Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 2 de julio de 2016

La nueva estrategia norteamericana de Zbigniew Brzezinski hacia Rusia y China


brzezinski_kleinschmidt_msc2014El famoso politólogo estadounidense Zbigniew Brzezinski, una vez más asusta a la humanidad al decir que con "el fin del papel global de Estados Unidos... lo más probable será el caos mundial". Para evitar esto, el defensor de la hegemonía norteamericana de los Estados Unidos sugirió un Realineamieno global. Ese es el nombre de su artículo en la revista The American Interest. Así que, ¿cuál es el interés norteamericano según Brzezinski?


Para resumirlo brevemente, el contenido del artículo de Brzezinski se reduce a dos tesis:

1) Los Estados Unidos ya no son una potencia imperial mundial.
2) Como se ha mencionado anteriormente, el probable caos como resultado del colapso de la hegemonía imperial estadounidense. A fin de que los Estados Unidos mantengan su poder, Brzezinski ofrece varias recetas:

a) Hacer trabajar a los principales rivales geopolíticos de Norteamérica - Rusia y China - en pro de los intereses de EEUU. Esto supone aprovechar la crisis en el Medio Oriente como fuente de supuestas amenazas comunes para las tres potencias.
"Estados Unidos sólo puede ser eficaz en el tratamiento de la actual violencia en el Medio Oriente si se forja una coalición que implique, en mayor o menor grado, también a Rusia y China".
"La perspectiva política para China en un futuro próximo es llegar a ser el principal socio de Estados Unidos en la contención del caos global, del tipo que se está extendiendo hacia el exterior (incluyendo al noreste) desde el Medio Oriente. Si no se contiene, contaminará el sur de Rusia y los territorios del Este, así como las partes occidentales de China".
b) Hacer trabajar al mundo islámico hacia los intereses de Estados Unidos. Para ello, una vez más Brzezinski recuerda su doctrina del "despertar democrático mundial", que justifica la participación de los Estados Unidos en la primavera árabe. El quid de la cuestión es simple: utilizar las fuerzas anti-estadounidenses para fortalecer la dominación de Estados Unidos a través de los diversos mecanismos de influencia e infiltración directa. Brzezinski afirma que debe prestarse especial atención al hecho de centrarse en las masas del mundo no occidental recién despertadas políticamente, y esto sólo puede entenderse en el contexto de su teoría del despertar democrático mundial. La aparición del ISIS en el mundo islámico, y antes las revoluciones de colores de los Hermanos Musulmanes, puede ser considerada como la aplicación práctica de esta estrategia particular. Estas fuerzas "sorprendentemente" crean problemas para todos, excepto para los Estados Unidos.

c) Mantener la presencia militar de Estados Unidos en el Medio Oriente por cualquier medio. El texto afirma que esto es crucial para los Estados Unidos, ya que la retirada de inmediato desencadenaría el colapso de la hegemonía estadounidense:
"Una retirada integral de Estados Unidos del mundo musulmán favorecida por los aislacionistas domésticos, podría dar lugar a nuevas guerras (por ejemplo, Israel vs. Irán, Arabia Saudita vs. Irán, una mayor intervención egipcia en Libia) y generaría una crisis de confianza aún más profunda en el papel estabilizador a nivel mundial de los Estados Unidos. En diferentes maneras impredecibles, pero dramáticamente, Rusia y China podrían ser los beneficiarios geopolíticos de tal desarrollo, incluso aunque el orden global en sí mismo se convierta en la víctima geopolítica más inmediata. Por último, pero no menos importante, en tales circunstancias, una dividida y temerosa Europa vería a sus estados miembros actuales en busca de patrones y competir con otros en los acuerdos alternativos, pero separados, entre el trío más poderoso".
En otras palabras, Brzezinski ofrece la siguiente estrategia, donde el Oriente Medio está jugando un papel clave:
1. Fomentar el caos y la guerra en la región, apoyándose en la fuerza del "despertar democrático global".
2. Declarar la guerra contra el terrorismo y trasladar la carga a Rusia y China, aprovechándolos en un conflicto sin esperanza en la región.
3. Mantener o incluso aumentar su presencia militar bajo el pretexto de preservar la estabilidad en el Oriente Medio.
Por supuesto, todo esto está enmascarado en las tesis de la lucha contra el terrorismo y en prestar atención al sufrimiento de los musulmanes y de los habitantes del Tercer Mundo en general, y en que los principales actores de la crisis en el tablero del Medio Oriente de Eurasia - Rusia, China, Irán, Turquía, Israel, Egipto, Europa y Arabia Saudita - están invitados a participar en ella. El pretexto es que todos están interesados ​​en la resolución del conflicto, pero en realidad eso sólo conducirá a un conflicto de intereses y a aumentar el caos.

"La amenaza global del terrorismo islámico" no es una "amenaza" per se. Los EE.UU. resultaron gravemente golpeados por el islamismo sólo una vez en su historia, el 11 de septiembre de 2001. En los EE.UU., los musulmanes representan aproximadamente el 1% de todos los ciudadanos, a diferencia de las poblaciones de varios millones de musulmanes de Rusia y China. Y, a diferencia de estos dos países, no hay ninguna región en los EE.UU., donde pueda emerger la amenaza del separatismo islamista.

Los EE.UU. están separados de la región en conflicto por el Océano Atlántico. Por lo tanto, los EE.UU. pueden permitirse el lujo de jugar en dos mesas a la vez: apoyar de forma encubierta a los extremistas y combatir el terrorismo, aprovechando a Rusia y China en el conflicto y, posteriormente, debilitando al mundo islámico también.

Norteamérica espera utilizar a los extremistas islámicos cultivados por Estados Unidos para volver a comprometer a Rusia en su órbita, como se ha señalado, probablemente una Rusia post-Putin. Será la amenaza del islamismo lo que se utilizará para involucrar a Rusia en un sistema norteamericanocéntrico. Brzezinski declaró abiertamente que esta estrategia pro-occidental confía en el nacionalismo ruso, o en la transición de Rusia desde la ideología bizantina imperial expansionista al concepto de estados rusos nacionales burgueses europeos como parte del mundo occidental:
"El propio futuro de Rusia depende de su capacidad de convertirse en un Estado-nación importante e influyente, que sea parte de una Europa unificada".
Es significativo que Brzezinski, de acuerdo con la tradición geopolítica clásica, considera a Rusia el principal enemigo de Estados Unidos, y no a China:
"Y es por eso que incumbe a los Estados Unidos modelar una política en la que al menos uno de los dos estados potencialmente amenazantes se convierta en un socio en la búsqueda de la estabilidad regional y luego global, y por lo tanto en la contención del menos predecible, pero potencialmente más probable rival para extenderse. En la actualidad, es más probable que el que se extienda demasiado es Rusia, pero en el largo plazo podría ser China ".
El análisis de Brzezinski se basa en una manipulación de los hechos y en simples mentiras, diseñadas para ocultar los bordes ásperos de su visión.

En primer lugar, está absolutamente equivocado cuando evalúa la posición de Rusia. Desde el punto de vista de Brzezinski, este país está en la última fase convulsiva de su involución imperial. Mientras tanto, Rusia se reunificó con Crimea en 2014, y antes, en 2008, llevó a cabo una exitosa campaña militar en Georgia. En 2015-2016, por primera vez desde el colapso de la URSS, Rusia lanzó una campaña militar en el extranjero, en Siria. Rusia demuestra, no una involución imperial, sino un renacimiento imperial. Incluso si Rusia trata de convertirse en un Estado-nación, eso sólo le empujara a expandirse, ya que millones de rusos viven en los territorios de Ucrania, Bielorrusia, los países bálticos y Kazajstán. Ambas versiones imperiales y verdaderamente nacionales de Rusia no encajan en la visión de Rusia de Brzezinski como uno de los estados de la Unión Europea.

En segundo lugar, Brzezinski no tuvo en cuenta las nuevas potencias emergentes: India, Brasil y Sudáfrica. Indirectamente, esto puede significar que los Estados Unidos les han dejado, con la esperanza de derrocar a su élite independiente por medio de revoluciones de color y golpes de estado, como ocurre actualmente en Brasil. Sin embargo, su potencial anti-occidental demográfico, económico y, como en el caso de la India, ideológico, es extremadamente alto.

En tercer lugar, pasa por alto el potencial de la desintegración dentro de la "Unión Europea". La crisis migratoria, el colapso de Schengen, las diametralmente opuestas posiciones entre los líderes de los estados sobre temas clave, y el crecimiento del euroescepticismo, son todos problemas de la zona euro. Esta no es una Unión en la que Rusia quisiera entrar. Esta no es una Unión donde las ideas de Brzezinski puedan promover la agenda globalista: "desempeñar un papel constructivo en tomar la iniciativa en lo que respecta a las amenazas transnacionales para el bienestar mundial e incluso la supervivencia humana".

En cuarto lugar, Brzezinski demuestra pensar dentro del paradigma neorrealista de la "estabilidad hegemónica". El colapso de la hegemonía de Estados Unidos en su opinión significaría el colapso del orden mundial como tal. Pero, en primer lugar, los EE.UU., de ninguna manera contribuyen a la preservación del orden mundial, convirtiendo el mundo entero en una zona de caos controlado, utilizando la teoría de otro analista norteamericano, Steve Mann. ¿Por qué sería un factor de estabilidad en el futuro? En segundo lugar, una serie de neo-realistas cree que el mundo bipolar tendrá un equilibrio mayor que uno unipolar. En tercer lugar, existe un modelo de mundo multipolar como un mundo dividido en "grandes espacios" imperiales, que tiene en cuenta la diversidad de las civilizaciones del mundo. Tampoco es un caos, pero es la alternativa más adecuada al unilateralismo estadounidense.

Se puede concluir que el artículo de Brzezinski demuestra los intentos desesperados de la élite estadounidense por mantener su hegemonía en el mundo. Al mismo tiempo está lleno de clichés propagandísticos, y en muchos casos su evaluación de la situación no se corresponde con la realidad.

Fuente.

jueves, 30 de junio de 2016

LA CANDIDATA

Por Juan Manuel de Prada
(ABC, 9 de mayo de 2016)
Foto de Juan Manuel de Prada.


Anunciábamos hace un año que convenía seguir muy de cerca el destino político de la bruja Hilaria Clinton, hija predilecta del Nuevo Orden Mundial. Un triunfo de la bruja Hilaria –escribíamos entonces— “revelaría que el NOM ha decidido lanzar una ofensiva desatada, sin máscaras ni solapamientos, contra los últimos y maltrechos bastiones de resistencia”. Prueba inequívoca de que esa ofensiva está en marcha han sido las reacciones de los prebostes republicanos ante el arrollador triunfo de Donald Trump en las primarias. Mientras los más sibilinos están buscando, para detener a Trump, un candidato de prestigio que pueda ser impuesto en la convención del partido (como en su día lo fue Eisenhower), los más lacayos y piltrafillas ya anuncian que apoyarán a la bruja Hilaria. Es el caso, por ejemplo, del senador John McCain, marioneta ful del NOM siempre fiel a su apellido; y, sobre todo, el caso de los hermanos Koch, los donantes más poderosos del partido republicano, quienes ya han anunciado que apoyarán con su dinero la campaña de la bruja Hilaria.

¿Por qué Trump provoca tales reacciones pánicas entre los prebostes republicanos? A la llamada cínicamente “opinión pública” se le hace creer que Trump es un orate, un fanfarrón, un populista, un peligroso xenófobo; y tal vez lo sea, pero esto al NOM se la suda. Ya hemos escrito muchas veces que los negociados de izquierda y de derecha escenifican una disputa para alimentar la demogresca; pero que en las cuestiones de veras importantes están plenamente de acuerdo. La unidad de republicanos y demócratas en la demonización de Trump se debe, naturalmente, a que es un tipo como mínimo incómodo para el mundialismo. No hace falta sino leer la conferencia que Trump acaba de pronunciar, invitado por la revista “The National Interest”, para entender esta animadversión. En ella, Trump consideraba que la pretensión de exportar por la fuerza el modelo democrático occidental había sido un craso error, y analizaba los daños humanos y económicos que este empeño había infligido, tanto a los países agredidos como a los Estados Unidos, condenando la “democratización global” impulsada tanto por neocones como por liberales demócratas.

Y frente a este Trump tan incómodo, el NOM tiene su candidata perfecta, la bruja Hilaria, alimentada a sus pechos y programada para defender sus intereses. Auténtica lady Macbeth del bardaje Obama, adoradora confesa de Moloch (que sufraga sus campañas políticas), denodado paladín de la plutocracia (que la recompensa fastuosamente), impulsora en su día de la guerra de Irak, responsable directa del caos libio, defensora a machamartillo de Israel en el conflicto palestino, comprometida con los regímenes sunitas y sus apéndices terroristas, instigadora de una política de mayor beligerancia contra Rusia, la bruja Hilaria es también --junto a su marido—la principal responsable de que el partido demócrata renunciara a sus tradicionales aspiraciones de justicia social (encarnadas en el famoso New Deal), sustituyéndolas por “políticas identitarias” de apoyo a minorías étnicas y aberrantes ideologías de género.

La bruja Hilaria, en fin, es quien ha proclamado sin ambages: “Los códigos culturales profundamente arraigados y las creencias religiosas han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales”. Es la hija predilecta del NOM, encargada de ejecutar a rajatabla sus designios. Por eso es la candidata de los prebostes demócratas y republicanos, que en los asuntos verdaderamente importantes están plenamente de acuerdo.

lunes, 27 de junio de 2016

El “establishment” de EE.UU. planea una guerra para detener a Trump

Por Alexander Dugin 

Saludos, están viendo Dugin’s Guideline. La situación en torno a Rusia a nivel internacional está empeorando gradualmente. Incluso los analistas internacionales más atentos han observado esto. Recientemente, el think tank Stratfor publicó un artículo con un título expresivo: The U.S. and Russia Plan for Conflict.
¿Por qué están llamando la atención sobre este conflicto ahora? La oposición entre la Tierra (Rusia) y el Mar (los EEUU y los miembros de la OTAN) es algo constante e inmutable. Si uno pierde algo, el otro gana algo, y viceversa. Sólo los ingenuos y los agentes de influencia directa pueden creer en el “reset” de la “amistad” con Occidente. Pero ¿por qué el duelo entre estas civilizaciones se ha vuelto más intenso sólo recientemente?
Hay muchas explicaciones para ello. Pero vamos a considerar la situación interna en los EE.UU., ya que es aquí donde podemos encontrar la respuesta más exacta. En efecto, Donald Trump es un verdadero desafío para todo el establishment estadounidense, que no representa a los Estados Unidos, sino a la oligarquía financiera mundial, las empresas transnacionales, y las sectas fanático-globalistas. Trump es el candidato de Norteamérica, porque los Estados Unidos es un Estado-nación con intereses específicos e intereses nacionales comprensibles. Rusia, de hecho, no es un enemigo para un estado tal, pero es un enemigo para los globalistas y los atlantistas, ya que la soberanía rusa no les permite controlar totalmente el mundo.
Rusia no es un enemigo de los Estados Unidos. Si Trump gana las elecciones, estará del lado del realismo, como ha prometido. Y las principales contradicciones entre Rusia y los EE.UU. desaparecerán: cada uno se centrará en sus propios problemas y no interrumpirá al otro. Es un escenario ideal. Pero los globalistas no establecieron su dominio sobre el mundo (en primer lugar en Norteamérica), crearon sus redes, y plantaron agentes liberales de influencia para darse por vencidos tan fácilmente. ¡Ellos pueden caer sólo por Trump! Él puede crear las condiciones para la paz. Pero los globalistas necesitan la guerra. Ellos no necesitan la paz, a Trump, o a Rusia. Es por eso que tratan de agravar las relaciones con Moscú. Actualmente están interesados en esto más de lo habitual.
Lo más probable es que el objetivo de los que con arrogancia se piensan a sí mismos como el Gobierno Mundial o su equivalente, sea aumentar las tensiones con Rusia hasta el punto de que, en la víspera de las elecciones, la situación se convierta, no en una guerra fría, sino en una caliente. Sí, una Tercera guerra mundial es muy probable. Esta idea es horrible. Por supuesto, estar en el borde y llegar a cruzarlo son dos cosas diferentes, pero los riesgos son muy altos. Si se alcanza el nivel crítico, después de las elecciones los globalistas obtendrán algunos dividendos, independientemente del ganador final: Hilary, como candidato directo de los neoconservadores maníacos, o el populista Trump. Si Hilary llega a la presidencia, puede retrasar el conflicto y ganar algunos puntos jugando al mantenimiento de la paz. Su popularidad es crucial, ya que la mayoría de los estadounidenses no la aceptan y nunca lo harán, aunque los globalistas la impongan.
Es por eso por lo que Hilary está interesada en hacer frente a nuestro país hasta el borde de la guerra. Hilary no es sólo una persona, sino también el rostro de la poderosa élite globalista. Si Trump gana, no será capaz de poner en práctica su proyecto de neutralidad armada con Rusia en un conflicto directo, ya que su posición a favor de una distensión murtuamente beneficiosa será considerada una traición. Así que la escalada se ralentizará en caso de una victoria de Trump.
Y, por último, si todo saliera mal en los EE.UU., y no podemos descartarlo, la situación de emergencia y la alta amenaza de guerra con Rusia pueden ser la causa para prolongar la legislatura de Obama. Más tarde él puede ser culpado de todo, pero la historia de Trump terminaría, y los globalistas se librarían.
Así que tenemos que estar preparados para el peor de los casos. Es poco probable que losEE.UU. comiencen una guerra contra Rusia, pero son capaces de fingir que están dispuestos a hacerlo. Y tal póquer geopolítico no es sólo un juego.
Adiós, ha visto usted Dugin’s Guideline.
Podemos evitar la guerra sólo si somos fuertes y estamos dispuestos a ir hasta el final. No el pacifismo, sino el poder defensivo es la garantía de un mundo real y estable.
Fuente: Katehon.