Por Alexander Dugin
Saludos, están viendo Dugin’s Guideline. La situación en torno a Rusia a nivel internacional está empeorando gradualmente. Incluso los analistas internacionales más atentos han observado esto. Recientemente, el think tank Stratfor publicó un artículo con un título expresivo: The U.S. and Russia Plan for Conflict.
¿Por qué están llamando la atención sobre este conflicto ahora? La oposición entre la Tierra (Rusia) y el Mar (los EEUU y los miembros de la OTAN) es algo constante e inmutable. Si uno pierde algo, el otro gana algo, y viceversa. Sólo los ingenuos y los agentes de influencia directa pueden creer en el “reset” de la “amistad” con Occidente. Pero ¿por qué el duelo entre estas civilizaciones se ha vuelto más intenso sólo recientemente?
Hay muchas explicaciones para ello. Pero vamos a considerar la situación interna en los EE.UU., ya que es aquí donde podemos encontrar la respuesta más exacta. En efecto, Donald Trump es un verdadero desafío para todo el establishment estadounidense, que no representa a los Estados Unidos, sino a la oligarquía financiera mundial, las empresas transnacionales, y las sectas fanático-globalistas. Trump es el candidato de Norteamérica, porque los Estados Unidos es un Estado-nación con intereses específicos e intereses nacionales comprensibles. Rusia, de hecho, no es un enemigo para un estado tal, pero es un enemigo para los globalistas y los atlantistas, ya que la soberanía rusa no les permite controlar totalmente el mundo.
Rusia no es un enemigo de los Estados Unidos. Si Trump gana las elecciones, estará del lado del realismo, como ha prometido. Y las principales contradicciones entre Rusia y los EE.UU. desaparecerán: cada uno se centrará en sus propios problemas y no interrumpirá al otro. Es un escenario ideal. Pero los globalistas no establecieron su dominio sobre el mundo (en primer lugar en Norteamérica), crearon sus redes, y plantaron agentes liberales de influencia para darse por vencidos tan fácilmente. ¡Ellos pueden caer sólo por Trump! Él puede crear las condiciones para la paz. Pero los globalistas necesitan la guerra. Ellos no necesitan la paz, a Trump, o a Rusia. Es por eso que tratan de agravar las relaciones con Moscú. Actualmente están interesados en esto más de lo habitual.
Lo más probable es que el objetivo de los que con arrogancia se piensan a sí mismos como el Gobierno Mundial o su equivalente, sea aumentar las tensiones con Rusia hasta el punto de que, en la víspera de las elecciones, la situación se convierta, no en una guerra fría, sino en una caliente. Sí, una Tercera guerra mundial es muy probable. Esta idea es horrible. Por supuesto, estar en el borde y llegar a cruzarlo son dos cosas diferentes, pero los riesgos son muy altos. Si se alcanza el nivel crítico, después de las elecciones los globalistas obtendrán algunos dividendos, independientemente del ganador final: Hilary, como candidato directo de los neoconservadores maníacos, o el populista Trump. Si Hilary llega a la presidencia, puede retrasar el conflicto y ganar algunos puntos jugando al mantenimiento de la paz. Su popularidad es crucial, ya que la mayoría de los estadounidenses no la aceptan y nunca lo harán, aunque los globalistas la impongan.
Es por eso por lo que Hilary está interesada en hacer frente a nuestro país hasta el borde de la guerra. Hilary no es sólo una persona, sino también el rostro de la poderosa élite globalista. Si Trump gana, no será capaz de poner en práctica su proyecto de neutralidad armada con Rusia en un conflicto directo, ya que su posición a favor de una distensión murtuamente beneficiosa será considerada una traición. Así que la escalada se ralentizará en caso de una victoria de Trump.
Y, por último, si todo saliera mal en los EE.UU., y no podemos descartarlo, la situación de emergencia y la alta amenaza de guerra con Rusia pueden ser la causa para prolongar la legislatura de Obama. Más tarde él puede ser culpado de todo, pero la historia de Trump terminaría, y los globalistas se librarían.
Así que tenemos que estar preparados para el peor de los casos. Es poco probable que losEE.UU. comiencen una guerra contra Rusia, pero son capaces de fingir que están dispuestos a hacerlo. Y tal póquer geopolítico no es sólo un juego.
Adiós, ha visto usted Dugin’s Guideline.
Podemos evitar la guerra sólo si somos fuertes y estamos dispuestos a ir hasta el final. No el pacifismo, sino el poder defensivo es la garantía de un mundo real y estable.
Fuente: Katehon.
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