Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Por qué enfermamos?


Impresionante conferencia del Dr. Alberto Martí Bosch. Os aconsejo escuchar atentamente lo que nos dice el Dr. Bosh para entender por qué enfermamos y cómo podemos evitarlo. Personas así son un regalo del cielo pues nos ofrecen gratuitamente un conocimiento fundamentado en la experimentación de muchas personas durante muchos años. Recordad, el secreto es que la  inmensa  mayoría  de  las  llamadas  “enfermedades”  tienen  un  mismo  origen:  la acidificación del organismo y/o su desnutrición.

El holismo, según la RAE, es la "doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen", es decir, no tomar la parte por el todo, sino afrontar el todo como el sistema que conforma la realidad e interacción de las distintas partes del problema. Ésta es la base sobre la que asienta el Dr. Alberto Martí Bosch sus terapias para el tratamiento de las enfermedades incluido el cáncer.

El Dr. Martí Bosch, oncólogo infantil durante varios años y especialista en Medicina Biológica, Homeopatía y Nutrición Ortomolecular, tras muchos años de estudios en diferentes países y laboratorios médicos, plantea que la principal causa de la enfermedad es la existencia de un entorno favorable al desarrollo de la misma en el interior de nuestro cuerpo.

La medicina convencional combate las enfermedades atacando directamente a los microorganismos o células "malas" que las generan. Estos ataques afectan no solo al objetivo- sino a todo su entorno, provocando, en muchas ocasiones, que se dañe también a partes que no están implicadas en la enfermedad y provocando reacciones adversas en células y entornos sanos, los llamados "efectos secundarios" de muchas medicinas y tratamientos. Un ejemplo muy claro de esto sería la quimioterapia seguida en pacientes con cáncer y la gran reacción adversa que ésta produce en los cuerpos de los pacientes hasta dejarlos sin apenas defensas.

Así pues, tras muchos años viendo que los resultados de estas terapias estropeaban más que ayudar a sus pacientes, el Dr. Martí Bosch decidió investigar en campos que no eran enseñados en las universidades de medicina, tales como la Medicina Natural, la Medicina Ortomolecular, la Fitoterapia, la Homeopatía, Dietética y Nutrición, intentado encontrar explicaciones al propio problema y métodos que ayuden a paliarlo sin ser tan invasivos para los pacientes.

A partir de los estudios, tanto en laboratorio como con pacientes, se dio cuenta de que reforzando el sistema inmunológico y creando entornos favorables para las células "sanas", a partir de la nutrición y la limpieza del organismo, tanto a nivel físico como psíquico, los síntomas remitían por sí mismos, en algunos casos incluso hasta desaparecer. Por tanto, lo que aquí se plantea es el asedio a la enfermedad mediante una regeneración y limpieza del organismo del paciente que ayude a aislar la enfermedad y que sea el propio organismo el que combata las células dañadas.

El tratamiento que propone Martí Bosch tiene varios pilares fundamentales:

1.- Depuración completa del organismo. Nuestros cuerpos necesitan ser limpiados de vez en cuando. Los órganos que sirven para filtrar y deshacerse de los residuos que nuestro cuerpo recibe (riñones, hígado, pulmones, colon,...) se van ensuciando con el tiempo. Esto hace que cada vez sean menos efectivos y que se estresen con una carga de trabajo abultada. Por tanto, es necesaria una depuración de estos filtros mediante la ingestión de alimentos que ayuden a su limpieza, además de baños de agua caliente con sal que ayuden a la expulsión de los residuos por los poros (Ósmosis) y lavativas que limpien nuestro sistema excretor. Las infusiones de ciertas plantas también son beneficiosas para la depuración de los filtros de nuestro cuerpo. Tomillo, Gordolobo y Laurel, son plantas que ayudan a limpiar los pulmones. Alcachofera, Cardo Mariano, Diente de León, Boldo y Desmodium, hacen lo mismo con el hígado, así como la Arenaria, Cola de Caballo y Té Verde con los riñones.

2.- Corrección de la dieta. La alimentación es la base de nuestro cuerpo. De ella tomamos los elementos que utilizamos para el funcionamiento de nuestros órganos. Es, por tanto, un factor esencial en la creación de un entorno saludable en nuestro organismo. Una dieta basada en las verduras, proteínas vegetales (sin abusar) e hiposódica (baja en sal) ayuda a alcalinizar nuestro organismo y crear un entorno beneficioso para el desarrollo de las células “sanas”, y el deterioro de las células “malas”. Se recomienda realizar una dieta vegetariana cada cierto tiempo para mantener nuestro organismo alcalinizado (Oxigenado).

3.- Alcalinización y oxigenación del medio interno. Siguiendo lo dicho en el párrafo anterior, la alcalinización del organismo es esencial para crear un medio salubre en nuestro organismo. Las células cancerosas, o tumorales, sobreviven gracias a un entorno acidificado (poco oxigenado) ya que se alimentan de los elementos que tienen a su alrededor. Si conseguimos un entorno, mediante la alimentación y la depuración, rico en oxígeno y alcalinizado, obtendremos un gran avance en el aislamiento de las células “malas”, ya que el oxígeno y un entorno “limpio” es perjudicial para éstas y beneficioso para las células sanas.

4.- Medicina Ortomolecular y Medicamentos Antihomotoxicologicos. La medicina ortomolecular es una terapia alternativa que recomienda el uso de cantidades de biomoléculas (vitaminas, por ejemplo) en cantidades altas. Es una terapia calificada por algunos como pseudociencia y que puede ser peligrosa si se utiliza sin la consulta y seguimiento de alguien cualificado. NO SE RECOMIENDA HACERLO POR SU PROPIA CUENTA A NADIE. Se ha demostrado su utilidad en pacientes con bajos niveles vitamínicos, pero no en todo tipo de personas. Las terapias antihomotoxicológicas (tambien denominados Terapias Bioenergéticas) son aquellas que utilizan medicamentos similares a la problemática del paciente en bajas cantidades. Se utilizan para estimular el sistema inmunológico de manera que éste se active y ayude en la lucha contra la enfermedad. Insistimos en que el seguimiento de estas terapias DEBE SER SIEMPRE SUPERVISADO POR UN PROFESIONAL DE LA MEDICINA.

Estos serían los pilares fundamentales sobre los que se asientan las terapias del Dr. Martí Bosch, pero no los únicos. Sabemos que también se vale de otras como la Ozonoterapia, la Biorresonancia o la Hipertermia. Cada paciente es un caso diferente y cada uno necesita unas cosas u otras. Es por eso que la automedicación o el hacer las cosas por uno mismo sin la consulta a especialistas, profesionales y personas cualificadas puede llegar a ser perjudicial para el propio paciente, y no es recomendable.

Poco a poco cada vez más oncólogos y universidades de medicina, estudian estos campos y los aplican. Aunque siempre existan voces contrarias, ya sea por intereses propios o por escepticismo, cada vez existen más pruebas y resultados que demuestran la utilidad de estas terapias. Sin olvidar que, en algunos casos, las terapias convencionales (Quimioterapia, Intervención quirúrgica, …) son necesarias en situaciones extremas.



TODO ORGANISMO ENFERMO ES UN ORGANISMO ACIDIFICADO Y/O DESNUTRIDO
La  inmensa  mayoría  de  las  llamadas  “enfermedades”  tienen  un  mismo  origen:  la acidificación del organismo y/o su desnutrición. Desde las patologías neurodegenerativas hasta  las  musculares  pasando  por  las  circulatorias,  las  respiratorias  o  las  digestivas. Cáncer incluido. Un organismo acidificado es un organismo enfermo. Un organismo con carencia  de  nutrientes  esenciales  es  un  organismo  que  no  puede  funcionar correctamente. Y ambas situaciones dan lugar a la inmensa mayoría de las patologías.

Que los médicos –convencionales o no– ignoren esto es lo que impide que logren ayudar a  sus  pacientes.  Pues  bien,  el  Dr.  Alberto  Martí  Bosch,  miembro  de  nuestro  Consejo Asesor  y  quien  cerró  a  finales  del  pasado  año  el  III  Congreso  Internacional  sobre Tratamientos  Complementarios  y  Alternativos  en  Cáncer  con  una  ponencia  cuyo  DVD recomendamos adquirir a todos nuestros lectores por su interés y carácter didáctico ya que es útil para cualquier enfermedad­ nos explica de forma tan sencilla como breve las causas a nivel biológico de la inmensa mayoría de las enfermedades y cómo afrontarlas.

La Medicina convencional ignora la causa o etiología de la inmensa mayoría de las llamadas “enfermedades”;  por  eso  dice  que  son  idiopáticas,  es  decir,  desconocidas.  La  verdad  sin embargo  es  que  sí  se  conocen  pero  no  se  les  explica  a  los  médicos  en  las  facultades  de Medicina.  En  Discovery  DSALUD  se  viene  de  hecho  denunciando  esto  desde  hace  años.

Pues bien, las principales las causas son, de forma resumida, las siguientes:
1)  Los  traumas  espirituales  ­es  decir,  de  conciencia­  y  psicoemocionales.  Sencillamente porque se somatizan. Que mis colegas no entiendan –porque no se les ha enseñado­ que muchas  patologías  tienen  ese  origen  impide  que  se  trate  ese  aspecto  y  el  enfermo  no  se recupere.
2)  Las  disfunciones  del  organismo  a  nivel  energético.  Los  seres  vivos  somos  seres electromagnéticos  y  nos  afecta  pues  el  mar  de  frecuencias  en  el  que  estamos  inmersos. Pueden dañar incluso el ADN. De ahí que tanto una tormenta eléctrica como vivir ceca de una torre de alta tensión o un trasformador o estar con el móvil pegado a una oreja o con el WiFi constantemente  emitiendo  radiofrecuencias  pueda  afectar  gravemente  a  nuestra  salud. Descompensando  nuestros  organismos  a  nivel  energético.  Por  eso  las  terapias  que reequilibran  el  cuerpo  energético  son  a  veces  tan  útiles.  Es  el  caso,  entre  otras,  de  la Acupuntura.
3) La intoxicación del organismo. Un organismo intoxicado es un organismo acidificado, es decir, con un pH muy bajo. Y en tales ocasiones el cuerpo no funciona bien.
4) La desnutrición. Hay cientos de millones de personas que comen a diario en abundancia y padecen  desnutrición.  Es  decir,  les  faltan  nutrientes  esenciales  para  la  vida.  Porque  no  se trata de cuánto se come sino de qué y cómo se come.

Dicho esto en este artículo vamos a centrarnos en explicar cómo afrontar estos dos últimos aspectos. Y voy a intentar hacerlo de la forma más sencilla y pragmática posible.

LA INTOXICACIÓN 
El  simple  hecho  de  vivir  genera  residuos  tóxicos.  Si  comemos  defecamos,  si  bebemos orinamos,  si  respiramos  generamos  CO2 ...  Y  todos  esos  residuos  tóxicos  deben  ser eliminados y reprocesados por el ecosistema a fin de que vuelvan a ser útiles en el ciclo de la vida. Bueno, pues a nivel celular ocurre lo mismo solo que nuestro organismo es como una gran pecera en la que viven las células. Recordemos que nuestro cuerpo está constituido por un 70% de agua y que ésta es salada (tiene 9,4 gramos de sal por litro de agua). Así pues somos  una  gran  pecera  móvil  de  agua  marina  en  la  que  viven  nuestras  células y es fundamental que dicha agua se mantenga perfectamente limpia, depurada y libre de toxinas así  como  de  agentes  patógenos:  virus,  bacterias,  parásitos,  metales  pesados,  sustancias químicas tóxicas...

Obviamente  nuestro  organismo,  como  el  de  cualquier  ser  vivo,  es  algo  formidable  y fascinante  con  unas  capacidades  de  autorregeneración  increíbles  pero  en  la  actualidad  el grado de contaminación del aire, del agua, de los alimentos, de la ropa y del medio ambiente en general es ya tal que con frecuencia hay que ayudarle. ¿Y cómo hacerlo? Pues primero hay  que  saber  cómo  funciona  para  poder  mantenerlo  limpio  y  libre  de  toxinas.  Y  para  ello vamos a centrarnos en el trabajo del Dr. Alfred Pishinger que fue el primero en explicarlo en su libro The Matrix and Matrix Regulation.

Como puede verse en el esquema el pulmón es el órgano responsable de enviar oxígeno al sistema  arterial  para  que  éste  lo  distribuya  por  todo  el  organismo  y  llegue  así  al  sistema celular. El tubo digestivo, por su parte, absorbe los alimentos, los envía a la sangre y a través de ella llegan al hígado para que éste los procese y los distribuya de nuevo a través de ella al sistema celular. De tal forma las células reciben el oxígeno y el alimento que necesitan.

Ahora  bien,  al  recibir  el  oxígeno  las  células  generan  anhídrido  carbónico  (CO2 )  ­también denominado  óxido  de  carbono,  dióxido  de  carbono  y  gas  carbónico ­del  que  hay  que deshacerse  porque  en  contacto  con  agua  se  trasforma  en  ácido  carbónico  el  cual  pasa  al plasma  intersticial,  luego  al  sistema  vascular  venoso  y  de  éste  al  pulmón  que  se  encarga finalmente de eliminarlo del organismo.

En cuanto a los nutrientes cuando la célula recibe grasas –sean de origen animal o vegetal– genera como  residuo  ácidos  grasos  que  pasan  al  plasma  intersticial  y  de  ahí  al  sistema vascular venoso el cual lo llevará hasta el hígado para ser excretado en forma de sal biliar o bilis. Y cuando recibe proteínas ­tanto de origen animal como vegetal­ lo que la célula genera como residuo es ácido úrico que pasa al plasma intersticial y de ahí al plasma vascular para luego llevarse al riñón y eliminarse del organismo en forma de orina.

Obviamente  los  restos  no  nutritivos  se  excretan  por  el  tubo  digestivo  en  forma  de  heces fecales.

Hasta aquí todo es obvio aunque nunca pensemos en ello y mucho menos en la importancia de que dichos órganos funcionen al 100%.

En suma, tal es de forma muy simplificada nuestro sistema de limpieza o drenaje. Solo que si éste falla el material tóxico de desecho empantana el espacio intersticial ­es decir, el espacio acuoso  que  baña  los  tejidos­  intoxicándolo.  Y  cuando  las  células  están  rodeadas  de  las propias  toxinas  que  han  generado  no  pueden  vivir  correctamente  ya  que  su  entorno  se vuelve  ácido  por  la  acumulación  de  ácido  carbónico,  ácidos  grasos  y  ácido  úrico.  Tres ácidos que son cáusticos y por tanto lo queman todo haciendo que las células se queden sin oxígeno y sin nutrientes. Y claro, sin oxígeno y sin nutrientes sólo pueden pasar dos cosas.
1) Que las células se mueran. Y en tal caso o se fibrosan o se enquistan. Es cuando aparecen los fibromas y los quistes.  Es  decir,  ésa  es  la  causa  de  los  fibromas mamarios,  los  fibromas  uterinos,  los  fibromas  prostáticos,  los  quistes  de  ovarios  y  los quistes  mamarios.  Salvo  que  esa  intoxicación/acidificación  tenga  lugar  en  los  tejidos centrales  porque  entonces  lo  que  aparecerá  es  fibrosis  pulmonar,  fibrosis  renal,  fibrosis hepática, quistes renales, quistes hepáticos o quistes pulmonares.

Ahora bien, esa intoxicación/acidificación puede darse a nivel del sistema nervioso central y entonces las células que morirán serán las neuronas. Y en tal caso...
...si mueren las células de la base del cerebro aparece el parkinson.
...si mueren las neuronas del sistema nervioso central surge el alzheimer.
...si el ataque ácido se genera sobre la mielina de los axones y de las dendritas aparecen las llamadas enfermedades desmielinizantes  –hay  “catalogadas”  17  o  18–  como  la  esclerosis múltiple o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Evidentemente  según  el  lugar  donde  empiezan  a  lesionarse  las  células  la  gravedad  de  la enfermedad será mayor o menor pero nunca deben los síntomas pasarse por alto ya que es un aviso serio de que algo por dentro va mal.

Lo singular de todo esto es que la mayoría de los médicos –especialistas incluidos– lo ignora. Por  eso  habitualmente  frente  a  los  fibromas  o  los  quistes  proponen  sólo  “vigilarlos”  o extirparlos sin más. No los relacionan con un proceso de acidosis metabólica que puede ser controlado y corregido.

Y cuando el proceso es más serio ­como en una fibrosis pulmonar o renal o una cirrosis­ y no se  detectan  gérmenes  responsables  o  alteraciones  genéticas  se  les  tilda  rápidamente  de origen  idiopático  –es  decir,  desconocido­  y  se  le  dice  al  enfermo  que  no  hay  tratamiento específico.

Lo mismo que si afectan al sistema nervioso periférico o central. Pues bien, es hora de que mis colegas y los enfermos entiendan que la causa primigenia de casi todas esas patologías es una acidosis metabólica. Y que lo hay que hacer en todos los casos es empezar desintoxicando/desacidificando a los enfermos.

2) Que las células sobrevivan. Supongo que el lector se preguntará cómo pueden sobrevivir células  en  medio  de  tal  estercolero  pero  he  de  decirle  que  hay  cuatro  mecanismos  de supervivencia posibles:
1)  Reteniendo  líquidos.  Es  decir,  lo  que  hace  la  célula  es  retener  agua  para  formar  una burbuja  acuosa  particular  donde  vivir  sin  contacto  con  el  medio  ácido  pero  conectada  al capilar  arterial a  fin  de  seguir  recibiendo  oxígeno  y  nutrientes.  Con  lo  que  sigue  liberando más  residuos  tóxicos  al  espacio  intersticial.  Obviamente  eso  hace  que  los  tejidos  terminen hinchándose  al  estar  llenos  de  líquido,  se  inflamen  y  la  persona  empiece  a  engordar  por acumulación  de  toxinas.  Son  los  casos  por  ejemplo  de  esas  personas  que  aunque  sigan dietas hídricas –es decir, que solo ingieren alimentos líquidos– engordan.
 2) Neutralizando  los  ácidos  mediante  su  conversión  en  sales.  Para  neutralizar  el  ácido úrico  –causa  de  problemas  como  la  artritis–  generando  urato sódico.  Y  para  neutralizar  el ácido  carbónico  generando  carbonato  cálcico.  Algo  para  lo  que  utiliza  los  minerales alcalinos. Entre ellos el calcio que el organismo tiene que obtener de los huesos (con lo que aparece osteoporosis). Además las sales pueden precipitar en los tejidos blandos y aparecer calcificaciones (por ejemplo en las mamas).
3) Drenando los ácidos a través de la piel y/o las mucosas. Lo cual puede ser la causa –depende del grado de acidez– de problemas como el acné, las dermatitis, los eccemas, la psoriasis...
4) Mutando. O sea, recuperando la posibilidad de automultiplicarse rápidamente. Y a eso se le llama cáncer. 

LAS PRINCIPALES FUENTES DE TOXINAS ACIDIFICANTES 
En  suma,  ante  cualquier  patología  debemos  evitar  intoxicar  el  organismo  para  que  no  se acidifique. Y si ya ha sucedido, proceder a desintoxicarlo a fondo. Sabiendo para ello que las principales fuentes de toxinas son:
  • la propia actividad metabólica del organismo.
  • algunos alimentos (el café, el alcohol, las grasas saturadas, el azúcar, los hidratos de carbono refinados...).
  • las sustancias químicas del entorno.
  • los fármacos.
  • los xenobióticos (palabra que define a toda sustancia no natural, es decir, sintética).
  • el estrés.
  • el tabaco.
  • las drogas.
En cuanto a los síntomas de sobrecarga tóxica son éstos:
  • Retención de líquidos.
  • Coloración amarilla de las escleróticas y ojos enrojecidos.
  • Pérdida de reflejos.
  • Cansancio.
  • Irritabilidad.
  • Insomnio / somnolencia.
  • Incremento del umbral del dolor.
  • Dispepsias.
  • Malas digestiones.
  • Gases.
  • Mal sabor de boca.
  • Lengua sucia saburral. 
DESINTOXIQUE EL ORGANISMO  
En  suma,  independientemente  de  la  patología  que  se  manifieste  todo  enfermo  debe depurarse ­es decir, desintoxicarse­ alcalinizándose. Y eso se logra mediante:
  • La ingesta diaria de al menos dos litros de agua mineral.
  • La eliminación en la dieta de todos los alimentos a los que sea sensible o intolerante (para  lo  cual  deberá  hacerse  un  test  de  intolerancia  alimentaria)  así  como  de  los acidificantes.
  • Un ayuno terapéutico controlado (el tiempo dependerá de su situación personal).
  • Una dieta depurativa.
  • Ejercicio  físico  diario  (lo  ideal  es  caminar  a  buen  paso  un  mínimo  de  cuarenta minutos diarios).
  • Dos o tres hidroterapias de colon (dejando pasar un mes entre ellas)
  • Baños de agua diarios con sal marina (2 kilos por bañera).
  • La ingesta abundante de frutas –siempre en ayunas–­ y verduras... pero ecológicas.
  • El consumo de plantas adecuadas según los casos sabiendo que –entre otras–­ son...
    • ...drenadores hepato­biliares la alcachofera, el diente de león, el cardo mariano y el boldo.
    • ...drenadores renales la cola de caballo, el té verde y la arenaria.
    • ...drenadores pulmonares el tomillo, el gordolobo y el llantén.
    • ...drenadores intestinales el aloe vera y las semillas de lino.
    • ...activadores del sistema inmune la equinácea, la sosa canina y el reishi.
    • ...sedantes del sistema nervioso la angélica, la valeriana y la flor de azahar.
Añadiré que son coadyuvantes útiles terapias como la Linfoterapia, el Par Biomagnético, la Acupuntura, la Homeopatía, la Oligoterapia, la Reflexoterapia, la Quiropráctica, la Osteopatía, la Psicoterapia, el Hidromasaje, los baños termales y los baños de vapor entre otras. 

DÉFICITS NUTRICIONALES 
Termino este breve texto explicando que hoy muchos vegetales y frutas carecen a menudo de los nutrientes que les son propios porque las tierras no se dejan suficientemente en barbecho y está  demostrado  que  la  carencia  de  algunas  sustancias  son  causa  de  muchas  de  las llamadas enfermedades. Sin olvidar que el abuso de alimentos refinados y la cocción a altas temperaturas son errores muy comunes que perjudican la salud.

Debe saberse asimismo que cuando un organismo está acidificado y se interponen radicales ácidos libres entre el capilar y la célula se empiezan a destruir nutrientes esenciales para ella por  ataque  ácido  directo  sobre  los  mismos.  De  ahí  la  importancia  de  que  paralelamente  al proceso de desintoxicación nos aseguremos de que al organismo no le faltan los nutrientes que  necesita  para  su  correcto  funcionamiento.  Algo  que  depende  de  cada  caso  y  no debemos generalizar. En cualquier caso esta revista lleva años dando pistas en la sección de Nutrición Ortomolecular–aunque  sin  especificar  dosis­  sobre  cuáles  son  los  nutrientes  más adecuados en cada patología– y el lector puede acceder a esa información a través de su web:
www.dsalud.com.

Dr. Alberto Martí Bosch

sábado, 22 de diciembre de 2012

Operaciones de falsa bandera para desarmar a la población estadounidense

El derecho a portar armas está establecido en la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, aprobada por el Congreso en 1789, y pasó a formar parte de la Carta Magna en 1791 cuando el estado de Virginia ratificó 10 de las enmiendas propuestas.

Desde entonces, se han dado discusiones políticas acerca de la interpretación de esta enmienda:
“Una Milicia bien regulada, siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho de las personas a portar armas, no debe ser infringido”. Segunda enmienda constitucional. Texto original en inglés..

Origen de la Segunda enmienda constitucional

La enmienda fue incluida como respuesta a discusiones respecto a si se debían mantener las armas en poder de la Milicia, una fuerza armada formada por los ciudadanos que combatieron al ejército británico en la Revolución Americana.

Desde la época de los primeros asentamientos británicos los colonos formaron grupos locales de soldados a tiempo parcial para defenderse de los indígenas o para garantizar el orden público y el cumplimiento de las leyes. Aunque en varios periodos estos grupos de civiles armados no fueron tan eficaces como las tropas británicas, aun así, siempre se mantuvo con orgullo el concepto del ciudadano soldado.

En la memoria histórica de la generación que fundó la nación, estaban grabados los abusos de las tropas británicas en las colonias y quedaba aún la preocupación por los enemigos en tiempos de paz.

Confiaban en las milicias como un medio de evitar abusos del gobierno, en momentos en que los diferentes estados se unificaban bajo un poder federal. Una milicia bien regulada era una fuerza disponible en caso de emergencia contra un poder superior, ya fuera este el mismo gobierno.

Algunos políticos no estaban de acuerdo en el papel de la Milicia. Entre ellos Alexander Hamilton, quien pensaba que el gobierno federal siempre tendría más recursos para un ejército de militares altamente entrenados, por encima de una milicia de civiles.

Pero otros vieron en el mantenimiento de las Milicias una garantía para el mantenimiento de las libertades civiles.

Publicado el 14 de diciembre 2012
Escrito por Kevin Barrett

Cuando algo increíblemente terrible ocurre en una de nuestras escuelas, como el reciente asesinato de 27 niños y profesores de la Escuela de Newtown, en Connecticut, los medios de comunicación siempre nos dice lo mismo: culpan al loco solitario. Pero la historia sugiere que muchas de las masacres en los patios de las escuelas, al igual que otros grandes actos de terrorismo interno, tienen una agenda mucho más siniestra.

El Sheriff Pat Sullivan, quien dirigió la investigación de la famosa matanza de Columbine, fue arrestado el año pasado y condenado por coaccionar a un niño para obtener favores sexuales a cambio de metanfetamina. Su sentencia, ridículamente corta, que cumplió en la cárcel que lleva su nombre, fue la de 'un tirón de orejas', nada más. Se rumorea que Sullivan es parte de una red de pedofilia en la línea de los Rastreadores de los Niños Perdidos (Finders of Lost Children) y la de los autores de los circulos de pedofilia del Escándalo Franklin.

Algunos miembros de la familia de las víctimas de la masacre de Columbine sospechan que el sheriff Sullivan estaba involucrado en una violación anal de los presuntos tiradores de Columbine. ¿Eran esos tiradores las víctimas de un abuso sexual y estaban bajo control mental?

Agentes de inteligencia y sus colegas psiquiatras han lavado el cerebro de "locos solitarios" para cometer asesinatos, por lo menos desde que el programa MK-Ultra de la CIA logró sus objetivos alrededor de 1960.

¿Por qué esas "redes de delincuentes" desea lavarles el cerebro a esos "candidatos manchurianos"para enviarlos a masacrar niños en las escuelas? Dejemos que uno de esos mismos terroristas responda a la pregunta.

¿Recuerdan la Operación Gladio?
El Pentágono, a través de la OTAN, organizó atentados con bombas y tiroteos en las calles de Europa. Cuando uno de los terroristas fue atrapado, explicó en su juicio:
"Había que atacar a civiles, a la gente, a mujeres, a niños, gente inocente, gente desconocida, alejada de cualquier partido político. La razón era muy simple. Se suponía que este terror obligaría a la gente, al público italiano, a recurrir al Estado para pedirle más seguridad "
Este testigo le explicó más tarde a la 'BBC' cúal era el propósito de la operación:
"Para crear tensión en el país que promoviera tendencias políticas conservadoras y reaccionarias".
Para más detalles sangrientos leer "La Masacre de Brabant".

Así que la respuesta a la pregunta de marras es realmente muy simple: ¿por qué aterrorizando a la población se abre la puerta indispensable para dar paso a políticos fascistas y autoritarios? (que es lo que la dictadura burguesa urgentemente necesita para poder controlar la creciente e incontenible demanda de justicia social)

La Operación Gladio nunca terminó. Está pasando todavía, aquí, en Estados Unidos.

Wade Michael Page, el "hombre con un tatuaje del 9/11" culpado por los disparos del templo Sikh de Wisconsin, resultó ser un especialista "psy-ops (operaciones psicológicas que utilizan los militares contra el enemigo)" del Ejército de EE.UU.

El "DC Sniper" -- Fuerzas Especiales el Ejército de los EE.UU-- que cambió su nombre por el de "Muhammad", justo a tiempo para ir a disparar al templo Sikh de Wisconsin, fue otra operación de 'falsa bandera' patrocinada por el gobierno.

Así que, cada vez que tiene lugar un acontecimiento como la masacre de Connecticut, es lo mismo que si nos dijesen desde la pantalla: ¡TENGA MIEDO, MUCHO MIEDO! Y es entonces cuando debemos gritar a los medios de comunicación que nos lavan el cerebro que se vayan al infierno, y unirnos con quienes destapan las operaciones terroristas de falsa bandera, para poder llegar a establecer las bases de un nuevo mundo en el que ya no puedan ejercer su oficio sangriento.





lunes, 17 de diciembre de 2012

El antiracismo como religión política. Racismo antiblanco


Los recientes acontecimientos en Italia, en que cientos de subsaharianos negros se manifestaron contra el asesinato de varios de su etnia por un militante de la extrema derecha blanca al grito de “¡Italianos racistas!”, demanda un esfuerzo de reflexión sobre un asunto extraordinariamente embrollado por los aparatos de propaganda del poder político, académico, mediático, partidista y económico, aunque en sí mismo es bastante simple y fácil.

            Uno de sus elementos más preocupantes es la persistencia del racismo antinegro al mismo tiempo que el ascenso vertiginoso del racismo antiblanco.

            La creencia de que existe un tipo de racismo y sólo uno, que se vincula con los fascismos, en particular con el nazismo y su fúnebre mito de la raza aria, no resiste la observación más simple. Por ejemplo, el Partido Pantera Negra, que logró un cierto predicamento en los años 60 del pasado siglo en EEUU, hoy desaparecido, era una formación cien por cien de ideología racista, para la que los blancos eran el mal, en bloque, y los negros, no menos en bloque, el bien.

            El racismo de los Pantera Negra fue admitido por casi todos, especialmente entre los blancos, porque venía envuelto en unos argumentos victimistas y acompañado de unos análisis históricos y actuales sin fundamentos objetivos, fabricados precisamente para mantenerlo.

            Su solución programática al muy real racismo antinegro, entonces bastante poderoso en ciertos ambientes de EEUU, era la “República negra”, esto es, la constitución de un Poder Negro en un territorio concreto, lo que llevaba aparejado realizar una labor de limpieza étnica contra los miembros de las otras razas, no sólo de la blanca. Esta aberración, copiada de los planes urdidos por los nazis para ser aplicados en ciertos territorios del Este europeo, fue admitida sin presentar críticas por millones de mujeres y hombres blancos, por dos razones. Una, que estaban abrumados por sentimientos de culpa prefabricados por el Estado y el capital. La otra que consideraban a las personas negras con criterios paternalistas, a través de una ideología condescendiente y prepotente, la de la “ayuda”, que les impedía tratarlas en pie de igualdad y no como niños, lo cual incluía el discrepar de ellas y presentarles críticas cuando fuese apropiado. El paternalismo es una forma de racismo. Eso significa que el vehemente “antirracismo” de millones de blancos era y es una forma peculiar de racismo.

            Lo cierto es que el Partido Pantera Negra fue tan racista como el Ku Klux Klan. Éste racista antinegro y aquél racista antiblanco.

            Otra desagradable expresión de racismo antiblanco, que ha afectado a millones de personas en todo el mundo, se dio con el ascenso político de B. Obama en EEUU, en los años 2008 y siguientes. Dado que Obama es negro, la prensa y los profesionales del “antirracismo”, tan generosamente financiados siempre por el par Estado-capital, en especial la progresía y las ONGs, promovieron una ola de simpatía sin precedentes hacia él: ¡le estaban juzgando por el color de su piel! La cosa fue tan tremenda que tales racistas se negaban en redondo a admitir que Obama, como cualquier otro ser humano, debía ser juzgado por sus actos exclusivamente, y no por sus rasgos étnicos, en sí mismos irrelevantes en un sentido u otro.

            El examen de los hechos indica que el racismo es un problema muy grave que va mucho más allá de una de sus concreciones, la que se dirige contra la gente negra y otras etnias “de color”. Hay muchas formas de racismo, por ejemplo, el de ciertos norteafricanos contra la gente negra, que tiene hoy en Libia una de sus expresiones más a lamentar, cuyo fundamento histórico es que ese país ha sido por siglos uno de los puntos clave de la trata de esclavos negros en el mundo islámico, activa (y en cierta medida, sigue siéndolo en algún área, como Mauritania) hasta hace muy poco, dada la pertinaz resistencia de las sociedades islámicas a abolir la esclavitud admitiendo la dignidad y valía sustantivas del ser humano sólo por serlo.

            Lo cierto es que, mientras el racismo antinegro está en regresión por todo el mundo, el racismo antiblanco, mantenido por algunos sectores de varones negros aquí y allá (en tanto que negocio particular sustentado en el victimismo), y sobre todo por blancos de ideas “radicales”, está en constante ascenso, sin que nadie se enfrente a él.        

            Explicar por qué muchas y muchos blancos son racistas antiblancos es algo bastante complejo. Lo cierto es que el “antirracismo” ha sido convertido en una religión política, para ser más exactos, en la más agresiva e irracional de las religiones políticas en curso, en relación con la cuestión de la inmigración pero también y sobre todo por motivos mucho más profundos y, desde luego, inconfesables, que se intentarán ir desvelando en este trabajo y en otros.

            En los sucesos de Italia hace unas semanas encontramos lo habitual, la inmensa mayoría de la población, blanca y no blanca, condena el racismo contra las personas negras, lo que es muy loable, pero nadie levanta su voz para censurar el racismo de algunos  individuos negros contra los blancos, porque acusar sin fundamento a otros de racismo, en particular a toda una comunidad humana sólo por el color de su piel, es una aflictiva forma de racismo.

            De lo que se trata es de negar y repudiar el racismo en todas sus formas, y no sólo en una, rechazando toda idea de superioridad o privilegios a favor de una raza, es más, negándose a otorgar al color de la piel y demás rasgos físicos externos, sean los que sean, ninguna significación de importancia.

            Las religiones políticas son formaciones ideológicas muy peculiares. Su discurso es simple, para poder repetirlo una y otra vez en la forma de propaganda y consignas, y se desentiende por completo de la cuestión de la verdad. No apelan a la reflexión sino a las emociones y los estados de ánimo más primarios. Quien discrepa es presentado como un ser diabólico, como un no-humano que puede y debe ser linchado. Negarse a comulgar con el sistema de creencias de la religión política de turno es presentado como un pecado más que nefando, algo del todo intolerable. Los adeptos se crean y mantienen por un colosal uso del terrorismo verbal, fomentando el pánico a divergir y por medio de la manipulación más inescrupulosa de las emociones, el victimismo sobre todo.

            En el mundo maniqueo y enloquecido propio de esta religión política se establece quien es el Bien, o Dios (en este caso la gente negra), y quien es el Mal, o Satán (las personas blancas), explicándose todo a través de la pretendida lucha eterna, o poco menos, entre las razas. Su verdadera meta es más prosaica: culpabilizar a gran escala y con enorme intensidad a las poblaciones mayoritarias, para lograr destruir psíquicamente al sujeto, haciéndole dócil y sumiso al poder constituido, más apto aún para ser humillado y explotado por el capital.

El Partido Panteras Negras no tuvo un programa revolucionario. Deseaba un Estado, negro, un capitalismo negro y, también, un patriarcado negro. Esto es, quería lo que tenía la sociedad blanca dominante, no se proponía superarla, únicamente imitarla. Le movió la envidia hacia los blancos, no el deseo de crear una sociedad mejor y superior. Nunca fueron un partido revolucionario, sólo racista antiblanco. Eso explica lo que uno de sus jefes, Eldridge Cleaver, cuenta en “Alma encadenada”. Sin pesar ni sentimientos de culpa, narra que en su juventud se divertía violando a mujeres blancas. Así de terrible era su racismo, así de inmundo y machista.

Esto era obvio pero casi nadie se atrevía a discrepar, en especial entre las y los blancos, al estar dominados por atroces y autodestructivos sentimientos de culpa y pesar inducidos, que una minoría de varones negros explotaban a placer para su beneficio particular. De los pocos que elevaron la voz contra el reformismo pro-sistema de los Panteras Negras fue T.J. Kaczynski, aunque no tocó el problema de fondo, el racismo antiblanco. Es a remarcar que éste es creído y difundido, sobre todo, por personas blancas, lo que es bastante esclarecedor.

Los Panteras Negras tuvieron un problema bastante grave con la misoginia. Dado que sólo estaban preocupados por una cuestión, el racismo antinegro, todo lo demás lo tomaban tal cual de su entorno político e ideológico, incluida la marginación de la mujer. Hubo muy pocas féminas en sus filas, como es comprensible. Las fotos en que ellos, varones negros, aparecen en poses pseudo-heroicas, con boina, fusil y chaquetón de cuero, lo que les daba un aire de machotes que repele, no ayudó a la integración de las mujeres en la lucha.

El racismo era tan grave en ellos que, al parecer, no admitían que personas blancas formasen parte del Partido.

Si Cleaver hubiese estudiado la historia probablemente habría puesto en cuestión sus perversas convicciones. La caza y esclavitud de personas negras con su posterior traslado a América, que se inició a finales del siglo XV, tiene una doble responsabilidad, blanca, sin duda, pero también negra. Eran las oligarquías africanas las que realizaban la primera parte del negocio, capturar esclavos y esclavas, por medio de operaciones bélicas muy sangrientas e inhumanas, y llevarles a los lugares de embarque en la costa de África occidental subsahariana. Allí estas desventuradas gentes eran vendidas a los negreros europeos, portugueses, españoles, holandeses, ingleses o franceses, por armas, alcohol, telas y baratijas.

Sin esas oligarquías negras la trata de esclavos negros no podría haberse realizado. Hasta bien entrado el siglo XIX los europeos no podían penetrar en África negra, debido a que no soportaban las condiciones medioambientales. Cuando lo intentaban morían todos, como sucedió con varias expediciones portuguesas que se atrevieron a marchar hacia el interior. Por eso la primera parte de la operación la hacían los poderes autóctonos, esto es, individuos negros, que usaban a sus coterráneos como mercancías para lograr abastecerse de los productos que les ofrecían los europeos.

Así pues, la responsabilidad de la esclavitud de las y los negros llevados a América se distribuye, mitad por mitad, entre negros y blancos. Si Cleaver deseaba protestar contra los que, hacía siglos, habían encadenado a sus ancestros tendría que haber dirigido su furia contra los habitantes de África tanto como contra los de Europa. Dicho de otro modo, la cuestión no era de razas sino de poder y de codicia. El victimismo, una vez más, carece de fundamentos en la realidad. Es sobre todo una ideología inducida con fines oscuros.

Quienes comenzaron la trata de esclavos fueron los musulmanes norteafricanos y europeos. Al-Andalus, ya desde el siglo IX, traía regularmente a la península Ibérica grandes contingentes de esclavos negros, una parte de los cuales para servir en el ejército regular andalusí. Se sabe que el famoso califa cordobés Abd al-Rahman III era un racista antinegro furibundo, que se recreaba torturando a las personas que tenían la piel tostada. En la batalla de las Navas de Tolosa, Jaén, en el año 1212, el gran jerarca de los almohades, Al Nasir, dirigió a sus tropas desde una tienda protegida por un multitudinario entramado de esclavos negros encadenados, armados con lanzas y atados a estacas. Este hecho muestra lo habitual que era el uso a gran escala de esclavos subsaharianos por los musulmanes de al-Andalus.

Fueron los portugueses los primeros europeos que aprendieron, a partir del siglo XIV, de los musulmanes las malas artes de la esclavitud, que en los pueblos libres del norte de la península Ibérica estaban olvidadas desde hacía siglos. Para fomentar la trata, crearon factorías en lugares estratégicos de la costa africana, adonde las élites negras de los territorios próximos les hacían llegar las caravanas de esclavos a permutar por bienes europeos. A continuación aquéllos eran cargados en barcos y llevados a América.

Ciertamente, en el Nuevo Continente eran sometidos a esclavitud por los blancos, lo que es espantoso. Pero no más espantoso que la esclavitud a gran escala impuesta por Roma en su tiempo, cuando millones de personas, blancas, eran encadenadas por las élites romanas, también blancas, sin que ello genere en el presente ninguna forma de victimismo. En al-Andalus los muy activos mercados de esclavos y esclavas de Córdoba, Almería y otras ciudades no traficaban con personas negras, salvo minoritariamente, sino con blancas, en particular con mujeres, cazadas cimitarra en mano en los territorios del norte (Cataluña, Vasconia, León, Galicia, Castilla, Aragón, etc.). Eran mercados para la compra-venta de, en primer lugar y sobre todo, mujeres blancas, destinadas a lugares más que terribles, los harenes islámicos de la cuenca mediterránea. Y esa situación se mantuvo durante siglos, desde el VIII al XIV ó XV, y debió de afectar a cientos de miles, y probablemente millones de féminas.

Sin embargo, todo eso no ha suscitado, ni de lejos, el muy virulento victimismo que en ciertos sectores, negros y blancos, ha ocasionado la trata de esclavos hacia América. Sería interesante saber por qué. Sea como fuere, no parece decente culpar a las personas de lo que hicieron sus antepasados, y menos aún servirse de tales mañas ni para fines políticos ni para el lucro particular.

Las personas negras han sido y son víctimas de otras igualmente negras quizá en la misma proporción que de la gente blanca. Recordemos el caso de hutus y tutsis en los años 90 del siglo XX, en lo que fue una de las mayores carnicerías de la historia de la humanidad, pues casi un millón de personas negras africanas resultaron asesinadas por otras, también negras. En realidad, cosas terribles pasan en lo más profundo del África negra casi a diario, y en ellas el racismo de los blancos tiene poco o nada que ver. Es más bien el racismo de los negros el que suele contar, como en el caso de hutus y tutsis, que se despreciaban racialmente los unos a los otros.

EL CAPITALISMO DE EEUU PREFIERE AL HOMBRE NEGRO OBAMA FRENTE AL HOMBRE BLANCO ROMNEY



Las recientes elecciones presidenciales en EEUU han enseñado mucho sobre cómo está en ese país la cuestión racial.

Obama ha ganado porque tiene el apoyo del capitalismo de EEUU, además del respaldo del Estado, en particular del ejército. Eso se ha manifestado en que las donaciones millonarias que ha recibido para financiar su campaña han sido bastante superiores a las que han llegado a la caja de su rival blanco, lo que ya sucedió hace cuatro años. Obama, además, ha triunfado en ocho de los diez distritos electorales con renta por persona más elevada, lo que indica que las élites empresariales, negras y blancas, han votado en masa por el candidato “de color”. Crear un capitalismo negro ha sido y es la meta real, hoy ya alcanzada, de casi todos los movimientos contra el racismo, comenzando por el Partido Panteras Negras. 

En suma, el sistema capitalista manifiesta con hechos que un presidente negro es el que mejor representa y defiende sus intereses. 

Al mismo tiempo, de estas elecciones ha salido un Congreso en que los varones blancos son minoría, por primera vez en la historia de EEUU. A esto se une que 2011 fue el primer año en que nacieron más personas no blancas que blancas. Desde luego, ese Congreso en el que los hombres blancos son minoritarios gestionará los intereses del capitalismo USA tan bien o mejor que los anteriores, en los que aquéllos estaban en mayoría. Dicho de otro modo, también en EEUU el capitalismo se está desplazando desde los blancos a las otras etnias, haciéndose capitalismo negro, hispano, indígena, asiático-americano, etc.

Hoy, como se dijo, existe una burguesía negra muy poderosa, que está en todas las ramas de la producción y los negocios, siendo de esa etnia una parte sustantiva de los nuevos multimillonarios de EEUU. Su número, poder y riqueza crecen además de manera rápida. Tales explotan indistintamente a blancos y a negros.

Pero no es sólo el capitalismo el que prefiere al hombre negro Obama. Las asociaciones para la defensa de la libertad política y civil en EEUU han aportado datos mostrando que la instauración del Estado policial ha progresado más con Obama que con su predecesor, el “fascista” Bush. Pero las protestas en la calle han sido muy inferiores, cuando no inexistentes. Casi todos calificaron de “fascista” a Bush pero nadie hace lo mismo con Obama, pues el tabú racista de que un negro no puede ser “fascista”, ni represor, ni imperialista, ni en realidad nada malo o negativo, se mantiene intacto.

Que Obama sea juzgado (en este caso muy favorablemente) por el color de su piel y no por sus actos manifiesta hasta qué punto es poderoso y activo el racismo en EEUU y en todo el mundo, ahora en la forma de racismo anti-blanco. Un negro puede hacer cosas que un blanco no podría, pues al primero se le tolera casi todo: así de contundente es el nuevo racismo. Eso se comprobó en la agresión a Libia, en 2011, acción de guerra injusta que apenas suscitó protestas en la calle, en buena medida debido a que era ordenada por un hombre negro, Obama. De haberla realizado un hombre blanco las calles habrían ardido, lo que pone en evidencia a quién beneficia el racismo pro-negro. Si Bush intervino en Irak y Afganistán, Obama, además de mantener tales operaciones (sobre todo la segunda), agredió a Libia, Yemen y, de forma encubierta, a Siria. Pero, se ha de repetir, no hay movilizaciones contra tales guerras…

Por eso los cuerpos policiales en EEUU tienen cada vez más mujeres y hombres negros, etnia que está en ellos sobre-representada, pues éstos reprimen a la gente de todas las razas, también a los negros, con mucha más eficacia que los blancos, al ser juzgados favorablemente por el color de su piel.

De seguir tal tendencia, se avanza hacia un Estado policial en el cual las personas de raza negra desempeñarán una función decisiva en la represión de las clases populares de todas las razas, incluida la suya, conforme a los intereses del capitalismo de EEUU. Hoy cada vez más se observa en ese país que son policías negros, hombres y cada vez más féminas, los que reprimen a trabajadores, estudiantes, mujeres, etc. negros. En unos pocos años esto se hará tan generalizado y evidente que el discurso “antirracista” mantenido hasta el presente se hará indefendible por obsoleto y reaccionario. En tal situación ya sólo habrá personas a un lado y al otro de las barricadas, sin que importe el color de su piel, con negros combativos y negros reaccionarios. Eso cerrará un ciclo histórico, el iniciado con la abolición de la esclavitud y el inicio de la lucha contra el racismo, que al final ha degenerado en la emergencia de un nuevo racismo, el anti-blanco.

Lo mismo puede decirse del ejército, reorganizado y dotado de doctrina militar tras su derrota en Vietnam por un hombre negro, el general Colin Powell. La presencia y peso de mandos y oficiales negros en la máquina bélica del imperialismo norteamericano es ya importante, y es además creciente. 

Todos esto manifiesta que el racismo anti-blanco que practican, propagandizan e imponen las ONGs, la izquierda, el progresismo y toda la “radicalidad” en general es idéntico al racismo político que ahora preconiza el gran capital de EEUU, según el cual le es hoy mucho más útil servirse de personas negras para engañar al pueblo con la politiquería, reprimirle con la policía e intimidarle con el ejército.

A quienes de buena fe creen en el racismo anti-blanco y por tanto otorgan privilegios a la gente negra, sean del tipo que sean, o la victimizan, o la tienen por sujetos de derechos pero no de deberes, u opinan que deben ser “compensados” por unos pretendidos o reales sufrimientos del pasado, o creen que forman la nueva “raza superior”, se les ha de invitar a que actualicen sus ideas a la luz de la situación del presente, muy diferente a la de los años 50 a 70 del siglo pasado. Los primordiales cambios introducidos por Stanley R. Resor, máxima autoridad política y administrativa del ejército de EEUU entre 1965 y 1971, no pueden ser olvidados, pero el “anti-racismo” neo-racista en boga ignora todo esto, pretendiendo que las cosas son como antes de 1965, que nada ha cambiado, ¡incluso si el presidente de EEUU es negro en una segunda reelección! Se ha de insistir: quienes deseen tener una posición apropiada, objetiva, en esta cuestión deben actualizar su información, estudiando cómo es ahora la situación, no como era en el pasado.

En efecto, en las actuales condiciones las élites del poder de EEUU se están valiendo del racismo anti-blanco, o pro-negro, para cumplir sus fines estratégicos, políticos, económicos y militares. Es necesario, pues, comprender los enormes cambios que se están dando en EEUU (y en todo el mundo) en esta cuestión. Abordar la realidad de hoy con ideas o formulaciones de hace medio siglo, conviene decirlo una vez más, no es apropiado, pero es lo que hacen muchos, que al denunciar el “racismo”, esto es, sólo el racismo anti-negro y no todas las formas de racismo, en realidad llevan el agua al molino del capitalismo, el militarismo y el imperialismo de EEUU.

En EEUU lejos de amainar el racismo es hoy más poderoso que antaño, si bien se ha hecho complejo y variado. El Estado clasifica hoy más que nunca a las personas por su raza, de tal manera que la calificación racial está por encima de la categoría decisiva, la de ser humano. Con un furor como jamás anteriormente se juzga a las personas por el color de su piel en vez de por sus actos, adoctrinando a la población para que mire desfavorablemente a los blancos, supuestamente “racistas”, y favorablemente a los negros, pretendidamente “antirracistas”. De ahí ha salido el fenómeno Obama, que está proporcionando éxitos y beneficios impresionantes al gran capital yanqui.

El asunto es tan obvio que también el gran capital español ha apostado por Obama, como ha puesto de manifiesto la prensa económica más leída, al presentar a aquél como más conveniente para los intereses de los grandes empresarios de aquí, mientras se distanciaba de Romney, a menudo rechazado simplemente por ser blanco, igual que su rival es preferido simplemente por ser negro. Esto hace que la izquierda “anti-racista” coincida, una vez más, con las propuestas de la clase empresarial.

La solución es denunciar el racismo en todas sus formas, y no solamente en una, proponiendo que lo decisivo es la categoría de ser humano y preconizando que las personas sean valoradas por sus actos, y no por el color de su piel, ni para bien ni para mal. Nadie puede ser excluido por su raza y nadie puede ser premiado o privilegiado por su raza. Toda forma de otorgar privilegios por la etnia es racismo. Toda desigualdad ligada al color de la piel es racismo, de manera que la discriminación positiva es igualmente racismo. Y quienes niegan que el racismo anti-blanco sea la forma superior y más peligrosa de racismo en la hora presente, como muestra el caso de Obama, o es que no comprenden lo que está sucediendo, o es que son agentes financiados por el Estado-capital (por ejemplo, casi todas las ONGs), o es que son unos racistas encallecidos.

Todos los racistas pero sobre todo los anti-blancos están, además, preparando una maniobra de enorme significación para el sistema de dominación, a saber, un gran enfrentamiento civil entre razas, para con él dividir al pueblo de forma duradera, debilitándolo de forma estructural, por tanto estratégica. Tal operación culminará cuando la crisis del orden constituido alcance proporciones descomunales, y contribuirá de manera decisiva a su superación conforme a los intereses de las poderhabientes.

Todos los que se dedican a dividir al pueblo, sea con el “anti-racismo”, sea con “las cuestiones de género”, sea como la “orientación sexual”, son los agentes más destacados del capitalismo, y por eso son ahora los mejor pagados. En todos los países el Estado, los poderes mediáticos, las universidades y las Fundaciones de las grandes empresas destinan sumas fabulosas a mantener a los y las agentes del enfrentamiento y la división.

martes, 11 de diciembre de 2012

Farmafia


Desde que existen los seres humanos, e incluso desde antes de producirse la hominización, se han servido de las plantas para aliviar sus dolencias y curar sus enfermedades. A esa práctica se la denomina fitoterapia.
        
Claudio Galeno, el médico por antonomasia, se valía de preparados con hierbas, frutos, raíces, cortezas y hojas, tratados de variadas maneras, para curar. Dicho sea de paso, dice mucho de la inteligencia de Galeno que fuera un adversario acérrimo de las funestas doctrinas epicúreas. También Hipócrates utilizaba sus formidables conocimientos de las plantas para combatir las dolencias.
        
Con el desarrollo de la química y la puesta a punto de la llamada “ciencia médica” todo ese saber fue empujado fuera del ámbito de las prácticas curativas, tachándosele de “supersticioso” e “ineficaz”, cuando no de curanderismo. En no pocas ocasiones se ejerció y ejerce la represión por medio de leyes y normas legales contra quienes persistían en usar la sabiduría popular y los productos de la naturaleza para curarse y curar a sus iguales.
        
La razón de todo ello fue y es doble. Por un lado, el pueblo debía ser aculturado, para hacerle dependiente de la medicina oficial, alopática, de tal modo que la enfermedad se hiciera causa de acumulación de capital, bien con la medicina privada o bien con la medicina “pública” oficial, no menos mercantilista que la primera, pues de ella se sirve el Estado para llenar sus arcas con los pagos obligatorios que se han de hacer a la Seguridad Social. En un segundo momento, el ente estatal enriquece a las empresas farmacéuticas, las grandes beneficiarias del régimen del Estado de bienestar.
        
Por otro, todo el saber popular tenía que ser destruido. Sólo los sabios, los expertos podían curar. El médico, o profesional de la medicina, fue investido de poderes colosales, que son los que hoy tiene. Con ellos maneja a sus pacientes como si fueran cosas, les obliga a delegar en él/ella la tarea del cuidado de la propia salud, convirtiendo la relación médico/paciente en un vínculo de subordinación anímica del segundo al primero. Con todo eso se avanza mucho en la enajenación y cosificación del sujeto, lo que le hace más dependiente, infantilizado, sometido, ininteligente, irresponsable, acobardado y servil. No hace falta decir que esto NO es una crítica a los médicos, muchos de ellos personas ejemplares y abnegadas en grado superlativo, sino al sistema, a la estructura, al orden constituido en este terreno.
        
Todo esto comenzó con el anuncio institucional de que la fitoterapia era una superchería inútil, cuando no perniciosa, y que sólo las medicinas químicas, producidas en la gran industria capitalista, resultaban eficaces contra las enfermedades.
        
Dado que las plantas que curan están por todas partes, al alcance de cualquiera, no podía mercantilizarse la medicina sin hacer proceder los remedios curativos de una fuente que fuera propiedad privada, la industria química, por ella misma y por su sección especializada, la industria farmacéutica. En efecto, si los remedios se elaboran con corteza de aliso, bayas y flores de saúco, cola de caballo, llantén, ajenjo, lirios, ruda, hortensia, hojas de nogal, bayas de espino blanco, valeriana y tantos otros productos vegetales, en ese caso no hay mercantilización posible.
        
Es verdad que ahora sí la hay pues la vida en las ciudades hace difícil e incluso imposible lograr tales plantas, pero eso es un componente negativo más de una sociedad basada en las megalópolis. Viviendo en pequeñas poblaciones una buena parte o todas de las plantar curativas, así como de las comestibles no cultivadas, están literalmente al alcance de la mano. Los herbolarios son algo tan de las ciudades como el asfalto, el automóvil, la soledad, la amoralidad y el hormigón.
         
Tratado de Fitoterapia Superior
Fermín Cabal 2008
El libro comentado señala que la medicina química y tecnológica hoy en uso (sí, esa que con tanto ardor defiende cierta izquierda, que la califica de “conquista popular” con gran contento de la industria farmacéutica) causa hasta el 70% de las enfermedades, para las que señala, por tanto, causas iatrogénicas. Advierte que si se usara la fitoterapia muchas de tales dolencias no existirían. Cierto, aunque quizá aquel porcentaje es demasiado elevado.
        
Ciertamente, la eficacia e inocuidad de un parte de los tratamientos de la fitoterapia están, a mi entender, por probar. No se puede tener una posición crédula y acrítica sobre nada, pero eso no niega que muchos de los preparados de herboristería sean eficaces, más que los de la medicina ortodoxa, estatal. Al mismo tiempo, no debe descartarse a priori todo que la medicina alopática preconice, defienda y haga.
        
Por otro lado, no se puede olvidar que hay plantas venenosas, e incluso mortales[1]. Una parte de las curativas lo pueden ser si la dosis es excesiva o se administran inadecuadamente. En consecuencia, hay que buscar el equilibro entre todos los aspectos, actuar de un modo experiencial, no dejarse llevar por filias o fobias apriorísticas y buscar en todo lo razonable.
        
Sin duda, la recuperación de una medicina sustentada en buena medida en las propiedades medicinales de la flora será un gran logro.



[1] Una introducción a este asunto es el libro “Frutos silvestres comestibles y venenosos”, Manuel Durruti. Que todo lo natural es “bueno” es una majadería. Por ejemplo, las bayas de una planta tan común y omnipresente como el aligustre son bastante venenosas, lo mismo que los del arraclán. Los frutos del aro macho, tan espectaculares, son muy tóxicos. Los de la belladona, si no se usan con mucho cuidado, suelen ser mortales, quitando la vida por asfixia a quienes los ingieren, una forma horripilante de morir. Los del bonetero, que parece que nos están invitando a ser comidos, con su atractivo color rojo vinoso, matan a una persona que se trague unos pocos de ellos. Para terminar, es la observación y la experiencia, y no los dogmatismos o creencias de un tipo u otro, los que deben guiar nuestro actos en todo.



La mafia farmacéutica. Peor el remedio que la enfermedad

05/03/07 Por Carlos Machado

El mercado farmacéutico mueve unos 200.000 millones de dólares al año. Un monto superior a las ganancias que brindan la venta de armas. Por cada dólar invertido en la fabricación de un medicamento se obtienen mil en el mercado. Este mercado, además, es uno de los más monopolizados del planeta, ya que sólo 25 corporaciones copan el 50 por ciento del total de ventas.

El mercado farmacéutico mueve unos 200.000 millones de dólares al año. Un monto superior a las ganancias que brindan la venta de armas o las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en la fabricación de un medicamento se obtienen mil en el mercado. Y las multinacionales farmacéuticas saben que se mueven en un terreno de juego seguro: si alguien necesita una medicina, no va a escatimar dinero para comprarla. Este mercado, además, es uno de los más monopolizados del planeta, ya que sólo 25 corporaciones copan el 50 por ciento del total de ventas. De ellas, las seis principales compañías del sector –Bayer, Novartis, Merck, Pfizer, Roche y Glaxo- suman anualmente miles de millones de dólares de ganancias, a lo que hay que añadir más todavía, dado que todos los grandes grupos farmacéuticos son también potencias de las industrias química, biotecnológica o agroquímica. Todo ello, y su imparable avidez por seguir haciendo dinero y creciendo cual un parásito destructivo, hace que las multinacionales del sector, haciendo gala de una total impunidad, se desentiendan de su verdadero cometido, la salud, y no reparen en aplastar a competidores menores, atacar a gobiernos débiles que intenten enfrentarlas y, lo que es peor, mantener precios prohibitivos para las poblaciones de escasos recursos y a la vez fabricar productos que en muchísimos casos terminan envenenando a los eventuales pacientes.
Sobrados ejemplos hay en ese sentido. Uno de ellos tuvo como protagonista a Merck, uno de los gigantes farmacéuticos que se vio obligado a retirar del mercado a una de sus estrellas, el antiinflamatorio Vioxx (rofexocib), cuya venta le reportaba 2.500 millones de dólares al año. Pero hasta que Merck retiró ese medicamento fue demasiada la sordera, la negligencia y la falta de ética frente a las constantes advertencias sobre los riesgos cardiovasculares que producía. Actualmente, ese fármaco podría causarle a Merck muchas más pérdidas que su retiro de las ventas. En Estados Unidos, la compañía fue declarada responsable de la muerte de Robert Ernst y obligada a pagarle a su viuda 253,4 millones de dólares, pero se encuentran pendientes de resolución unas 5.000 denuncias, y puede suceder que la compañía farmacéutica tenga que desprenderse finalmente de entre 18.000 y 50.000 millones de dólares. Sin embargo no sólo Merck fue el responsable de la negligencia, sino que un organismo como la Agencia para las Drogas y los Alimentos (FDA-Foods and Drugs Agency), el ente gubernamental norteamericano que supuestamente debe velar por la salud y la alimentación de los contribuyentes, también es corresponsable.

Desde el año 2002 se sabía que el Vioxx aumentaba la posibilidad de generar infartos al corazón o problemas similares, por lo que corrieron las sospechas: ¿apoyó Merck algunos trabajos o investigaciones de la FDA, o hubo algún tipo de contraprestación o, si se prefiere, de “coimas”?. Nada de ello resultaría extraño, si nos atenemos a los antecedentes de la FDA en el juego de intereses con que son favorecidos los grandes grupos químico-farmacéuticos, y de los que nos ocupamos en notas anteriores. Lo cierto es que Merck no retiró al Vioxx del mercado hasta el año 2004, un retraso inexplicable ya que eran demasiadas las evidencias de múltiples efectos cardiovasculares adversos del fármaco, y una falta de respuesta rápida incomprensible en una compañía fundada hace 340 años.

La conclusión no es tan difícil: las ventas del producto fueron más importantes que sus efectos adversos.

Hipocráticos hipócritas

Hace tiempo que es vox pópuli el hecho de que los laboratorios acosan a los médicos para que éstos receten con exclusividad sus productos. Un acoso nada incómodo para los profesionales de la salud, ya que por aceptarlo se llevan no pocos beneficios. Lamentablemente hoy en día son una gran mayoría los médicos que de buen grado se dejan caer en las redes de este soborno. Incluso puede observarse, cuando alguien va a atenderse a un consultorio, de qué manera los doctores dejan de lado por varios minutos la atención a sus pacientes para dar preferencia a la recepción, en medio de los turnos, de trajeados visitadores médicos llevando en las valijas no sólo sus promociones, sino también los regalitos de rigor. Un caso de este tipo, y a gran escala, explotó con ribetes de escándalo en Italia, y la autoría del soborno en cuestión correspondió a otra de las grandes multinacionales farmacéuticas.

Luego de un trabajo que le llevó dos años, la Fiscalía de Verona hizo pública hace unos dos años una investigación que sacó a la luz lo que en ese país también era un secreto a voces: médicos que reciben regalos y sumas de dinero de una multinacional farmacéutica a cambio de recetar sus productos. La acusación apuntó, con nombres y apellidos, nada menos que a 4.400 médicos de toda Italia y a 273 dirigentes y empleados del grupo británico Glaxo Smith Kline (GSK), uno de los líderes mundiales del sector, cuya sede italiana se encuentra precisamente en Verona. Las prácticas en cuestión se llevaron a cabo en el período 1999-2002, y las acusaciones van de soborno y corrupción a asociación delictiva en el caso de algunos dirigentes de Glaxo en Italia.

La investigación se originó en la región del Véneto, cuando la Policía Fiscal descubrió en la contabilidad de la compañía una cantidad exagerada, de alrededor de 100 millones de euros, destinada a “promoción”. La Fiscalía acusó a Glaxo de haber desembolsado un millón de euros anuales para que los médicos prescribieran determinados fármacos y se atuvieran al catálogo de la compañía. De acuerdo a lo explicado por la policía italiana, todo el sistema de “comisiones” y regalos era controlado por un sistema informático conocido con la clave “Giove”, en el que era registrado el rendimiento de cada médico y en base a ello se establecía la importancia del premio.

Los métodos de captación de los profesionales utilizados por Glaxo incluían viajes a lugares paradisíacos, relojes de oro, computadoras personales y dinero en efectivo. En algunas conversaciones telefónicas interceptadas por los investigadores en 2003, algunos vendedores de Glaxo se jactaban del aumento en las ventas logrado gracias a los sobornos. Por su parte, los fiscales informaron que la firma cuidaba a los facultativos en todos los niveles, desde la medicina general -2.579 profesionales denunciados- con obsequios de computadoras, reproductores de DVD o cámaras fotográficas, hasta los especialistas, con 1.738 acusados que recibían obsequios aún más valiosos como viajes, financiación de congresos y elementos de alta tecnología.

Asimismo hubo un grupo de 60 médicos investigados, adscriptos a servicios de oncología, que participaron en un programa denominado Hycantim, un producto para el tratamiento de tumores. Según las acusaciones, esos médicos recibían incentivos por cada paciente al que le prescribían ese fármaco. Uno de los fiscales señaló, al referirse a los ejecutivos de la compañía y el precio del producto: “Para esta gente, cada enfermo valía 4.000 euros. Daba igual si el medicamento era bueno o no, lo importante era tener el mayor número de pacientes”.

Una buena muestra de que la codicia de la industria farmacéutica ha convertido la enfermedad en un negocio. En el caso antes apuntado, contando con la complicidad de médicos que ningún favor le hacen a su otrora noble profesión, manchando el juramento de Hipócrates y convirtiéndolo en un código de hipócritas.

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