Hay numerosísimos indicios, documentos y pruebas contundentes de que la humanidad ha logrado niveles de desarrollo que no registra la historia contada hasta ahora. Después de encontrarme con la contundencia de los hechos, puedo afirmar que llegado a un punto la humanidad involuciona. Por mérito propio o por factores inherentes a su condición, que operan en forma totalmente inconsciente y fuera de su dominio, es un factor que se reitera no solo en la ciencia sino en todos los ámbitos del quehacer intelectual humano. Lo importante es que lo hace, involuciona, y poco se preocupa en revertir algo que -y desde éstas líneas intentaremos develar- es obstinadamente cíclico. Acompáñeme a esta extraordinaria excursión por la historia oculta de la humanidad a través de este documento que recorre los continentes, las sociedades conocidas y las desconocidas, las legendarias y las ocultas. Introdúzcase de lleno en La Conspiración
Científica.
La Conspiración Científica
documentos de una humanidad avanzada
Es necesario comenzar haciéndole unas preguntas. Capciosas, por cierto, pero tan profundas que merecen el análisis de temas que hasta ahora han permanecido sin tocar. La verdadera razón de ello es que es el terreno más insospechado; el de la información que surge de los ámbitos académicos y se publica en las grandes y multinacionales enciclopedias del mundo: ¿Qué cree que pasaría si las grandes enciclopedias, esas de renombre y desarrollo mundial en todos los campos y en todos los formatos de edición, de un día para otro ven amenazado su imperio de miles de millones de dólares porque lo que rezan sus emperifollados textos, no sirviera para nada?documentos de una humanidad avanzada
¿Sabía usted que hay científicos que fueron sutilmente callados, revocando sus permisos de investigación una y otra vez porque encontraron “cosillas” que no dejan muy bien paradas a las teorías ya dadas, como conocimiento último acerca de la evolución humana?
Cuesta creer que haya llegado a la ciencia el fenómeno de los consabidos “intereses creados” y haya minado su hasta ahora, sólido discurso. Que haya llegado a nuestras confiables enciclopedias con sus miles de bellísimos tomos, con ilustraciones e imágenes increíbles. Las mismas que han logrado fotografiar con lujo de detalles, piezas, pinturas, reliquias y objetos delicadísimos, de un valor incalculable y de una prohibición expresa de fotografiar, remover de su lugar y conservar
en el museo con las cuidadas condiciones en las que están. Que hayan pasado –dinero de por medio, desde luego- todas las barreras y condiciones antes mencionadas para traernos fotografías inéditas de piezas antiguas en fino papel satinado o en ediciones digitales de alto nivel.
El origen de la humanidad es una materia aún por aprobar y lo lamentable es que no nos hemos preparado para ese examen. En las tierras heladas de Siberia se han encontrado restos en muy buen estado por cierto, de animales extinguidos en un cataclismo de proporción mundial, lo que hace referencia al fenómeno que relatan las más antiguas civilizaciones humanas.
Se hallaron viejas cartografías y mapas, incluso de esas tierras antes de que estuvieran cubiertas como en la era moderna de gruesas capas de hielo. Mapas de una precisión increíble, muy difícil de lograr hoy día con la posibilidad aérea y me quedo corto, satelital con la que contamos. Estas tierras se hallan ocultas bajo tres kilómetros de hielos. Y su configuración actual no se supo sino hasta 1949. Llegamos a la luna ¡y a la Antártida! ¿Cómo se explica? Aquí puede apreciarlo de primera mano, pero no me lo agradezca a mi, sino a el Almirante Píriz Reis de origen turco, que los realizó ¡hace mil años atrás! Se dice incluso que estos son copias de copias, así que imagine el lector cual es el grado de perfección de este documento.
En las pasadas décadas ridiculizaron a un arqueólogo, más concretamente hace 100 años cuando afirmó que la antigua ciudad de Tiahuanaco, Bolivia, era un exacto observatorio astronómico (por lo menos) capaz de predecir, o indicar fenómenos celestes con total precisión. Calculó este buen hombre, que dichas construcciones tendrían 17 mil años. No basado en carbono, como hoy lo hacemos, sino por la posición de las estrellas tal y como lo indicaba dicha formación edilicia entonces y no lo que indican la posición de los astros hoy. Solo hace un poco tiempo se descubre que lo que decía aquel “trastornado”, puede no estar del todo incierto. Es Tiahuanaco, la ciudad más antigua que se conoce de toda, aprecie bien, ¡de toda la tierra! ¿Conocemos de sobra este tipo de historias verdad?
Siguiendo en estas latitudes, no podemos dejar de mencionar las centenares de piedras halladas en la región de Nasca, Perú por el Dr. Javier Cabrera Darquea. Una impresionante biblioteca lítica. Piedras de hasta 3 kilogramos grabadas con una mecha o broca, de material muy difícil de precisar y el tinte indeleble con la que fueron hechas. Además de dicha tecnología inaudita hay que rescatar el arte volcado sobre las mismas, los animales aquí retratados que se supone jamás habitaron estas tierras y mucho menos este continente.
No hay menos que quedarse perplejo observando algo que no puede ser posible, según nos dicen las serias compañías enciclopédicas que rehúsan publicar éste tipo de materiales, aunque más no sea en un apartado de “enigmas aún no resueltos”.
Por si fuera poco, aparecen mapas de procedencia inexplicable que hacen referencia a islas y archipiélagos desconocidos que pueden significar grandes extensiones de tierra que afloraba entonces y hundidas después del gran cataclismo universal del que nos vamos a referir más adelante. Se puede ver que hacen referencia a zonas montañosas, volcanes, accidentes geográficos. Cómo, si no sabían de la existencia de otros continentes, pudieron imaginar con precisión y detalle semejantes mapas.
Hay que remontarse a unas décadas sobre nuestro tiempo moderno para descubrir a través de fósiles a enormes animales que habitaron estas tierras hace millones de años. Nos dijeron siempre y hasta el cansancio que el humano jamás se cruzó cronológicamente con estas especies, era un disparate de proporciones dantescas. Sin embargo, ¿puede alguien explicarme cómo estos individuos retratan a dinosaurios en combate con un humano que porta un hacha; uno existiendo millones de años antes y la otra inventada miles de años después? Es de locos ¿no?
La ciencia desestima estas pruebas, a pesar de que las tumbas donde se han hallado están datadas en más de 2.300 años. Pero se estima que las piedras en sí mismas deben de ser más antiguas. No hay interés en datarlas.
Un investigador español recientemente las ha sometido a una batería de análisis que se encuentran en pleno proceso. Se deduce que presentan una oscura pátina sometidas por largo tiempo a un proceso de oxidación natural. Concluyendo que esos grabados no son recientes, aunque el grabado, como decíamos presenta la cualidad de haber sido hecho con técnicas motorizadas. Da para establecer miles de conjeturas, pero quiero no divagar y ponerlas sobre la tierra y sobre el poder de los humanos, únicamente para intentar socavar en aspectos que nos despejen una sapiencia alcanzada y luego perdida por ser abruptamente interrumpida.
Pero vamos rápidamente a hacer un salto de continente y vayamos a la meseta de Gize en Egipto. Esa también mítica plataforma edilicia que tanto ha dado que hablar a miles de personas, más eruditas, menos doctas pero cada cual con su teoría “buena o mala pero mía”, de estas moles pétreas.
Y se pasó por alto que al parecer en Egipto llovió y mucho hace miles de años atrás, lo que reafirma que no siempre fue desierto y lo documenta el monumento que llamamos la Efigie, pues aparece sobre sus lados tierra visiblemente erosionada, dato pasado por alto por cientos de egiptólogos.
La tierra y arena que la rodean muestra rasgos típicos de erosión fluvial y formaciones que no puede hacer de ninguna manera el tiempo ni el viento.
Hablamos de épocas en que el desierto no era tal cosa, sino tierras fértiles ¿no decían que eran agricultores y basaban sus cosechas en las crecidas del río Nilo? Al menos eso fue lo que me enseñaron el en liceo. Pues bien, parece que esa contradicción queda al descubierto por la arqueología y geología moderna.
Las cosas están claras, hubo un diluvio, ese que como decía todas las culturas han narrado incluso antes de los escritos bíblicos, que quede claro. Por tanto, lo que debemos cotejar son los datos y hallazgos que provienen de culturas mucho más atrás, otra humanidad desconocida para nosotros que manejaban otra tecnología, otro manejo de los minerales, de las fuerzas naturales y demás muy por encima del conocimiento de aquel ser simiesco que narra la leyenda científica a partir de unos cráneos humanoides hallados.
“En los últimos 150 años los arqueólogos y antropólogos han enterrado tantas evidencias como las que han desenterrado, literalmente”.Parece que un rasgo de la ciencia y la naturaleza humana es la de filtrar el conocimiento, quién sabe con qué propósito, pero sucede. En realidad lo que “no conviene”, se debe hacer desaparecer pues rompe con el paradigma aceptado hasta entonces. Lo peor es que ni nos enteramos de ello. Jean Steen Mackityre, es una científica que afirmó que el humano es relativamente nuevo en la tierra, tasando o estimando su aparición hace 30.000 años en Siberia y unos 20.000 años en América, al descubrir huesos y herramientas en yacimientos americanos, me refiero a tierras de México. En 1976 pensaron que esos restos tendrían unos 20.000 años, luego de las pruebas se dataron en la friolera de 250.000 años. Al poco tiempo le han hecho el vacío desde tiendas científicas y cortado el paso en cada información recabada, según ella misma en un documental europeo, solo para que cierto tiempo después aparecieran en Siberia restos de ¡más de 300.000 años!
Como naturaleza humana, no se cree que la ciencia conspira deliberadamente. Es decir, no se cree que la “Comunidad Científica” rechace, desacredite y descarte datos contundentes; no corporativamente al menos. Pero es lógico que se tarda muchísimo de forma que atrasa enormemente los acontecimientos que hacen al crecimiento en el conocimiento humano, en reconocer y ajustar el paradigma, juntando las anomalías en una sucesión más o menos coherente, por lo menos, como decía, en un apartado que puede denominarse: “Anomalías aún no debidamente indexadas como conocimiento conexo”. U otros títulos más rimbombantes que sin dudas manejan a la perfección y mucho mejor que yo desde luego.
¿Se terminará de una buena vez esta especie de complot del silencio que hace que cada cierto tiempo quememos Alejandrías enteras condenando al ostracismo miles de años de conocimiento que nos deja anquilosados en el tiempo?
Por fortuna una nueva generación o tipo de investigadores intenta dar cabida a las evidencias que no necesariamente entran en el campo de lo nuevo, porque paradojalmente y permítaseme el chascarrillo, es evidencia nueva de humanos muy viejos. Lo que la ciencia descarta por denominarlas “anomalías”, es decir, objetos, razones o evidencias que no encajan con el paradigma de lo hasta entonces dado por sentado, estos nuevos investigadores le “buscan la vuelta” para terminar de cerrar, al menos en parte aquello que es incontrastable, tangible y
absolutamente desconcertante, para los que fueron escribiendo la historia que hoy conocemos.
Sacsahuamán, una fortaleza Inca impresionante, es de una estructura pétrea perfectamente edificada, prolija, contextualizada, precisa e increíble desde nuestro punto de vista, dado que según la cronología de la historia se insiste en que no conocían la polea, ni la rueda, la grúa o herramientas acorde. La fotografía nos muestra una piedra multiangular, más precisamente de 12 ángulos, encajada perfectamente con otras sin que
quepa una alfiler entre junta y junta, que pesa alrededor de 5.000 kilos.
Sin cementos, sin pegamento alguno (al parecer) pero tan firmes como sí mismas, incomparable con cualquier edificación actual de la que no quedará nada en los próximos 500 años.
En las ruinas de Tiahuanaco -Bolivia, muestran una increíble habilidad para el manejo de piedras.
Están perfectamente anguladas, niveladas y en sus junturas, como en las anteriores construcciones Incas, puede verse en la imagen, no les cabe un alfiler.
¿Cómo trabajaban las piedras de esa forma? Consultados a los Incas acerca de si ellos habían construido Tiahuanaco, dijeron que esas construcciones ya tenían miles de años de realizadas y hablaban de una civilización de cualidades “superiores”, pero ello bien se puede discutir, aunque el término no refiera precisamente a seres de otras galaxias, extraterrestres, intraterrenos y demás. De hecho muestran una superioridad que estos verdaderos maestros de la construcción reconocen. ¡Cómo será!
Estas edificaciones marcan la salida del Sol en determinada época y a los lados de una gran puerta, la salida en los solsticios y equinoccios. Como en el momento actual la salida de éstos últimos es mucho más corrida hacia a afuera de los ángulos, han concluido que los constructores se equivocaron. Ahora, en base a los cálculos reales sobre la posición planetaria que hace coincidir la salida del Sol sobre los ángulos data a las construcciones en 17.000 años. La ciencia afirma que el hombre existe desde hace unos 5.000 años. ¿Humanos, prehumanos?
A estas maravillas edilicias hay que agregarle un elemento para nada menor, sino el verdadero sustento de esas maravillas, la sapiencia que adquirieron sobre las fuerzas naturales. Todas las construcciones de las que hacemos referencia están perfectamente alineadas a las coordenadas terrestres, más de lo que se pudiera hacer hoy día y con piedras de mucho peso y tamaño. Este grado de perfección habla a las claras de que no primó la casualidad, nos habla que hay un verdadero propósito utilitario de las mismas y no precisamente de adoración como se piensa a primeras por parte de arqueólogos y antropólogos, tiñendo de un carácter “poco iluminado” o poco científico a su valor constructivo.
Esto desde luego que nos aleja de todo conocimiento profundo por desconocer qué verdaderamente habían descubierto estas civilizaciones que nosotros no sabemos ni soñamos con manejar.
Hay indicios de que dominaban la energía eléctrica, como lo atestigua la imagen. Este artefacto fue probado con elementos naturales, agregándole ácido cítrico y funcionaba perfectamente, lo que nos confirma tal afirmación y demuestra que en la pirámides, por ejemplo no se hayan encontrado rastros de tizne de antorchas en su oscuro interior. Pensándolo bien, a quien se le ocurre hacer fuego en lugares y pasadizos apenas ventilados y de estancias prolongadas como se sabe que tenían.
La imagen nos muestra un resorte o un espiral metálico perfecto datado en 31.800 años. Me quedo congelado de pensarlo y me corre un frío por la espalda. Las conclusiones, reitero una y otra vez se las dejo a usted sobre el origen, su procedencia y su uso.
Tomemos una vez más como referencia la efigie egipcia porque es de los monumentos que tenemos y contamos, a la vista de cualquiera y al acceso de todos nosotros. Ella en sí mismo es un cúmulo de datos que nos dejan boquiabiertos. La erosión antes formulada nos habla de un período de antes de la era glaciar, unos 10.500 años antes de Cristo. Unos miles de años antes de la época de los faraones.
Hablando de efigies, también tenemos por estas latitudes las estatuas enormes de rasgos africanos, también de miles de años de antigüedad, cuando se supone que los africanos no fueron cordialmente invitados a estas tierras sino hace apenas 500 años.
Estas efigies son Olmecas, mexicanas. La efigie morena, puede verse que se trata de un líder sin
dudas, por su expresión, sus rasgos y mirada.
Aquí les presento a Biracocha, no sé si Dios, no sé si hombre en presencia corpórea en esta
civilización andina boliviana. Pero sí una figura de grandísima importancia. No les puedo decir que
fuera una persona o Dios, reitero, aunque debo confesarles que hay algo muy extraño en esta representación y es la altura, sus bigotes y su barba. En el tiempo que fue tallada faltaban como 1.000 años, por lo menos para que apareciera el español; alto -por lo menos más que ellos- y barbado. Es decir, hay una percepción aunque más no sea de visión apocalíptica que la encabeza o está formada por seres que nada tienen que ver en aspecto y apariencia con ellos.
Si este hecho puede dejar inconexos a más de uno, cómo cotejaría usted los datos hallados en las momias tanto de México, como de Egipto donde aparecen rastros de cocaína y nicotina, que solo pudieron extraer o importar de Sudamérica, de donde son naturales las hierbas de esas sustancias. Desde luego que se ridiculizó a la científica alemana que halló estas sustancias, pero ella siguió comprobándolo con cientos de momias analizadas. ¿qué nos sugiere? Que, o se cruzó mucho antes el océano y se entabló comunicación entre sí, o existieron medios de transporte que facilitaron dicho contacto. O, teoría ya en el terreno de la ficción, pero también plausible de análisis, esas edificaciones facilitaban una especie de “tele-transportación” donde se intercambiaría dichas sustancias, pasaje de humanos y demás. Porque desde luego que no son tumbas, por lo menos originariamente, y las que parecían tener ataúdes, que no lo eran por cierto, estos aparecieron vacíos.
Platón nos habló sobre un continente perdido. Una civilización que alcanzó el más alto grado de evolución y de la que pocos restos geográficos se pueden hallar, por lo menos hasta entonces. La Atlántida es esa suerte de leyenda que cada vez más forma parte de la historia reciente, por los numerosos hallazgos no humanos, sino material intangible que hace más referencia a conocimiento que a pertenencia.
La ciencia niega absolutamente la teoría o la afirmación ya, por parte de muchos estudiosos, de la existencia de un fenómeno catastrófico global que las diversas religiones denominan más o menos como el Diluvio Universal. Que existió tal catástrofe cada vez quedan menos dudas, tal vez no se sepa cuándo exactamente y cómo afectó cada porción de la tierra, pero hubo un cataclismo y se evidencia en las capas no solo terrestres sino en los hielos de los polos. En Groenlandia, se investigó extrayendo del hielo profundo, tubos helados conteniendo toda la información de hace 10.500 años atrás. Se pudo observar cómo el mundo había sufrido un cambio en su temperatura de 5º apenas en apenas tres años, provocando daños inimaginables en la poblaciones animales y humanas de entonces. Se pudo verificar que hay mayor sedimentación de cenizas volcánicas que en un periodo de 110.000 años. Lo que se llamó la Era Glaciar, marcó en el globo un derretimiento de los hielos polares y un crecimiento inaudito de las aguas. Según se afirma, se podía caminar desde Gran Bretania a Escandinavia antes de este suceso diese forma al mar del norte. Eso explica los hallazgos de ballenas en Michigan y la fosa de alquitrán en La Brea, California justo en cima de un yacimiento petrolífero. Allí el asfalto brotó desde la tierra dejando “congelados” para la posteridad a cientos de animales. Especies que no son precisamente originarias de éstas latitudes, pero si en los últimos 40.000 años. Esa fosa es como un gran libro que nos muestra las más variopintas razas de animales que incluyen, mamuts, perezosos, tigres diente de sable y caballos, como así también camellos. Cerca del 10.500 a.C. y en pocas décadas la naturaleza extinguió gran parte de esa fauna terrestre. En los anteriores 200.000 años se habían extinguido un tercio de esa cantidad.
Pero se cree que el diluvio universal es un mito y tal vez porque los que cuentan o reseñan dicho hecho son orientaciones religiosas o muy emparentadas por la ciencia. Y sabemos que hay una gran contienda entre ciencia y religión. Aunque podemos comprobar que la mayor contienda la tiene con la iglesia católica, todo lo que es considerado sospechosamente ritual es puesto en el mismo lugar, en el del ridículo. Mal que le pese a científicos y descreídos hubo civilizaciones con sabiduría que cotejaba tanto los conocimientos harto avanzados como podemos comprobar, con la concepción espiritual.
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