EL 23-F NACIÓ EN LA ZARZUELA
-Cómo se fraguó, planificó, preparó, coordinó y ejecutó la subterránea y chapucera apuesta borbónica, dirigida por los generales Armada y Milans y autorizada por el rey.
-Las Cortes españolas reciben, en 2005, un exhaustivo Informe en el que se pide, por primera vez, una comisión de investigación parlamentaria que depure las responsabilidades del monarca.
Antes de entrar en el fondo de la importante cuestión que me ocupa en estos momentos, y que no es otra que contarle al lector con pelos y señales los pormenores de la planificación, preparación y ejecución de la maniobra borbónica desarrollada en España en la tarde/noche del 23 de febrero de 1981, popularmente denominada 23-F, me voy a permitir trasladarle someramente mis avatares personales desde que me decidí a hacerlo. Fue hace ya bastantes años, y lo hice publicando mi primer libro sobre el tema. Hablamos de un tema que, evidentemente, había sido un tabú desde el mismo instante en el que se produjo, lo seguía siendo en aquellos momentos, y todavía lo seguiría siendo en la actualidad si no fuera porque al poder político le cuesta cada día más trabajo reprimir la libertad de expresión de algunos esforzados historiadores e investigadores.
Fue en el mes de marzo de 1994. Después de más de diez años de estudios e investigaciones sobre el 23-F y arropado por un joven editor que se jugó el tipo en la aventura, lancé mis primeras conclusiones sobre el mismo en un libro titulado: La transición vigilada. Éstas hacían referencia clara a que los deleznables hechos que tuvieron lugar en aquella tristemente célebre fecha de la historia de España no respondieron nunca a los parámetros generalmente admitidos en un golpe militar clásico, sino que, más bien, todo aquello formaba parte de una compleja maniobra político-militar-institucional, autorizada y dirigida desde La Zarzuela, y con dos generales de postín como máximos planificadores y ejecutores: Armada y Milans del Bosch.
Ambos habrían trabajado al unísono, dentro del plan denominado en ambientes políticos y periodísticos como «Solución Armada», en aras de desmontar el verdadero golpe militar que contra la democracia pero, sobre todo, contra la monarquía representada por el rey Juan Carlos (al que tachaban de «traidor» al extinto caudillo), preparaban los militares más radicales de la extrema derecha franquista.