Una de las razones primarias por la cual los Privilegiados trabajaron entre bastidores para fomentar la I Guerra Mundial, fue para crear un gobierno mundial después del conflicto. Si se quiere establecer monopolios nacionales, se debe controlar gobiernos nacionales. Si se desea establecer monopolios internacionales o carteles, se debe controlar un gobierno mundial.
Después del ARMISTICIO del 11 de noviembre de 1918, Woodrow Wilson y su alter ego, “Coronel” House (el hombre del primer plano, siempre presente representando a los Privilegiados), fue a Europa con las esperanzas de establecer un gobierno mundial en la forma de Liga de Naciones. Cuando las negociaciones revelaron que un lado había sido tan culpable como el otro, y que el brillo -de la "cruzada moral" se evaporaba junto con los ostentosos, "Catorce Puntos" de Wilson, los “tropiezos en Main Street” empezaron a aparecer. La reacción y desilusión vieron la luz.
Los norteamericanos, ciertamente, no querían entrar en un Gobierno Mundial con europeos de doble filo, cuya especialidad era el pacto secreto escondido detrás del pacto secreto. El invitado de honor, por así decirlo, salió caminando majestuosamente del banquete antes de que la comida envenenada fuera servida. Y sin la inclusión norteamericana, no podía haber un Gobierno Mundial que tuviera sentido.
La excitada opinión pública hizo obvio el hecho de que el Senado de los Estados Unidos no se atreviera a ratificar un pacto que echaría sobre el país tal compromiso internacionalista. En cierto modo, el público norteamericano tuvo que ser vendido a la idea del internacionalismo y el Gobierno Mundial. Nuevamente la llave fue el "Coronel" House.
House había puesto sus ideas políticas en su libro llamado Philip Dru - Administrator, en 1912. En su libro, House coloca un plan finamente simulado para la conquista de América, a través del establecimiento de "El Socialismo como fue soñado por Karl Marx".
El describió una "conspiración" - la palabra es suya -que tiene éxito en la elección del Presidente de los Estados Unidos, por medio del engaño.
Entre otras cosas, House escribió que la conspiración era para "insinuarse en las primarias, para que ningún candidato, cuyos puntos de vista no estuvieran de acuerdo con los de ellos, pudiera ser nominado". Las elecciones debían ser meras charadas conducidas para el deslumbramiento de los distraídos. La idea era usar a los partidos Demócrata y Republicano como instrumentos para promover el Gobierno Mundial.
En 1919, House se reunió en París con miembros de la “sociedad secreta” británica llamada "La Mesa Redonda", para formar una organización cuya labor sería popularizar entre los ciudadanos de América, Inglaterra y Europa Occidental la idea sobre las bondades de un Gobierno Mundial. El leitmotiv a emplear era, por supuesto, la “paz”. La parte correspondiente a los Privilegiados, estableciendo una dictadura mundial, fue, por supuesto, dejada afuera.
La organización de la "La Mesa Redonda" en Inglaterra nació del sueño de toda una vida, del magnate del oro y los diamantes Cecil Rhodes, por un "Nuevo Orden Mundial". La biógrafa de Rhodes, Sara Milfin, era un poco más directa.
Como ella lo escribió:
"El gobierno mundial era el único deseo de Rhodes".
Quigley hace notar:
"A mediados de 1890, Rhodes tenía unos ingresos de por lo menos un millón de libras esterlinas al año (después, cerca de cinco millones de dólares) que gastó tan libremente para sus misteriosos propósitos, que por lo general estaba sobregirado en su cuenta ... "
El compromiso de una conspiración de Cecil Rhodes para establecer un Gobierno Mundial aparece en una serie de asignaciones testamentarias descritas por Frank Aydelotte en su libro American Rhodes Scholarships.
Aydelotte escribe:
"Las siete asignaciones que Cecil Rhodes hizo entre las edades de 24 y 36 años (Rhodes murió a la edad de cuarenta y ocho) constituyen una especie de autobiografía espiritual... Las más conocidas son la primera (de la Sociedad Secreta....) y la última, que establecieron las Becas Rhodes...
En su primera asignación, Rhodes manifiesta su deseo aún más específicamente:
'La extensión de la autoridad británica a través del mundo ..., la fundación de un poder tan grande como para hacer las guerras imposibles y promover los intereses de la humanidad'.
“'La Confesión de Fe' se aumenta con estas ideas. El modelo para esta propuesta sociedad secreta era la Sociedad de Jesús, aunque él menciona sólo a los masones”
Debería recordarse que el inspirador de este tipo de sociedad secreta fue Adam Weishaupt, el monstruo que fundó la Orden de los Illuminati, el 19 de mayo de 1776, con el propósito de conspirar para controlar el mundo.
El rol de los Illuminati de Weishaupt en tales horrores, como El Reino del Terror, es incuestionable, y las técnicas de los Illuminati han sido reconocidas desde hace tiempo como modelos para la metodología comunista. Weishaupt también usó la estructura de la Sociedad de Jesús (los jesuitas) como su modelo, y reescribió su Código en Términos Masónicos.
Aydelotte continúa:
"En 1888, Rhodes hizo su tercera asignación ... dejando todo a Lord Rothschild (su financiero en empresas mineras), acompañada por una carta que llevaba 'la materia escrita discutida entre nosotros'. Esto, se supone, consistía en la primera asignación y la Confesión de Fe, ya que en la postdata Rhodes dice 'considerando los asuntos sugeridos, tome la Constitución de los Jesuitas, si se puede obtener...' "
Aparentemente, por razones estratégicas, Lord Rothschild con posterioridad fue removido del proyecto.
El Profesor Quigley revela que Lord Rosebury,
"reemplazó a su suegro, Lord Rothschild, en el grupo secreto de Rhodes y fue hecho Depositario en la próxima (y última) asignación".
La "sociedad secreta" fue organizada en el molde conspiracional de círculos dentro de círculos. El Profesor Quigley nos informa que la parte central de la "sociedad secreta" fue establecida en marzo de 1891, usando el dinero de Rhodes.
La organización era manejada para Rothschild por Lord Alfred Milner, discutido en el último capítulo como financiero clave de la revolución bolchevique. La "Mesa Redonda" trabajó entre bambalinas en los más altos niveles del gobierno británico, influyendo en la política externa y en el desenvolvimiento y conducta de Inglaterra en la 1a Guerra Mundial.
Según el Profesor Quigley:
“Al final de la Guerra de 1914, se hizo claro que la organización de este sistema (el Grupo de la Mesa Redonda) tenía que ser vastamente extendido. Una vez más, la labor fue confiada a Liones Curtis, quien estableció, en Inglaterra y en cada dominio, una organización de fachada del Grupo de la Mesa Redonda. Esta organización, llamada Instituto Real de Asuntos Internacionales, tenía como su núcleo, en cada área, al sumergido Grupo de la Mesa Redonda.
En Nueva York era conocido como el Consejo de Relaciones Exteriores, y era un frente para J. P. Morgan y Cía., en asociación con un muy pequeño Grupo de la Mesa Redonda americana. Los organizadores americanos fueron dominados por un gran número de 'expertos' de Morgan..., que habían ido a la Conferencia de Paz de París, y allí se hicieron amigos íntimos con un grupo similar de 'expertos' ingleses, reclutados por el grupo de Milner.
De hecho, los planes originales para el Instituto Real de Asuntos Internacionales y el Consejo de Relaciones Exteriores (C.R.E.) fueron redactados en París ...”
Joseph Kraft (C.R.E.) nos cuenta, en Harper's de julio de 1958, que el promotor principal en la fundación del Consejo de Relaciones Exteriores, fue el "Coronel" House, apoyado por protegidos tales como Walter Lippmann, John Foster Dulles, Allen Dulles, Chrístian Herter, entre otros.
Fue House quien actuó como anfitrión para el Grupo de la Mesa Redonda de ingleses y americanos en la reunión clave del 19 de mayo de 1919, en el Hotel Majestic de París. En esa ocasión, se encargó a la conspiración crear el C.R.E.
Aunque Quigley enfatiza la importancia de los hombres de Morgan en la creación de la organización conocida como el Consejo de Relaciones Exteriores, los propios materiales de la organización y las memorias del "Coronel" House revelan su función como partero en el nacimiento de dicho organismo.
El vigésimo quinto Informe Anual del C.R.E. nos revela lo siguiente sobre su fundación en Paris:
“ ...El Instituto de Asuntos Internacionales, creado en París en 1919, comprendía, al comienzo, dos ramas: una en el Reino Unido y otra en los Estados Unidos...”
Posteriormente el plan fue alterado para producir una real autonomía, ya que "...no parecía ser lo más sabio el tener una institución única con secciones".
Debía elaborarse una institucionalidad de manera que el C.R.E., en América, y el IRAI, en Inglaterra, aparecieran como verdaderas organizaciones independientes. Todo, a menos que el público norteamericano se diera cuenta que el C.R.E. era, de hecho, una sucursal del Grupo de la Mesa Redonda, y reaccionara con patriótica furia.
Según Quigley, las dinastías financieras importantes en América, después de la I Guerra Mundial, fueron (además de Morgan) la familia Rockefeller, Kuhn, Loeb y Cía., Dillon Read y Compañía y Brown Bros. Harriman. Todos ellos estaban representados en el C.R.E., siendo Paul Warburg uno de los asociados. Muchos de los miembros pertenecientes al clan de los Privilegiados —grupo que creó el Sistema de la Reserva Federal y financió, en gran parte, la revolución bolchevique— fueron de los primeros en participar en el Consejo.
Junto a Paul Warburg intervinieron como fundadores del CRE financistas internacionales Privilegiados de la talla de Jacob Schiff, Averell Harriman, Frank Vanderlip, Nelson Aldrich, Bernard Baruch, J. P. Morgan y John D. Rockefeller. Estos hombres no crearon el C.R.E. porque no tenían nada mejor que hacer con su tiempo y dinero; lo crearon como herramienta para el éxito de sus ambiciones.
El C.R.E. ha llegado a ser conocido como "El Establishment", "el Gobierno Invisible" y "la Oficina de Relaciones Exteriores de Rockefeller". Esta organización semi-secreta ha llegado a ser, incuestionablemente, el grupo más influyente en EEUU.
Uno de los rarísimos artículos que han aparecido en la prensa nacional, relacionado con este Consejo, fue publicado en el Christian Science Monitor el 1º de septiembre de 1961.
Empezaba así:
"En el lado oeste de la distinguida Park Avenue y la Calle 68 (en la ciudad de Nueva York) hay dos hermosos edificios, uno frente al otro. Uno es la Embajada Soviética ante las Naciones Unidas... Justamente en el lado opuesto, en la esquina suroeste, se encuentra el Consejo de Relaciones Exteriores — probablemente una de las organizaciones semipúblicas más influyentes en el terreno de la política exterior."
Aunque la dotación formal del C.R.E. está compuesta por cerca de 1.500 personas, pertenecientes a la élite del mundo del gobierno, de los negocios, de las finanzas, de las comunicaciones, de las fundaciones y al sector académico —habiendo ocupado casi todos ellos posiciones claves en todas las Administraciones, desde Franklin Delano Roosevelt—, es dudoso que un americano entre mil reconozca el nombre del Consejo, y que uno entre diez mil pueda decir algo sobre su estructura o propósitos.
Indicador del poder del C.R.E. para mantenerse anónimo es el hecho que, pese a haber operado en los más altos niveles por casi cincuenta años y haber tenido desde el principio entre sus miembros a los primeros leones de los medios de comunicaciones del Establishment, descubrimos, luego de estudiar escrupulosamente muchos tomos del Reader's Guide To Periodical Literature, que sólo ha aparecido un artículo sobre el C.R.E. en una revista importante durante décadas.
Y esta publicación apareció en el Harper's, que es un periódico de escasa circulación en el público corriente. En forma similar, sólo unos pocos artículos sobre el Consejo han aparecido en los grandes periódicos del país. Tal anonimato —a ese nivel— no puede ser materia de mera casualidad.
¿Qué hace a esta organización secreta tan influyente? Nadie que lo sepa en forma segura lo dirá.
El Christian Science Monitor, que es editado por un miembro de la Mesa Redonda Americana (una sección de la sociedad secreta de Milner), hizo notar, en el artículo del 1.º de septiembre de 1961, que,
"Su nómina ... contiene nombres distinguidos en el terreno de la diplomacia, gobierno, negocios, finanzas, trabajo, periodismo, leyes y educación. Lo que permitió la unión de socios de tan diversas gamas y desigualdades es una apasionante preocupación por la dirección de la política exterior americana".
El Christian Science Monitor muestra el fantástico poder que el C.R.E. ha tenido durante las últimas seis administraciones:
"Gracias a la exclusiva dedicación al estudio y deliberación sobre la política exterior americana por parte del Consejo, es que hay un constante flujo de sus miembros desde el servicio privado al público."
Las Políticas promovidas por el C.R.E. en el terreno de las relaciones internacionales y defensa se han convertido, con una regularidad que desafía las leyes de las probabilidades, en las políticas oficiales del Gobierno de los Estados Unidos.
Joseph Kraft, columnista liberal y miembro del C.R.E., sobre este particular anota en un artículo de Harper's:
"(El C.R.E.) ha sido el lugar de algunas decisiones básicas de gobierno, ha dado el contexto para muchas otras y, repetidas veces, ha servido como terreno de reclutamiento para jerarquías superiores".
Casualmente, Kraft titula su artículo en forma muy apta para describir el C.R.E.:
"Escuela para Hombres de Estado" —una manera de reconocer que los miembros del Consejo son entrenados en una "línea" de estrategia que será seguida en Washington.
A medida que se aproximaba la II Guerra Mundial, el Grupo de la Mesa Redonda fue influyente al ver que HitIer no era detenido en Austria, Rhineland o Sudetenland, y, por lo tanto, fue ampliamente responsable de la precipitación del holocausto.
Una segunda guerra mundial mejoraría mucho la oportunidad para establecer el Gobierno Mundial.
El financíamiento para el ascenso al poder de Adolfo HitIer estuvo en manos del Mendelsohn Bank, de Amsterdam, controlado por Warburg y después por el J. Henry Schroeder Bank, con sus sucursales en Frankfurt, Londres y Nueva York.
El principal consejero legal del J. Henry Schroeder Bank era la firma de Sullivan y Cromwell, cuyos socios más antiguos incluían a John Foster y Allen Dulles (Ver All Honorable Men, de James Martin, Little Brown, Co. New York, 1950, p. 51. También ver Quigley, p. 433).
Con la Mesa Redonda haciendo su labor en Europa, el C.R.E. trasladó el asunto a los Estados Unidos. La primera labor del Consejo era la de infiltrar y desarrollar un control efectivo en el Departamento de Estado de Estados Unidos, para asegurarse que no habría los resbalones que siguieron a la I Guerra Mundial.
La historia de la toma de posesión del C.R.E. sobre el Departamento de Estado está contenida en la Publicación N.º 2.349 de este Departamento de Estado, Report to the President on the Results of the San Francisco Conference. Es el informe del Secretario de Estado, Edward R. Stettinius (C.R.E.), al Presidente Truman.
En la página veintiuno encontramos:
"Al empezar la guerra en Europa, estuvo claro que los Estados Unidos se verían enfrentados, después del conflicto, con problemas nuevos y excepcionales... En efecto, un Comité de Problemas de Post-guerra fue puesto en marcha antes del término de 1939 (dos años antes que los Estados Unidos entraran en la guerra), por sugerencia del C.R.E. El comité estaba formado por altos oficiales del Departamento de Estado (de los cuales sólo uno no era miembro del C.R.E.). Era asistido por un comité de investigación (provisto, financiado y dirigido por el C.R.E.), que en febrero de 1941 se convirtió en una División de Investigación Especial (saliendo de la nómina del C.R.E. para entrar a la del Departamento de Estado).
"Después de Pearl Harbor, las facilidades de investigación rápidamente se expandieron y el Comité Departamental en Problemas de Postguerra fue reorganizado para formar un Comité Asesor en Política Exterior de Post-guerra (completamente equipado por el C.R.E.)"(Ver, también, el libreto del C. R. E., A Record of Twenty Years, 1921-1947).
Este es el grupo que designó las Naciones Unidas, el primer gran paso exitoso en vías de un Superestado Mundial. Por lo menos cuarenta y siete miembros del C.R.E. estaban entre los delegados americanos a la fundación de las Naciones Unidas, en San Francisco, en 1945.
Miembros del grupo del C.R.E. incluían a:
Harold Stassen
John J. MeCloy
Owen Lattimore (llamado "instrumento conscientemente articulado de la conspiración soviética" por el Subcomité de Seguridad Interna del Senado)
Alger Hiss (espía comunista)
Nelson Rockefeller
John Foster Dulles
John Carter Vincent (seguridad)
Dean Acheson
Para asegurarse que los miembros del Partido Comunista entendían la importancia del establecimiento de las Naciones Unidas, el Political Affairs, diario teórico oficial del Partido, en el número de abril de 1945, dio la orden:
"Se debería vigorizar un gran apoyo popular y entusiasmo por las políticas de las Naciones Unidas, bien organizados y ampliamente articulados. Pero es necesario hacer aún más que eso. Se debe hacer impotente a la oposición, de modo que sea incapaz de reunir algún apoyo significativo en el Senado contra la Carta de las Naciones Unidas y los tratados que vendrán."
Uno cuestiona si los bobos a nivel de Partido alguna vez se preguntaron por qué debían apoyar una organización dominada por las odiadas personalidades de "Wall Street". Los pintores de paisaje de la gran masa se han excedido a si mismos, pintando a las Naciones Unidas como una organización de paz, en lugar de como un frente para los banqueros internacionales.
Los miembros del Consejo de Relaciones Exteriores no sólo imponían mayoritariamente la idea de crear las Naciones Unidas, sino que también estaban al lado del Presidente americano en Teherán, Potsdam y Yalta, donde cientos de millones de seres humanos fueron entregados a las manos de Joseph Stalin, extendiendo así vastamente el poder de la conspiración comunista internacional.
Asistente administrativo de FDR, durante este tiempo, era un miembro clave del C.R.E., llamado Lauchlin Currie —después identificado por J. Edgar Hoover como un agente soviético.
El C.R.E. ha dominado de tal manera el Departamento de Estado durante los últimos treinta y ocho años, que cada Secretario de Estado, exceptuando a Cordell Hull, James Byrnes y William Rogers, ha sido miembro del C.R.E.
Mientras Rogers no es miembro, el profesor Henry Kissinger, Secretario de Estado del Sr. Nixon, llegó a su puesto desde la plana mayor del C.R.E., y los subsecretarios de Estado, hasta el último hombre, son casi todos miembros del C.R.E.
Hoy el C.R.E. continúa trabajando activamente para llegar a su objetivo final de un gobierno sobre todo el mundo, un gobierno que los Privilegiados y todos sus aliados controlarán. El objetivo del C.R.E. es, sencillamente, neutralizar a los Estados Unidos con sus garantías constitucionales de libertad. Y ni siquiera tratan de ocultarlo.
El Study N.º 7, publicado por el C.R.E. el 25 de noviembre de 1959, abiertamente aboga por:
“Construir un nuevo orden internacional, el cual debe reflejar las aspiraciones mundiales por la paz, el cambio social y el económico..., un orden internacional (palabra clave para gobierno mundial..., incluyendo a los Estados que se llaman a sí mismos "socialistas" (comunistas)”.
La razón por la cual se denomina como "el Establishment" a esta poco conocida organización semi-secreta, es evidente para aquellos que hayan estudiado la lista de sus miembros (Ver Cuadro 7 abajo).
Las organizaciones bancarias internacionales que actualmente tienen hombres en el C.R.E., incluyen:
Kuhn, Loeb y Cía.
Lazard Fréres (directamente afiliado con los Rothschild)
Dillon Read
Leliman Bros.
Goldrnan, Sachs
Chase Manhattan Bank
Morgan Guaranty Bank
Brown Bros. Harriman
First National City Bank
Chemical Bank and Trust
Manufacturers Hanover Trust Bank
Entre las principales corporaciones que tienen hombres en el C.R.E. están
Standard Oil
IBM
Xerox
Eastman Kodak
Pan American Firestone
U. S. Steel
General Electric
Compañía Americana de Teléfonos y Telégrafos
(ver Cuadro Nº 7)
En el C.R.E. también hay hombres de organizaciones tan claramente izquierdistas como los Americanos Socialistas Fabianos por la Acción Democrática, la reconocida Liga Socialista para la Democracia Industrial (anteriormente la Sociedad Socialista Intercolegiada), y los Federalistas del Mundo Unido, quienes abogan públicamente por el gobierno mundial con los comunistas.
Devotos líderes laboristas Socialistas como Walter Reuther, David Dubinsky y Jay Lovestone, también han sido miembros del C.R.E. En teoría, estos hombres y organizaciones, supuestamente, son los sangrientos enemigos de los bancos y negocios enumerados arriba. Sin embargo, todos pertenecen al mismo lote. Usted puede apreciar por qué ese hecho no aparece en los avisos.
El C.R.E. está totalmente entrelazado con las principales fundaciones llamadas "Think Tanks". Incluidas en esta unión están las fundaciones Rockefeller, Ford y Carnegie y la Corporación Rand, Instituto Hudson, Fondo para la República y el Instituto Brookings "Think Tanks".
El hecho de que el C.R.E. opera en forma casi completamente anónima, difícilmente puede ser accidental.
Entre las corporaciones de comunicación representadas en el C.R.E. están:
National Broadcasting Corporation
Columbia Broadcasting System
Time
Life
Fortune
Look
Newsweek
New York Times
Washington Post
Los Angeles Times
New York Post
Denver Post
Loulsville Courier Journal
Minneapolis Tribune
los periódicos:
Knight
MeGraw-Hill
Simon and Shuster
Harper Bros.
Random House
Little Brown and Co.
McMillan Co.
Viking Press
Saturday Review
Business Week
Club del Libro del Mes
Por supuesto que el C.R.E. podría tener unas pocas chispas de publicidad, si ésta fuera deseada.
Si parece imposible que una entidad pueda controlar una gama tan vasta de firmas, es porque la mayoría de la gente no sabe que los llamados fundadores de tales gigantes, como el New York Times y la NBC, fueron elegidos, financiados y dirigidos por Morgan, Schiff y sus aliados. El caso de Adolph Ochs, del Times, y David Sarnoff, del RCA, son ejemplos de este control. Ambos recibieron, al principio, ayuda financiera de Kuhn, Loeb y Compañia y Garantía Morgan.
Estos son los pintores de paisaje oficiales del Establishment, cuya labor es la de asegurarse que el público no descubra al C.R.E. y su rol en la creación de una dictadura socialista mundial.
Usted recordará que el "Coronel" House, pensaba que debíamos tener dos partidos políticos, pero una sola ideología —Socialismo Único Mundial. Esto es exactamente lo que tenemos hoy en Estados Unidos (Ver Cuadro 8).
Aunque hay diferencias filosóficas entre los más antiguos Demócratas y Republicanos, de todos modos, a medida que uno sube por las escalinatas de los partidos, estas diferencias se hacen cada vez menos y menos distinguibles, hasta que, finalmente, los peldaños desaparecen detrás de la cortina de noticias manejada por el Establishment, juntándose en el ápice bajo el control del C.R.E.
En 1968, cuando George Wallace sostenía que no había ni el valor de un centavo de diferencia entre los dos partidos, él probablemente no sabía que estaba tan en lo cierto ni por qué lo estaba.
Los siguientes son los llamados Demócratas que han sido o son agentes del C. R. E.:
Dean Acheson
Alger Hiss
Adlai Stevenson
John Kennedy
Robert Kennedy
Edward Kennedy *
Averell Harriman
George Ball
Henry Fowler
Dean Rusk
Adam Yarmolinsky
Hubert Humphrey
John Lindsay
* Comité Boston
Es de interés constatar las destacadas posiciones que otorgan los banqueros internacionales, en calidad de recompensa, a los hombres que han servido sus intereses.
En la Administración de Lyndon B. Johnson, ocuparon importantes cargos:
George Ball, Subsecretario de Estado, se fue con Lehman Brothers
Heriry Fowler, Secretario de Hacienda, fue tomado por Goldman, Sachs y Cía.
Peter Lewis, Director del Presupuesto
Frederick Deming, Subsecretario de Hacienda, y C. R. Smith, anterior Secretario de Comercio, todos evitaron morirse de hambre al ser recogidos por Lazard Fréres (Rothschild)
Fowler y Deming fueron, en gran parte, responsables de las políticas que llevaron a las naciones europeas a reclamar la mitad de nuestro oro (y tener reclamos potenciales sobre el resto) y a despojar a la Tesorería de los Estados Unidos de todas sus reservas de plata, que había adquirido a través de un siglo.
¿Los banqueros internacionales se compadecieron de estos hombres por su incompetencia, o fueron recompensados por haber hecho bien su tarea?
Dwight D. Eisenhower
John Foster Dulles
Thomas E. Dewey
Jacob Javits
Robert McNamara
Henry Cabot Lodge
Faul Hoffman
John Gardner
Elliot Richardson
Arthur Burns
Henry Kissinger
Richard Nixon**,
...han controlado el Partido Republicano para el C.R.E.
** Richard Nixon dice ahora no pertenecer más al C.R.E., habiéndose retirado cuando la organización se transformó en problema en su campaña primaria para Gobernador de California, en 1962. Nixon nunca ha dicho por qué se retiró, pero el hecho de que haya asignado a más de 110 miembros del C.R.E. en importantes puestos durante su Administración habla por sí mismo.
No es sorprendente ver que el mismo Richard Nixon de la campaña de 1968, que corría como conservador, ya había dejado muy en claro su oposición a los Privilegiados del C.R.E., autorizando un artículo en la revista Foreign Affairs, del C.R.E., en octubre de 1967. El título de este artículo, Asia después de Vietnam, revelaba cómo el aspirante a Presidente abriría una nueva política hacia China Roja y cómo traería "realismo" a nuestra política exterior asiática.
El Informe Anual del C.R.E., de 1952, admitía que, a veces, los miembros de posiciones delicadas estaban forzados a ocultarse y mantener su asociación en secreto.
Aunque es verdad que toda la administración, desde Franklin Delano Roosevelt, ha sido dominada por el C.R.E., la Presidencia Nixon ha batido el récord de todos los tiempos, designando más de 110 miembros del C.R.E. en posiciones claves. Henry Kissinger —el "Coronel" House de la Administración Nixon— vino a su puesto directamente del empleo en la-plana mayor del C.R.E. Kissinger representa justamente lo opuesto de todo aquello que Nixon afirmó apoyar en su campaña. Liberales y Conservadores admiten que Kissinger es, con diferencia, el hombre más importante de la Administración Nixon.
Las Administraciones, ya sean Demócratas o Republicanas, van y vienen, pero el C.R.E. sigue ahí. Esto es porque mientras más parecen cambiar las cosas, quedan más iguales. Lo fijo está en el tope, donde el mismo círculo de Privilegiados, inclinados sobre el control mundial, hace andar el show.
Como el Profesor Quigley admite:
"De hecho existe, y ha existido por una generación, una maraña... internacional que opera, hasta cierto punto, de la manera que los radicales de derecha creen que los comunistas actúan. En realidad, esta maraña, que podemos identificar como los Grupos de la Mesa Redonda, no tiene aversión en cooperar con los comunistas o cualquier otro grupo, y, frecuentemente, lo hace".
Sí, los Privilegiados no sienten aversión por trabajar con los comunistas, cuyo claro objetivo es destruirlos a ellos.
Mientras los Privilegiados sirven caviar y champaña a sus invitados en las mansiones veraniegas de Newport, o mientras entretienen a otros miembros de la élite social en sus yates, sus agentes están más lejos, esclavizando y matando gente. Y usted es el próximo en su lista.
En el editorial sobre el C.R.E. del Chicago Tribune, del 9 de diciembre de 1950, se lee claramente:
"Los miembros del Consejo (sobre Relaciones Exteriores) son personas de influencia mucho mayor que el promedio en la comunidad. Han usado el prestigio que su riqueza, su posición social y su educación les han dado para guiar a su país hacia la bancarrota y la debacle militar. Deberían mirarse sus manos. Hay sangre en ellas: la sangre seca de la última guerra y la sangre fresca de la actual (Guerra de Corea)".
Y todo esto es sin decir que las manos del C.R.E. están aún más ensangrentadas ahora con la muerte de 50.000 norteamericanos en Vietnam.
Vergonzosamente para el Consejo, éste ha tenido éxito en promover, como política norteamericana, el envío de ayuda norteamericana y comercio con los proveedores del arsenal del Vietcong en Europa Oriental, con el que se mata a nuestros hijos en el campo de batalla.
No debería ser sorprendente saber que existe, en el terreno internacional una organización equivalente al C.R.E. Este grupo se denomina los Bilderberger.1
1 Si escasamente a un norteamericano entre mil le resulta familiar el C.R.E., es muy dudoso que uno entre cinco mil tenga alguna noción de los Bilderberger.
Nuevamente, esto no es accidental.
El extraño nombre de este grupo viene del sitio en que se realizó la primera reunión, en mayo de 1954 - el Hotel de Bilderberg-en Oostebeek, Holanda.
El hombre que creó los Bilderberger es el Príncipe Bernhard de los Países Bajos (imagen izquierda).
El Príncipe es una importante figura en la Royal Dutch Petroleum, (Shell Oil) y en la Société Générale de Belgique, un cartel con un enorme conglomerado, que tiene pertenencias en todo el mundo. Los Bilderberger se reúnen una —o a veces dos— vez al año.
Los que asisten son importantes figuras políticas y financieras de los Estados Unidos y Europa Occidental.
El Príncipe Bernhard no hace esfuerzo alguno en ocultar el hecho de que el objetivo último de los Bilderberger es el gobierno mundial.
Mientras tanto, cuando el "nuevo orden mundial" está siendo construido, los Bilderberger coordinan los esfuerzos del poder de las élites de Europa y América. La contraparte del Príncipe Bernhard, entre los Bilderberger americanos, es David Rockefeller, presidente del Comité del C.R.E., cuya base económica es el gigantesco Chase Manhattan Bank y la Standard Oil.
Entre los otros Bilderberger del mundo de la ultra alta finanza están:
Barón Edmund de Rothschild, de la Casa Rothschild
C. Douglas Dillon (C.R.E.), de Dillon Read y Cía.
Robert McNamara, del World Bank
Sir Eric Roll, de S. G. Warburg y Cía. Ltda.
Pierce Paul Schweitzer, del Fondo Monetario Internacional
George Ball (C. R. E.), de Lehman Brothers
No todo el que asiste a una reunión secreta de los Bilderberger es un Privilegiado, pero sólo hombres de la izquierda se les permite asistir a las reuniones privadas, seguidas de las sesiones generales. Los reconocidos Partidos Socialistas de Europa están bien representados..., otro ejemplo del nudo de unión entre los Privilegiados de la alta finanza y los destacados líderes del proletariado.
La política Bilderberger no es planeada por aquellos que asisten a las conferencias, sino por el comité directivo de la élite, que está compuesto por 24 europeos y 15 americanos.
Americanos del pasado y del presente que pertenecen a este Comité de Dirección de Bilderberger, incluye a:
George W. Ball
Gardner Cowles
John H. Ferguson
Henry J. Heinz II
Robert D. Murphy
David Rockefeller
Shepard. Stone
James D. Zellerbach
Emilio G. Collado
Arthur H. Dean
Gabriel Hauge
C.D. Jackson
George Nebolsine
Dean Rusk
General Walter Bedell Smith
Aquellos que se adhieren a la teoría accidental de la historia reclamarán que es una mera coincidencia que cada uno de los nombrados, como miembros pasados o actuales del Comité de Dirección de Bilderberger, era o es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores.
El Comité Consejero de Bilderberger forma un círculo aún más cerrado que el Comité de Dirección.
Los norteamericanos del Comité Consejero incluyen a
Joseph E. Johnson
Dean Rusk
Arthur H. Dean
George Nebolsine
John S. Coleman
General Walter Bedell Smith
Henry J. Heinz II
Otra vez, todos son miembros del C.R.E.
Se creería (de no haber leído este libro) que cuando los principales parlamentarios del mundo se reúnen con los generales en jefe internacionales para discutir los planes destinados a las diversas políticas exteriores de las naciones, que los gavilanes de noticias de los diarios y de la televisión estarían poniendo un grito en el cielo, delatando que tal evento, sostenido en secreto, es una burla para el proceso democrático.
Se podría esperar que Walter Cronkite estuviera rugiendo de ira acerca de este grupo de la élite que se reúne para planear nuestras vidas; o que los editorialistas del New York Times estuvieran golpeando sus humeantes máquinas de escribir, encolerizados por "el derecho del público a saber la verdad".
Pero, por supuesto, los pintores de paisajes echan una pincelada borrando la existencia de los Bilderberger y enfocando la atención del público hacia las condiciones de las prisiones o algo así como las tapas de botella de Coca Cola que siembran las carreteras.
Como los Bilderberger son un grupo de Izquierda (o como dirían los Liberales del medio ambiente, pero no lo hacen, “un grupo de progresistas”), se les permite seguir en paz y tranquilidad planeando para 1984.
El hecho de que haya fuerte influencia Rockefeller (Chase Manhattan Bank y C.R.E.) en el medio, también puede que tenga algo que ver con el hecho de que mientras todos hayan oído alguna vez sobre la Sociedad de John Birch, por ejemplo (y casi siempre en una forma derogativa por parte del medio del Establishment Occidental), casi nadie ha escuchado sobre los Bilderberger.
El Príncipe Bernhard, de los Países único y secreto en el mundo, conferencia con el Presidente Nixon.
Habiendo pertenecido a las tropas escogidas
nazis, Bernhard ahora trabaja con los Rothschild y los comunistas para promover un Superestado Mundial de la élite. Bernhard sostiene anualmente reuniones secretas con altos oficiales de Estados Unidos, banqueros e industriales, para hacer planes de combinación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética con miras a formar un gobierno mundial.
Después de la última reunión, Nixon devaluó el dólar y abrió negociaciones con la China Roja. clan Rothschild francés. Los Rothschild están estrechamente vinculados en negocios con el Príncipe Bernhard, (Royal Dutch Shell) y en la construcción de un supergobierno mundial con los soviéticos.
El Time, del 20 de diciembre de 1963, dice sobre Guy:
Edmund tiene reputación de ser el más acaudalado de los Rothschild franceses: se estima que su fortuna personal es de US$ 500 millones. |
De acuerdo a lo que está escrito, ha habido 20 reuniones Bilderberger hasta la fecha.
Generalmente duran tres días y se realizan en lugares remotos, pero muy cómodos. Los participantes son alojados en un solo lugar, protegidos por toda una red de seguridad. Se llega a decisiones, se adoptan resoluciones, se inician planes de acción, pero sólo los Bilderberger saben lo que realmente ocurrió.
Debemos decir que estas personas no se reúnen meramente para jugar al golf. Naturalmente que a la prensa no le está permitido asistir, aunque pomposamente se sostiene una breve conferencia de prensa al final de la reunión, donde se entrega una versión muy general de lo discutido por los Bilderberger.
¿Por qué todo este secreto, si realmente no hay nada que ocultar? ¿Por qué las fundaciones Ford, Rockefeller y Carnegie financian las reuniones si no son importantes? Sí, ¿Por qué?
La reunión más reciente tuvo lugar en el Woodstock Inn, de Laurence Rockefeller, en Woodstock, Vermont, los días 23, 24 y 25 de abril de 1971.
Aparentemente, el único diario que dio una versión sustancial de la reunión fue el Herald de Rutland, Vermont, cuyo reportero pudo adquirir sólo bosquejos de información sobre lo que se trató.
El Herald del 20 de abril de 1971 informó:
"Una reserva bastante rígida se guardaba en la Conferencia... Una reunión a puerta cerrada se llevó a efecto la semana pasada en Woodstock para dar instrucciones a un pequeño grupo de reporteros locales sobre algunas fases de la Conferencia. Un participante de la reunión insistió el lunes acerca de que los reporteros habían sido informados que la reunión sería una "conferencia internacional de paz". Sin embargo, otras fuentes fidedignas dijeron que la conferencia trataría sobre finanzas internacionales..."
"El Woodstock Inn, aparentemente, será sellado como Fort Knox... Ningún reportaje periodístico será permitido, con la excepción de emitir una declaración al cierre de la reunión el domingo".
Cuando el Príncipe Bernhard llegó al Logan Airport, de Boston, reconoció a los periodistas que el tema de la conferencia sería para "cambiar el rol mundial de los Estados Unidos".
¿No resulta bonito que los cambios del rol de América en el mundo sean decididos por Bernhard, Rothschild y Rockefeller?
Ahí está la verdadera democracia en acción, como dicen ellos. Presente en la escena, para llevar órdenes de vuelta al Sr. Nixon, estaba el niño de los mandados del C.R.E. Rockefeller, el consejero Número Uno del Presidente en materia de relaciones exteriores, el Secretario de Estado Henry Kissinger.
Poco después de la reunión de Woodstock, dos eventos siniestros y "cambiadores de rol" tuvieron lugar: Henry Kissinger fue a Pekín y arregló la aceptación de la China Roja como miembro de la familia de naciones mercantiles; y se desarrolló una crisis monetaria internacional, después de la cual el dólar fue devaluado.
Como el estadista inglés y el confidente de Rothschild, Benjamín Disraeli, escribiera en el Coningsby:
“Como puedes ver, mi querido Coningsby, el mundo está gobernado por personajes muy distintos a los que se imaginan aquellos que no están detrás del telón”.
Continua aquí.