los consejeros americanos de "seguridad" de la policía secreta del Shah, la Savak, implementaron una política de represión todavía más brutal, calculada para maximizar la antipatía popular al Shah. Al mismo tiempo, la administración Carter, cínicamente empezó a protestar por los abusos a los "derechos humanos" bajo el régimen del Shah. (172)
La acción contra el Shah tuvo éxito y el líder iraní depuesto huyó del país en enero de 1979 (172). Escribiendo sobre su caída, el Shah declaró más tarde:
No lo sabía entonces - quizás no lo quería saber - pero está claro para mí ahora que los norteamericanos querían derrocarme. Claramente esto es lo que los defensores de los derechos humanos del Departamento de Estado querían… ¿Qué podía hacer yo acerca de la repentina decisión de la administración de la Casa Blanca de nombrar consejero sobre Irán al ex-Subsecretario de Estado, George Ball, ?... Ball estaba entre esos norteamericanos que querían abandonarme a mí y a mi país. (172)La ascensión al poder de Khomeini en Irán fue una importante victoria de los Hermanos Musulmanes que le apoyaban, y la inteligencia occidental tuvo una importante contribución a esa victoria.
No cabe duda, la inteligencia occidental ayudó a crear los Hermanos Musulmanes. Cuando se busca a quien culpar por el auge del Islam radical, el dedo acusador debe señalar a las élites occidentales.
Fuentes citadas
Aburish, Said. Una amistad brutal: Occidente y las élites árabes. New York: St. Martin's Press, 2001.
Dorril, Stephen. MI6: En el interior del mundo encubierto de los Servicios Secretos de Su Majestad. New York: Free Press, 2000.
Editors of Executive Intelligence Review. Dope Inc. Washington, D.C.: Executive Intelligence Review, 1992.
El Ahl, Amira, et. al. " Bailando con el Diablo: Trazando el auge de la Hermandad Musulmana" Spiegel Online 03 July 2007
Engdahl, F. William. Un Siglo de Guerra: La política petrolera anglo-americana y el Nuevo Orden Mundial. London: Pluto Press, 2004.