Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

viernes, 19 de junio de 2009

¿Por qué los europeos creemos ser libres? La guerra contra nosotros continúa

Impresionante artículo. Hay que estar muy ciego para no ver quién o quiénes nos gobiernan y cuáles son sus objetivos.

La policía del pensamiento británica


Hal G. P. Colebatch 21 de abril 2009

Artículo traducido del diario The Australian
Gran Bretaña parece estar convirtiéndose en el primer estado moderno totalitario. Como profesor a tiempo parcial de ciencia política y leyes internacionales, no uso el término totalitario alegremente.
No hay campos de concentración ni gulags pero hay policía del pensamiento con poderes sin precedentes para dictar la forma de pensar y olfatear la herejía, y pueden haber duros castigos para los disidentes.
Nikolai Bukharin decía que una de las tareas principales de la Revolución Bolchevique era la de "alterar la psicología de la gente". Gran Bretaña no es bolchevique, pero hay una campaña para modificar la psicología del pueblo y crear el nuevo Homo britannicus, y esta campaña discurre sin disimulo alguno.
El Gobierno quiere introducir leyes que criminalicen los chistes políticamente incorrectos, con una pena máxima de hasta siete años de prisión. La Casa de los Lores trató de introducir una enmienda favorable a la libertad de expresión, pero el Secretario de Justicia Jack Straw logró derrotarla. Fue Straw quien previamente abogó por una redefinición de lo que significaba ser Inglés y sugirió que "el equipaje global del Imperio" estaba unido a la violencia en el fútbol de "racistas y xenófobos varones blancos". También dijo que los ingleses eran "propensos a la violencia" y eso se usó para subyugar a Irlanda, Escocia y Gales, y que los ingleses como raza eran "potencialmente muy agresivos".
En los últimos 10 años he recogido informes de muchos casos de castigos draconianos, que incluyen el arresto y procesamiento de niños, por crímenes del pensamiento y delitos contra la corrección política.
El presidente del Countryside Restoration Trust y columnista Robin Page dijo en una manifestación contra las leyes gubernamentales contra la caza en Gloucestershire en 2002: "Si eres musulmana, negra, lesbiana, vegetariana, buscadora de asilo, tienes solo una pierna y eres camionera, quiero los mismos derechos que tú." Page fue arrestado, y después de cuatro meses recibió una carta que decía que no se presentarían cargos de momento, pero que: "si nos llegan más pruebas en la que usted se vea envuelto, actuaremos contra usted." Le costó cinco años limpiar su nombre.
Page al menos era un adulto. En septiembre del 2006, una chica de 14 años, Codie Stott, le pidió a un profesor si se podía sentar con otro grupo para hacer un trabajo de ciencias pues las chicas de su grupo solo hablaban en urdu. La primera respuesta del profesor fue, según Stott, gritarle: "¡Eso es racismo, vas a ser detenida por la policía!" Contrariada y aterrada, la chica salió fuera para calmarse. El profesor llamó a la policía y unos días después, cuando todo parecía olvidado, fue arrestada y llevada a una comisaría de policía, donde le tomaron las huellas digitales y la fotografiaron. Según su madre, fue encerrada en una celda durante 3 1/2 horas. Fue interrogada por la sospecha de haber cometido un delito racista contra el orden público y posteriormente liberada sin cargos. La escuela investigó las acciones que podía iniciar, no contra el profesor, sino contra Stott. El director Anthony Edkins dijo: "Se ha hecho una acusación seria sobre una observación motivada por el racismo. Nosotros queremos asesgurarnos de que haya una actitud tolerante hacia los alumnos de todas las etnias y no toleraremos el racismo en ninguna de sus formas."
Un niño de 10 años fue arrestado y llevado ante el juez, por llamar a otro niño de 11 años "Paki" y "bin Laden" durante una discusión en el patio de recreo en una escuela primaria (el otro niño le había llamado mofeta y Teletubby). Cuando el caso llegó al Tribunal le había costado a los contribuyentes 25.000 libras. El acusado estaba tan angustiado que había dejado de ir a la escuela. El juez, Jonathan Finestein, dijo: "¿Hemos llegado al punto de procesar a niños de 10 años a causa de la corrección política? Hay crímenes mayores ahí fuera y la Policía no se molesta en perseguirlos. Esto es un disparate."
Finestein fue atacado ferozmente por los líderes de los sindicatos de profesores, como en aquellos juicios de caza de brujas, en los que cualquiera que hablara a favor de un acusado o señalara defectos en el procedimiento, era inmediatamente señalado como bruja(o) y era candidata(o) a ser quemada(o).
La policía contra los crímenes motivados por el odio investigaron a Basil Brush, un muñeco con forma de zorra de un programa de televisión para niños, que había hecho un chiste sobre gitanos. La BBC dijo que Brush se había comportado inapropiadamente y aseguró a la policía que el episodio sería prohibido.
La policía advirtió a un obispo por no haber hecho suficiente para "celebrar la diversidad", parece que a la policía se la ha habilitado para imponerla. Un hogar cristiano para clérigos retirados y trabajadores religiosos perdió una subvención porque no reveló a la administración cuantos de sus residentes eran homosexuales. Que nunca lo huberan preguntado lo tomaron como evidencia de homofobia.
Sin embargo, el año pasado en una escuela, los padres musulmanes objetaron que a sus hijos se les diera libros que defendían el matrimonio entre personas del mismo sexo y que pudieran adoptar, y sus deseos fueron respetados y los libros retirados. Este año, en otra escuela, padres musulmanes y cristianos objetaron el mismo tipo de material pero sus objeciones han sido ignoradas y han sido amenazados con ser procesados si sacaban de la escuela a sus hijos.
Ha habido innumerables casos en los últimos meses de gente en escuelas, hospitales y otras instituciones que han perdido sus empleos por escrúpulos religiosos, a menudo, como en la antigua Alemania Oriental, no por hablar alto en público sino por hacerlo en conversaciones privadas, y ser posteriormente denunciado ante las autoridades. El crimen de una enfermera fue ofrecer rezar por un paciente, quien no se quejó, pero se lo mencionó a otra enfermera. Una recepcionista de una escuela primaria, Jennie Cain, cuya hija de cinco años fue amonestada por hablar de Jesús en clase, se enfrenta a ser despedida por buscar apoyo en su iglesia. Un email privado que ella envió a otros miembros de su iglesia pidiéndoles que oraran cayó en las manos de las autoridades de la escuela.
La permisividad así como el draconianismo pueden usarse para destruir los valores y las normas socialmente aceptadas. La Royal Navy, por ejemplo, ha instalado una capilla satanista en un barco de guerra para acomodarse a las inclinacionaciones de un miembro satanista de la tripulación. "¿Qué habría dicho de eso Nelson?". También se suministra parafernalia satanista a presos que la piden.
Esta campaña parece venir de organismos no elegidos democráticamente o de aparatos cuasi-gubernamentales que controlan varias instituciones, que no rinden cuentas a los electores, no proceden directamente del Gobierno, aunque el Gobierno claramente las apoya.
Cualquiera de estos incidentes podría ser rechazado como una aberración, pero tomados en su conjunto - y solo he mencionado una pequeña muestra -casi cada día se informa de casos similares - dibujan un cuadro muy claro.
El libro de Hal G. P. Colebatch, Blair's Britain, fue elegido como libro del año por el The Spectator en 1999.
Leed también este artículo. Voy a hacer una breve transcripción libre.

En la Europa Oriental, los partidos nacionalistas, tales como Jobbik en Hungría y el PRM en Rumanía, están contentos tras conseguir dos escaños en el Parlamento europeo. Sus electores están descubriendo finalmente que la respuesta al control mental comunista no pasa por los valores occidentales. A diferencia de los europeos occidentales, los votantes de Eslovaquia, Hungría y Rumanía están menos limitados por los cánones de la sensibilidad étnica que la prensa occidental ha conseguido inculcarnos. Muchos de ellos quieren conservar sus paises racial y culturalmente homogéneos y parecen haber tenido ya bastante del parloteo occidental sobre los milagros del mercado libre.
Krisztina Morvai, una atractiva abogada nacionalista cristiana y líder del partido húngaro Jobbik, no dudó en responder a un comentario de un "orgulloso judío húngaro" que la acusaba de fomentar el odio y pedía que fuera vetada en la política:
Estaría muy contenta si aquellos que se autodenominan orgullosos judíos húngaros jugaran en su tiempo libre con sus pequeños penes circuncidados, en lugar de desacreditarme. Tu gente está acostumbrada a ver que mi gente se levante y se adapte a vosotros cada vez que os pegáis un pedo. Esto ya se acabó. Hemos levantado nuestras cabezas y no volveremos a tolerar vuestro terror. Reconquistaremos nuestro propio país.
El terror comunista en la Hungría de después de la II Guerra Mundial, cuyo líder era un judío comunista, Mátyás Rosenfeld aka Rákosi, aún se conserva demasiado fresco en la memoria colectiva del pueblo húngaro, lo que hace que el país sea menos susceptible a ser intimidado por lo políticamente correcto, que se ha convertido en una marca registrada de Europa Occidental.
Mátyás Rosenfeld aka Rákosi: el “asesino calvo”
La siguiente descripción da una visión de la percepción pública sobre los judíos en la Hungría de esos tiempos:
Al principio de 1953, pero en aumento desde el discurso secreto de Khrushchev, algunos comunistas húngaros decían que el ambiente en Hungría era cada vez más antisemítico, y que era necesario que algún no-judío reemplazara a Rákosi (más tarde Gerő). La población húngara odiaba a los cuatro líderes comunistas que dominaban la Hungría de la postguerra, quienes curiosamente eran judíos: Mátyás Rákosi (Róth), Mihály Farkas (Wolf ), József Révai (Lederer), y Ernő Gerő (Singer). Durante una reunón en junio de 1953 en Moscú, Beria burlonamente se refirió a Rákosi como “rey judío.” Según un telegrama escrito durante su visita a Budapest en junio, Suslov también consideró que tantos judíos en los más altos cargos era un problema real. [Vladimir] Kryuchkov también informó de ello como de un problema .... [János Kádár le dijo a [Yuri] Andropov que solo durante el liderazgo arbitrario de Rákosi ser judío fue asociado con el régimen, implicando que una vez que Rákosi fuera cesado, el antisemitismo se disiparía.

miércoles, 17 de junio de 2009

Daniel Estulin: Los secretos del Club Bilderberg (II)

Viene de aquí.

Conozco el secreto para hacer que el norteamericano medio crea lo que yo quiera. Me basta con controlar la televisión… Pones algo en televisión y se convierte en real. Si el mundo de afuera de la tele contradice las imágenes, la gente empieza a intentar cambiar el mundo para que se parezca a lo que ve por la televisión…

HAL BECKER,
Features Group, entrevista concedida en 1981
No debería sorprendernos que durante los últimos cuarenta años el principal medio de lavado de cerebro haya sido una tecnología de imágenes en movimiento y grabación de sonido (televisión, películas, música grabada) capaz de cambiar nuestro propio concepto de verdad. En 1956, un hombre llamado Theodor Adorno, que luego sería el autor de la mayoría de las canciones de los Beatles, en Television and the Patterns of Mass Culture (La televisión y las pautas de la cultura de masas), explicó que la «televisión es un medio de condicionamiento y control psicológico como nunca se ha soñado». Para Adorno y sus colaboradores, escribe Harley Schlanger, la «televisión suponía un medio ideal para crear una cultura homogénea, una cultura de masas, a través de la cual se pudiera controlar y conformar la opinión pública de modo que todo el mundo en el país acabara pensando lo mismo»

Probablemente, este sea uno de los «descubrimientos» más sorprendentes de este capítulo. Tuve la suerte de ver la correspondencia privada entre EMI y Adorno, que me fue facilitada por un alto directivo de la empresa con contactos con el Servicio Secreto. Más aún, Adorno, uno de los principales filósofos de la Escuela de Frankfurt y autor de Introducción a la sociología de la música, cuyo objetivo era, como explica el autor, «programar una cultura musical de masas como una forma de control social masivo», un proyecto en el que también participó de forma activa el Instituto Tavistock. Su primer proyecto conjunto era el «Proyecto de la Investigación de la radio», cuyo objetivo era el análisis del impacto de un medio de comunicación de masas (la radio) en la cultura. Más aún, como decíamos, se tiene constancia de que Adorno dijo: «En la música no se piensa que uno pueda componer hoy mejor que Mozart o Beethoven, pero se debe componer atonalmente, pues el atonalismo es enfermo y la enfermedad, dialécticamente, es al mismo tiempo la cura… La extraordinaria reacción de protesta con la que la música se encuentra en
nuestra sociedad actual […] parece sugerir que la disfunción dialéctica de esta música ya puede sentirse negativamente como “destrucción”.» «El avance más importante de la Escuela de Frankfurt –escribe M. Minnicino– consiste en comprender que sus monstruosas teorías podrían convertirse en las dominantes de la cultura, como resultado de los cambios en la sociedad producidos por lo que Benjamín llamó “la edad de la reproducción mecánica del arte”.» (Harley Schlanger, Who owns your culture?, Fidelio, vol XII, nº 1, verano de 2003)
«La manipulación inteligente y consciente de los hábitos y opiniones organizadas de las masas es un elemento importante en una sociedad democrática. Aquellos que saben manipular este mecanismo oculto [es decir, la televisión y la publicidad y, como consecuencia directa, la opinión pública] de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el que realmente manda en nuestro país.» Así empieza Propaganda, una descarada apología de un Gobierno Mundial Único que en 1928 publicó Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, y en la que también afirma lo siguiente: «Conforme la civilización se vuelve más compleja, y conforme la necesidad de un gobierno invisible se hace más patente, se han inventado y desarrollado medios capaces de reglamentar la opinión pública.»
Una vez que los controladores –científicos sociales en las principales instituciones de lavado de cerebro del mundo– comprendieron que el ciudadano no tiende tanto a comprar ideas como a adquirir psicológicamente un ideal inalcanzable, en seguida tuvieron a su disposición las herramientas necesarias para cambiar el perfil moral y la conciencia de la sociedad (lo que los freudianos denominan «superyó»). Para la gente del CFR (Council on Foreign Relations) y para los bilderbergers, controlar la mente de las personas era una cuestión clave.
Con la llegada de la televisión y la manera de utilizarla para seducir a los televidentes, los viejos valores de la sociedad se desvanecieron. Algo nuevo, turbio e indefinido empezó a emerger de las tinieblas porque los ejecutivos se dieron cuenta de que una conciencia «posmoderna» para propósitos de consumo de masas se expresa mejor sin tener «ningún punto de vista único, ninguna filosofía, sino sólo una negación de la razón como aspecto a favor de la expresión de deseos, fantasías y ansiedades». Debería de ser obvio para cualquiera que reflexione un poco que la «cultura popular» no es espontánea, sino que está controlada por las grandes corporaciones y fabricada por sus principales think tanks, por fundaciones y organizaciones relacionadas con los bilderbergers, el CFR y el Instituto Tavistock, que, como demostraré más allá de toda duda en este capítulo, son los responsables de la música, de la TV, de las películas, los libros, la moda, etc.
Para conseguir su objetivo, la élite de Bilderberg y sus científicos sociales del Tavistock se dieron cuenta de que necesitaban centrarse en las percepciones de la generación joven para «provocar un cambio general de paradigma que abarcase a varias generaciones o, lo que es lo mismo, para cambiar el conjunto de creencias y valores que gobiernan la sociedad». El espectador, pues, resultó ser una víctima inconsciente del lavado de cerebro.
En dos libros pioneros, escritos a mediados de la década de 1970, Eric Trist –uno de los fundadores del Tavistock y uno de sus agentes, que residió en Estados Unidos hasta su muerte en 1993– y Frederick Emery –un científico social clave en el desarrollo de organizaciones por el aporte teórico sobre el diseño de estructuras participativas de trabajo como equipos que se autogestionan– informaron sobre el sobrecogedor efecto que veinte años de televisión habían tenido en la sociedad norteamericana. «Trist y Emery expusieron que el proceso de ver televisión era en sí mismo un mecanismo de lavado de cerebro. Citaron estudios previos que demostraban que, fuera cual fuese el contenido, el visionado de televisión desactiva los poderes cognitivos de la mente y logra un “efecto similar al de un narcótico” en el sistema nervioso central, convirtiendo al espectador habitual en un sujeto sugestionable y manipulable; además, descubrieron que estos zombis con el cerebro lavado negarían histéricamente que les pasase nada o siquiera que tales manipulaciones de su “pensamiento” fueran posibles.»
Su propuesta era tajante. Afirmaban que todos los «nodos internacionales del aparato de lavado de cerebro del Instituto fueron desplegados con el propósito principal de consolidar el cambio de paradigma hacia un orden mundial post industrial»
Como he explicado detalladamente en mi primer libro sobre los bilderbergers, La verdadera historia del Club Bilderberg, uno de sus más preciados objetivos es la sociedad postindustrial de crecimiento cero. El objetivo de Bilderberg, afirmó Trist, era hacer que ese cambio fuera irreversible. Trist, al igual que sir Alexander King principal asesor político sobre ciencia y educación de la familia real británica y del príncipe Felipe de Inglaterra, propugna, de una manera acorde con el modelo de Tavistock, una «campaña de reeducación de masas para quebrar los últimos vestigios de resistencia nacional, especialmente dentro de Estados Unidos, a este nuevo único orden mundial».
En 1989, cuenta L. Wolfe, «sirviéndose de la Case Western Reserve University como tapadera, por iniciativa de Trist, el Tavistock celebró una reunión de brainstorming sobre cómo procurar un fascismo internacional sin Estados, un nuevo orden mundial de la información global». Una de las iniciativas que surgió de esta sesión fue la necesidad de que los medios de comunicación de masas apoyaran el proyecto. En un informe de 1991, publicado por el maltusiano Club de Roma y titulado «La primera revolución global», sir Alexander King afirmó que «los nuevos avances en la tecnología de la comunicación ampliarán en gran medida el poder de los medios… [que se convertirán así] en el agente del cambio» en la lucha por establecer un orden «único» que «trascenderá y erradicará el concepto de Estado nación». La idea de Estado nación surgió en el siglo XV gracias al Consejo de Florencia y estaba basado en el bienestar general del hombre, el concepto de una constitución y el concepto del derecho natural, que se basa, a su vez, en el hecho de que el hombre es distinto a cualquier otro animal. Estas ideas fueron plasmadas en expresiones y formas concretas primero en Francia bajo el reinado de Luís XI y luego en Inglaterra bajo el reinado de Enrique VII. Para el Nuevo Orden Mundial y sus cohortes, la idea fundamental es igualar al hombre con el animal, es decir, degradarlo. Ese ha sido uno de los principales objetivos políticos del Bilderberg, del CFR, el Tavistock y el Club de Roma.
Sin embargo, esta conspiración nunca podría haber sido ni de lejos tan efectiva si no se hubiera producido una estrecha cooperación entre lo que creaban las instituciones bajo el control de los bilderbergers y lo que luego se convertía en política gubernamental o pública. El «pegamento» que une toda esa operación, y que la hace parecer legítima a los ojos del público, son los encuestadores y el gigantesco engaño que han perpetrado durante los últimos cincuenta años. Las compañías de demoscopia son las responsables de hacer que la opinión pública tome la forma que le conviene a los bilderbergers. La mayoría de las encuestas que aparecen en grandes emporios de comunicación como CBS, NBC, ABC, CNN, Fox, los periódicos The New York Times, The Washington Post, The Financial Times, The Wall Street Journal, las revistas Time o Newsweek (todos ellos de propiedad Bilderberg) están, de hecho, coordinadas por el National Opinion Center donde, por mucho que sorprenda a la mayoría de las personas, se desarrolló un perfil psicológico para todas y cada una de las naciones de la Tierra.
Dos de los medios más importantes al servicio de Bilderberg son el Gallup una encuestadora de opinión bautizada en honor de su inventor, el estadístico norteamericano George Gallup, que suelen usar los grandes medios de masas para, supuestamente, representar la opinión pública y la encuestadora Yankelovich, Shelley y White. Daniel Yankelovich se inspiró en el Trend Report, de David Naisbett, un libro que fue encargado por el Club de Roma, uno de los brazos de la política exterior de Bilderberg y entre cuyos miembros se encuentran Mijail Gorbachov, los reyes de España, la reina Beatriz de Holanda, el príncipe de Bélgica y Juan Luis Cebrián, del grupo Prisa. «Fue ese enorme aparato el que convirtió a la mayoría de norteamericanos, que no habían oído hablar jamás de Saddam Hussein y sólo sabían vagamente que Irak era un país que existía en algún lugar de Oriente Medio, en un pueblo que clamaba por la sangre de Saddam y por la exterminación de Irak como nación.»
Lo que la mayoría no comprende es que «mucho de lo que leemos en los periódicos o vemos en la televisión ha sido aprobado por las compañías de demoscopia», afirma el ex agente del MI6 John Coleman en Conspirators’ Hierarchy: The Store of the Comitee of 300 (La jerarquía del conspirador: La historia del comité de los 300). «Lo que vemos es lo que los encuestadores creen que debemos ver. A esto se le llama “creación de opinión pública”.» La idea que subyace a ese fragmento de condicionamiento social es la de descubrir hasta qué punto el público responde a directivas políticas fijadas por los bilderbergers. Se los denomina «grupos de población objetivo», y lo que miden las encuestadoras es «cuánta resistencia se genera a lo que aparece en las “noticias de la noche”», concluye Coleman en el mismo libro. Todo forma parte del complejo proceso de creación de opinión pública diseñado en el Tavistock y descrito en uno de sus manuales como el «mensaje que llega a los órganos sensoriales de las personas que deben ser influenciadas».
«Hoy la gente cree que está bien informada, pero no se da cuenta de que las opiniones que cree suyas son, de hecho, creadas en instituciones y por los think tank de Estados Unidos; ninguno de nosotros es libre para formar sus propias opiniones porque la información de la que disponemos nos la ofrecen los medios de comunicación y las encuestadoras.» Uno de esos think tank, por ejemplo, se llama Research Analysis Corporation, una organización ubicada en McLean, Virginia, Estados Unidos. Creada en 1948, los bilderbergers se apoderaron de ella en 1961, cuando pasó a formar parte del John Hopkins Institute. Ha trabajado en más de seiscientos proyectos, entre ellos el de la integración de las personas de color negro en el ejército, programas para el uso táctico de las armas nucleares y para el control de la población, además de algunos estudios tan ingeniosamente titulados como Análisis de las batallas terrestres de los años 1618-1905 y su aplicación al combate actual. Esta corporación está entrelazada con la Corporación Rand y muchas otras más. Rand es un notable think tank de la CIA interrelacionado con el Tavistock.
(...)
De hecho, los investigadores descubrieron (tras un período de prueba de seis meses) que menos del 10% de los sujetos estudiados distinguían entre el proceso lógico racional al observar un problema y la mera opinión particular sobre el problema. Desde entonces, los que se dedican a lavar el cerebro han aplicado el mismo principio a la guerra y a todo problema concebible de la sociedad en general. Piensen, por ejemplo, en las actuales campañas antitabaco, en el movimiento nacionalista catalán, en la Constitución Europea, en los problemas de inmigración en toda Europa, en las guerras de Afganistán e Irak, en el impulso independentista de Quebec, en la escasez de petróleo en Asia y sus repercusiones directas en el Estado de Bienestar de Europa. De hecho, en 1991, al igual que lo que sucedió en las primeras fases de la actual guerra de Irak, más del 87% de los norteamericanos apoyó inicialmente una guerra ilegal, genocida e inconstitucional. Y no se trata de un fenómeno local. Un porcentaje similarmente elevado de ciudadanos españoles, por ejemplo, votó a favor de la Constitución Europea a pesar de que las encuestas mostraban repetidamente que sólo una minúscula fracción de esa gente había leído el texto objeto de la votación.
Curiosamente, en el Tavistock, Trist y Emery desarrollaron una teoría de la «turbulencia social», un llamado «efecto de ablandamiento de conmociones de futuro», en el que la población sería ablandada a través de acontecimientos que llegasen a todos: escasez de energía, colapso económico y financiero, y ataques terroristas. «Si las “conmociones” se suceden rápidamente y su intensidad es cada vez mayor, es posible llevar a la sociedad entera a un estado de psicosis de masas», afirmaron Trist y Emery. Además, según ellos, «los individuos se sentirán “disociados”, pues, al tratar de huir del terror de la realidad emergente, se retirarán a un estado de negación, volcándose en los entretenimientos y diversiones populares, y siendo propensos a los estallidos de ira.»
(Continua aquí)

viernes, 12 de junio de 2009

Daniel Estulin: Los secretos del Club Bilderberg: Prólogo


Últimamente me encuentro con mucha información sobre el Club Bilderberg, particularmente de Daniel Estulin. Me apetece seleccionar algunos fragmentos de sus libros, por si hubiera alguna conexión con los misteriosos "Ellos" de Rakovski, como veíamos en la serie Sinfonía en Rojo Mayor. Podéis leer el libro "Los secretos del Club Bilderberg" o "La verdadera historia del Club Bilderberg" en Scribd.

Para ser sinceros me extraña que alguien dé tanta información negativa sobre personas tan poderosas y tenga repercusión mediática. Otra cuestión que invita a la prudencia sobre la información de Estulin es que una parte procede del propio Club Bilderberg, y otra parte procede de los servicios secretos de diferentes paises. No digo que la información sea falsa, pero sí creo que hay que ser cauto. En cualquier caso voy a seleccionar fragmentos que me parecen interesantes.

Extraído del libro Los secretos del Club Bilderberg

En 1954, muchos de los hombres más poderosos del mundo se reunieron por primera vez bajo el patrocinio de la familia real de Holanda y la familia Rockefeller en el lujoso Hotel Bilderberg, en la pequeña población de Ooesterbeck. Durante un fin de semana debatieron sobre el futuro del mundo. Al acabar las sesiones, decidieron reunirse todos los años con el fin de intercambiar ideas y analizar la evolución internacional. Se bautizaron a sí mismos como Club Bilderberg y, desde entonces, año tras año se reúnen durante un fin de semana en algún hotel del mundo para decidir el futuro de la humanidad.

La prensa nunca ha podido entrar a las deliberaciones ni ha emitido ningún comunicado sobre las conclusiones a las que han llegado los asistentes. Tampoco ha hecho pública ninguna acta con el orden del día. Resulta sorprendente que pocos medios consideren que una concentración de personalidades así no sea noticia cuando, en cambio, cualquier viaje de algunos de ellos en solitario suele llegar a los titulares de las noticias en televisión. Yo me hice esas preguntas hace casi quince años. Empecé entonces una investigación que con el tiempo me absorbería por completo y se convertiría en el trabajo de mi vida. Lentamente, traspasé una a una todas las capas del secretismo del Club Bilderberg. A través de medios que recuerdan las tácticas de espionaje de la Guerra Fría, y en ocasiones poniendo en juego mi propia vida, conseguí lo que nadie había conseguido: conocer qué se decía tras las puertas cerradas de los lujosos hoteles en los que el Club Bilderberg se reunía. Y lo que descubrí me puso los pelos de punta. Más allá de ser un centro de influencia, el Club Bilderberg es el Gobierno Mundial en la sombra: es el que decide, con un secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se llevarán a cabo sus planes.

Los secretos del Club Bilderberg se adentra en las reuniones confidenciales y explica por qué un grupo formado por políticos, empresarios, banqueros e individuos poderosos formaron la sociedad secreta con más poder en el mundo. Los Secretos del Club Bilderberg incluye fotografías y documentos inéditos de las reuniones y, además, detalla las acciones pasadas, presentes y futuras de sus miembros. Como escribió en su novela Coningsby el primer ministro de Inglaterra Bejamin Disraeli: «El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores».

El 11 de septiembre de 2001, el Club Bilderberg, como demostraré inequívocamente en este libro, inició una guerra que «no tendrá fin mientras vivamos». Esa guerra no se libra en aras de la justicia, sino que su único fin es el petróleo. Quien la gane controlará los últimos vestigios de las reservas de petróleo y gas natural de la Tierra. La raza humana libre está en peligro de extinción y los bilderbergers lo saben muy bien. De ahí las «guerras sin fin» en Afganistán, Irak, Sudán e Irán; las que se libran en el mar Caspio y las que se librarán contra Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Siria y Venezuela dentro de muy poco tiempo. Todo forma parte de un conflicto global cuyo fin es controlar la Humanidad. Quienes controlan el petróleo controlan la Tierra. Y el Gobierno Mundial Único se aprovecha de todos los recursos tecnológicos disponibles para dominar al reticente mundo.

Pero aún hay más. También descorro el velo del lucrativo tráfico mundial de drogas y explico cómo los bilderbergers se encargan de gestionarlo. Al contrario de lo que nos han contado, la guerra en Kosovo no se libró en pro de la libertad, sino por una cuestión de drogas. La economía global asociada a las drogas genera por año, en efectivo líquido, cerca de 700.000 millones de dólares. ¿Quiénes se benefician? Las familias más opulentas y poderosas del mundo, tal como lo demuestro en el capítulo sobre Kosovo. Slobodan Milosevic era un líder bruto, pero se le quitó de en medio y, finalmente, fue asesinado porque el Imperio necesitaba beneficios ilimitados. Como el 80% de la heroína que entra en Europa lo hace a través de Kosovo, Yugoslavia estaba condenada a desaparecer.

También nos han dicho que Osama bin Laden y sus terroristas de Al Qaeda fueron quienes perpetraron los atentados del 11­S. Como el mundo estaba horrorizado, nosotros quisimos creer en otra mentira. El 11­S, tal como pongo de manifiesto en el penúltimo capítulo, guardó relación con el negocio del petróleo, o más bien con su falta, como un requisito previo y necesario para una Guerra Total que nos llevará a la Esclavitud Total que nos espera con los brazos abiertos.

Los Beatles, los Rolling Stones, Monterrey, Woodstock, la emisora Top 40 y MTV son metáforas de un lavado de cerebro devastador, cortesía del Instituto Tavistock de Comportamiento Humano. Creíamos que habíamos «descubierto» a los Beatles, a los Rolling Stones, a los Animals y a los Mamas & the Papas. Sin embargo, cruel y previsoramente, a las órdenes del Tavistock, los investigadores sociales más brillantes del planeta nos implantaron esos grupos. Formaban parte de un experimento humano de alto secreto de efectividad devastadora, que pretendía degradar al individuo y reducir su esfera de influencia espiritual. Combinados con los experimentos con LSD financiados por la CIA y los experimentos supersecretos de narcohipnosis MK­ULTRA, realizados con el fin de crear un asesino humano perfecto ­el «Candidato Manchú»­, en el primer capítulo muestro las devastadoras consecuencias de lo que, en efecto, ha sido un esfuerzo continuo durante el siglo pasado: degradar al hombre hasta dejarlo al nivel de la bestia, el sueño de Friedrich Nietzsche de hombre­-bestia visto a través de los ojos del Club Bilderberg, su extrema locura.

(Continua aquí.)

martes, 9 de junio de 2009

Sinfonía en Rojo Mayor: Parte XV (Final del interrogatorio)

Final del interrogatorio de Cristian Gueorguievich Rakovski, se inició aquí. Ver las anteriores partes empezando aquí.

G. Por esta noche, debemos terminar; pero antes de separarnos quiero saber algo más. Supongamos que todo es verdad y que se realiza con pleno éxito. “Ellos” impondrán ciertas condiciones. ¿Adivina cuáles puedan ser?...
R. No es difícil suponerlas. La primera será que cesen las ejecuciones de comunistas; es decir, de trotskistas, como ustedes llaman. Se impondrá, desde luego, fijar unas zonas de influencia… ¿cómo diría yo?..., los límites que han de separar al comunismo formal del comunismo real. En lo esencial, no será más. Habrá compromisos de ayuda mutua durante el tiempo que dure la realización del plan. Verá usted, por ejemplo, la paradoja de que una muchedumbre de hombres, enemigos de Stalin, le ayuden; no, no serán proletarios precisamente, no serán espías profesionales… En todos los rangos de la sociedad, por muy altos que sean, surgirán hombres valiosos, que ayudarán a este comunismo formal staliniano cuando pase a ser, si no comunismo real, un comunismo objetivo… ¿Me ha comprendido?...
G. Un poco; pero envuelve usted la cosa con tan oscuro casuismo…
R. Si hemos de terminar, solo así puedo expresarme. Veamos si puedo aún ayudarle a comprender. Sabido es que se ha llamado hegeliano al Marxismo. Así fue reducida la cuestión a la vulgaridad. El idealismo hegeliano es la vulgar adaptación a la grosera inteligencia occidental del misticismo naturalista de Baruch Spinoza. “Ellos” son spinozistas; acaso sea lo inverso y que el spinozismo sea “Ellos”, siendo aquél solo versión adecuada para la época de la propia filosofía de “Ellos”, muy anterior y superior… En fin, Marx, hegeliano y, por tanto, spinozista, fue infiel a su credo, pero solo temporalmente, tácticamente. No es, como el Marxismo propugna, por el aniquilamiento de un contrario el devenir de la síntesis. Es por integración superadora de tesis y antítesis como la síntesis se hace una realidad, una verdad, en un acorde final de lo subjetivo y objetivo. ¿No lo ve usted ya?... En Moscú Comunismo; en Nueva York Capitalismo. Igual a tesis y antítesis. Analice ambas. Moscú: Comunismo subjetivo y Capitalismo objetivo, Capitalismo de estado. Nueva Cork: Capitalismo subjetivo y Comunismo objetivo. Síntesis personal, real, verdad: Finanza Internacional, capitalismo-comunista. “Ellos”.

Fin del interrogatorio de seis horas.

Algún tiempo después del interrogatorio Gabriel explicó al doctor Landovski lo siguiente:
G. Quiénes son “Ellos” fijamente no lo sabemos; pero hasta el momento, se han comprobado muchas cosas de las dichas por Rakovsky; por ejemplo, es cierta la financiación de Hitler por banqueros de Wall Street. Esto es verdad, y mucho más. Todos estos meses que no le he visto a usted los dediqué a investigar sobre el informe de Rakovski. Ciertamente, no he podido identificar qué personas puedan ser tan estupendos personajes, pero sí la existencia de una especie de entorno de personalidades financieras, políticas, científicas y hasta eclesiásticas con rango, riquezas, poder y situación, cuya posición auténtica, considerada en su efecto, mediato casi siempre, resulta, por lo menos, extraña, inexplicable a la luz de un razonamiento vulgar…, porque, realmente, tienen con la idea comunista gran afinidad; claro es, con una idea del comunismo muy particular… Más eliminadas todas esas cuestiones de matiz, línea y perfil, objetivamente, como diría Rakovski, plagiando a Stalin, por acción u omisión hacen Comunismo.

L. ¿Y el embajador [Davies]?
G. Se siguió el consejo de Rakovski casi punto por punto. Nada concreto. Pero no tuvo repulsa ni se rasgó las vestiduras. Al contrario, mostró una gran comprensión para todo. No, no es él un enamorado de Inglaterra ni de Francia… Debe reflejar en ello la secreta opinión de su gran amigo Roosevelt. Discretamente, aludió a los pasados procesos y hasta llegó a insinuar cuánto se ganaría en la opinión americana con la clemencia en el próximo, en el de Rakovski. Como es natural, fue bien observado durante las sesiones del proceso de marzo. Asistió a todas solo; no le permitimos llevar ninguno de sus técnicos, para impedir todo “telégrafo” con los procesados. Él no es diplomático profesional y no debe conocer ciertas técnicas. Se vio precisado a mirar, queriendo expresar mucho con los ojos, según nos pareció, y creemos que animó con la mirada a Rosengolz y al mismo Rakovski. Este último ha confirmado el interés mostrado en las sesiones por Davies, confesando que, disimuladamente, le hizo el saludo masónico. Aún hay una cosa más extraña y que no puede ser falsa. El día 2 de marzo, en la madrugada, se recibió un radio de una estación muy potente, pero ignorada, claro es, del Oeste, dirigido al mismo Stalin, que decía: “Clemencia o crecerá la amenaza nazi”.
L. ¿No sería broma o maniobra?...
G. No. El radiograma llegó cifrado con la clave de nuestra propia Embajada en Londres. Comprenderá que es algo muy importante.
L. Pero no ha sido verdad la amenaza.
G. ¿Cómo que no?… El día 12 de marzo terminaban los debates en el Tribunal Supremo, y a las nueve de la noche se retiraba el tribunal a deliberar. Pues bien, aquel mismo día 12 de marzo, a las 5:30 de la mañana, Hitler había dado orden de avanzar a sus divisiones acorazadas sobre Austria. Naturalmente, fue un paseo militar, y Europa entera guardó un silencio sepulcral… Dígame sinceramente: ¿había motivos para meditar?..., o ¿debíamos ser tan estúpidos que creyésemos los saludos de Davies, el, el radiograma, la clave, la coincidencia de la invasión con la sentencia y el silencio europeo solo casualidad?... No, en efecto, no los hemos visto a “Ellos”, pero hemos escuchado su voz y hemos entendido su lenguaje… Por cierto, una voz y un lenguaje demasiado claros.

G. (…) Hace un mes nada más, en primero de octubre, nos han hablado por segunda vez. No menos alto, no menos claro. Hitler ha tomado parte de Checoslovaquia. Ahora no hubo silencio en Europa. Ha sido peor: Inglaterra y Francia, en forma pública, expresa y firmando, dieron su autorización a Hitler. Aún hay algo más elocuente. Alemania y Polonia se han unido para morderle a los checos. Ya han cometido juntos un delito. Esto es lo que más une a los ladrones. Han gustado la carne humana… “Ellos” nos han demostrado cómo es posible unir a dos, por mucho que se odien, si la unión es con el fin de saciar un apetito… ¿No pueden haber querido avisarnos de que con la misma facilidad unirán a Polonia y Alemania para devorar a la URSS?...

¿Se imagina usted qué arma sería contra Stalin demostrar que él ha pactado con el Führer… ¿Es nadie capaz de imaginar una explicación inteligible?... Considere nuestro propio caso. Por causa excepcional, conocemos el origen, razones y hechos del asunto… ¿Podríamos nosotros dar una explicación satisfactoria?... Comprenderá la necesidad absoluta de que todo esto sea un secreto. Un secreto auténtico. Un secreto de uno.

domingo, 7 de junio de 2009

Sinfonía en Rojo Mayor: la lucha por el poder mundial. Parte XIV: la Revolución oculta en los EEUU

Continuación del interrogatorio de Cristian Gueorguievich Rakovski, se inició aquí. Ver las anteriores partes empezando aquí.

En esta parte se revelan datos poco conocidos sobre la Revolución americana que viene desarrollándose en secreto desde casi la fundación de los EEUU.

También se explica la propuesta de Rakovsky para plantear el acuerdo entre Stalin y los EEUU. Genial Rakovsky.

R. Yo qué sé. Tan solo puedo inducir. Sigue usted con su manía del espionaje novelístico. Yo le podría fabricar para complacerle toda una historia; me sobra imaginación, datos y hechos verdaderos para darle apariencia de verdad rayando en la evidencia. ¿Pero no son más evidentes los hechos públicos?... Y ponga usted con su imaginación el resto si le place. Vea por sí mismo. Recuerde aquella mañana del día 24 de octubre de 1929. Un tiempo llegará en que será para la Historia de la Revolución un día más importante que el de octubre de 1917. El día 24 es el crack de la Bolsa de Nueva York; principio de la llamada “depresión”, auténtica Revolución. Los cuatro años de Hoover son de avance revolucionario: doce a quince millones de parados. En febrero de 1933 es el último golpe de la crisis con el cierre de los Bancos. Más no pudo hacer la Finanza para batir al “americano clásico”, aún encastillado en su reducto industrial, y esclavizado económicamente a Wall Street… Sabido es que todo empobrecimiento de la economía, sea social o animal, es un florecer de lo parasitario y la Finanza es el gran parásito. Pero aquella Revolución americana no tenía solo el fin usurario de acrecentar el Poder del Dinero, ambicionaba más. El Poder del Dinero, aunque poder político, solo se había ejercido de manera indirecta, y ahora debían convertirlo en un poder directo. El hombre a través del cual lo ejercían sería Franklin Roosevelt. ¿Ha comprendido?... Anote usted esto: en este año de 1929, el año primero de la Revolución Americana, en febrero, sale Trotsky de Rusia; el crack es en octubre… La financiación de Hitler es acordada en julio de 1929. ¿Cree usted todo casual?... Los cuatro años de Hoover son los empleados en preparar la toma del poder en EEUU y en la URSS, allí, por medio de la Revolución Financiera; aquí, por la guerra y el derrotismo subsiguiente… ¿Tendrá más evidencia para usted una buena novela imaginativa?... Comprenderá que un plan de tal envergadura requería un hombre excepcional rigiendo el Poder Ejecutivo en EEUU, destinados a ser la fuerza organizadora y decisiva: ese hombre fue Franklin y Eleanor Roosevelt, y permítame decirle que ese ser bisexual no es ninguna ironía… Había que huir de posibles Dalilas.

G. Roosevelt uno de “Ellos”?
R. Yo no sé si es uno de “Ellos” o si solo les obedece a “Ellos”… ¿Qué más da?... Lo creo consciente de su misión, pero no puedo afirmar si obedecerá por chantaje o si será uno del Mando; pero es cierto que cumplirá su misión, realizará la acción a él asignada con toda fidelidad. No me pregunte más, que yo no sé más.
G. En caso de que se decidiera dirigirse a Davies, ¿qué forma sugiere?...
R. Primeramente, deben elegir la persona… Un tipo así como el “barón”; él podría servir… ¿Vive aún?...
G. No lo sé.
R. Bien, queda la persona para vuestra elección. Deberá mostrarse vuestro enviado confidencial e indiscreto, mejor como cripto-oposicionista. La conversación será llevada con habilidad hacia la situación contradictoria en que las llamadas democracias europeas colocan a la URSS con su alianza contra el Nacional-Socialismo. Es aliarse con el Imperialismo británico y francés, un imperialismo real, actual, para destruir a un imperialismo potencial… Un eslabón verbal servirá para engarzar la falsa posición soviética con una idéntica de la democracia americana… También ella, por defender una democracia interior en Francia e Inglaterra, se ve impelida a sostener un imperialismo colonial… Como usted ve, puede plantearse la cuestión sobre una base lógica fortísima… De ahí a formular hipótesis de acción es facilísimo. Primera: que ni a la URSS ni a los EEUU les interesa el imperialismo europeo, ya que la disputa se reduce a una cuestión de dominio personal. Que ideológica, política y económicamente, conviene a Rusia y a América la destrucción del imperialismo colonial europeo, sea directo o indirecto. Más aún a los EEUU. Si Europa perdiera en una nueva guerra toda su fuerza, Inglaterra, que no la tiene propia y sí como nación hegemónica europea, desaparecida Europa como potencia, su imperio de habla inglesa, en un solo día, vendría a gravitar a los EEUU, como es política y económicamente fatal… Vea lo que usted empezó a escuchar bajo aquel aspecto de conspiración siniestra, como puede ser dicho sin escandalizar a cualquier inefable burgués americano. Al llegar aquí, puede hacerse un paréntesis de días. Luego, vista la reacción, se debe avanzar más. Hitler está lanzado; puede ser imaginada cualquier agresión, él es un agresor integral, no cabe equivocación… Y pasar a interrogar: ¿Qué actitud común deberían adoptar EEUU y la URSS frente a una guerra a la luz de que, bajo cualquier motivo, será siempre una guerra entre imperialistas que poseen e imperialistas que ambicionan?... Si la respuesta es neutralidad, nuevo argüir. Sí, neutralidad, pero ser neutral no depende solo de la voluntad de uno, depende también del agresor… Solo puede existir la seguridad de ser neutral cuando al agresor no le conviene o no puede agredir. A tal fin, lo infalible es que el agresor ataque a otra nación; evidentemente, a otra nación imperialista… De ahí a pasar, por razón de seguridad, a sugerir la necesidad y la moralidad de que si el choque no se produce por sí mismo entre los imperialistas, debe ser provocado, ha de resultar facilísimo… Y, aceptado en teoría, como se aceptará, concertar prácticamente las acciones es ya pura mecánica. He aquí el índice:

  1. Pacto con Hitler para repartirse Checoslovaquia o Polonia; mejor ésta.
  2. Hitler aceptará. Si él es capaz del bluf en su juego de conquista, tomar algo en unión de la URSS lo creerá, infalible garantía de que las democracias transigirán. No puede creer él en sus amenazas verbales, sabiendo, como lo sabe, que los belicistas son a la vez desarmistas y que su desarme es real.
  3. Las democracias atacarán a Hitler y no a Stalin; dirán a las gentes que, aún siendo igualmente culpables de agresión y reparto, la razón estratégica y logística les impone el batirlos por separado. Primero, Hitler, luego Stalin.

G. ¿Y no nos engañarían con la verdad?...
R. ¿Y cómo?... ¿Es que no queda Stalin en libertad de ayudar en la medida necesaria a Hitler?... ¿No dejamos en sus manos el prolongar la guerra entre los capitalistas hasta el último hombre y hasta la última libra?... ¿Con qué lo iban a poder atacar?... Ya tendrían suficiente las naciones agotadas de Occidente con la Revolución comunista interior, que triunfaría…
G. Pero ¿y si Hitler triunfase rápidamente?... ¿Y si movilizase, como Napoleón, a toda Europa contra la URSS?
R. ¡Es increíble!... Olvida usted la existencia de los EEUU; desecha usted el factor potencia más importante… ¿No es natural que América, imitando a Stalin, ayude por su parte a las naciones democráticas? Concertar “contra el reloj” las dos ayudas a los dos bandos combatientes asegura infaliblemente la duración indefinida de la guerra.
G. ¿Y el Japón?
R. ¿No tiene ya bastante con China?... Que le garantice Stalin su “no intervención”. Los japoneses son muy dados al suicidio, pero no tanto que sean capaces de atacar a la URSS y a China a la vez. ¿Más objeciones?...
G. No, si de mí dependiera probaría… Pero… ¿cree usted que el embajador?...
R. Creer, sí creo. No me han dejado hablar con él; pero fíjese usted en un detalle: el nombramiento de Davies se hace público en noviembre del 36; debemos suponer que Roosevelt pensó y gestionó mandarlo mucho antes, todos sabemos los trámites y el tiempo que requiere dar estado oficial al nombramiento de un embajador, más de dos meses. Debió ser acordado su nombramiento allá por agosto… ¿Y qué pasa en agosto?... Que son fusilados Zinoviev y Kamenev. Yo juraría que su nombramiento solo tiene como fin el articular de nuevo la política de “Ellos” con la de Stalin. Sí, lo creo firmemente. Con qué ansiedad ha debido ir viendo caer uno tras otro a los jefes de la Oposición en las purgas sucesivas… ¿Sabe usted si asistió al proceso de Radek?...
G. Sí.
R. ¿Lo ve usted?... Háblenle. Se halla esperando desde hace muchos meses.

(Continua aquí)

miércoles, 3 de junio de 2009

Sinfonía en Rojo Mayor: Parte XIII (Concretando el Acuerdo)

Continuación del interrogatorio de Cristian Gueorguievich Rakovski, se inició aquí. Ver las anteriores partes empezando aquí.

En esta parte Gabriel consigue, tras mucho insistir, nombres y apellidos de personas pertenecientes a "Ellos" o agentes de "Ellos".

R. Es tan solo apariencia la lógica y la naturalidad de mi plan. Lo natural y lo lógico sería que Hitler y Stalin se destruyeran entre sí. Una cosa sencilla y fácil para las democracias si su objetivo fuera el proclamado por ellas, aunque muchos demócratas lo crean, porque les bastaría con permitirle, fíjese bien, “permitirle”, a Hitler atacar a Stalin. No me diga que podría vencer Alemania. Si el espacio ruso y la desesperación de Stalin y los suyos bajo el hacha hitleriana o frente a la venganza de sus víctimas no era suficiente para lograr que agotasen la potencia militar de Alemania, ningún obstáculo habría para que las democracias ayudasen sabiamente, metódicamente a Stalin, si lo veían flaquear, prolongando su ayuda hasta el total agotamiento de los dos ejércitos. Esto sí que sería fácil, natural y lógico, si los motivos y fines de las democracias, que la mayoría de sus hombres creen verdaderos, fueran una realidad y no lo que son: pretextos. Hay un fin, un único fin: el triunfo del Comunismo; que no se lo impone a las democracias Moscú, sino Nueva York; no la “Komintern”, sino la “Kapintern” de Wall Street… ¿Quién sino sería capaz de imponer a Europa una contradicción tan patente y absoluta?... ¿Cuál puede ser la fuerza que la lleve al suicidio total? Solo hay una capaz: el Dinero. El Dinero es Poder; el único Poder.
G. Seré sincero con usted Rakovski. Le concedo yo dotes de talento excepcional. Hay en usted una dialéctica brillante, agresiva, fina; cuando ella le falla, su imaginación tiene recursos para tender su telón multicolor fingiendo luminosas y claras perspectivas…; pero todo eso, si me deleita no me basta. Paso a interrogarle, tal como si yo creyera todo cuanto me ha dicho.
R. Y yo le daré respuesta, con la única condición de que usted no me atribuya ni más ni menos de cuanto yo haya dicho.
G. Prometido. Afirma usted que “Ellos” impiden e impedirán la guerra lógica desde un punto de vista capitalista, la guerra germano-soviética… ¿Interpreto bien?...
R. Exactamente.
G. Pero la realidad actual es que permiten la expansión y el rearme alemán. Esto es un hecho. Ya sé que, según usted, ello lo motivaba el plan trotskista, fracasado por las “purgas” hoy; por tanto, ya sin objeto. Frente a la nueva situación, solo sugiere usted que Hitler y Stalin pacten y se repartan Polonia. Y yo le pregunto: ¿cómo se nos garantiza de que con pacto o sin pacto, con reparto o sin reparto, no atacará Hitler a la URSS?
R. No se garantiza.
G. Entonces, ¿para qué hablar más?...
R. No se precipite usted; la formidable amenaza contra la URSS es práctica, real. No es hipótesis ni amenaza verbal. Es un hecho, un hecho que dicta. “Ellos” ya tienen una superioridad sobre Stalin; una superioridad que no han de abdicar. A Stalin se le brinda solo una alternativa, una opción; no una plena libertad. El ataque de Hitler se producirá por sí mismo; nada deben “Ellos” hacer para que se produzca; tan solo dejarlo a él obrar. Esta es la realidad básica y determinante, olvidada por usted con su mentalidad muy del Kremlin… Introversión, señor, introversión.
G. ¿La opción?
R. Se la definiré una vez más, pero escueta: ser atacado Stalin o realizar el plan que yo he trazado, haciendo que se destruyan entre sí las naciones capitalistas europeas. Yo he llamado a esto alternativa; pero, como ve, solo es alternativa teórica. Stalin se verá obligado, si quiere sobrevivir, a realizar el plan propuesto por mí, una vez ratificado por “Ellos”.
G. ¿Y si se niega?
R. Le será imposible. La expansión y el rearme alemán continuarán. Cuando Stalin lo vea frente a sí, gigantesco, amenazador… ¿qué ha de hacer?... Se lo dictará su propio instinto de conservación.
G. Solo parece que los acontecimientos se han de realizar según la pauta trazada por “Ellos”.
R. Y así es. Naturalmente, en la URSS no sucede hoy así, pero tarde o temprano sucederá igual. No es difícil predecir y hacer realizar algo cuando ello conviene al que debe realizarlo, en este caso, Stalin, al que no creemos un suicida. Es mucho más difícil vaticinar e imponer la ejecución de algo que no conviene a quien lo ha de ejecutar, en este caso, las democracias. He reservado para este momento concretarle la verdadera situación. Abdique usted de la idea equivocada de que son ustedes árbitros en esta situación dada, porque los árbitros son “Ellos”.
G. “Ellos” una y otra vez… ¿Deberemos tratar con fantasmas?...
R. ¿Son fantasmas los hechos?... Será prodigiosa la situación internacional, pero no fantasmal; es real y bien real. No es un milagro; ahí está determinada la política futura… ¿La cree usted obra de fantasmas?...
G. Pero, vamos a ver; supongamos que se acepta su plan… Algo tangible, personal, deberemos conocer para tratar.
R. ¿Por ejemplo?
G. Alguna persona con representación, con poderes…
R. ¿Y para qué?... ¿Por el placer de conocerlo?... ¿Por el placer de hablar?... Tenga en cuenta que la supuesta persona, caso de presentarse, no les traerá credenciales con sellos ni escudos, ni vestirá casaca diplomática, por lo menos, la de “Ellos”; cuando diga o prometa, cuando pacte, no tendrá ningún valor, jurídico ni contractual… Comprenda que no son “Ellos” un estado; son lo que fue la Internacional antes del 1917; lo que aún es ella oficialmente: nada y todo a la vez. Imagínese usted a la URSS tratando con la Masonería, con una organización de espionaje, con los comitulgis, macedonios o con los ustachis coatas… ¿Habría nada oficial, escrito jurídicamente contractual?... Esos pactos, como el de Lenin con el Estado Mayor alemán, como el de Trotsky con “Ellos”, se realizan sin escritos ni firmas. La garantía única de su cumplimiento radica en que cumplir lo pactado conviene a los pactantes…, garantía que es la única real en todo pacto, por grande que sea su solemnidad.
G. En ese caso, ¿cómo empezaría usted?
R. Sencillamente, yo empezaría mañana mismo a sondear Berlín…
G. ¿Para convenir el ataque a Polonia?
R. Yo no empezaría por ahí… Me mostraría transigente, algo desengañado de las democracias, aflojaría en España… Esto sería un hecho alentador; luego, se aludiría a Polonia. Como usted ve, nada comprometedor; pero lo suficiente para que los elementos del O.K.W…., los bismarckianos como se llaman ellos, tengan argumentos para Hitler…
G. ¿Nada más?
R. Por el momento, nada más; ya es una gran tarea diplomática.
G. Francamente, dadas las ideas reinantes hasta el momento en el kremlin, yo no creo que nadie se atreva hoy a sugerir siquiera un viraje tan radical en la política internacional. Yo le invito, Rakovski, a sustituirse mentalmente en la persona que deba decidir en el Kremlin… Sin más que sus revelaciones, sus razones, sus hipótesis y sus sugerencias…, me concederá que nadie puede convencerse. Yo mismo, que le he oído a usted, que, no debo negarlo, he sufrido su gran sugestión verbal y personal, ni por un momento me he sentido bajo la tentación de considerar prácticamente lo de un pacto germano-soviético.
R. Los acontecimientos internacionales obligarán con fuerza incontrastable…
G. Pero será perder un tiempo precioso. Discurra usted algo tangible, algo que yo pueda presentar como prueba de veracidad… De lo contrario, yo no me atreveré a elevar el informe de nuestra conversación; lo redactaré con toda fidelidad, pero irá él a dormir en un archivo del Kremlin…
R. ¿Bastaría para la toma de consideración que alguien, aunque fuese extraoficialmente, hablase con alguna persona de categoría?...
G. Sería, según creo, algo sustancial.
R. Mas… ¿con quién?...
G. Solo es mi opinión personal, Rakovski, habló usted de personas concretas, de grandes financieros; si mal no recuerdo ha citado usted algún Schiff, por ejemplo; también citó a otro que les sirvió de enlace con Hitler para su financiación. Habrá también políticos o personas de rango que sean uno de “Ellos” o, si quiere, que les sirvan. Alguno así podrá servirnos para iniciar algo de tipo práctico… ¿No sabe usted de nadie?...
R. Yo no veo la necesidad… Reflexione: ¿de qué van ustedes a tratar?... del plan que yo sugiero seguramente, ¿no?... ¿Para qué?... En ese plan, por ahora, nada tienen “Ellos” que hacer; su misión es “no hacer”… Por tanto, ninguna acción positiva pueden ustedes convenir ni exigir… Recuerde, medite bien.
G. Aún siendo así, nuestro estado de opinión personal impone la necesidad de una realidad, aunque sea innecesaria… Un hombre cuya personalidad haga verosímil el poder que usted les atribuye a “Ellos”.
R. Le complaceré, aún convencido de la inutilidad. Ya le dije que yo ignoro quién son “Ellos”. Con seguridad, por habérmelo dicho persona que debía saberlo.

G. ¿Quién?
R.Trotsky. Por habérmelo dicho Trotsky, solo sé que uno de “Ellos” fue Walter Rathenau, el de Rapallo. Vea usted al último de “Ellos” que ocupa un poder político y público, cómo es él quien rompe el bloqueo económico de la URSS, a pesar de ser él uno de los más grandes millonarios.
Desde luego, lo fue Lionel Rothschild. Con seguridad no puedo decirle más nombres. Ahora sí, puedo nombrar muchos más, cuya personalidad y hechos me los definen coincidentes con “Ellos”, que manden u obedezcan esos hombres es algo que no puedo yo afirmar.
G. Dígame algunos.
R. Como entidad, la banca Kuhn, Loeb y Cª, de Wall Street; dentro de esta casa está la familia Schiff, Warburg, Loeb y Kuhn; digo familia, al señalar diferentes apellidos, porque se hallan todos enlazados por matrimonios entre sí, Baruch Frankfurter, Altschul, Cohen, Benjamín; Straus, Steinhardt, Blum, Rosemman, Lippmann, Lehman, Dreifus, Lamont, Rothschild, Lord; Mandel, Morgenthau, Ezechiel, Lasky… Supongo que serán suficientes nombres; si atormento más mi memoria podría recordar más; pero, repito, yo no sé quién puede ser uno de “Ellos” y ni siquiera puedo afirmar que necesariamente alguno lo es; quiero salvar toda mi responsabilidad. Pero sí creo firmemente que cualquiera de los dos citados por mí, aún no siéndolo, haría llegar a “Ellos” una proposición de tipo sustancial. Desde luego, tanto si se acierta o no en la persona, no debe esperarse una respuesta directa. La contestación la darán los hechos. Es una táctica invariable, que respetan y hacen respetar. Por ejemplo, si ustedes deciden hacer una gestión diplomática, no deberán emplear un lenguaje personal, dirigido a “Ellos”; limítese a expresar una reflexión, una hipótesis racional, subordinada a incógnitas precisas. Luego solo resta esperar.
G. Comprenderá que no tengo ahora un fichero para identificar a todas las personas que usted ha mencionado; pero supongo que deben hallarse muy lejos. ¿Dónde?...
R. La mayoría, en los EEUU.
G. Comprenderá que si decidiéramos una gestión invertiríamos en ella mucho tiempo. Y hay urgencia, una urgencia no nuestra, sino de usted, Rakovski…
R. ¿Mía?...
G. Sí, de usted; recuerde que su proceso ha de celebrarse muy pronto. Yo no lo sé, pero no creo aventurado suponer que si lo tratado aquí pudiera interesar al Kremlin, convendría interesarlo antes de que usted compareciera ante el Tribunal, sería cosa muy decisiva para usted. Creo que, por su propio interés, debe brindarnos algo más rápido. Lo esencial es lograr, mejor en días que en semanas, una prueba de que usted ha dicho algo de verdad. Yo creo que si brindase usted esto casi le podría dar seguridades relativamente grandes de salvar la vida… De otra manera no respondo de nada.
R. En fin, me aventuraré. ¿Sabe usted si está en Moscú Davies?... Sí, el embajador de EEUU.

G. Sí, creo que sí, debe haber vuelto.
R. Sería un conducto.
G. Creo que, si es así, debió usted empezar por ahí.
R. Solo un caso extraordinario creo que me autoriza, contraviniendo reglas, a usar un conducto oficial.
G. Entonces, podemos pensar que el Gobierno americano se halla detrás de todo eso…
R. Detrás no; bajo eso…
G. ¿Roosevelt?...

(Continúa aquí).

jueves, 28 de mayo de 2009

Sinfonía en Rojo Mayor: Parte XII (Bases del ataque a Polonia)

Continuación del interrogatorio de Cristian Gueorguievich Rakovski, se inició aquí. Ver las anteriores partes empezando aquí.

R. No hay absurdos ni tampoco imposibles en política.
G. Imaginemos en hipótesis: Hitler y Stalin atacan a Polonia…
R. Permítame interrumpirle: su ataque solo puede provocar esta alternativa: guerra o paz… Debe admitirla.
G. Sí, pero ¿y qué?...
R. ¿Estima usted a Inglaterra y a Francia, con su inferioridad en ejército y aviación frente a Hitler, capaces de atacar a Hitler y a Stalin unidos?...
G. En efecto, me parece difícil…, a no ser que América…
R. Deje usted por el momento a los EEUU. ¿Me concede que no puede haber guerra europea por un ataque de Hitler y Stalin a Polonia?
G. En lógica, no parece muy posible.
R. En ese caso, el ataque, la guerra, sería casi inútil. No provocaría la destrucción de las naciones burguesas entre sí, la amenaza hitleriana contra la URSS, realizando el reparto de Polonia, seguiría subsistiendo, teóricamente más, porque ni tierra ni materias primas necesita la URSS para fortalecerse más y Alemania sí.
G. Está bien visto…; pero no parece haber otra solución.
R. Sí hay solución.
G. ¿Cuál?
R. Que las democracias ataquen y no ataquen al agresor.
G. ¡Desvaría usted!... Atacar y no atacar a la vez…, eso sí que es un imposible absoluto.
R. ¿Cree usted?... Serénese… ¿No serían dos los agresores?... ¿No hemos convenido que no se producirá el ataque, precisamente por ser dos?... Bien… ¿qué inconveniente hay para que solo ataquen a uno de los dos?...
G. ¿Qué quiere usted expresar?...
R. Sencillamente, que las democracias solo declaran la guerra a un agresor; precisamente a Hitler.
G. Solo es una hipótesis gratuita.
R. Hipótesis, pero gratuita no. Reflexione usted: toda nación que debe luchar contra una coalición de estados enemigos tiene como su máxima aspiración estratégica el batirlos separadamente, uno a uno. Es regla tan conocida y racional, que sobra toda demostración. Pues bien: esa oportunidad, convendrá usted conmigo, no hay ningún inconveniente de brindarla. Con que Stalin no se sienta ofendido con el ataque a Hitler y/o se una con él, creo resuelta la cuestión. ¿No es así?... Además, la geografía lo impone y, por tanto, la estrategia. Por estúpidas que fueran Francia e Inglaterra pretendiendo luchar a la vez contra dos potencias, una de las cuales quiere ser neutral y la otra por sí sola ya es mucho adversario para ellas… ¿por dónde iban ellas a realizar el ataque contra la URSS?... No tienen frontera, si no la atacan por el Himalaya… Sí, queda la frontera aérea…; pero, ¿con qué y desde dónde podrían atacar a Rusia?... Están en inferioridad en el aire frente a Hitler. Todo esto que arguyo no es ningún secreto, es demasiado público. Como ve, todo se simplifica mucho.
G. Sí, circunscribiendo el conflicto a las cuatro potencias parecen lógicas sus deducciones, pero no son cuatro sino muchas, y la neutralidad no es cosa muy fácil en una guerra de tal envergadura.
R. Desde luego, pero la posible intervención de más naciones no modifica la correlación de fuerzas. Haga su balance mental y verá cómo subsiste el equilibrio aunque intervengan más o todas las naciones europeas. Además, y esto es lo importante, ninguna otra nación que pudiera entrar en la guerra junto a Inglaterra y Francia les podría quitar a ellas la dirección; por tanto, seguirán siendo válidas las razones que les impidan atacar a la URSS.
G. Olvida usted a los EEUU.
R. Ya verá usted cómo no los olvido. Limitándome a estudiar su función en el programa previo que ahora nos ocupa, le diré que América no podrá obligar a que ataquen Francia e Inglaterra simultáneamente a Hitler y a Stalin. Para lograrlo tendrían los EEUU que entrar en la guerra desde el primer día. Y ello es imposible. Primero, porque América no ha entrado ni entrará jamás en una guerra si no es agredida. Pueden sus dirigentes lograr que sean agredidos cuando les convenga. Esto se lo concedo. Cuando no ha tenido éxito la provocación y el enemigo la ha encajado, la agresión ha sido inventada. En su primera guerra internacional, la guerra contra España, cuya derrota no era dudosa, ya fingieron la agresión, o se la fingieron “Ellos”. En el 1914, tuvo éxito la provocación. Se discutirá técnicamente si la hubo, es cierto; pero es regla sin excepción que quien comete agresión sin convenirle, la comete por provocación. Ahora bien; esta magnífica táctica americana, que yo aplaudo, se subordina siempre a una condición: a que la agresión ocurra “oportunamente”, cuando conviene al agredido, a los EEUU; es decir, cuando están militarmente armados. ¿Estamos hoy en ese caso?... Evidentemente no. América tiene hoy poco más de cien mil hombres en armas y una mediocre aviación militar; solo posee una respetable escuadra…, pero comprenderá que no podría convencer con ella a los aliados para un ataque a la URSS, cuando Inglaterra y Francia en lo único que tienen superioridad es en el mar. He vuelto a demostrar que no puede haber por ese lado alteración en la correlación de fuerzas en presencia.
G. Aún admitido, explíqueme la realización técnica.
R. Como ha visto, dada la coincidencia de intereses entre Stalin y Hitler para su ataque a Polonia, todo se reduce a lograr formalizar la coincidencia y a pactar su doble agresión.
G. ¿Y lo cree usted cosa muy fácil?...
R. Sinceramente, no. Sería necesaria una diplomacia más experta que la staliniana. Tendría que hallarse en servicio la que ha decapitado Stalin o la que se pudre ahora en la Lubianka. Litvinov, en pasados tiempos, con ciertas dificultades, hubiera sido capaz, aunque su raza hubiera sido un gran handicap para tratar con Hitler; pero ahora es un hombre acabado, lo consume un pánico espantoso, le tiene un miedo cerval, más que a Stalin a Molotov. Todo su talento está embargado en lograr que no lo crean trotskista… Oír él que debería iniciar una aproximación a Hitler, sería tanto como decirle que fabricase por sí mismo la prueba de su trotskismo. No veo el hombre capaz; desde luego, debería ser un ruso puro. Yo me ofrecería para orientar. De momento, sugiero que quien inicie las conversaciones, que deberán ser en un terreno estrictamente confidencial, derroche sinceridad… Solo con la verdad, dado el muro de prejuicios existente, se podrá engañar a Hitler.
G. Vuelvo a no entender su lenguaje paradójico.
R. Perdone, pero solo en apariencia lo es; me obliga la síntesis a ello. Quería decir que debe jugarse limpio con Hitler en lo concreto e inmediato. Hay que demostrarle que no se trata de una jugada de provocación para envolverle en una guerra de dos frentes. Por ejemplo, se le puede prometer y demostrar en el momento pertinente que nuestra movilización se limitará solo a las pocas fuerzas necesarias para la invasión de Polonia, que, en realidad, serán pocas. Nuestro dispositivo real deberá situar sus gruesos dispuestos a repeler una supuesta agresión anglo-francesa. Stalin deberá ser espléndido en los abastecimientos previos que Hitler solicite, principalmente en petróleo. Esto es lo que se me ocurre de momento. Surgirán mil cuestiones más del mismo género, que deberán ser resueltas dando a Hitler la seguridad práctica de que solo vamos a tomar nuestra parte de Polonia. Y como así ha de ser en el orden práctico, será engañado con la verdad.
G. Pero en ese caso, ¿dónde se halla el engaño?...
R. Le dejo unos instantes para que usted mismo descubra dónde se halla el engaño a Hitler. Antes quiero subrayar, y usted debe anotarlo, que hasta el instante yo he dibujado un plan lógico, normal, por el cual se puede llegar a conseguir que se destruyan entre sí las naciones capitalistas, haciendo chocar a sus dos alas, a la fascista contra la burguesa. Pero, repito, es normal y lógico mi plan. Como ha visto, no intervienen factores misteriosos ni extraños. En una palabra, no intervienen “Ellos” para que sea posible su realización… Desde luego, creo adivinar su pensamiento: está usted pensando en este mismo momento que ha sido estúpido el haber perdido el tiempo en demostrar la indemostrable existencia y potencia de “Ellos”, ¿no es así?
G. En efecto.
R. Séame sincero. ¿De verdad no ve usted su intervención?... Le advierto, en ayuda de usted, que su intervención existe y es decisiva, tanto, que la lógica y naturalidad del plan solo es apariencia pura… ¿No los ve a “Ellos” de verdad?
G. Francamente, no.

(Continúa aquí).

lunes, 25 de mayo de 2009

Sinfonía en Rojo Mayor: Parte XI (Líneas generales del acuerdo con "Ellos")

Continúa Rakovsky estableciendo las líneas fundamentales del posible acuerdo entre "Ellos" y Stalin. Se fundamentan en tres:

1..-El sistema financiero ideado por Hitler es una amenaza para el monopolio del crédito que poseen "Ellos", solo por esta razón Hitler debía ser destruido.
2.- La guerra puede ayudar a aplastar el nacionalismo europeo, obstáculo para un Gobierno Mundial.
3.-"Ellos" ven el Cristianismo como el mayor obstáculo a sus planes, con la guerra esperan destruirlo de una vez por todas.

Ver las anteriores partes empezando aquí.

R. Uno, que, como yo enuncié, Hitler, ese inculto elemental, por intuición natural y hasta en contra de la opinión técnica de Schacht, ha instaurado un sistema económico de tipo peligrosísimo. Analfabeto en toda teoría económica, obedeciendo solo a la necesidad, eliminó, como nosotros hicimos en la URSS, a la Finanza Internacional y a la privada. Es decir, recobró para sí el privilegio de fabricar moneda, no solo física, sino la financiera; tomó la máquina intacta de la falsificación y la hizo funcionar en beneficio del estado. Nos aventajó, porque nosotros la suprimimos en Rusia y no se ha sustituido aún más que con ese grosero aparato llamado capitalismo de estado; fue un triunfo muy caro pagado a la necesaria demagogia prerrevolucionaria. Estas son las dos realidades comparadas. Hasta favoreció la suerte a Hitler, se halló casi exhausto de oro, por lo cual no cayó en la tentación de crear su “patrón”. Como solo disponía por toda garantía monetaria de la técnica y del trabajo colosal de los alemanes, técnica y trabajo fueron su “encaje oro”…, algo tan genuinamente contrarrevolucionario, que, ya lo ve usted, suprimió radicalmente aquel paro de más de siete millones de técnicos y obreros como por arte de magia.
G. Por el rearme acelerado.
R. ¿Qué más da su objeto?… Si Hitler ha llegado a eso en contra de todos los economistas burgueses que lo rodean, sería muy capaz, sin peligro de guerra, de aplicar su sistema a la producción de paz. ¿Es usted capaz de suponer lo que sería ese sistema contagiando a un número de naciones y llevándolas a formar un ciclo autárquico? Por ejemplo, a la Commonwealth. Imagínelo en función contrarrevolucionaria, si es usted capaz. El peligro no es inminente aún, porque hemos tenido la suerte de que, no habiendo instaurado Hitler su sistema sobre ninguna teoría precedente, sino empíricamente, no se ha formulado de manera científica. Es decir, que, como él no ha discurrido por ningún proceso racional deductivo, no hay ni siquiera tesis científica, ni se formuló doctrina. Pero el peligro está latente, porque puede surgir en cualquier instante una formulación gracias a la deducción. Esto es muy grave… Mucho más que todo lo espectacular y lo cruel del Nacional-Socialismo. Nuestra propaganda no lo ataca, porque con la controversia teórica podríamos nosotros mismos provocar la formulación y la sistematización de tan decisiva doctrina económica contrarrevolucionaria. Solo hay un recurso: la guerra.
G. ¿Y el segundo motivo?
R. Si triunfó el Termidor de la Revolución soviética fue por la existencia de un nacionalismo ruso anterior. Sin tal nacionalismo, hubiera sido imposible el bonapartismo. Y si ocurrió así en Rusia, donde el nacionalismo solo era embrionario, personal, el Zar, ¿qué obstáculo no hallara el marxismo en el nacionalismo en plena forma de la Europa occidental?... Marx llegó a equivocarse respecto a la prelación del triunfo revolucionario. No triunfó el marxismo en la nación más industrializada, y sí en la Rusia casi carente de proletariado. Se debe nuestro triunfo aquí, entre otros motivos, a que Rusia carecía de un nacionalismo verdadero y las demás naciones lo tenían en su pleno apogeo. Véase cómo resurge en ellas con esa potencia extraordinaria del fascismo y cómo se contagia. Comprenderá que, sin mirar si hoy ha de beneficiar a Stalin, la yugulación del nacionalismo en Europa bien merece una guerra.
G. En resumen: ha expuesto usted Rakovsky, una razón económica y una razón política, ¿cuál es la tercera?
R. Es fácil de adivinar. Tenemos una razón religiosa. Sin abatir al Cristianismo superviviente le ha de ser imposible triunfar al Comunismo. La Historia es elocuente: costó a la Revolución permanente dieciséis siglos lograr su primer triunfo parcial, al provocar la primera escisión de la Cristiandad. En realidad, el Cristianismo es nuestro único enemigo, porque lo político y económico en las naciones burguesas tan solo es su consecuencia. El Cristianismo, rigiendo al individuo, es capaz de anular por asfixia la proyección revolucionaria del estado neutral, laico o ateo, y, como vemos en Rusia, hasta lograr crear ese nihilismo espiritual que reina en las masas dominadas, pero aún cristianas; obstáculo no superado aún en veinte años de marxismo. Concedemos a Stalin que no ha sido bonapartista en lo religioso. Nosotros no hubiéramos hecho ni más ni otra cosa que él… ¡Ah!..., si Stalin también se atreve como Napoleón a cruzar el Rubicón del Cristianismo, su nacionalismo y su potencia contrarrevolucionaria se habría multiplicado por mil. Y sobre todo, si así fuera, una incompatibilidad tan radical hubiera hecho imposible toda coincidencia entre nosotros y él, aunque fuera temporal y objetiva… como la que ya debe usted ver que ante nosotros se perfila.
G. En efecto, mi opinión personal es que ha definido usted los tres puntos fundamentales sobre los cuales pudiera trazarse la línea de un plan… Esto es cuanto hasta el momento le concedo. Pero le ratifico mis reservas mentales, exactamente, la incredulidad absoluta mía sobre cuanto ha expuesto en el terreno de hombres, entidades y hechos. Pero, en fin, sugiera ya de una vez las líneas generales de su plan.
R. Sí, ahora sí, es el momento. Solo una salvedad previa: que yo hablo bajo mi propia responsabilidad. Yo respondo de interpretar en los tres puntos precedentes el pensamiento de “Ellos”, pero admito que “Ellos” pueden estimar más eficaz a los tres fines propuestos un plan de acción actual totalmente distinto al que voy a sugerir. Tenga esto en cuenta.
G. Se tendrá. Diga ya.
R. Simplifiquemos. Carente ya del objeto para el que fue creada la potencia militar alemana –darnos el Poder en la URSS-, ahora se trata de lograr una inversión de frentes; dirigir del oriental al occidental el ataque hitleriano.
G. Exactamente. ¿Ha pensado en un plan práctico de realización?
R. Sobraban muchas horas en la Lubianka. He pensado. Vea usted:Si lo difícil ha sido entre nosotros hallar un punto de coincidencia, y lo demás ha fluido de manera natural, el problema se reduce a descubrir algo donde Stalin y Hitler coincidan también.
G. Sí, pero reconocerá que es todo un problema.
R. No tan insoluble como cree. En realidad, solo hay problemas insolubles cuando implican oposición dialéctica subjetiva…y, aún así, nosotros creemos siempre posible y necesaria la síntesis, superando el “imposible moral” de los metafísicos cristianos.
G. Vuelve a teorizar.
R. Es en mí necesario por mi disciplina mental. La gran cultura prefiere venir a lo concreto desde la generalización y no lo contrario. Hitler y Stalin pueden coincidir, porque, aun siendo muy distintos, son idénticos en su raíz; si Hitler es un sentimental en grado patológico y Stalin es normal, ambos son egoístas; ninguno es un idealista, por eso son ambos bonapartistas, es decir, imperalisas clásicos. Y siendo así, ya es fácil una coincidencia entre ambos…¿Por qué no si también fue posible entre una Zarina y un Rey prusiano?...
G. Rakovsky, es usted incorregible…
R. ¿No adivina?... Si Polonia hizo coincidir a Catalina y a Federico, cada uno modelo del “Zar y del Rey” actual de Rusia y Alemania, ¿por qué no puede Polonia ser causa de coincidencia entre Hitler y Stalin? La línea histórica zarista-bolchevique y monárquico-nazi así como la personal de Hitler y Stalin pueden coincidir en Polonia. La nuestra, la de “Ellos”, también: es una nación cristiana y, para mayor agravante, católica.
G. ¿Y dada la triple coincidencia?...
R. Si hay coincidencia, es posible un acuerdo.
G. ¿Entre Hitler y Stalin? …¡Absurdo! ¡Imposible!

(Continúa aquí)

viernes, 22 de mayo de 2009

Algunas verdades sobre el 11-S empiezan a aflorar


Del blog de Washington. Washington's Blog es un frecuente colaborador de Global Research.

Impresionante relato de algunos miembros de la Comisión del 11-S. La prensa oficial nos lo ha ocultado durante años, han tenido que escribir un libro para que nos podamos enterar de cómo hemos sido engañados sobre lo que sucedió el 11-S.

Tres hechos indican que el gobierno "fijó las pruebas" del 11-S de acuerdo con una decisión política, para exonerar al gobierno de cualquier clase de culpa.

1. El Consejero Jefe de la Comisión del 11-S dice que la versión oficial es casi en su totalidad falsa . . . Había un acuerdo en no decir la verdad de lo que sucedió"
Como señala Daily Kos, el principal consejero de la Comisión del 11-S - John Farmer - afirma en un nuevo libro que el relato oficial del 11-S es "casi en su totalidad incierto".
Como yo señalaba el mes pasado, también dice:
En algún nivel del gobierno, en algún momento del tiempo...había un acuerdo en no decir la verdad sobre lo que pasó.
Y:
Yo estaba impresionado por lo diferente que era la verdad a cómo se estaba describiendo .... Las cintas [de la defensa aérea Norad] revelaban un relato radicalmente diferente a lo que se nos decía a nosotros y al público durante dos años.... Esto no es contar una historia. Esto no es verdad.
Si crees que Farmer se ha vuelto loco, lee lo que dicen sus colegas de la Comisión del 11-S.
2. El Gobierno utilizó "guardaespaldas" para intimidar a los testigos
El gobierno utilizó "guardaespaldas" para intimidar a los testigos de la Comisión del 11-S. De hecho según una nota interna:
  • Los guardaespaldas “contestaban a preguntas dirigidas a los testigos;”
  • Los guardaespaldas actuaban como “monitores, informaban a sus respectivas agencias sobre la línea de investigación que seguía la Comisión y las respuestas literales de los testigos.” Los miembros de la Comisión pensaron que esto “transmitía a los testigos la idea de que sus superiores revisarían sus declaraciones y podrían ser castigados;” y
  • Los guardaespaldas “se posicionaban físicamente y se comportaban de tal manera que creemos que intimidaban a los testigos para dar una respuesta plena y sincera a nuestras preguntas.”
3. Las principales fuentes de información no eran ni remotamente creibles
El hecho de que se torturaba a la gente para justificar la guerra de Irak estableciendo una relación falsa entre Irak y el 11-S está ganando atención.
Mucha gente empieza a comprender que altos miembros de la administración de Bush mintieron sobre la falsa conexión entre Al Qaida e Irak, y además presionaron para que en los interrogatorios se usaran métodos especiales de tortura dirigidos a obtener confesiones falsas que crearan el falso vínculo.
Realmente, el Comité del Senado sobre las Fuerzas Armadas encontró que los EEUU usaron técnicas de tortura específicamente dirigidas a extraer confesiones falsas (ver también esto).
Y como escribió Paul Krugman en el New York Times:
Digamos esto despacio: la administración Bush quiso utilizar el 11-S como pretexto para invadir Irak, aún cuando Irak no tenía nada que ver con el 11-S. Por eso torturaron a gente para que confesaran sobre una conexión inexistente.
Pero mucha gente todavía asume que el informe de la Comisión sobre el 11-S debe ser básicamente cierto, y se basa en pruebas fiables.
Pero esto no es verdad.
Por ejemplo, según la NBC:
  • Buena parte del informe de la Comisión del 11-S se basaba en el testimonio de gente que había sido torturada.
  • Al menos cuatro de las personas cuyos interrogatorios figuran en el informe de la Comisión del 11-S dicen que dieron informaciones a sus interrogadores para que dejaran de ser "torturados."
  • Una de las principales fuentes de información de la Comisión fue torturado hasta que firmó una confesión a la que ni siquiera le permitieron leer.
  • La propia Comisión dudaba sobre la fiabilidad de las confesiones obtenidas bajo tortura, pero se guardaron para sí mismos sus dudas.
De hecho, el "cerebro" del 11-S también confesó crímenes que no podía haber cometido. Más tarde diría que dió a los interrogadores mucha información falsa -diciéndoles lo que él creía que querían oír - para parar la tortura. Sabemos que fue torturado duramente especialmente con el propósito de obtener información falsa sobre el 11-S - concretamente, que Irak tenía algo que ver con los atentados.

(Por cierto, el testigo que "independientemente" señaló al "cerebro del 11-S" estaba clínicamente loco, en cualquier juicio su testimonio no valdría nada).

...

Recuerden (como se señala en el libro La Comisión del respetado periodista Philip Shenon), que el Director Ejecutivo de la Comisión del 11-S era un intruso de la administración cuya especialización era la de crear y mantener "mitos públicos" aunque no fueran ciertos. Este Director Ejecutivo escribió las líneas básicas de lo que quería que el informe de la Comisión dijera ya al inicio de los trabajos de la misma, controló lo que hacía la Comisión, limitó el alcance de la investigación de la Comisión de manera que la mayor parte de las preguntas sobre el 11-S permanecieron sin respuesta (ver este artículo y este otro).