“Los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron una operación interna angloamericana en connivencia con los servicios secretos israelíes” declara un investigador ruso.
“Los dispositivos nucleares que se utilizaron fueron una versión modificada de los proyectiles de artillería W-54 proporcionados a las fuerzas israelíes entre 1988 y 1998 de los excedentes estadounidenses exportados ilegalmente durante la era Bush-Clinton”.
Nunca en la historia de los E.E.U.U. una operación ilegal del gobierno necesitó de tanta mentira, ocultación y fraude. El informe de la comisión oficial de investigación de los atentados es la mayor falsedad que ha sufragado nunca el dinero de los contribuyentes estadounidenses.
El fin de la ocultación ha llegado a raíz de la determinación de Vladimir Putin -probablemente informado por Edward Snowden- de contestar a la intromisión de E.E.U.U. y la U.E. en Ucrania mediante la liberación de una información altamente sensible que debería llevar al pueblo norteamericano a exigir responsabilidades a sus gobernantes. Frente a la posibilidad de enfrentar militarmente la injerencia de la OTAN, algo que podría conducir a una Tercera Guerra Mundial, Rusia ha optado por la guerra asimétrica en Internet, donde la información es un arma poderosa. De hecho, “Veterans Today”se ha hecho eco de la información sacada a la luz por Putin, divulgándola bajo el título “Demasiado secreto para ser publicado”.
Todas las cabezas nucleares que utilizan plutonio tienen una huella química que puede identificar su diseño, su sistema de fabricación y su edad. Si la investigación del 11-S hubiera sido concluyente, habría conducido directamente a la identificación de armas norteamericanas facilitadas ilegalmente a Israel, algo que la administración Bush se cuidó de ocultar.
Un dispositivo de 2 kilotones hubiera bastado para derribar las Torres Gemelas. Produciría una bola de fuego de entre unos 150 a 200 pies de diámetro a más de 4.000 grados centígrados, lo suficiente para fundir las vigas del núcleo central del edificio y hacerlo colapsar. La luz del flash duraría menos de 1 segundo y estaría principalmente en el rango de la luz ultravioleta. La radiación hubiera bajado a límites aceptables dentro de las 72 horas siguientes a la explosión.
Una detonación de este tipo es lo único que puede explicar fenómenos observados aquel día, como la “vaporización” de la antena de 20 toneladas sobre la Torre Sur: la radiación disuelve el acero en el óxido de hierro en aleación, desintegrando el carbono y el sílicio.
Dispositivos similares fueron utilizados en el atentado de Bali, el bombardeo de Londres el 7-J y en Japón en sus reactores. También se utiliza en Damasco, Irak y Afganistán por los EE.UU.. Estas armas son almacenadas en las embajadas y consulados de Israel, precaución que se usó con las utilizadas el 11-S, guardadas en el consulado israelí en Nueva York. Desde entonces, el FBI comprueba todas las valijas diplomáticas con un contador Geiger antes de salir o entrar a los E.E.U.U.
Las armas nucleares transferidas ilegalmente a Israel han sido a su vez objeto de reventa a diversos países, incluyendo ambas Coreas, India, Brasil, China, Taiwán, Japón, etc. Los israelíes, sabiendo que el material nuclear adquirido tenía una vida útil limitada, buscaron dar salida a ese material, vendiéndoselo a sus aliados. Cuando éstos se percataron de la estafa, se enojaron puesto que pagaron mucho dinero por chatarra. Esto comenzó una mini guerra fría con Israel y sus antiguos clientes. Sin embargo, las micro bombas nucleares sacadas al mercado siguen siendo útiles. Incluso a medida que envejece el plutonio seguirá siendo fisionable, lo que producirá una detonación de menor potencia.
Así que todavía pueden ser utilizadas como pequeñas bombas sucias o muy pequeñas armas nucleares tácticas, tales como los cohetes asistidos W-54 empleados para bombardear Damasco.
El propósito principal del arma nuclear usada el 11-S era producir un flujo masivo de rayos gamma / de neutrones que vaporizara alrededor de 150 a 300 pies de 6 pulgadas de acero de espesor de las vigas que constituían el núcleo central de los edificios del WTC. Esto creó la caída libre que vimos por TV aquel día. ¡El soporte interno de las torres sencillamente se había desintegrado!
El flash se oculta a la vista debido a la detonación subterránea. El resplandor externo se dio en forma de luz fuera del espectro visible al ojo humano. La onda expansiva se reduciría a 6 psi debido al sentido ascendente, lo que produce la desintegración de la antena de la parte superior del edificio, como puedo verse en la televisión. El cemento concreto y óxido de hierro se vaporizaron, lo que da lugar a la extraña paradoja de que los restos de las Torres tenían mucha menos masa que las torres mismas.
La televisión dijo que las quemaduras de radiación beta eran debidas al polvo de cemento cáustico, ocultando que se debían a los efectos de la radiación de la precipitación radiactiva. Igualmente, los numerosos casos de cáncer que se dan ahora en Nueva York se atribuyen al amianto utilizado en la construcción de las torres, cuando su causa es el uso de armamento nuclear.
La radiación fuera de la zona cero se redujo a niveles seguros después de 72 horas. Esta es la razón por la que las inmediaciones de las Torres Gemelas estuvieron cerradas al público durante los tres dias siguientes a los atentados.
Fuente: http://activistshub.com/
Traducción: Astillas de realidad
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