La riqueza mundial se concentra cada vez más en menos manos y la crisis actual ha contribuido a ello. Esta élite rica ha creado y mantenido su vasta fortuna gracias a las actividades para defender sus intereses en un puñado de sectores económicos, entre ellos el farmacéutico y de atención sanitaria. Así lo explica el informe de Oxfam “Riqueza: tenerlo todo y querer más”.
Las empresas de estos sectores destinan millones de dólares cada año a actividades de lobby dirigidas a favorecer un entorno normativo que proteja y fortalezca aún más sus intereses. La mayoría de las actividades de lobby que se llevan a cabo en Estados Unidos trata de influir sobre cuestiones presupuestarias y fiscales, es decir, sobre recursos públicos que deberían orientarse a beneficiar al conjunto de la ciudadanía, en lugar de reflejar los intereses de los poderosos lobbistas.
Entre 2013 y 2014, la riqueza que experimentó un mayor incremento fue la conjunta de los mil-millonarios que, según la lista que ofrece Oxfam -basada en la revista Forbes-, tienen intereses o desarrollan actividades en los sectores farmacéutico y de atención sanitaria.
Entre marzo de 2013 y marzo de 2014, 29 personas relacionadas con estos sectores pasaron a engrosar la lista de mil-millonarios (mientras que cinco dejaron de aparecer en ella), de modo que el total de mil-millonarios con intereses en estos ámbitos pasó de 66 a 90; así, en 2014 los mil-millonarios relacionados con los sectores farmacéutico y sanitario constituyen el 5% de todos los mil-millonarios.
El conjunto de la riqueza de esas personas pasó de 170.000 millones de dólares a 250.000 millones de dólares en el último año, un incremento del 47% y el mayor aumento porcentual de riqueza de todos los sectores incluidos en la lista de Forbes.
En la Tabla 2 del informe podéis ver quiénes son los 10 mil-millonarios más ricos (según la clasificación de 2013) de los que han amasado su fortuna (o al menos parte de ella) gracias a actividades relacionadas con el sector farmacéutico y de atención sanitaria, y el incremento de su riqueza entre marzo de 2013 y marzo de 2014.
Las mayores y más exitosas empresas tanto del sector financiero y de seguros como del farmacéutico y sanitario generan unos beneficios extremadamente elevados, y por lo tanto disponen de considerables recursos que dedican a compensar a sus propietarios e inversores, contribuyendo al incremento de su fortuna personal.
Sin embargo, es posible que estos recursos se estén utilizando también para ejercer influencia a nivel económico y político.
¿Tiene todo esto que ver con que el precio del medicamento Sovaldi para la hepatitis sea de 65.000 euros en USA y 25.000 en España? ¿Entendéis porqué vivimos en la era de los medicamentos caros? Parece claro.
La vía más frecuente para ejercer esta influencia es el lobby directo a los Gobiernos, especialmente en ámbitos y políticas que afectan a sus intereses económicos y comerciales. En 2013, el sector farmacéutico y de atención sanitaria dedicó más de 487 millones de dólares a actividades de lobby sólo en Estados Unidos, más de lo que invirtió ningún otro sector en este país.
Es así como compran la voluntad de los políticos favorecidos. Esta cifra constituye un 15% del total de los 3.200 millones de dólares dedicados en ese país a actividades de lobby en 2013. Además, durante el período electoral de 2012, este sector dedicó 260 millones de dólares a realizar contribuciones a las campañas. 22 de los 90 mil-millonarios con intereses en el sector farmacéutico y de atención sanitaria son ciudadanos estadounidenses.
¿Seguís pensando que los políticos “elegidos” gobiernan para la ciudadanía o para sus votantes y no para las marcas? ¿Entendéis porqué escribo a menudo que con las herramientas de lobby, puertas giratorias y conflictos de interés se provoca el cáncer de la democracia?
La industria farmacéutica y sanitaria dedica al menos 50 millones de dólares anuales a llevar a cabo actividades de lobby en la Unión Europea, donde residen 20 de los 90 mil-millonarios que amasaron su fortuna en el sector farmacéutico y que, en conjunto, incrementaron su riqueza en 28.000 millones de dólares el pasado año.
Es necesario aplicar medidas que restrinjan el lobby, eliminen las puertas giratorias y publiquen los conflictos de interés. Que tiendan a ofrecer transparencia y no meros parches como la nueva Ley de Transparencia del Gobierno español, por la que no cuentan con quién se reúnen los políticos.
Fuente Miguel Jara
“Compran la voluntad” de políticos, médicos y pacientes para medicalizar a la infancia
La semana pasada publicamos que las compañías farmacéuticas dedican 550 millones de dólares anuales a lobby. Un informe reciente de la organización Alter EU revela algunas acciones concretas de lobby, cuando no corrupción institucionalizada, de varios laboratorios farmacéuticos.
Si el primero, el informe de Oxfam “Riqueza: tenerlo todo y querer más”, se centra más en lo que sucede en Estados Unidos en cuyos políticos y reguladores las Big Pharma invierten la mayor parte de su dinero, el trabajo de Alter EU, una asociación civil que investiga y denuncia la corrupción mediante estrategias de lobby, se dedica al sector financiero.
Revela, por ejemplo, que las entidades que fueron las causantes de la última gran crisis por su complicidad con las “hipotecas basura” se dedican a presionar en la sombra a los eurodiputados y cuánto dinero dedican a ello. El informe es mejor leerlo entero.
Centrándonos en el ámbito pharma, sabemos que la empresa Shire gastó entre 200.000 y 250.000 euros en lobby durante el año 2013.
Pero durante ese mismo tiempo fue cliente de cinco compañías especializadas en consultoría para hacer lobby: FTI Consulting Belgium, Rohde Public Policy, Hill & Knowlton International Belgium, Just Health Communications Ltd and Hanover Communications International y les pagó al menos otros 450.000 euros.
Os cuento quién es Shire en el post Cómo las farmacéuticas fomentan la enfermedad del TDAH, una de las farmacéuticas más interesadas en el sobrediagnóstico y medicación de la infancia a cuenta de la manida hiperactividad y déficit de atención. Brian Lutz, que trabajó para laboratorios Shire como visitador entre 2004 y 2009, dijo que visitaba a 75 psiquiatras cada dos semanas en Oakland para convencerles de que mediquen a los niños para que consigan mejor rendimiento escolar.
Shire, además patrocina a la federación de asociaciones de TDAH, FEAADAH. También impulsa el denominado programa Pandah financiando la web e influye en la expansión de ese trastorno mediante el comité asesor y en el científico del proyecto. Si queréis saber quién está detrás de ello leed Pandah y el nuevo medicamento para la “infancia TDAH”. También es útil para saber de qué estoy escribiendo que leáis Cómo penetra Big Pharma en la política para promover la medicalización de la infancia.
Así que como vemos, no sólo se compra la voluntad de políticos, también de médicos y de pacientes, claro (a quien regula, a quien prescribe y a quien asesora). Parece que la farmacéutica, como tantas otras, intenta “solucionar” todo con dinero. Shire llegó a un acuerdo extrajudicial en 2013 y pagó una multa de 57,5 millones de dólares con el fin de zanjar varios procesos por venta y publicidad engañosa sobre varios de sus productos como Vyvanse, Adderall XR y Daytrana.
El informe de Alter EU narra también que el gigante farmacéutico Novartis afirma que contrata un buen número de grupos de presión en el Parlamento Europeo.
Novartis sigue una trayectoria similar a Shire pues acaba de recibir una multa millonaria en Colombia por haberse saltado los precios máximos que marca el Gobierno para sus medicamentos. No se lo ha saltado poco pues por ejemplo Exelon, un fármaco para el Alzheimer y el Parkinson lo ha vendido un 508% más caro del máximo marcado por la Administración.
Ajinomoto, una compañía farmacéutica japonesa (además de química y alimentaria) también ha gastado cientos de miles de euros en cabildeo en la UE. En suma, se compra la voluntad de muchos políticos. Se hace lo mismo con otros tantos médicos y doctoras que entran en ese juego. Y también con asociaciones de enfermos de trastornos que interesa medicar. Hay quienes no se prestan al juego, claro pero por las cifras, sabemos que el fenómeno está extendido.
Alter EU exige cambios urgentes en el registro de transparencia que obligue a todas las compañías que hacen lobby a estar presentes de manera obligatoria a mediados de 2017. Considera que la Unión Europea debe obligarles a incluir la divulgación de gastos, así como las fuentes de ingresos. También deberán proporcionar la lista de todo el personal adscrito en Bruselas. El código de conducta para los lobbies debe impedir la contratación de eurodiputados, ex comisarios u otros funcionarios de la Comisión Europea hasta pasados tres años de su cese.
Lo he escrito varias veces, para mí lobby, puertas giratorias y conflictos de interés son las herramientas que los grupos industriales insanos usan para degradar la democracia en su beneficio. Sobornos, acuerdos extrajudiciales con pago de multas, presiones, compadreo con líderes de opinión, son la misma cara de la corrupción y los métodos que usan las mafias.
El lema que exhibe Shire en su web:
La industria farmacéutica y sanitaria dedica al menos 50 millones de dólares anuales a llevar a cabo actividades de lobby en la Unión Europea, donde residen 20 de los 90 mil-millonarios que amasaron su fortuna en el sector farmacéutico y que, en conjunto, incrementaron su riqueza en 28.000 millones de dólares el pasado año.
Es necesario aplicar medidas que restrinjan el lobby, eliminen las puertas giratorias y publiquen los conflictos de interés. Que tiendan a ofrecer transparencia y no meros parches como la nueva Ley de Transparencia del Gobierno español, por la que no cuentan con quién se reúnen los políticos.
Fuente Miguel Jara
“Compran la voluntad” de políticos, médicos y pacientes para medicalizar a la infancia
La semana pasada publicamos que las compañías farmacéuticas dedican 550 millones de dólares anuales a lobby. Un informe reciente de la organización Alter EU revela algunas acciones concretas de lobby, cuando no corrupción institucionalizada, de varios laboratorios farmacéuticos.
Si el primero, el informe de Oxfam “Riqueza: tenerlo todo y querer más”, se centra más en lo que sucede en Estados Unidos en cuyos políticos y reguladores las Big Pharma invierten la mayor parte de su dinero, el trabajo de Alter EU, una asociación civil que investiga y denuncia la corrupción mediante estrategias de lobby, se dedica al sector financiero.
Revela, por ejemplo, que las entidades que fueron las causantes de la última gran crisis por su complicidad con las “hipotecas basura” se dedican a presionar en la sombra a los eurodiputados y cuánto dinero dedican a ello. El informe es mejor leerlo entero.
Centrándonos en el ámbito pharma, sabemos que la empresa Shire gastó entre 200.000 y 250.000 euros en lobby durante el año 2013.
Pero durante ese mismo tiempo fue cliente de cinco compañías especializadas en consultoría para hacer lobby: FTI Consulting Belgium, Rohde Public Policy, Hill & Knowlton International Belgium, Just Health Communications Ltd and Hanover Communications International y les pagó al menos otros 450.000 euros.
Os cuento quién es Shire en el post Cómo las farmacéuticas fomentan la enfermedad del TDAH, una de las farmacéuticas más interesadas en el sobrediagnóstico y medicación de la infancia a cuenta de la manida hiperactividad y déficit de atención. Brian Lutz, que trabajó para laboratorios Shire como visitador entre 2004 y 2009, dijo que visitaba a 75 psiquiatras cada dos semanas en Oakland para convencerles de que mediquen a los niños para que consigan mejor rendimiento escolar.
Shire, además patrocina a la federación de asociaciones de TDAH, FEAADAH. También impulsa el denominado programa Pandah financiando la web e influye en la expansión de ese trastorno mediante el comité asesor y en el científico del proyecto. Si queréis saber quién está detrás de ello leed Pandah y el nuevo medicamento para la “infancia TDAH”. También es útil para saber de qué estoy escribiendo que leáis Cómo penetra Big Pharma en la política para promover la medicalización de la infancia.
Así que como vemos, no sólo se compra la voluntad de políticos, también de médicos y de pacientes, claro (a quien regula, a quien prescribe y a quien asesora). Parece que la farmacéutica, como tantas otras, intenta “solucionar” todo con dinero. Shire llegó a un acuerdo extrajudicial en 2013 y pagó una multa de 57,5 millones de dólares con el fin de zanjar varios procesos por venta y publicidad engañosa sobre varios de sus productos como Vyvanse, Adderall XR y Daytrana.
El informe de Alter EU narra también que el gigante farmacéutico Novartis afirma que contrata un buen número de grupos de presión en el Parlamento Europeo.
Novartis sigue una trayectoria similar a Shire pues acaba de recibir una multa millonaria en Colombia por haberse saltado los precios máximos que marca el Gobierno para sus medicamentos. No se lo ha saltado poco pues por ejemplo Exelon, un fármaco para el Alzheimer y el Parkinson lo ha vendido un 508% más caro del máximo marcado por la Administración.
Ajinomoto, una compañía farmacéutica japonesa (además de química y alimentaria) también ha gastado cientos de miles de euros en cabildeo en la UE. En suma, se compra la voluntad de muchos políticos. Se hace lo mismo con otros tantos médicos y doctoras que entran en ese juego. Y también con asociaciones de enfermos de trastornos que interesa medicar. Hay quienes no se prestan al juego, claro pero por las cifras, sabemos que el fenómeno está extendido.
Alter EU exige cambios urgentes en el registro de transparencia que obligue a todas las compañías que hacen lobby a estar presentes de manera obligatoria a mediados de 2017. Considera que la Unión Europea debe obligarles a incluir la divulgación de gastos, así como las fuentes de ingresos. También deberán proporcionar la lista de todo el personal adscrito en Bruselas. El código de conducta para los lobbies debe impedir la contratación de eurodiputados, ex comisarios u otros funcionarios de la Comisión Europea hasta pasados tres años de su cese.
Lo he escrito varias veces, para mí lobby, puertas giratorias y conflictos de interés son las herramientas que los grupos industriales insanos usan para degradar la democracia en su beneficio. Sobornos, acuerdos extrajudiciales con pago de multas, presiones, compadreo con líderes de opinión, son la misma cara de la corrupción y los métodos que usan las mafias.
El lema que exhibe Shire en su web:
Ser tan valeroso como las personas a las que ayudamos“.
Hepatitis C: la estrategia para no perjudicar a Farmaindustria ni a los accionistas de Sovaldi
Dice Farmaindustria, el principal lobby de los laboratorios farmacéuticos en España, que confía en el plan estratégico del ministro de Sanidad para la hepatitis C. No me extraña porque han “colocado” a los suyos en el mismo. Así se sienten como en casa a ver si a alguien se le va a ocurrir emitir una licencia obligatoria del carísimo medicamento Sovaldi.
Farmaindustria respalda “plenamente” el Plan Estratégico Nacional sobre la Hepatitis C impulsado por el Gobierno para elaborar un protocolo de actuación ante los casos de esta enfermedad. Da la impresión que esta patronal siente como suyo ese plan y no es para menos pues según ha denunciado la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) la mayoría de los miembros de la comisión tienen relación con Gilead Sciences, la farmacéutica que posee la patente del Sovaldi y que es miembro de Farmaindustria, claro.
También se ha publicado que el gobierno ha nombrado a un consejero de Farmaindustria coordinador del Plan para la hepatitis.
Así que ese plan tiene gravísimos conflictos de intereses, que junto con el lobby y las “puertas giratorias” constituyen las herramientas básicas que usan los grupos industriales para influir sobre el poder político y que actúe según sus intereses, como están consiguiendo en este asunto.
El lobby está preocupado porque quizá por primera vez en nuestro país se ha puesto en cuestión el sistema de patentes y numerosos especialistas y colectivos están planteando que el Estado obvie la patente de Sovaldi y emita una licencia obligatoria.
Es decir, que se fabrique un fármaco genérico de Sovaldi para reducir drásticamente su precio. Esto sería legal pues los acuerdos de propiedad intelectual en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) permiten que ante situaciones de excepcionalidad en temas de salud pública que requieran el uso de ciertos fármacos puedan fabricarse copias de los mismos.
Por eso Farmaindustria dice que aboga por evitar “propuestas extremistas que coloquen a España en posiciones alejadas de la realidad”. La realidad es que hay una tercera vía también legal, claro y es que el Gobierno español comprase el fármaco original pero por ejemplo en India o en Egipto, donde es más barato por lo explicado. Para extremista la situación a la que han conducido entre gobierno y laboratorios a los enfermos de hepatitis. Mientras estos se juegan la vida, los primeros parece que estén en un casino.
Es descarado cómo este grave problema sanitario ha superado el ámbito de la salud para sumergirse en el económico. Están poniéndose los intereses de los inversores por encima de los de la salud de las personas. La explicación de porqué el Ministerio de Sanidad reconforta a Farmaindustria y ésta alaba el plan del Gobierno tiene que ver con datos como que el mencionado medicamento para la hepatitis C esté en manos del primer gran accionista privado de Bankia. Tras el fármaco que se espera que sea el más vendido del año 2015 están fondos de inversión que aglutinan a muchas multinacionales de diferentes sectores pues podemos encontrar a Bayer o a Siemens o aVolkswagen.
También comentan desde Farmaindustria que
Dice Farmaindustria, el principal lobby de los laboratorios farmacéuticos en España, que confía en el plan estratégico del ministro de Sanidad para la hepatitis C. No me extraña porque han “colocado” a los suyos en el mismo. Así se sienten como en casa a ver si a alguien se le va a ocurrir emitir una licencia obligatoria del carísimo medicamento Sovaldi.
Farmaindustria respalda “plenamente” el Plan Estratégico Nacional sobre la Hepatitis C impulsado por el Gobierno para elaborar un protocolo de actuación ante los casos de esta enfermedad. Da la impresión que esta patronal siente como suyo ese plan y no es para menos pues según ha denunciado la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) la mayoría de los miembros de la comisión tienen relación con Gilead Sciences, la farmacéutica que posee la patente del Sovaldi y que es miembro de Farmaindustria, claro.
También se ha publicado que el gobierno ha nombrado a un consejero de Farmaindustria coordinador del Plan para la hepatitis.
Así que ese plan tiene gravísimos conflictos de intereses, que junto con el lobby y las “puertas giratorias” constituyen las herramientas básicas que usan los grupos industriales para influir sobre el poder político y que actúe según sus intereses, como están consiguiendo en este asunto.
El lobby está preocupado porque quizá por primera vez en nuestro país se ha puesto en cuestión el sistema de patentes y numerosos especialistas y colectivos están planteando que el Estado obvie la patente de Sovaldi y emita una licencia obligatoria.
Es decir, que se fabrique un fármaco genérico de Sovaldi para reducir drásticamente su precio. Esto sería legal pues los acuerdos de propiedad intelectual en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) permiten que ante situaciones de excepcionalidad en temas de salud pública que requieran el uso de ciertos fármacos puedan fabricarse copias de los mismos.
Por eso Farmaindustria dice que aboga por evitar “propuestas extremistas que coloquen a España en posiciones alejadas de la realidad”. La realidad es que hay una tercera vía también legal, claro y es que el Gobierno español comprase el fármaco original pero por ejemplo en India o en Egipto, donde es más barato por lo explicado. Para extremista la situación a la que han conducido entre gobierno y laboratorios a los enfermos de hepatitis. Mientras estos se juegan la vida, los primeros parece que estén en un casino.
Es descarado cómo este grave problema sanitario ha superado el ámbito de la salud para sumergirse en el económico. Están poniéndose los intereses de los inversores por encima de los de la salud de las personas. La explicación de porqué el Ministerio de Sanidad reconforta a Farmaindustria y ésta alaba el plan del Gobierno tiene que ver con datos como que el mencionado medicamento para la hepatitis C esté en manos del primer gran accionista privado de Bankia. Tras el fármaco que se espera que sea el más vendido del año 2015 están fondos de inversión que aglutinan a muchas multinacionales de diferentes sectores pues podemos encontrar a Bayer o a Siemens o aVolkswagen.
También comentan desde Farmaindustria que
“nos encontramos ante una importante encrucijada: la necesidad de realizar una inversión a corto plazo no prevista pero que generará unos ahorros y beneficios muy superiores a medio plazo”.Estoy de acuerdo pero visto lo visto eso ha de corresponder a la administración pública. Ésta ha hecho dejación de funciones al no invertir en investigación pública para que los medicamentos esenciales para la población sea producidos por empresas “de todos” y lleguen así con garantías a quienes los necesitan y a buenos precios.
De nuevo coincido con la patronal farmacéutica cuando dicen:
"el Estado tiene a su disposición un gran número de herramientas y gran flexibilidad para facilitar su financiación“.Algunas ya las he explicado y es inaceptable que el Gobierno siga poniendo como excusa que emitir una licencia obligatoria ha de ser cosa de la Unión Europea. Ahora que sabemos quienes son los accionistas del fármaco se nos antoja muy difícil que la UE se ponga de acuerdo para ello por muchas muertes que sigan produciéndose en el colectivo de afectados por la hepatitis.
Aquí hay guerra económica entre los fondos de inversión y las multinacionales que los componen, gobiernos como el de España que hacen de delegados comerciales de los mismos y lobbies como Farmaindustria, que están para vigilar que el negocio no pare. La damnificada, como casi siempre, es la población que pasa de ser sujeto del acto sanitario a “daño colateral” de la codicia de unas minorías enriquecidas y quienes protegen sus intereses.
Fuente Miguel Jara.
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