Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Instituto Tavistock (IX): La revolución psicodélica de la CIA. MK-ULTRA

Viene de aquí.

Las puertas de la percepción: La revolución psicodélica de la CIA
«El malestar que bullía en el campus en 1960, bien podría haber pasado o haber tenido un desenlace positivo, si no hubiera sido por la traumática decapitación que sufrió la nación con el asesinato de Kennedy y el uso generalizado de las drogas.
El consumo de drogas había servido siempre de "herramienta analítica" al romanticismo del siglo XIX como al simbolismo francés, y su uso fue generalizado entre los bohemios europeos y americanos hasta bien entrado el período de posguerra de la Segunda Guerra Mundial. Pero en la segunda mitad de los años cincuenta, la CIA ylos servicios de inteligencia de los aliados comenzaron a experimentar exhaustivamente con el alucinógeno LSD, con el fin de investigar el potencial que tenía para el control social. Actualmente, de acuerdo con información bien documentada, se sabe que se fabricaron y distribuyeron millones de dosis de dicha sustancia bajo los auspicios de la operación MK-ULTRA de la CIA. El LSD, que se convirtió en la droga elegida dentro de la propia agencia, se introdujo poco a poco en el mundo académico y de ahí pasó a la sociedad en general.
»Por ejemplo, fue Gregory Bateson, veterano de la División de Investigación y Análisis de la OSS, quien "enganchó" al poeta beat Allen Ginsberg para experimentar los efectos de la droga que la Marina de Estados Unidos llevaba a cabo en Palo Alto, California. No sólo Ginsberg, sino también el novelista Ken Kesey y los miembros originales del grupo de rock Grateful Dead abrieron las puertas de la percepción por cortesía de la Marina.» [1]
Muchos jóvenes se transformaron en «cabezas muertas» imitando al grupo Grateful Dead, del cual era líder Jerry García. Jim Keith, veterano periodista de investigación, escribió:
«Existe un memorándum interno del FBI, que data de 1968, donde se menciona que se empleó a Grateful Dead "para canalizar la protesta y la rebeldía de la juventud hacia direcciones más benignas e inofensivas". Prestaron un servicio de importancia vital desviando a muchos jóvenes hacia las drogas y el misticismo, en vez de hacia la política. » [2]
En 1957, Timothy Leary, gurú de la «revolución psicodélica», oyó hablar por primera vez de los alucinógenos en la revista Life (cuyo director, Henry Luce, consumía con frecuencia ácido [dietilamida de ácido lisérgico] que le proporcionaba el Gobierno, como lo hacía con muchos otros líderes de opinión) y
comenzó su trayectoria profesional como empleado de la CIA.
«En 1977, en una reunión de pioneros del ácido, Leary reconoció sin ambages que "todo lo que soy se lo debo a la previsión de la CIA".» [3]
El doctor Humphry Osmond, en su libro Understanding Understanding [Entender el entendimiento] escribió que
«la introducción en los años sesenta de las principales drogas psicodélicas fue consecuencia de la investigación de la CIA sobre su posible uso militar». [4]
Dichos experimentos, que llevaban diferentes nombres en clave, se desarrollaron en más de ochenta campus universitarios y contribuyeron sin querer a popularizar el LSD. Miles de estudiantes universitarios fueron utilizados como conejillos de Indias sin saberlo. Y no tardaron en empezar a sintetizar el ácido ellos mismos.

A partir de 1962, el Instituto de Investigación para la Defensa Nacional de la RAND Corporation [5] de Santa Mónica, California, inició también un estudio secreto de cuatro años sobre el efecto del LSD, el peyote y la marihuana, como herramientas de evaluación psiquiátrica, en los casos de psicosis. La RAND Corporation [6] —que nació del Estudio de Bombardeos Estratégicos de la época de guerra, un «análisis de costes» de los efectos psicológicos sufridos por los núcleos de población alemanes tras los bombardeos— es un centro de investigación que goza de financiación federal y está patrocinado por la Oficina del Secretario de Defensa y por el Council on Foreign Relations. El estudio se basó en el trabajo del psiquiatra W. H. McGlothlin, que llevó a cabo unas investigaciones preliminares sobre los efectos duraderos del LSD en determinadas actitudes de personas normales: una propuesta experimental.[7]

Michael Minnicino explica este fenómeno en el ejemplar del invierno de 1992 de la revista Fidelio:
«Los alucinógenos tienen el singular efecto de convertir a la víctima en un ser asocial, totalmente centrado en sí mismo y preocupado por los objetos. Hasta los objetos más banales adquieren el "aura" del que hablaba Benjamin y se vuelven atemporales e ilusoriamente profundos. En otras palabras, los alucinógenos proporcionan de manera instantánea un estado mental idéntico al que prescriben las teorías de la Escuela de Fráncfort. Y la popularización de estas sustancias amplió enormemente la posibilidad de llevar dichas teorías a la práctica. 
Así pues, la situación a comienzos de los años sesenta daba lugar a la reaparición de la Escuela de Fráncfort, y se explotó a fondo. Una de las máximas ironías de la "Generación del Ahora", de 1964 en adelante, es que, pese a todas sus protestas de encarnar la más rabiosa modernidad, ninguna de sus ideas ni de sus creaciones tenía menos de treinta años de antigüedad.

La teoría política provenía enteramente de la Escuela de Fráncfort; Lucien Goldmann, un radical francés que en 1968 era profesor invitado de la Universidad de Columbia, tenía toda la razón cuando dijo, en 1969, de Herbert Marcuse que
«los movimientos estudiantiles [ ... ] encontraron en las obras de dicho autor, y sólo en ellas, la formulación teórica de sus problemas y aspiraciones [con énfasis en el original]». 
El cabello largo y las sandalias, las comunas de amor libre, la comida macrobiótica, el estilo de vida libre; todo había sido diseñado a principios de siglo y había sido ensayado a fondo antes de 1920 mediante diversos experimentos sociales del movimiento Nueva Era o New Age relacionados con la Escuela de Fráncfort, como la comuna Ascona. [8]

Hasta la desafiante frase de Tom Hayden,
«Jamás hay que fiarse de alguien que tenga más de treinta años», 
era apenas una versión menos educada de la dicha por Rupert Brooke en 1905:
«No merece la pena hablar con nadie que tenga más de treinta años.» 
Los planificadores sociales que dieron forma a los años sesenta simplemente se basaron en materiales ya disponibles y llevaron el engaño un paso más allá. Pasaron por encima de la cordura y entraron en el mundo de las superdrogas a fin de utilizarlas para modificar la conducta y controlar la mente; un medio que terminaría permitiendo acceder sin trabas a la mente humana. [9]

Para entender las raíces de este engaño, es necesario remontarse al período que siguió a la guerra, durante el cual la Escuela de Fráncfort y el Instituto Tavistock de Londres aunaron esfuerzos para transformar la perversión marxista/freudiana de la psicología y de otras ciencias sociales en instrumentos de control social y de lavado de cerebro de las masas. [10]

Los dos pilares del ataque a la tradición intelectual estadounidense fueron la cibernética y la contracultura de las drogas.
«La contracultura de las drogas fue precisamente el arma que emplearon la Escuela de Fráncfort y sus compañeros de viaje a lo largo de los cincuenta años siguientes para crear un paradigma cultural que se apartase de la denominada matriz "autoritaria" del hombre hecho a la imagen y semejanza de Dios y la superioridad de la forma republicana de estado-nación por encima de cualquier otra forma de organización política.
Transformaron la cultura estadounidense y la desviaron hacia una matriz erótica y perversa, asociada con la actual tiranía de lo "políticamente correcto", de la tolerancia ante el deshumanizante abuso de las drogas, la perversión sexual y la glorificación de la violencia. Para los revolucionarios marxistas/freudianos de la Escuela de Fráncfort, el antídoto en última instancia de la odiada civilización occidental judeocristiana consistía en derrumbar dicha civilización, desde dentro, produciendo generaciones de necrófilos.» [11]
Si esta afirmación parece dura, fíjese en la que viene a continuación. En su obra de 1948, La filosofía de la música moderna, Theodore Adorno, líder de la Escuela de Fráncfort, dijo que la finalidad de la música moderna es literalmente volver loco a quien la escucha.
«Lo justificó afirmando que la sociedad moderna era un nido de maldad, autoritarismo y fascismo potencial, y que únicamente destruyendo la civilización por medio de la difusión de todas las formas de pesimismo cultural y de perversidad, podía llegar la liberación.» 
Sobre el papel desempeñado por la música moderna, escribió:
«No es que la esquizofrenia se exprese directamente en ella, sino que la música lleva impresa en sí misma una actitud similar a la de los enfermos mentales. La persona se provoca a sí misma la desintegración.
[ ... ] Imagina el cumplimiento de la promesa por medio de la magia, pero aún así dentro de la realidad inmediata. [ ... ]
Su preocupación es la de dominar los rasgos esquizofrénicos mediante la conciencia estética. Y al hacerlo, abriga la esperanza de reivindicar que la locura es la verdadera salud.»
«La necrofilia —añadió— es la máxima expresión de la "verdadera salud" de dicha sociedad enferma.»
«Eric Fromm, otra figura prominente de la Escuela de Fráncfort, dedicó una buena parte de su obra fundamental de 1972, La anatomía de la destructividad humana, al análisis de la necrofilia, la cual, según dijo, era la tendencia dominante en la sociedad moderna. Fromm definió la necrofilia diciendo que abarcaba todas las formas de obsesión por la muerte y la destrucción, en particular las que tenían intensas connotaciones sexuales. Irónicamente, al parecer, la "cura" que proponía contra esta perversión social generalizada era la contracultura de las drogas, el rock y el sexo que apareció a finales de los años sesenta.» [12]

LA LIBERACIÓN MEDIANTE EL ABUSO DE LAS DROGAS

Anteriormente, en 1952, al director de la CIA le había llegado una propuesta en la que se exponía un mecanismo de financiación de proyectos sumamente sensibles de investigación y desarrollo que estudiasen el uso de sustancias biológicas y químicas, como el LSD, para alterar la conducta humana. El 13 de abril de 1953 se creó MK-ULTRA, con la finalidad expresa de investigar y desarrollar materiales químicos, biológicos y radiológicos que habrían de emplearse en operaciones clandestinas, que fueran capaces de controlar o modificar la conducta humana.

A medida que se fueron presentando estas monstruosas ideas de ingeniería social en masa como la alternativa "humanista" a la guerra mundial en la era de la bomba atómica y la bomba de hidrógeno, fueron lanzándose proyectos cruciales que darían forma a la puesta en práctica de ese Mundo Feliz y nos llevarían a rastras, hoy, hacia el mundo de la Conspiración de Acuario. [13]

Merece la pena señalar que uno de los cuatro directores del proyecto Authoritarian Personality [Personalidad Autoritaria], R. Nevitt Sanford, desempeñó un papel fundamental en los experimentos realizados en los años cincuenta y sesenta y en el posterior uso masivo de las drogas psicodélicas. El proyecto, que data de finales de los años cuarenta, fue el responsable de introducir en los sesenta la contracultura de las drogas, el sexo y el rock en la generación de los nacidos entre 1945 y 1955.

En 1965, Sanford escribió el prefacio del libro Utopiates: The Use and Users of LSD 25 [Utopiáceos: el uso y los usuarios del LSD 251, publicado por Tavistock Publications, el brazo editorial de la preeminente agencia británica para la guerra psicológica, el Instituto Tavistock. Tavistock dirigió la División de Psiquiatría del Ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial, y despachó a Estados Unidos a muchos de sus mejores lavacerebros en el período inmediato de la posguerra, para que trabajasen en los proyectos secretos de control mental de la CIA y del Pentágono, entre ellos el proyecto MK-ULTRA, dedicado al estudio del LSD y de otras drogas psicodélicas.

En el prefacio del libro, Sanford, que dirigió el Stanford University Institute for the Study of Human Problems [Instituto de la Universidad Stanford para el Estudio de Problemas Humanos], un puesto fundamental para que el MK-ULTRA experimentara en secreto el uso de LSD, da las razones para legalizar las drogas que, a día de hoy, constituyen el núcleo de la propaganda del movimiento a favor de las drogas.
«La nación —escribió Sanford—, por lo visto, está impresionada por los aproximadamente cuarenta mil drogadictos que tenemos, a quienes se considera personas tremendamente díscolas, que deben ser reconducidas a toda costa mediante una carísima actividad policial. Sólo un puritanismo inquieto podría aprobar la práctica de centrarse en los drogadictos (en lugar de en los cinco millones de alcohólicos) y de tratarlos como si fueran un problema policial en vez de un problema médico y, al mismo tiempo, suprimir drogas inocuas como la marihuana y el peyote junto con las peligrosas.» [14]
Los principales propagandistas del actual grupo de presión de las drogas —George Soros, Ethan Nadelman y otros— basan sus argumentos para la legalización exactamente en el mismo charlatanerismo científico que expuso el doctor Sanford en Utopiates hace treinta y seis años.

La dietilamida de ácido lisérgico o LSD fue inventada en 1943 por Albert Hoffman, un químico de Sandoz A. B., una farmacéutica suiza propiedad de S. G. Warburg. El principal componente del LSD es el tartrato de ergotamina, que Hoffman convirtió en ergotamina sintética, una potente sustancia que altera la mente y es muy adictiva.
«Aunque no se dispone de documentación precisa sobre los patrocinadores de la investigación del LSD, podemos suponer, sin miedo a equivocarnos, que en ella participaron la inteligencia británica y su filial, la estadounidense OSS [Oficina de Servicios Estratégicos].
Allen Dulles, que era director de la CIA cuando ésta inició el programa MK-ULTRA, fue el jefe de oficina de la OSS de Berna, Suiza, mientras duró toda la investigación inicial de Sandoz. Uno de sus ayudantes era James Warburg, de la misma familia Warburg que contribuyó decisivamente a fundar en 1963 el Institute for Policy Studies, y trabajó tanto con Huxley como con Robert Hutchins. » [15]
Fueron 149 los subproyectos del programa MK-ULTRA, muchos de ellos relativos a la investigación de la modificación de la conducta, la hipnosis, los efectos de las drogas, la psicoterapia, los sueros de la verdad, los gérmenes patógenos y las toxinas de los tejidos humanos.

A efectos de inteligencia, el programa MK-ULTRA debía ocuparse de encontrar la forma de manipular la memoria. Así pues, había que dejar a un lado lo que los freudianos llaman «superego» y permitir al agente controlador el acceso directo a la mente de un agente enemigo: Ése era el primer paso. El segundo, consistía en borrar informaciones específicas de la memoria del sujeto y sustituirlas por recuerdos nuevos; lo cual permitiría a la agencia enviar de nuevo al agente a su territorio sin que supiera que había sido interrogado ni había desvelado información sensible. El tercero, iba más allá: ¿Se podría programar a ese agente enemigo para que realizara acciones en nombre de la agencia, sin saber quién había dado la orden ni por qué? Éste era el tema de la película El candidato de Manchuria.

Y sigue siendo esencial en el estudio de lo que hoy conocemos como hipnoterapia y psicoanálisis «profundo». Porque el psiquiatra busca acceder a las capas del inconsciente del paciente a fin de sacar información importante; entre ellas, traumas sufridos en la infancia, a fin de neutralizar los efectos de los mismos y, en algunos casos, reemplazar ciertas pautas de conducta con otras nuevas y aprobadas.

Los orígenes posibles de esta forma de actuar se encuentran, sin duda, en las prácticas satánicas del romanticismo del siglo XIX.
«Es de destacar la relación existente entre los británicos H. G. Wells y Betrand Russell y el líder del teosofismo Aleister Crowley, y el papel que desempeñó Aldous Huxley en la promoción de lo que originalmente se conoció como psicotomimética («imitación de la psicosis») o drogas psicodélicas.» [16]
Dicha relación pone de manifiesto la índole satánica del trabajo de Aldous Huxley y otros en la preparación de lo que más adelante resultó ser la «contracultura de las drogas, el sexo y el rock» de los años sesenta.
«Crowley y Aksel Muenthe, que residía en Capri, fueron las principales figuras de la secta satánica/anticristiana del teosofismo, de principios del siglo xx. Es ilustrativa la publicación en Viena de la revista prosatánica Lucifer, que contaba con la participación de Crowley. El papel de Máximo Gorki en la Gruta de Capri formó parte de la actividad anterior a la Primera Guerra Mundial de estos círculos prosatánicos. El compositor Richard Wagner y el filósofo Friedrich Nietzsche fueron dos figuras clave de ese movimiento anticristiano.
Para Muenthe y otros, el primer anticristo fue el emperador Tiberio, cuyo yerno, Poncio Pilato, mandó ejecutar a Jesucristo.» [17]
En este círculo se introdujeron Aldous y Julian Huxley, de la mano de H. G. Wells y Bertrand Russell, a finales de los años veinte y principios de los treinta. Es de resaltar que la Josiah Macy Jr. Foundation de los años cuarenta y cincuenta era uno de los principales centros de reunión, donde solían encontrarse los artífices de la contracultura de drogas, sexo y rock and roll de los jóvenes.

MODELO DE PSICOLOGÍA DE MASAS

Los británicos tenían un precedente de la contracultura que impusieron a Estados Unidos: las ceremonias de cultos paganos de los imperios decadentes de Egipto y Roma. Y éstos contaban con una historia propia. Aquí es importante reseñar la continuidad del culto a Apolo. Hay familias de la «nobleza negra» de Roma cuyo linaje y tradiciones políticas se remontan a la antigua república romana.
«La república y el imperio bajo el que vivieron sus antepasados estaban a su vez controlados por la rama romana del culto a Apolo. En aquella época, dicho culto se manifestaba de diversas maneras, la institución más usurera de recolección de deudas de toda la región mediterránea», [18]
un servicio de inteligencia política, una secta y a su vez un creador de sectas.

Desde la muerte de Alejandro Magno hasta que el culto a Apolo dejó de practicarse para dar paso al estoicismo, que él mismo había creado durante el siglo II a.C., la base de dicho culto fue el Egipto tolemaico, desde el cual la secta controlaba a Roma. En Egipto, el culto a Apolo sincretizaba los cultos a Isis y a Osiris como imitación directa del culto frigio a Dionisio y su imitación romana, el culto a Baco. Allí fue donde el culto a Apolo creó la secta del irracionalismo estoico.

El culto a Apolo establecido por el Imperio romano, creó el derecho romano basándose en la antihumanista ética nicomáquea de Aristóteles. Ésa es la tradición transmitida por las familias «negras» de Roma. Familias de Roma que, con el tiempo, fueron conocidas como la Nobleza Negra veneciana, cuyos miembros en la actualidad ocupan puestos de importancia clave en los círculos más íntimos de organizaciones como el grupo Bilderberg. Esa tradición persistió al amparo de distintas instituciones, preservando siempre intactas la visión esencial del mundo y la doctrina.

La monarquía británica, la parásita clase de los aristocráticos lores ingleses y las facciones feudalistas de la Orden de Malta, dominadas por los británicos, constituyen la expresión moderna de la tradición y las políticas ininterrumpidas del antiguo culto a Apolo.

Quienes creen en las doctrinas aristotélicas saben que,
«debido a las condiciones de formación y de libertad para innovar que exige el progreso científico y tecnológico generalizado, el ciudadano dedica el potencial creativo de su mente, en contradicción con el sistema oligárquico.
»Lo que los aristotélicos llevan milenios repudiando y temiendo es el hecho de que saben que el progreso científico y tecnológico persistente y generalizado, como política rectora de la sociedad, supone una hegemonía de la república que pone fin para siempre a la posibilidad de establecer un gobierno oligárquico mundial». [19]
Han recurrido a los mismos métodos que empleaban los antiguos sacerdotes de Apolo —la promoción de las sectas dionisíacas de culto a las drogas, contraculturas orgiástico-eróticas, chusmas desquiciadas de «rompemáquinas» y maníacos terroristas—para volver semejante mezcla de turbas enloquecidas contra las fuerzas de la sociedad dedicadas al progreso científico y tecnológico.

La descripción que se ofrece a continuación de las ceremonias de la secta corresponde a los sacerdotes de Isis del III milenio a.C, pero bien podría ser la descripción en términos periodísticos de un encuentro hippie alrededor del año 1969 de nuestra era:
«Los actos o gestos que acompañan a los ensalmos constituyen el rito (de Isis). En estas danzas, el retumbar de los tambores, el ritmo de la música y los movimientos repetitivos se acompañaban de sustancias alucinógenas como el hachís o el mescal. Dichas sustancias se consumían como coadyuvantes para crear el trance y las alucinaciones que, según se creía, eran la manifestación de la visita del dios. Las drogas eran sagradas y el conocimiento de las mismas estaba restringido a los iniciados.
[ ... ] Posiblemente porque provocaban la ilusión de ver satisfechos los deseos y pemitían que escaparan los sentimientos más íntimos, estos ritos adquirían durante su ejecución un carácter frenético que se aprecia claramente en determinados conjuros: "¡Retírate! Ra te perfora la cabeza, te acuchilla el rostro, te parte el cráneo y lo aplasta con las manos; te pulveriza los huesos y te corta los miembros en pedazos."» [20]
En primer lugar, se consumen drogas cuando se rinde culto a Isis. Se trata de una secta de sumos sacerdotes y de rituales secretos. Durante siglos, la familia real británica y amigos de la misma pertenecientes a la clase dirigente han seguido estos rituales en secreto. Es un culto que se practicó en Egipto durante la Tercera Dinastía del Reino Antiguo, alrededor del año 2780 a.C. El culto a Isis es esencialmente pagano, es la primitiva adoración a la madre. Los sacerdotes de Isis formaban un círculo cerrado, sus nobles tenían el control de la sociedad, el dominio de la voluntad de los seres humanos, y explotaban y sometían a las personas. El culto a Isis se «popularizó», pero sin sus secretos, gracias a la obra de Edward Bulwer-Lytton, un sumo sacerdote de Isis, titulada Los últimos días de Pompeya.

El hijo de Bulwer-Lytton, Robert, fue virrey y gobernador general de la India desde 1876 hasta 1880, período en el que aumentaron enormemente las exportaciones de opio bengalí a China. Lytton fue el mentor de lord Palmerston, ministro de Asuntos Exteriores durante las guerras del opio, que obligaron a China no sólo a continuar sino a expandir la venta de opio en aquel país. Una ocultista rusa, madame Blavatsky, popularizó aún más el culto a Isis con su libro Isis sin velo.

Lord Bertrand Russell, que se incorporó a la Escuela de Fráncfort en su afán de practicar la ingeniería social de masas con el fin de destruir el poder creativo del ser humano y al mismo tiempo desbaratar las culturas europea y americana, fue quien levantó la liebre en su libro The Impact of Science On Society [El impacto de la ciencia en la sociedad], publicado en 1951. En él dice:
«La fisiología y la psicología abren un campo a la tecnología científica que está aún por desarrollar. Dos grandes hombres, Pavlov y Freud, han puesto los cimientos. No acepto la opinión de que ambos están necesariamente en conflicto, pero aún está en duda qué estructura se va a construir sobre dichos cimientos. Creo que la psicología de masas va a tener una importancia política considerable.
[ ... ] Su interés se ha incrementado enormemente gracias al aumento de métodos modernos de propaganda. Entre estos métodos, el de mayor influencia es el que llamamos "educación". La religión desempeña su papel, aunque cada vez menor; la prensa, el cine y la radio tienen, en cambio, un papel cada vez más prominente.
[ ... ] Cabe esperar que, con el tiempo, cualquiera sea capaz de convencer a otro de lo que sea, con tal de que el paciente atendido sea una persona joven y el Estado le proporcione dinero y bienes materiales.»
Y Russell continúa diciendo:
«Se harán grandes avances en este tema cuando se hagan cargo de él los científicos bajo la dictadura de la ciencia. [ ... ] Los psicólogos sociales del futuro tendrán varias clases de escolares en los que ensayar diferentes métodos a través de los cuales conseguir convencer, de forma incontestable, de que la nieve es negra. Pronto se llegará a varias conclusiones. La primera, que la influencia del hogar es un estorbo. La segunda, que no se puede conseguir gran cosa a menos que el adoctrinamiento comience antes de los diez años. La tercera, que los versos acompañados de música y entonados repetidamente son muy eficaces. La cuarta, que la opinión de que la nieve es blanca debe ser considerada una señal de que existe un gusto morboso por la excentricidad.
Pero les prevengo. Compete a los científicos del futuro hacer precisas estas máximas y descubrir cuál es el coste exacto de hacer creer a los niños que la nieve es negra y cuánto menos costaría hacerles creer que es gris oscura.»
Russell concluye con una advertencia:
«Aunque esta ciencia se estudiará con diligencia, quedará rígidamente confinada a la clase dirigente. No se le permitirá al populacho saber cómo se han generado las convicciones que tiene. Cuando la técnica haya sido perfeccionada, todo gobierno que lleve una generación entera dirigiendo la política educativa podrá controlar a sus súbditos sin ser cuestionado, sin necesidad de ejércitos ni policías.» [21]
Los Russell fueron una familia noble inglesa que alcanzó un lugar prominente durante el reinado de Enrique VIII. «Nuestro» conde Bertrand Russell era el nieto de lord John Russell (1792-1878), quien fue dos veces primer ministro en la época de la reina Victoria.



Continúa aquí.

NOTAS

1.Michael Minnicino, «The Frankfurt School and Political Correctness», Fidelio, invierno de 1992.
2. Jim Keith, Mmd Control World Control, Adventures Unumited Press, Stelle, II, 1977.
3.Michael Minnicino, «The Frankfurt School and Political Correctness», Fidelio, invierno de 1992.
4. Humphry Osmond, John A. Osmundsen, Jerome Agel, Understanding Understanding, Harper & Row, Nueva York, 1974.
5.Los clientes fueron, entre Otros, el Pentágono, AT&T, Chase Manhattan Bank, IBM, el Partido Republicano, Las Fuerzas Aéreas de EE.UU., el Departmento de Energía de EE.UU. y la NASA. El intercambio de dirigentes entre los administradores de Rand y las fundaciones Ford, Rockefeller y Carnegie es un clásico del modus operandi de CFR/ Bilderberg. En 1952 la Fundación Ford dio un millón de dólares a Rand, en una época en la que el presidente de la Fundación Ford era al mismo tiempo el presidente de Rand.
6. Rene Wormser, Foundations: Their Power and Influence, pp. 65-66, Covenant House Books, Sevierville TN, 1993.
7. Según un informe de RAND, documento número P-2575, reedición de 2004,
«un experimento que intenta medir cambios duraderos en las actitudes, los valores y la capacidad comunicativa resultantes de la administración de LSD. En particular, las medidas se concentrarían en los cambios operados en las mentalidades estrechas, reflejados en el grado de dogmatismo, terquedad y etnocentrismo».
8. La influencia dominante en Ascona vino de la mano del doctor Otto Gross, discípulo de Freud y amigo de Carl Jung. Sus seguidores más famosos fueron Frieda y D. H. Lawrence y Franz Kafka.

Fueron los borradores originales de lo que más tarde se convertiría en un proyecto supersecreto del Programa Monarca de la CIA. Es decir, la «guerra psicológica subconsciente» que convirtió a millones de ciudadanos inocentes en zombis programados por la CIA fue producto en parte de la mente de Gross.

Además, es escalofriante ver el número de intelectuales venerados hoy en día como héroes culturales que fueron influenciados por la locura del movimiento New Age en Ascona, incluidos entre ellos casi todos los autores que han disfrutado de reconocimiento en Estados Unidos en los años sesenta y setenta. Por ejemplo, Ascona y su filosofía aparecen en las obras no sólo de Lawrence y de Kafka, sino también de los premios Nobel Gerhardt Hauptmann y Hermann Hesse, H. G. Wells, Max Brod, Stefan George, y de los poetas Rainer Maria Rilke y Gustav Landauer. En 1935, Ascona se convirtió en la sede de las conferencias anuales Eranos de Carl Jung con el objetivo de popularizar el gnosticismo.

Ascona fue también el lugar de la creación de la mayor parte de lo que hoy llamamos danza moderna. Fue sede de Rudolf von Laban, creador de la Labanotación, su método de notación matemática, donde documentó todas las posturas del movimiento humano y que posibilitó a los coreógrafos el registro de los pasos de los bailarines. Laban buscó reemplazar las geometrías formales del ballet clásico con recreaciones de danzas de sectas que fueran capaces de repetir los recuerdos primordiales raciales del público. Cuando los nazis llegaron al poder, Laban se convirtió en el oficial de más alto rango de baile que había en el Reich.

Además, aunque el movimiento dadaísta tuvo su origen en las cercanías de Zúrich, todas sus primeras figuras fueron de Ascona física o filosóficamente.

9.Michael Minnicino, «The Frankfurt School and Political Correctness», Fidelio, invierno de 1992.
10.Jeffrey Steinberg, «From Cybernetics to Littleton: Techniques of Mind Control», EIR, abril de 2000.
11.Ibid.
12.Ibid.
13.Ibid.
14.Ibid.
15. Humphry Osmond, John A. Osmundsen, Jerome Agel, Understanding Understanding, Harper & Row, Nueva York, 1974.
16.Lyndon H. LaRouche, Jr., «Star Wars and Littleton», EIR, junio de 1999.
17.Ibid.
18.«How to Profile the Terrorist», EIR, septiembre de 1978.
19.Ibid.
20. Paul Ghalioungui, The House of Life: Magic and Medica' Science in Ancient Egypt, Schram Enterprises, Nueva York, 1974.
21. Bertrand Russell, The Impact of Science on Society, Routiedge, Florence, KY, 1985.

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