Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

viernes, 20 de agosto de 2010

Confesiones de un gangster económico (XIII): asesinato de Torrijos

Viene de aquí.

Panamá: muere otro presidente

La muerte de Roldós fue un duro golpe para mí. Pero quizá no debería haberlo sido.Puesto que yo era cualquier cosa menos ingenuo y estaba al tanto de lo ocurrido con Arbenz, Mosaddeq, Allende. Y con otros muchos cuyos nombres nunca aparecerán en los periódicos ni en los libros de historia, pero cuyas vidas también fueron destruidas y en ocasiones abreviadas por haberse enemistado con la corporatocracia. Sin embargo, me sorprendió mucho. Era demasiado flagrante.

Yo creía, después de nuestro fenomenal éxito en Arabia Saudí, que la intervención descarada era cosa de otros tiempos y que los chacales habían quedado relegados a los zoológicos. Luego me di cuenta de que estaba equivocado. Sin duda la muerte de Roldós no había sido un accidente. Tenía todos los rasgos de un atentado orquestado por la CÍA. Si la ejecución fue tan flagrante, comprendía yo ahora, era porque se
deseaba enviar un mensaje. La nueva administración Reagan, con su imagen hollywoodiense de vaqueros de gatillo fácil, iba a ser el vehículo ideal para transmitir tal mensaje. Los chacales habían regresado y convenía que tomaran nota lo mismo Ornar Torrijos como cualquier otro que sintiese veleidades de unirse a una cruzada contra la corporatocracia.

lunes, 16 de agosto de 2010

Una parábola que ilustra el fraude bancario y nuestra ignorancia



Por Louis Even
1. Salvados del naufragio
Una explosión ha destruido su barco. Cada uno se agarra a las primeras piezas flotantes que logra alcanzar. Cinco consiguen reunirse sobre unos restos del naufragio que quedan a merced de las olas. De los otros compañeros de viaje, ninguna noticia.
Hace horas, largas horas, que miran al horizonte: ¿algún barco podría socorrerlos? ¿Encallará su balsa en alguna playa hospitalaria?
De repente se oye un grito: ¡Tierra! ¡Tierra allá, vean! ¡Justo en la dirección en la cual nos empujan las olas!
Y a medida que se dibuja, en efecto, la línea de una orilla, las caras se despejan. Ellos son cinco:
Francisco, carpintero grande y vigoroso, es quien primero gritó ¡Tierra!
Pablo, cultivador; es el que ustedes ven arrodillado a la izquierda, una mano al suelo y la otra agarrada a la estaca de la balsa.
Jaime, especializado en la cría de animales: es el hombre con pantalones rayados quien, arrodillado al suelo, mira en la dirección indicada.
Enrique, agrónomo y horticultor, algo corpu­lento, está sentado sobre una maleta salvada del naufragio.
Tomás, geólogo, es el tipo que está de pie detrás, con una mano sobre la espalda del carpintero.