Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 11 de octubre de 2008

El Judaísmo, su influencia en el Nazismo y en el Comunismo

Rabino Waton en Un Programa para los Judíos. Una respuesta a todos los antisemitas. Un programa para la Humanidad.

HARRY WATON New York 1939
Publicado por el COMMITTEE FOR THE PRESERVATION OF THE JEWS NEW YORK 1939 [p. 52 a la 81]

El antisemitismo es el terror mortal del Judaísmo y los Judíos. Una religión no cae del cielo ni viene de las condiciones materiales o históricas; una religión es la manifestación del alma de una raza o de un pueblo; manifiesta el destino de la raza o del pueblo. El destino se percibe intuitivamente por los líderes de la raza o el pueblo. Y esta es la razón por la que una raza o un pueblo cae y se levanta junto con su religión. Esto significa que la raza o el pueblo se levanta o cae con su alma.

Los Judíos se diferencian de todas las otras razas y pueblos por el Judaísmo; el Judaísmo difiere de todas las demás religiones por Jehová; y Jehová difiere de todos los otros dioses. Los demás dioses moran en el cielo. Por eso, todas las demás religiones se preocupan del cielo, y prometen toda clase de recompensas en el cielo tras la muerte. Por esta razón, todas las demás religiones niegan la tierra y el mundo material y se muestran indiferentes al progreso y bienestar de la Humanidad sobre la tierra. Pero Jehová viene del cielo para morar en esta tierra y para encarnarse en la Humanidad. Por eso, el Judaísmo solo se ocupa de esta tierra y promete todas las recompensas en esta misma tierra. El Reino de Dios se ha realizar aquí en la tierra. La inmortalidad que hayan de disfrutar los seres humanos se disfrutará aquí en la tierra. Dios asume su nombre más santo, Jehová, solo en esta tierra y cuando se encarna en el hombre. Esta es la razón por la que Jehová prometió esta tierra, como herencia eterna, a aquellos que se identifiquen con Jehová. Quienes se identifican con Jehová son los Judíos, son los hijos de Jehová. Esta es el alma y esencia del Judaísmo, y esta es el alma de los Judíos.

En el pasado, los antisemitas percibieron intuitivamente, aunque vagamente, que los Judíos heredarán la tierra, y que todas las demás razas, o desaparecerán completamente o se convertirán en Judíos, y heredarán la tierra. Esta es la pesadilla mortal de los antisemitas. Es el terror que se siente ante la serpiente que está a punto de tragarte. ...

¿Qué es el Nazismo? El Nazismo es una imitación del Judaísmo; el Nazismo adoptó los principios e ideas del Judaísmo para poder destruir el Judaísmo y a los Judíos. Solo esto pone a Hitler al mismo nivel que Balaam. De todos los antisemitas que han vivido nunca, Balaam fue el mayor. Su grandeza se demuestra de tres formas. Primero, la Biblia nos dice que Jehová habló a Balaam, y que Balaam creyó a Jehová. Solo esto ya indica la grandeza de Balaam; el mero hecho que Jehová hablara a Balaam hace a éste grande. Segundo, el Talmud nos dice que Balaam fue incluso más grande que Moisés. La Biblia nos dice que entre los Judíos nunca hubo y nunca habrá un Profeta más grande que Moisés. El Talmud dice: entre los Judíos, pero entre otras naciones hubo uno que fue incluso más grande que Moisés y ese fue Balaam. El Talmud nos dice la razón por la que Balaam fue más grande que Moisés. Cuando el día del Juicio Final Jehová juzgue a todas las naciones, las naciones le dirán a Jehová: Si nos hubieras envíado un Profeta como Moisés, nosotros también hubiéramos aceptado la Torah. A esto Jehová responderá: Os envié a Balaam, que fue más grande que Moisés, y no aceptasteis mi Torah. Tercero, la grandeza de Balaam se muestra en el método que utilizó para destruir a los Judíos. Dice la Biblia que los Judíos se acercaban a la Tierra Prometida. En su camino conquistaron las naciones que guerrearon contra los Judíos. Cuando los Judíos estaban cerca de la tierra de los Moabitas, estos estaban aterrorizados. Balak, el rey de los Moabitas, sabía bien que su pueblo no podía vencer a los Judíos, también sabía que los Judíos destruirían a los Moabitas y a las otras naciones vecinas, a menos que se unieran todas contra los Judíos. ¿Pero qué podría hacer que las otras naciones percibieran el peligro que corrían si no se unían contra los Judíos? Solo había una forma, convocar a Balaam, que era famoso entre las naciones, para que viniera a maldecir a los Judíos. ¿Qué clase de maldición era? Balaam debía de convencer a las otras naciones que los Judíos eran una raza inferior y una amenaza a las otras naciones, y que debían unirse para destruir a los Judíos: de lo contrario, los Judíos los destruirían a ellos. Balaam, sin embargo, le dijo a Balak que solo podría decir aquello que Jehová le dijera. Cuando Balaam se acercó a Balak, éste preparó para Balaam un lugar prominente sobre una montaña, invitó a los representantes de las otras naciones vecinas, e hicieron sacrificios a los dioses. Balaam en lugar de maldecir a los Judíos los alabó y bendijo. Sin embargo, ¿la Biblia no nos dice que Jehová convirtió las maldiciones de Balaam en bendiciones? ¿Qué maldiciones? Balaam no maldijo a los Judíos; más bien los alabó y bendijo. Es un misterio; pero ahora lo entenderemos. En cualquier lucha entre hombres, sea una lucha política, económica o de cualquier tipo, los hombres ordinarios combaten a su adversario empequeñeciéndolo, despreciándolo, ridiculizándolo. Este es un método suicida, pues así cierran sus ojos a los méritos y virtudes de su adversario, y por eso pagan un precio terrible. Pero los grandes hombres reconocen totalmente los méritos y virtudes del adversario, y se afanan en adquirirlos, y así se prepara para enfrentarse con éxito al adversario. Este fue el método de Balaam. Porque Balaam conocía a Jehová, reconoció plenamente los méritos y virtudes de los Judíos. En cuatro discursos, Balaam intentó convencer a las naciones de que, a menos que adquirieran los méritos y virtudes de los Judíos, serían destruídos por ellos. Esto explica que Balaam alabara y bendijera a los Judíos. ¿Cuál fue entonces la maldición? Balaam no alabó y bendijo a los Judíos por ellos mismos, sino por el bien de las otras naciones, para que adquirieran los méritos y virtudes de los Judíos y así pudieran destruirlos. La maldición, no estaba en lo que dijo, sino en lo que pretendía. Pero Jehová convirtió la maldición en bendición. Las naciones al afanarse en adquirir los méritos y virtudes de los Judíos se convertirían en Judíos, y así en lugar de destruirlos, las naciones se convertirían al Judaísmo y se unirían a los Judíos. Así Jehová derrotó el propósito de Balaam.

La Historia se repite a sí misma. Desde los días de Balaam, Hitler es el primer gran antisemita que adoptó el método de Balaam. Hitler reconoció plenamente los méritos y virtudes de los Judíos, y se convenció de que a menos que las naciones Arias se unieran contra los Judíos, estos los destruirían. Para convencer a las naciones Arias de esto, Hitler escribió Mein Kampf. En este libro Hitler se esfuerza en convencer a las naciones Arias que los Judíos son una amenaza mundial, que destruirían a los Arios, su cultura y su mundo, y heredarían la tierra. Pero para convencer a los Arios de esto, Hitler, como Balaam, reconoce los méritos y virtudes de los Judíos, y aconseja a las naciones Arias que adquieran esos méritos y virtudes. Pero al igual como le pasó a Balaam, Hitler no percibe que en ese esfuerzo las naciones Arias se convertirán al Judaísmo y se unirán a los Judíos. Afirmé que el Nazismo es una imitación del Judaísmo; el Nazismo adoptó los principios e ideas del Judaísmo para destruirlo junto a los Judíos.

¿Cuál es nuestra filosofía superior? El Judaísmo; nos enfrentaremos a la filosofía Nazi con el Judaísmo. Los Judíos siempre vieron el Judaísmo como una religión, pero ahora deben verlo también como una filosofía mundial. Hitler ha prestado un servicio infinito al Judaísmo y a los Judíos dejando claro que el Judaísmo es una filosofía mundial. Hitler se equivoca cuando dice que el Judaísmo no es una religión.

Puesto que el Nazismo quiere destruir el Judaísmo, y el Judaísmo es infinitamente superior al Nazismo, se concluye que el Judaísmo vencerá y absorberá al Nazismo. Como el Judaísmo se enraiza profundamente en la sangre de los Judíos, mientras que el Nazismo lo hace en la sangre de los Arios alemanes, los Judíos vencerán y absorberán a los Arios alemanes. El Judaísmo no necesita combatir al Nazismo, los Judíos no necesitan combatir a los Nazis, pues el Judaísmo es superior al Nazismo, y los Judíos son superiores a los Nazis. El Nazismo no es más que una imitación del Judaísmo; el Nazismo adoptó los principios y las ideas del Judaísmo. Los Nazis intentan imitar a los Judíos. Si los Nazis adquieren las virtudes y los méritos de los Judíos, se convertirán en Judíos, de lo contrario desaparecerán. El Nazismo sostiene al Judaísmo y a los Judíos. Así es como Jehová vuelve las maldiciones de los Nazis en bendiciones para los Judíos.

Déjeme revelarle un secreto: el Nazismo no es más que una imitación y perversión del Marxismo; no hay nada en el Nazismo que no se tomara del Marxismo. Estudie la Biblia anti-marxista de Hitler: el Mein Kampf, léalo cuidadosamente, y ¿qué encontrará? Que Hitler adoptó los principios, las ideas, la política y el método del Marxismo. El partido Nacional Socialista de Hitler se moldeó a la imagen del Partido Comunista de la Rusia Soviética, y ambos se crearon según las ideas del Marxismo. Como los Marxistas revolucionarios, Hitler puso el énfasis en las masas trabajadoras.